Mariela Quintana y Raquel Rodríguez, abuelas de Elián, hicieron llegar en días pasados a Janet Reno, Secretaria de Justicia de los Estados Unidos, y a Doris Meissner, Comisionada del INS, la siguiente carta:
 
 

La Habana, 4 de febrero de 2000
 
 

S. E. Janet Reno, Secretaria de Justicia de EE. UU.

S. E. Doris Meissner, Comisionada del I.N.S.
 
 

Estimadas señoras:

A través de esta carta queremos hacerles llegar nuestra gratitud por el hecho de que hayan accedido a recibirnos y escuchar nuestros argumentos, así como por la forma en que percibimos se identificaron con nuestra angustiosa situación.

También quisiéramos agradecerles muy sinceramente todo el interés que ustedes se tomaron para que pudiéramos cumplir nuestro anhelado propósito de ver y compartir, al menos por un tiempo mínimo, con nuestro nieto Elián.

Pensamos que ustedes realizaron un gran esfuerzo para garantizar que la visita se efectuara, aunque desafortunadamente la misma no se produjo tal y como la habíamos previsto.

Como quizás hayan conocido por la propia prensa norteamericana, por distintas razones el encuentro con Eliancito fue muy difícil para nosotras, y ello se debe ante todo, a que no se cumplieron las poquísimas condiciones que nuestra familia exigió para el encuentro.

A la alegría de poder volver a ver, besar, abrazar y hablar con nuestro querido nieto, siguió demasiado pronto la tristeza infinita de dejarlo atrás en manos extrañas, sin entender por qué, sabiendo incluso que es cuando más nos necesita.

Fue muy duro descubrir que el niño no parece el mismo y tener que entregarlo sólo 90 minutos después del primer encuentro que tuvimos con él, tras la más larga separación de nuestras vidas.

Ahora más que nunca Elián necesita a su papá y a su familia para superar la tragedia por la que atraviesa tras perder a su mamá. Es el seno de su verdadera familia, que lo ama y lo conoce mejor que nadie en el mundo, donde existe la posibilidad de ayudar a Elián a crecer sano, bien cuidado, y sobre todo con amor.

No existe ningún bien material que pueda competir con el valor de la familia y es humillante para todos nosotros que se siga cuestionando nuestro amor y el futuro que le espera a Elián en su casa.

Apelamos a su sensibilidad conociendo además lo que significan para el pueblo norteamericano los valores familiares y el alto concepto que tienen de los mismos.

Nuevamente les pedimos a ustedes que nos ayuden a poner fin a esta tragedia y a todos los procesos que continúan alargando esta separación y prolongan sin justificación la angustia de Elián, de su papá y de sus abuelos, y que nos sitúa como extraños a nosotros, sus seres más queridos y cercanos.

Les pedimos a nombre de Elián, de su papá, de su único hermano, sus abuelos y su bisabuela, que hagan por favor todo lo que esté a su alcance para aplicar pronto la decisión del Servicio de Inmigración y se devuelva a Elián a su padre cuanto antes.

En la acción justa y honesta de personas como ustedes ciframos nuestras esperanzas de recuperar a Elián.

Sinceramente suyas,

Mariela Quintana Raquel Rodriguez