No tan puros como pretenden aparentar (V y final)

El honor está primero, señor Mario Vázquez Raña

ENRIQUE MONTESINOS

 

Ante los periodistas, después de la reunión del Comité Ejecutivo de la ODEPA, el sábado 2 del presente octubre, el Presidente de esa entidad osó comparar a Sotomayor —aunque negó haberlo calificado alguna vez de drogadicto— con el velocista canadiense de origen jamaicano Ben Johnson, totalmente desacreditado no tanto la primera vez como luego de su comprobada reincidencia en el uso de fármacos prohibidos.

Concretamente le preguntaron a Vázquez Raña: ¿Cómo ve a Sotomayor después de esto? Y respondió:

"En el mundo, Sotomayor es un señor, como muchos atletas que hay. Para él la situación es muy difícil, acuérdense de Johnson el de Canadá, que quiso regresar, regresó y volvió a caer en el mismo problema."

Previamente, tras mencionar "el cariño y el respeto que le tengo a Fidel", se extrañó de que "se meta en estas cosas que sabe que no es el camino". Y agregó: "en nuestra comisión no han ganado una, por eso les digo a mis amigos cubanos, un tanto en broma que están defendiendo algo indefendible; se los digo en broma, pero es en serio".

Más adelante: "Inclusive a veces pienso que ojalá y ganaran una, están defendiendo algo...; de los tres de pesas es la misma sustancia".

Valoren ahora, estimados lectores el siguiente fragmento del diálogo con la prensa:

Pregunta: ¿Pero esa sustancia, según expertos, debe aparecer durante seis meses por lo menos?

Respuesta: "No, hoy se habló, a los cinco o seis días desaparece".

Pregunta: ¿Quién lo afirma?

Respuesta: "La Comisión Médica. Y hay otra cosa, conste que no quiero profundizar en esto porque no me gusta profundizar donde no sé, pero hay una cosa muy importante: Uno de los tres ya es la segunda vez que aparece dopado y Cuba lo aprobó y ahora Cuba se pone a defender a ese mismo que anteriormente había salido...".

Pregunta: ¿Pero, aprobó qué?

Respuesta: "Si no aprobó se quedó callada, o sea, al quedarse callada es porque dijo Ok, está bien. Yo no veo por qué hay tanta inquietud en mis amigos los cubanos en defender este asunto, creo que algo me doy cuenta qué sea, pero no quiero, a lo mejor no es cierto..."

Este extraño diálogo con la prensa tuvo lugar después que se marchó Fernández. Durante la reunión de la ODEPA su posición fue más cuidadosa, bastante respetuosa y nada arrogante ni autosuficiente, como la actitud asumida en esta conferencia, cuando ya no había nadie que le respondiera. No solo nos aconseja, sino que trata a nuestro país como un perdonavidas.

Se trata, en mi opinión, de todo un rosario de intrigas. Incita a pensar en premeditación masiva cuando desliza que se trata de la misma sustancia en los tres pesistas. Es inexacto cuando se refiere a la desaparición de la nandrolona del organismo en cinco o seis días, pues el doctor De Rose dijo que dos o tres días, y así consta en el documento que se acababa de distribuir, olvidándose de lo que afirmó categóricamente en Winnipeg, que se trataba de un anabólico inyectable cuyas huellas perduran hasta seis meses en la orina. En textos sobre el tema se consigna que efectivamente la nandrolona utilizada con fines anabólicos es detectable durante meses. Precisamente por eso fue posible desenmascarar con exámenes de laboratorio la repugnante infamia.

Acude al descrédito aludiendo que uno de los atletas ya había dado positivo antes, e introduce la perfidia al decir que cree saber algo, pero no quiere porque a lo mejor no es cierto.

Diga lo que tenga que decir y no haga insinuaciones, señor Vázquez Raña, que cualquier patraña se estrellará inexorablemente frente a la coraza inexpugnable de nuestro honor.

Y en cuanto al caso positivo anterior de uno de ellos, Rolando Delgado, es cierto, pero sepan usted y todos, que se detectó por los controles cubanos realizados habitualmente con todo rigor. Y más importante todavía resultó que el atleta reconoció su error y por tanto la sanción aplicada adquirió el valor educativo que entraña.

En esta oportunidad, la esmerada atención médica que reciben los deportistas cubanos —que nadie se atreve a negar—, no detectó ningún síntoma anormal en los pesistas antes, durante, ni con posterioridad a las competencias de Winnipeg en las que se les atribuyó nandrolona a sus muestras de orina. Para un facultativo tan solo medianamente efectivo resultan inocultables las incidencias de esta sustancia en el organismo de los atletas, periódicamente observados.

No menos cardinales resultan en este asunto otros dos aspectos. Por un lado el firme rechazo de nuestros deportistas en haber incurrido en fraude y, por el otro, la tenebrosa historia de agresiones de todo tipo, fraguadas y ejecutadas contra Cuba por sus irreconciliables enemigos. Se atrevieron a realizar ataques biológicos, planes e intentos de asesinatos y un sinnúmero de agresiones de forma tan encubierta que engañaron a las grandes mayorías, incrédulas ante nuestras denuncias, hasta que con el curso de los años, al desclasificarse los documentos de la CIA, se han corroborado en toda su macabra dimensión.

¿Por qué negar a ultranza el posible traslado de las agresiones al campo deportivo? ¿Qué sabe el señor Vázquez Raña de resistir un despiadado hostigamiento durante casi 40 años? ¿Por qué el empeño en referirse a la absoluta honorabilidad de los integrantes de la cadena que lleva a cabo las pruebas de dopaje y al inviolable mecanismo de seguridad que la misma posee?

En el mundo capitalista enajenado por el dinero no son pocos los que flaquean; la corrupción halla camino por el eslabón más débil. Ni la máxima seguridad resulta infalible y sobran ejemplos no ya en los países pequeños y pobres, sino hasta en la cima del mismísimo imperio, o acaso ¿qué fue Watergate?, por ejemplo.

En el suceso de los pesistas abundaron las irregularidades, entre otras cosas, porque el laboratorio estaba en Montreal y no en Winnipeg. A propósito, el señor Vázquez Raña reconoce ahora que eso fue una dificultad —no por eso dejan de ser los "mejores Juegos", en su criterio— y exigió a los dominicanos que instalen uno en la propia sede para la próxima cita de Santo Domingo-2003 (ellos, por cierto, ya tenían planificado hacerlo) y sin embargo, lo permitió en el caso de los canadienses con infinitamente más recursos económicos.

Cuando a William Vargas, el primero de los atletas de pesas implicado, le iban a abrir la prueba B en Montreal, el tiempo resultaba muy corto para el traslado de los médicos cubanos desde Winnipeg y se solicitó una prórroga que fue negada por el doctor De Rose, pero dijo que Vázquez Raña podría autorizar. Al localizarlo de inmediato, resulta que ya De Rose se había adelantado para decirle que era imposible ampliar el plazo y entonces el presidente de la ODEPA respondió que no tenía inconveniente si De Rose lo autorizaba, que se pusieran de acuerdo, pero ya aquel tenía el celular fuera de servicio y no se le pudo localizar durante horas, como si se escondiera premeditadamente.

Fue este un comportamiento engañoso y evasivo con nuestra delegación por parte de dichos señores, pues la razón era otra, la cual expuso sin ningún pudor el sinuoso doctor De Rose durante la reciente reunión del Ejecutivo de la ODEPA, al decir: "la prórroga solicitada fue únicamente para que el resultado no se diera a conocer durante los Juegos."

Qué poco nos conoce doctor De Rose. ¿Será que, por estar acostumbrado a métodos de esa calaña, es incapaz de valorar el juego limpio en los demás? Usted pertenece a los que nunca sintieron, ni sienten, ni sentirán, a los que piensan que seremos vencidos, los que no comprenden que la verdad y la justicia siempre se imponen.

Los cubanos tuvieron que viajar toda la noche para estar a tiempo en el laboratorio de Montreal, pero vaya sorpresa que encontraron allí: La jefa no estaba notificada del proceso y casualmente la localizaron cuando partía hacia la playa con sus hijas. Entonces se produjo la solución salomónica, cuando, sin consultar al doctor De Rose, la señora nombró al becado canadiense Andrew A. Rooney, trabajador del propio laboratorio, para que representara a la "purísima" Comisión Médica de la ODEPA. ¿Es seria esta decisión después de presionar tanto a Cuba para cumplir al pie de la letra los requisitos?

Sin embargo, observen la contradicción: la segunda muestra correspondiente a Modesto Sánchez, fijada para el 30 de agosto (la A se destapó el día 10, posterior a la clausura del 8), sí pudo ser postergada para otra fecha alegando la no presencia del atleta ni del representante de la misión cubana.

De nuevo con William Vargas. El documento recibido por Cuba dando a conocer el positivo en el examen antidopaje tenía fecha 2 de agosto, no obstante ser su competencia el 3 y realizarse el proceso en el laboratorio el 6. O sea, una incongruencia con hedor a trampa en medio de tanto acorralamiento con nuestros atletas. De Rose pretendió aclarar atribuyéndola a un simple error mecanográfico, por teclear ellos mismos los textos de las cartas. ¿Exceso de privacidad después de divulgar a los cuatro vientos lo de Sotomayor? ¿Quién garantiza que donde se reconoce una pifia no hubo ninguna otra?

El apañamiento del señor Vázquez Raña al doctor De Rose ha sido evidente. Pero nada ni nadie podrá legitimar como honorable y ético el proceder de este facultativo. Lo que ha venido de la oscuridad, regresa a las tinieblas, como afirma el proverbio chino.

En última instancia, Vázquez Raña teme que la ODEPA pueda caer en el descrédito, al aceptar irregularidades que posteriormente las Federaciones Internacionales de Atletismo y Halterofilia tomen en cuenta para exonerar a nuestros deportistas. Trata de impedirlo a toda costa. Amenaza con que la ODEPA no acatará ninguna decisión rectificadora y justa.

Se manifiesta indelicado con el Presidente del Comité Olímpico Internacional.

El Senado de los Estados Unidos está llamando a declarar a Samaranch: "¿Cómo ve esto?", le preguntan. Y su respuesta: "No sé si va o no va". "Yo no iría...". Repite y repite que la ODEPA es inflexible ante el dopaje como uno de los principales problemas que afronta el olimpismo actual, junto con el escándalo por corrupción. La intención insidiosa y desacreditante es indisimulable.

El mismo Presidente de la ODEPA, que se ufana de sus amistosas relaciones con Cuba, ni siquiera nos conoce bien todavía, porque de otro modo no hubiera sido capaz de decirle a la prensa que le extrañaba que un Presidente se ocupara personalmente de sus atletas y se pusiera a la cabeza de su defensa. O sea, que lo que constituye uno de los fundamentales factores en el desarrollo de nuestro deporte, el apoyo cotidiano del Comandante en Jefe Fidel Castro, le parece raro, cuando lo que realmente debería extrañarle en realidad es que muchos dirigentes políticos no se ocupan absolutamente nada de una actividad tan importante para la salud, el desarrollo y la educación de los jóvenes en cualquier país del mundo.

Pero cuando acabó por defraudar el máximo titular de la ODEPA fue al calificar como "fanfarronada cubana" el anuncio de que ofreceríamos los servicios del laboratorio antidopaje al resto de América, sin haberlo construido todavía.

Se olvidó de que Cuba tiene médicos en todo el mundo, que siempre los ha ofrecido desinteresadamente. Tampoco puede ignorar el extraordinario aporte de Cuba al desarrollo del deporte en el Tercer Mundo.

Desconoce que jamás pensamos solo en nosotros, sino también en lo que podemos aportar a los demás, como una de las formas de reciprocar la solidaridad internacional que hemos recibido a lo largo de años difíciles y más difíciles.

Cuba contará el año próximo con un excelente y moderno laboratorio antidopaje que, operado por personal científico del más alto nivel, brindará sus servicios al deporte latinoamericano como fue anunciado el 13 de agosto. Y no será, señor Presidente de la ODEPA, ninguna fanfarronada, sino un instrumento imprescindible contra canalladas.

Por su parte, en esa misma conferencia de prensa se aparecen, dos meses después, con la idea de tener también un laboratorio en México, "que ya cuenta con parte del dinero y esperan el regalo de un trailer para que sea móvil". ¿Móvil dijo? Es de esperar que tal laboratorio ambulante no quede en manos de personajes tan corruptos e inescrupulosos como De Rose.

Llama mucho la atención que el señor Vázquez Raña y la máxima dirección de la ODEPA, no dijeron ni una sola palabra de los monstruosos fraudes cometidos en el Campeonato Mundial de Boxeo que tuvo lugar en Texas apenas dos semanas después de los bochornosos juegos de Winnipeg.

A no pocos compatriotas les han parecido verdaderamente cínicas las declaraciones del Presidente de la ODEPA, tanto en Winnipeg como en México, que en muchas ocasiones utilizó un lenguaje sarcástico para calumniar y humillar a nuestros atletas, pero a nadie debe quedarle la menor duda, y menos a él, del prestigio, la dignidad y la seriedad de Cuba, reconocidos por un número creciente de países en el mundo.

Probaremos de manera irrebatible que ninguno de los pesistas cubanos contenía nandrolona en la orina. La verdad y la moral serán siempre más poderosas que la influencia y los millones de los que quieren poner en duda la integridad y el honor de nuestro país.

Menos aún pueden dudar de que continuaremos esta batalla todo el tiempo que sea necesario, cualesquiera que fuesen las decisiones que adopte la dirección de la ODEPA u otras instancias del deporte que no sean capaces de reparar la infamia y la injusticia cometidas contra los atletas del país que, aun bloqueado y hostigado por los Estados Unidos, ha hecho más por el desarrollo del deporte sano y verdaderamente desinteresado que ningún otro en la segunda mitad de este siglo.