CONDUCTA HEROICA
EN LAS ENTRAÑAS DEL MONSTRUO
El pasado día 8 de junio, cinco compatriotas que en las entrañas mismas del monstruo arriesgaban diariamente su vida para descubrir e informar los planes terroristas que la mafia cubano-americana con la tolerancia y complicidad de las autoridades de Estados Unidos realizaba contra nuestro pueblo, fueron declarados culpables de infames y falsas imputaciones ante un tribunal de Miami.
Un jurado amañado, prejuiciado, desinformado, y bajo colosal presión por parte de las autoridades, los medios de información masiva y la atmósfera venenosa y pestilente de Miami, los declaró culpables de groseros y mentirosos cargos que nunca fueron probados y por los cuales pueden ser condenados a permanecer por el resto de sus vidas en las cárceles hostiles, despiadadas e inhumanas de Estados Unidos. Contra ellos se cometieron todo tipo de humillaciones y vejaciones, entre otras, incomunicarlos en celdas solitarias de castigos por largo tiempo y tres de ellos, durante 17 meses, sin contacto alguno con sus familiares.
Dada la índole de su heroica misión, era necesario esperar el desarrollo del largo y tenebroso período que duró el proceso desde el arresto hasta la injusta decisión del jurado, para desenmascarar y denunciar la impúdica actuación de las autoridades policiales y judiciales de Miami. Después de casi tres años de anónimo y ejemplar heroísmo, ha llegado la hora de divulgar toda la verdad.
Partiendo de un conmovedor mensaje al pueblo de Estados Unidos suscrito por nuestros cinco compatriotas, desde hoy comenzará a conocerse la historia real a través de sucesivas mesas redondas informativas. Se brindará a nuestro pueblo todos los detalles posibles de la misma que no afecten la indispensable necesidad de preservar métodos, tácticas y fuentes de información que deben ser protegidos.
Los compatriotas, que en cumplimiento de un deber sagrado con su pueblo han sido víctimas de tan atroz injusticia, no son personas incultas o carentes de principios, sino poseedores de elevados conocimientos, con profundas convicciones morales y patrióticas. Ellos son: René González Sehwerert, instructor de vuelo y especialista en técnicas de aviación; Ramón Labañino Salazar, licenciado en Economía, graduado con diploma de oro en la Universidad de La Habana; Fernando González Llort, licenciado en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García"; Antonio Guerrero Rodríguez, ingeniero civil en construcción de aeródromos y Gerardo Hernández Nordelo, también licenciado en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García".
A continuación, el texto íntegro del mensaje enviado al pueblo de Estados Unidos por los cinco patriotas cubanos desde una rigurosa cárcel de Miami donde los tienen injusta y cruelmente prisioneros:
MENSAJE AL PUEBLO DE ESTADOS UNIDOS
Cinco cubanos leales a su pueblo, que durante 33 meses y 5 días hemos soportado el riguroso encierro en las celdas de una prisión de otro país cuyas autoridades son hostiles al nuestro, y donde hemos sido juzgados después de un largo y escandaloso proceso mediante procedimientos, métodos y objetivos de carácter absolutamente políticos y bajo un verdadero diluvio de propaganda malintencionada y fraudulenta, hemos decidido dirigirnos directamente al pueblo norteamericano para hacerle conocer que hemos sido víctimas de una colosal injusticia.
Se nos acusó de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, imputándonos numerosos cargos, e incluso delitos por los cuales podemos ser sancionados a decenas de años de prisión o a cadena perpetua, los que por su incuestionable falsedad no fueron ni podrán ser probados.
Un jurado constituido en Miami, y esto lo explica por sí mismo, nos declaró culpables de todos los cargos que se nos imputaban.
Somos patriotas cubanos que nunca tuvimos la intención de dañar los valores del pueblo norteamericano, ni su integridad; sin embargo, nuestro pequeño país, que heroicamente ha sobrevivido durante 40 años a agresiones y amenazas a su seguridad, a planes de subversión, sabotajes y a la desestabilización interna, tiene derecho a defenderse de sus enemigos, que utilizan el territorio norteamericano para planear, organizar y financiar actos terroristas violando las propias leyes internas que los prohíben.
Tenemos derecho a la paz, al respeto a nuestra soberanía y a nuestros intereses más sagrados.
Estuvimos en este país durante más de cuatro años y siempre nos preguntamos por qué no podemos vivir en paz ambos pueblos, por qué intereses mezquinos de una extrema derecha, incluidos grupos y organizaciones terroristas de origen cubano, pueden enrarecer la atmósfera entre dos pueblos, que por su cercanía geográfica están en posibilidad de mantener relaciones de respeto e igualdad.
En nuestros días de prisión hemos reflexionado sobre nuestra conducta en este país y reafirmamos la más profunda convicción de que con nuestra actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en peligro la seguridad del pueblo norteamericano y sí contribuimos en alguna medida a descubrir planes y acciones terroristas contra nuestro pueblo, evitando la muerte de ciudadanos inocentes cubanos y norteamericanos.
¿Por qué es necesario que patriotas cubanos cumplan el honroso deber de proteger a su país, lejos de su familia y seres más queridos, teniendo incluso que postergar el disfrute de la convivencia diaria con su pueblo?
¿Por qué autoridades de Estados Unidos con su tolerancia permiten que se atente contra nuestro país; no investigan ni adoptan medidas contra los planes terroristas que Cuba ha denunciado, no evitan los numerosos planes de atentado contra nuestros dirigentes?
¿Por qué los autores confesos de estos y otros actos terroristas se pasean libremente por el sur de la Florida, como se evidenció en el desarrollo del juicio?
¿Quiénes fueron sus entrenadores y quiénes permiten sus planes?
¿Quiénes son los que verdaderamente perjudican la seguridad de Estados Unidos?
Son los grupos terroristas de origen cubano y sus mentores económicos y políticos norteamericanos los que erosionan la credibilidad de este país, los que dan a esta nación una imagen de salvajismo y a sus instituciones un comportamiento inconsecuente, prejuiciado y poco serio, incapaz de conducirse con cordura y sensatez ante los problemas que tienen que ver con Cuba.
Estos grupos y sus mentores se han organizado con vista a influir para propiciar un conflicto entre ambos países. Promueven en el Congreso y en el Ejecutivo medidas y cursos cada vez más agresivos hacia Cuba.
Ellos quieren mantener actualizada la historia de invasiones, sabotajes, agresiones biológicas u otras similares. Luchan por crear situaciones que provoquen graves incidentes para nuestros pueblos.
Como resultado de estas agresiones en nuestro país, entre los años 1959 y 1999, se provocaron 3478 muertos y 2099 incapacitados, así como un elevado costo material.
Continúan desarrollando campañas de propaganda para distorsionar la imagen de Cuba en Estados Unidos y tratan de impedir con diferentes pretextos, mediante leyes y regulaciones, que los norteamericanos viajen libremente a Cuba y valoren la situación real del país. También obstaculizan la cooperación en temas de interés mutuo como la lucha contra la emigración ilegal y el tráfico de drogas que tanto afecta a la población estadounidense.
A ello se une la constante demanda de nuevos y mayores fondos del gobierno, que afectan a los contribuyentes, para financiar las actividades contra Cuba. Enormes sumas que se dedican a transmisiones radiales, de televisión y al financiamiento de sus súbditos en la Isla, van en detrimento de los recursos para afrontar problemas sociales que afectan a los propios ciudadanos norteamericanos.
Hay antecedentes recientes de la influencia y presiones que estos grupos ejercen sobre la comunidad en Miami, sus agencias gubernamentales, incluido el sistema judicial.
El mayor servicio que se le puede prestar al pueblo norteamericano es liberarlo de la influencia de estos extremistas y terroristas que tanto daño le hacen a Estados Unidos al conspirar contra sus propias leyes.
Nunca hicimos nada por dinero y siempre vivimos modesta y humildemente, a la altura del sacrificio que realiza nuestro pueblo.
Nos guió un fuerte sentimiento de solidaridad humana, amor a nuestra patria y desprecio por todo lo que no respete la dignidad del hombre.
Los acusados en esta causa no nos arrepentimos de lo que hemos realizado para defender a nuestro país. Nos declaramos totalmente inocentes. Nos reconforta el deber cumplido con nuestro pueblo y nuestra patria. Nuestras familias comprenden el alcance de las ideas que nos han guiado y sentirán orgullo por esta entrega a la humanidad en la lucha contra el terrorismo y por la independencia de Cuba.
René Gonzalez, Ramón Labañino, Fernando Gonzalez Llort, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández. Firmas
Junio 17 del 2001