LLAMAMIENTO DE LA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA
AL PUEBLO DE CUBA
Hace más de 6 meses nuestro país soporta indignado el dolor del infame atropello cometido contra un niño y una familia cubana.
Casi 5 meses estuvo secuestrado Elián en manos de una mafia criminal que puso en grave peligro su salud física y mental. De acuerdo con las leyes internacionales y las vigentes en ambos países, el niño náufrago, cuya madre había perecido trágicamente, debía ser devuelto de inmediato al padre que lo reclamaba en Cuba. Nadie absolutamente en Estados Unidos tenía el menor derecho sobre él. Le fue entregado, sin embargo, a un hombre cínico e inmoral que a título de familiar lejano se apoderó de él. No correspondía en absoluto a los tribunales norteamericanos decidir sobre una cuestión que era facultad exclusiva de los tribunales cubanos. Se impuso por la fuerza lo contrario. La lucha tenaz y decidida de nuestro pueblo en apoyo a un padre abnegado y ejemplar y a una humilde familia cubana que tenía toda la razón y el derecho, conmovió a la opinión mundial, y de modo especial al propio pueblo norteamericano, que abrumadoramente se puso al lado del niño, el padre y la familia deseosa de unirse y regresar a su patria. Las vacilaciones de las autoridades, el oportunismo y la cobardía política, impusieron la prohibición de que el niño regresara mientras no se agotara un interminable, turbio y arbitrario proceso. No sólo el niño, el padre, su esposa y su otro hijo, sus abuelos paternos y maternos sufrían; millones de madres, padres, abuelos y niños cubanos han sufrido y sufren la tragedia de la espera y las pesadillas de tan cruel situación. Nadie tenía derecho a imponerles tales sufrimientos.
Cuando era evidente que la mayor parte de los norteamericanos y la opinión mundial esperaban una solución rápida y justa, se produce hoy un fallo que todavía reconoce derechos y prerrogativas a un impostor que ha desacatado órdenes de las autoridades y leyes del país donde reside, y se abre de nuevo para la víctima de sólo 6 años un posible capítulo de hechos arbitrarios y la posibilidad de una espera cruel e interminable para poder regresar al seno de sus familiares más íntimos y cercanos, no sólo para él sino también para su hermanito más pequeño, su padre y la esposa, que hoy lo acoge, en medio de la pérdida de su madre, con todo el amor de que es capaz. Las simples imágenes actuales del rostro de ese niño junto a los suyos, comparadas con las que conocimos cuando era atrozmente manipulado, exhibido y explotado, es una prueba irrefutable del dolor que le ocasionaron el secuestro y las condiciones durísimas que por razones groseramente mercantilistas y de sucia politiquería soportó durante meses a tan tierna edad.
Ahora, de hecho, no sólo Elián está secuestrado en Estados Unidos, sino también su padre, la esposa de éste y su hermanito Hianny. Nuestro pueblo tiene el derecho a reclamar la inmediata liberación y el regreso de todos a Cuba. Retenerlos en Estados Unidos no es sólo fruto de una venganza injustificable y cruel por parte de la mafia y sus aliados, sino también del ruin propósito y la ridícula esperanza, por parte de las máximas autoridades gubernamentales y políticas de ese país, de comprar a un padre cubano, al que han humillado y ofendido hasta lo infinito, y que ha demostrado ser íntegro, digno e insobornable.
No nos cruzaremos de brazos ante la prolongación de la injusticia y el crimen. Redoblaremos nuestra lucha. Para expresar ante el mundo nuestro repudio y nuestra protesta, y demandar el regreso de Elián, su padre Juan Miguel y su familia, mañana viernes a las 10 de la mañana medio millón de madres, abuelas y mujeres cubanas marcharán ante la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana y, retornando de inmediato a la Tribuna Abierta Antimperialista "José Martí", expresarán no sólo con sus pasos vibrantes, sino también con sus palabras profundas y encendidas, los sentimientos de repulsa y de condena a las nuevas y cínicas patrañas contra esos hijos humildes de nuestro pueblo.
Mañana habrá dificultades en el transporte público debido a la colosal movilización, y posiblemente también en días venideros. Les pedimos excusas a los aguerridos y combativos compatriotas de la capital. Es un momento decisivo y no hay alternativa ni vacilación posible.
Unidos en el noble y humanitario objetivo de la liberación y el regreso del niño y su familia a la Patria donde nacieron y desean vivir, los pueblos de Estados Unidos y de Cuba vencerán.
Junio 11 del 2000