Mesa redonda ¿Quiénes son los verdaderos terroristas?, efectuada en los estudios de la Televisión Cubana, el 26 de mayo de 2002, “Año de los Héroes Prisioneros del Imperio”.

 

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

 

Randy Alonso.- Muy buenas tardes, estimados televidentes y radioyentes.

Los centenares de intentos de atentados contra nuestro Comandante en Jefe y otros dirigentes de la Revolución, las incontables muertes provocadas por la Ley asesina de Ajuste Cubano y el secuestro cruel de un pequeño niño, forman parte del largo y horrendo historial de acciones terroristas contra nuestro pueblo.  Víctimas de tales actos de la mafia, creada y financiada por el gobierno norteamericano, han sido también ciudadanos e instalaciones en ese país. 

Mientras se ha condenado a largas penas a cinco jóvenes cubanos luchadores contra el terrorismo, en amañado juicio, viven plácidamente en suelo norteamericano criminales y torturadores de la dictadura batistiana y terroristas confesos, varios de los cuales acompañaron al presidente Bush en su gira y su discurso en Washington y Miami.

Continuamos esta tarde nuestra mesa redonda ¿quiénes son los verdaderos terroristas?, en la que me acompañan en el panel el doctor Pedro Alvarez-Tabío, director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado; Arleen Rodríguez Derivet, editora de la revista Tricontinental; Lázaro Barrero, periodista de Trabajadores; Manuel Hevia, director del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado; José Pérez Fernández, investigador del Ministerio del Interior, y uno de los peritos de la Demanda del pueblo cubano contra el gobierno de Estados Unidos por daños humanos; Renato Recio, periodista de Trabajadores; Rogelio Polanco, director del periódico Juventud Rebelde, y José Luis Méndez, investigador del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado.

Nos acompañan esta tarde en el estudio miembros de nuestras Tropas Guardafronteras, de la Brigada Especial Nacional y de la Policía Nacional Revolucionaria.

(Se ruedan breves imágenes sobre el tema.)

Randy Alonso.-  En sus intentos desesperados en estos 43 años por destruir la Revolución Cubana, sucesivos gobiernos norteamericanos han intentado por todos los medios la eliminación física de los principales dirigentes de la Revolución y, en especial, de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro.

Son cientos los intentos de atentado contra la figura del compañero Fidel, y en ellos han participado, dirigidos por el gobierno norteamericano, agencias especializadas, miembros de la mafia norteamericana y también de la mafia terrorista cubano-americana.  Sobre este tema les propongo escuchar el testimonio de José Pérez Fernández, quien fue el perito que presentó en la Demanda del pueblo cubano ante el gobierno de Estados Unidos este importante tema dentro de las agresiones y los actos terroristas de los gobiernos norteamericanos contra nuestro pueblo.

José Pérez.-  Existen algunos antecedentes que apuntan a creer que la historia de los planes del gobierno de Estados Unidos para eliminar físicamente al Comandante en Jefe, se remontan a la etapa anterior al triunfo de la Revolución.

Es conocido cómo en esa época el gobierno norteamericano realizó no pocos esfuerzos para tratar de impedir la victoria del Ejército Rebelde sobre las fuerzas de la tiranía batistiana y, cuando advirtieron que ello no era posible, trataron de escamotearle el triunfo con aquel golpe de Estado contrarrevolucionario fraguado en las oficinas de la embajada yanki en La Habana.

La historia registra que como parte de esos esfuerzos infiltraron agentes en las filas del Ejército Rebelde, de lo cual da fe el caso del agente de la CIA Frank Sturgis, conocido como Frank Fiorini, que, enmascarado como revolucionario y acompañando a Pedro Luis Díaz Lanz, penetró a la Sierra Maestra llevando un cargamento de armas para el Ejército Rebelde, meses antes del triunfo de la Revolución.

Con posterioridad al triunfo, prestando servicio subordinado a Díaz Lanz, que había sido nombrado jefe de la Fuerza Aérea rebelde, este traiciona, y en 1959 y 1960 planeó varios atentados contra el Comandante en Jefe, lo que revelaría, años después, en 1977, al periodista de la revista norteamericana High Time, Ron Rosembanm.  Este agente tuvo una larga carrera de acciones subversivas y terroristas contra Cuba.  Y tiene lógica pensar la posibilidad de que, al infiltrarse en las filas del Ejército Rebelde, haya tenido ya asignada esa misión que confesara años después.

También se conoce el caso del agente mercenario del FBI, Alan Robert Nye, enviado a Cuba en diciembre de 1958, el que, contratado y pagado por la cúpula militar batistiana, se adentró en la Sierra Maestra con tal propósito.  Este hecho fue frustrado al este ser detenido por fuerzas rebeldes y ocupársele el potente fusil con mira telescópica, un Remington-30.06, que portaba.  La benevolencia de la Revolución posibilitó que el mismo no fuera sancionado, siendo expulsado del país.

La historia ha dejado claro que si bien antes del triunfo de la Revolución el gobierno de Estados Unidos realizó esfuerzos para eliminar físicamente al jefe del Ejército Rebelde, que entonces luchaba contra el ejército de una dictadura instalada en el poder y apoyada por ese gobierno, después del triunfo los esfuerzos fueron para eliminar al jefe de la Revolución triunfante, que devino jefe de Estado cubano.  Algo similar hicieron con el líder congolés Patricio Lumumba, al que vilmente asesinaron.

La historia también registra cómo desde los primeros momentos del triunfo de la Revolución el gobierno de Estados Unidos, que había dado refugio en su territorio a los esbirros, asesinos y ladrones del derrocado régimen, permitió y alentó que, desde él, connotados esbirros, como Rolando Masferrer, organizaran planes para asesinar al Comandante en Jefe, de lo cual da fe la captura en La Habana, en marzo de 1959, de un grupo de terroristas que, dirigidos y pagados por aquel esbirro, intentó realizar el atentado.

Los ejemplos antes expuestos bastan para corroborar que la eliminación física del jefe de la Revolución se convirtió en objetivo priorizado del gobierno norteamericano, para impedir primero y tratar de destruir después la Revolución, objetivo que no ha sido abandonado hasta la actualidad.  De ello da fe el hecho de que en fecha tan temprana como el 24 de abril de 1959, luego de su regreso de un viaje a La Habana, el ayudante especial del Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado, John Hill, redactó un memorándum para el Secretario de Estado, que fuera desclasificado años después, en el cual expresó “que las opiniones recibidas sobre qué pasaría si Castro fuese asesinado o incapacitado de otra manera, coincidían en que la situación (en Cuba) se desintegraría, con probabilidad, peligrosamente... ya que no existiría ninguna fuerza capaz de resistir cualquier histeria masiva que pudiera sobrevenir” —llamo la atención que esta evaluación tan temprana no era de la CIA, era una evaluación del Departamento de Estado—; pero también da fe el memorándum fechado el 11 de diciembre de 1959, también desclasificado años después, en que J. C. King, entonces jefe de la División del Hemisferio Occidental de dicha agencia, al exponerle al jefe de la CIA, Allen Dulles, los objetivos de Estados Unidos para derrocar a Castro en un año, señaló entre ellos el siguiente:  “Debe considerarse la eliminación física de Fidel Castro”, y agregó:  “Muchas personas bien informadas creen que la desaparición de Fidel Castro acelerará la caída del actual gobierno.”

También es revelador de cómo el gobierno de Estados Unidos encomendó y ordenó a la CIA, temprana y directamente, la acción para tratar de eliminar al Comandante en Jefe el informe que en 1975 rindiera ante el Senado de Estados Unidos el senador Frank Church, responsable del Comité Selecto que el Senado norteamericano creó para investigar las actividades gubernamentales de inteligencia, entre ellas los planes de asesinar a dirigentes políticos.  Este informe, igualmente desclasificado, cita, a su vez, un informe secreto del entonces inspector general de la CIA, J. S. Earman, en el que reconoce, entre otros, los siguientes planes de atentados contra nuestro Comandante:

El planeado mediante el obsequio de una caja con tabacos envenenados.

Dos planes para asesinarlo, utilizando a miembros de la mafia y sobre los cuales también testimoniaron:  Richard Bissell, exjefe de operaciones de la CIA, quien fue uno de los principales dirigentes de la invasión de Girón, y William Colby, que llegó a ser director de la CIA entre 1973 y 1976, durante las administraciones de los presidentes Richard Nixon y Gerard Ford.

Otro fue el consistente en hacer estallar un artefacto explosivo que colocarían en un caracol en la zona donde el Comandante acostumbraba a practicar la pesca submarina.

Otro fue el fraguado para obsequiarle un traje especial para la práctica de la pesca submarina, impregnado con el bacilo de una enfermedad letal, lo que sería un anticipo de la guerra biológica que desatarían después.

En el propio informe de la Comisión Church, existen evidencias que incriminan al Departamento de Ciencia y Tecnología de la CIA, como encargado de investigar y buscar medios tóxicos y bacteriológicos altamente sofisticados para asesinar al Comandante.

Otro de los planes referidos en aquel informe es el que se concibió ejecutar a través del traidor Rolando Cubela Secades, a quien reclutaron y asignaron el código Am Lash, y le encomendaron esa misión, la cual debería cumplir bien envenenándolo o disparándole, para lo cual, en ambas alternativas, le entregaron los medios necesarios.

Con posterioridad a la desclasificación de esos documentos, el gobierno de Estados Unidos ha hecho mutis y no ha revelado un solo plan más de las 638 conspiraciones que la Seguridad del Estado tiene registrados.

Quiero aclarar que cuando se presentó este informe pericial en la Demanda del pueblo de Cuba, el registro era de 637; pero ahora son 638, porque le hemos sumado el plan que se frustró en Panamá, en ocasión de la X Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos, que fue organizado posterior a la presentación de aquel informe.

Entre estas conspiraciones se encuentran, tanto las dirigidas directamente por los servicios especiales norteamericanos a través de sus agentes como los realizados o planeados a través de miembros de las organizaciones contrarrevolucionarias por ellos creadas y financiadas, así como los fraguados por la iniciativa de otros elementos contrarrevolucionarios, influidos por las sistemáticas campañas de propaganda en la que se ha inducido y alentado la comisión del crimen.  Pudiéramos preguntarnos, ¿por qué callan? 

Una explicación pudiera ser, porque ocultar, mentir y engañar ha sido siempre consustancial a la filosofía política del imperio.  Así lo evidenció hace más de 40 años el presidente Eisenhower, cuando al aprobar el Programa de Acción Encubierta contra el régimen de Castro, entre otras cosas expresó que “todo el mundo tiene que estar dispuesto a jurar que él —Eisenhower— no sabe nada de esto...  Dijo que nuestras manos no deben aparecer en nada de lo que se haga”, y así se ha demostrado en numerosos otros ejemplos analizados, precisamente, en estas propias mesas redondas.

Lo antes expresado por el Presidente era consecuente con el concepto por ellos adoptado de la negación plausible, según el cual, las operaciones encubiertas de inteligencia y subversión de sus servicios especiales deben organizarse de tal forma que el gobierno no pueda ser responsabilizado como gestor, instigador, planificador y ejecutor de las acciones subversivas y terroristas que promueve y dirige, en caso de que estas fueran descubiertas.

Otra explicación y es —a nuestro juicio, la principal— es porque los documentos que desclasificaron revelaron, ante la opinión pública norteamericana e internacional, que el asesinato de líderes y dirigentes revolucionarios o progresistas era, y sigue siendo, consustancial a la filosofía y política de terrorismo de Estado practicada por el gobierno de Estados Unidos, y con la desclasificación de nuevos documentos sobre tan sensible tema estarían poniendo en conocimiento público otras contundentes pruebas de que no han abandonado esa política de la que el mundo y Cuba, en particular, disponen de muchas evidencias.

Pero no solo en asuntos de inteligencia y subversión que ellos ejecutan, ocultan, mienten y engañan, sino también en otros que a ellos les afecta, de lo cual es revelador el actual escándalo surgido en esa sociedad con la aparición a la luz pública de informes y evidencias que refieren cómo el presidente Bush y otras autoridades principales ocultaron que fueran advertidos, con anterioridad a los bárbaros actos terroristas del 11 de septiembre, de que esa tragedia se venía gestando y, sin embargo, no adoptaron las medidas necesarias para prevenirla.

Hasta ahora nada se sabía de eso, parece que habían tenido buen cuidado en ocultar lo que, de comprobarse, pondría al desnudo tan grave irresponsabilidad e insensibilidad de ese gobierno y el evidente desprecio que expresarían por su pueblo.  No hay duda, Randy, que Bush ha resultado ser un discípulo aventajado de los buenos maestros del embuste que ha tenido.

Otro plan en el que intervino la estación local de la CIA en la Embajada norteamericana en La Habana, fue el fraguado por los oficiales mayor Robert Van Horn y coronel Jack Nichols, quienes encubrían sus acciones subversivas y terroristas bajo el mando de agregados militares.

Los mismos utilizaron a la también agente Geraldine Shamma, que había sido reclutada por el ya citado Frank Sturgis, para organizar un plan de asesinato al Comandante en Jefe en ocasión de una de las visitas que asiduamente hacía a la casa de un dirigente de la  Revolución.

Dicho plan sería ejecutado por terroristas de la organización contrarrevolucionaria Milicias Anticomunistas Obreras, con las cuales Shamma era el enlace.  El plan fue aprobado por el jefe de la estación de la CIA James Noel y supervisado por Louis Herbert responsable de la CIA para el área de Centroamérica y el Caribe, quien especialmente viajó con tal fin a La Habana.

La década del 60 fue pródiga en planes altamente peligrosos; a los ya citados, podemos añadir, solo a modo de ejemplo, por su magnitud, los siguientes:

En 1961, en apoyo a la invasión mercenaria por Playa Girón, el gobierno de Estados Unidos ordenó a la CIA elaborar un plan para asesinar al Comandante en Jefe.  Para ello la Agencia se valió de los terroristas que integraban la organización contrarrevolucionaria MRP, fundada por el traidor Manuel Ray Rivero, quien al salir hacia Estados Unidos fue sustituido, como jefe de la misma en Cuba, por Reynold González, cuadro procedente de la Juventud Obrera Católica y fundador de la Unión de Trabajadores Católicos.  A este fue al que la CIA le encomendó la misión, y para ello, en unión de Antonio Veciana Blanch, connotado agente de la CIA y principal organizador del plan, Bernardo Paradela Ibarrichi y otros planearon el atentado en ocasión del multitudinario acto que tuvo lugar frente al antiguo Palacio Presidencial, donde en su terraza norte estaría el Comandante en unión de los principales dirigentes de la Revolución.

El plan consistió en disparar contra la tribuna con armas automáticas y una bazuca, a la vez que serían lanzadas granadas contra el pueblo allí concentrado.  De este plan testimonió ante las cámaras de televisión, el propio terrorista Reynold González.

También en marzo de 1961 el gobierno de Estados Unidos ordena a la CIA el asesinato de Fidel, para ello la agencia utilizó a Rafael Díaz Hanscom, designado coordinador civil de la organización contrarrevolucionaria Frente Interno, organizada para dirigir las acciones contrarrevolucionarias en apoyo a la invasión mercenaria, el que planeó el asesinato en ocasión de una de las frecuentes visitas que el Comandante realizaba a las obras en construcción por el Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas.

El plan consistía en hace estallar un potente artefacto explosivo.  En apoyo al mismo, se produjo la infiltración de un comando de la CIA, encabezado por el traidor Humberto Sorí Marín y otros, quienes introdujeron los explosivos y un número considerable de armas que serían, además, utilizadas en otras acciones contrarrevolucionarias.

También en 1961, en vísperas de la invasión mercenaria, vuelve el gobierno de Estados Unidos a ordenar a la CIA desarrollar otro vasto plan subversivo que tenía por finalidad provocar un gran levantamiento armado en el país.  El plan contenía, entre sus acciones, el asesinato del Comandante en Jefe durante la celebración del acto que, en conmemoración del 26 de Julio, habría de realizarse en la Plaza de la Revolución, y simultáneamente asesinar al entonces Comandante Raúl Castro, quien hablaría en un acto similar que se realizaría en el estadio “Guillermón Moncada”, en la ciudad de Santiago de Cuba.

Simultáneamente prepararon, con la participación también del Servicio de Inteligencia Militar de la Base Naval de Guantánamo, un autoataque contra dicha instalación para simular que era un ataque de fuerzas revolucionarias, lo que tenía por finalidad provocar la intervención militar de Estados Unidos.

Hay que razonar que la envergadura y comprometimiento de este plan revela, como pocos, la participación directa del gobierno de Estados Unidos en la dirección de planes para asesinar al jefe de la Revolución y a otros dirigentes.  Revela, además, la ausencia de escrúpulos que le caracteriza, pues un autoataque a dicha instalación militar supondría también la muerte de ciudadanos norteamericanos.

Otro plan fue gestado en julio de 1961 por los contrarrevolucionarios Mario Chanes de Armas —traidor—, su hermano Francisco, José Acosta Quintalla, Orlando Ulacia Valdés y otros, pertenecientes a las organizaciones MRP, 30 de Noviembre y FRD, quienes planearon asesinar al Comandante disparándole desde un lugar cercano a la casa de otro dirigente que él visitaba.

También en 1961 los contrarrevolucionarios Noel Goderich Rodríguez, José René Martínez Carratalá, Abelardo González Fernández, conocido por “El Manquito”, todos con antecedentes gangsteriles durante anteriores gobiernos, conjuntamente con Roberto Manuel Pérez Dulzaides y otros, prepararon y planearon asesinar al Comandante en ocasión del recibimiento del dirigente argelino Ahmed Ben Bella durante su visita a nuestro país.  El plan consistía en estallar una carga explosiva en un tramo del itinerario por donde suponían pasarían los dirigentes.

En abril de 1962, Juan Manuel Guillot Castellanos, cuadro procedente de la Agrupación Católica Universitaria, connotado agente de la CIA y coordinador militar nacional de la organización contrarrevolucionaria MRR, planeó asesinar al compañero Juan Marinello, en aquel entonces rector de la Universidad de La Habana.  El asesinato de Marinello era el señuelo para asesinar al Comandante en Jefe y a otros dirigentes de la Revolución cuando asistieran a sus funerales.

El miembro de esta propia organización, Juan José Martori Silva, fue el que realizó el atentado contra el compañero Carlos Rafael Rodríguez, en ocasión en que este regresaba a La Habana, procedente de Matanzas.

Similar plan organizaron también contra el compañero Raúl Roa —es decir, utilizando a Roa también como señuelo igual que hicieron con el compañero Marinello.

En 1962, los terroristas Luis David Rodríguez, Ricardo Olmedo Moreno y otros, de la organización RCA, planearon atentar contra el Comandante en Jefe en ocasión de la celebración del acto por el 26 de Julio, que se suponía se repetiría ese año en dicho lugar.  El plan se frustró al celebrarse el acto en Santiago de Cuba; sin embargo, no desistiendo de sus propósitos, al siguiente año lo planearon en ocasión del acto que se celebró en la escalinata universitaria el 13 de marzo.  Ese plan consistía en dispararle con un fusil con miras telescópica desde un lugar próximo.  Durante la operación de captura murió el jefe de los terroristas Luis David Rodríguez, pero cayó también el combatiente de la Seguridad del Estado, Orlando López González, quien pasó a integrar la larga lista de mártires del Ministerio del Interior.

Otro de los planes altamente peligrosos, encomendados por el gobierno de Estados Unidos a la CIA, fue el concebido en marzo de 1963 para asesinar al Comandante en Jefe por envenenamiento en una de las ocasiones en que concurriera a la cafetería del hotel Habana Libre.  El plan consistía en echar en el alimento del Comandante el veneno que la CIA había enviado en una cápsula.  Los ejecutores de este plan fueron terroristas de la organización Rescate, uno de cuyos cabecillas fue Leopoldina Grau Alsina, persona procedente de familia politiquera de la pseudorrepública y cuadro de las damas católicas.  El terrorista que tuvo la misión de echar el veneno fue Santos de la Caridad Pérez Núñez, empleado de la cafetería.  Este mismo plan fue intentado en otros establecimientos a los que el Comandante concurriera.

La citada Leopoldina, más conocida como Polita Grau, fue también una activa participante, y de alta responsabilidad, en la organización y desarrollo de la tenebrosa Operación Peter Pan.

Otro plan se registró en 1963, cuando los terroristas de la organización RCA, Julio Omar Cruz Cicilia y otros, planearon el asesinato del Comandante en ocasión de que concurriera al estadio Latinoamericano.  Fracasado dicho plan, intentaron realizarlo al próximo año.

Otro fue el planeado por los terroristas Pierre Quand Diez, Francisco Blanco y otros, de las organizaciones FIUR y Triple A,  los que lo planearon en ocasión de la celebración del acto por el aniversario de los CDR y lo harían mediante la colocación de cargas explosivas que harían estallar.

En la década del 70, continuaron los planes.  Ejemplo de ellos son los planeados por la CIA en 1972, en ocasión de la visita del Comandante en Jefe a Chile, de los cuales el compañero Taladrid, en su anterior intervención, hizo una amplia exposición de ello y no repetiré.

En 1973 los contrarrevolucionarios Orlando Benítez Hernández Valdés y Agustín Benítez Planas, asiduos oyentes de las emisoras contrarrevolucionarias y estimulados por la incitación para asesinar al Comandante en Jefe, planearon asesinarlo en una de las vías por donde se desplazaría, en ocasión del recibimiento ese año que se le daría al presidente chileno Salvador Allende.  Para ello utilizarían un fusil con mira telescópica y dos pistolas calibre 9 milímetros. 

Ya en la década del 80 prosiguieron estos planes, aunque con menor frecuencia.  Por ejemplo, en 1985, los terroristas de origen cubano Manolo Reyes y Rigoberto Milián Martínez, con el apoyo de terrorista de origen nicaragüense, planearon asesinar al Comandante en Jefe durante su visita a Nicaragua en ocasión de la toma de posesión del presiente Daniel Ortega.  El plan consistía en derribar el avión que transportaba al Comandante.

En 1988, los terroristas Pedro Corzo Eves, Pedro Martín Orozco y Gaspar Jiménez Escobedo, miembros de la Fundación Nacional Cubano Americana, planearon asesinar al Comandante durante su visita a Venezuela en ocasión de la toma de posesión del presidente Carlos Andrés Pérez.  El plan consistía en hacer estallar por control remoto varios artefactos explosivos de alto poder.

Ya en la década de los 90, esto se incrementa coincidiendo con las frecuentes salidas del Comandante al exterior.  Algunos ejemplos son:  en 1994, en ocasión de la participación del Comandante en la IV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en Cartagena de Indias, Colombia, los directivos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Alberto Hernández, Francisco José (Pepe) Hernández, y Roberto Martín Pérez, con la participación de connotados terroristas, como Luis Posada Carriles, Ramón Orozco Crespo, Gaspar Jiménez Escobedo, Félix Rodríguez Mendigutía, y Raúl Villaverde, organizaron el asesinato del Comandante en dicho evento.  Para financiar este plan, la alta cúpula de la Fundación asignó varios miles de dólares que fueron entregados a Gaspar Jiménez Escobedo, quien a su vez los hizo llegar a Posada Carriles.  También en esa ocasión adquirieron un fusil Barret calibre  50 y medios explosivos que trasladaron a Colombia, desde Miami, por vía aérea. 

Francisco José (Pepe) Hernández es el mismo personaje que reclutó al agente de la Seguridad del Estado, Percy Alvarado, a quien le ofreció 10 000 dólares para que colocara en el año 1994 un artefacto explosivo en Tropicana.

Roberto Martín Pérez es hijo del connotado esbirro batistiano Lutgardo Martín Pérez, y fue uno de los integrantes de la expedición trujillista, capturada en Cuba en 1959.

Gaspar Jiménez Escobedo, conocido por Gasparito, participó en el asesinato del compañero Artagnán Díaz, técnico de la pesca, en Mérida, Yucatán; estuvo preso en México y logró, con el auxilio de narcotraficantes, salir de la cárcel.

Otro plan fue preparado por la Fundación para ser ejecutado durante la participación del Comandante en la V Cumbre Iberoamericana en el año 1995, y vuelven a participar en este plan Roberto Martín Pérez, Gaspar Jiménez Escobedo y Eugenio Llameras.

Posteriormente a ese mismo año, en ocasión de la celebración de la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, también en Cartagena de Indias, Colombia, el plan antes concebido fue reactivado por los terroristas mencionados anteriormente.

En 1997, en isla Margarita, Venezuela, en la celebración de la VII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el terrorista Luis Posada Carriles, con el apoyo directo de Arnaldo Monzón Plasencia y otros directivos de la Fundación Nacional Cubano Americana, como Pepe Hernández, Alberto Hernández, Roberto Martín Pérez, Antonio (Tony) Llamas, Feliciano Foyo y Roberto Well Pineta, organizaron un plan para asesinar al Comandante en Jefe en ocasión de su participación en el evento. 

Relacionado con este plan, el mundo conoció de la captura, en aguas de Puerto Rico, del yate La Esperanza, propiedad del terrorista José Antonio Llamas, a bordo del cual viajaban los terroristas Angel Alfonso Alemán, Francisco Córdova Torna, Juan Batista Márquez y Angel Hernández Rojo, quienes portando dos fusiles Barret, de alto calibre que les fueron ocupados, uno propiedad del directivo de la Fundación, Francisco Pepe Hernández, y el otro del también terrorista Juan Evelio Pou, se dirigían hacia isla Margarita para participar en el citado plan de asesinato.

Como se conoce, todos fueron absueltos por un tribunal corrupto y servil a los intereses de la Fundación, con la complicidad del tristemente célebre Héctor Pesquera, en ese entonces jefe del FBI en ese país.

Después del juicio los terroristas, los fiscales, los jueces y Pesquera, con evidente ausencia de escrúpulos y ética, se fundieron en una orgía de euforia que nos hace recordar la reciente orgía que se repitió entre los terroristas, fiscales y el propio tristemente célebre Pesquera, luego de que el jurado federal declarara culpables a nuestros cinco héroes.

En agosto de 1998, previa a la anunciada visita del Comandante en Jefe a la República Dominicana, los terroristas Luis Posada Carriles, Ramón Font, Enrique Bassa y otros, planearon también asesinarlo con el apoyo en ese país de los terroristas Ramón Orosco Crespo y Frank Eulalio Castro Paz, estos preparativos trascendieron públicamente a través de la prensa.

En ocasión de la VIII Cumbre Iberoamericana celebrada en Portugal, los hermanos de origen de cubano Manuel y Jesús Guerra, expresos contrarrevolucionarios, hicieron preparativos para asesinar al Comandante en Jefe en ocasión de su participación en dicho evento.

Como colofón de este recuento, debemos recordar el plan frustrado en Panamá, en noviembre del 2000, en ocasión de la asistencia del Comandante a la X Cumbre Iberoamericana allí realizada, ocasión en que fueron detenidos in fraganti el terrorista Luis Posada Carriles y sus cómplices Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón Rodríguez y Guillermo Novo Sampoll, y ocupados los explosivos de alto poder que portaban.

Son conocidos los esfuerzos que realiza la Fundación Nacional Cubano Americana, con la anuencia del gobierno de Estados Unidos, para liberar a estos terroristas.

Quisiera compartir con ustedes y nuestro pueblo la siguiente reflexión: 

¿Qué hubiera también sucedido a muchos de nuestros compatriotas congregados en actos multitudinarios, si alguno de esos planes en los que se utilizarían potentes armamentos y explosivos se hubiera materializado?

¿Qué hubiera sucedido a los hermanos panameños si hubiesen estallado las cargas explosivas que los terroristas iban a colocar en la universidad de ese país, donde cientos de estudiantes y profesores se reunieron con el Comandante?

Entonces, ¿quiénes son los terroristas?

Randy Alonso.-  Sin duda es un apretado recuento de los más de 600 actos de terrorismo que son los intentos de atentado contra nuestro Comandante en Jefe a lo largo de estos 43 años, un récord olímpico, como mismo nuestro Comandante ha dicho y que, además, incluyen los intentos de atentados contra otros dirigentes de la Revolución.

Le agradezco a Pérez Fernández este —pudiéramos decir— rápido pero intenso recuento de todos estos abominables hechos contra los dirigentes de la Revolución.

Utilizados desde el principio mismo de la Revolución el tema migratorio y la Ley de Ajuste como instrumentos agresivos de la política norteamericana contra nuestro país, han tenido un clímax importante durante la década del 90 ante el deseo de provocar un desorden dentro del país, de provocar manifestaciones que lleven a un supuesto derrumbamiento de la Revolución y utilizar cada una de las vías posibles para crear un ambiente contrarrevolucionario en el país. 

El uso del tema migratorio en la década de los 90, es otro que se suma a la larga lista de acciones terroristas contra nuestro pueblo.  Renato Recio nos comenta sobre eso.

Renato Recio.-  Quiero recordar, Randy, primero que todo, el concepto de la Ley de Ajuste Cubano que es, precisamente, el corazón de la política de provocaciones y de agresiones en ese campo, por parte de los enemigos de Cuba y de los gobiernos norteamericanos desde hace muchos años.

La Ley de Ajuste Cubano fue aprobada por el presidente Johnson, el 2 de noviembre de 1966, y estableció status especiales y exclusivos para los ciudadanos cubanos que llegaran por cualquier vía a Estados Unidos, incluso para aquellos que habían llegado allí desde el Primero de Enero de 1959, algo que aquí se ha recordado en estos días, era un deseo de favorecer a los elementos que llegaron allí desde el triunfo de la Revolución, huyendo de la justicia revolucionaria, malversadores, asesinos, criminales del antiguo gobierno de la tiranía batistiana.

La Ley de Ajuste Cubano tenía, como tú recordabas, un afán desestabilizador, quería destruir a la Revolución Cubana; formaba parte de ese mecanismo, de ese sistema de acciones que se entrelazan todas y que lo que buscan es, precisamente, ahogar al pueblo cubano para someterlo, contra su voluntad, a los designios imperiales.  Eso, por supuesto, mezclado; es decir, la Ley de Ajuste Cubano, con los privilegios que daba, combinada con los ataques terroristas que se hacían a granel por aquella época, combinada con el bloqueo riguroso para dañar la economía del país, combinada con la propaganda y combinada con la política malévola de impedir, por la vía legal, el viaje a los ciudadanos cubanos que querían ir a Estados Unidos, que querían residir allá, que querían visitar familiares, etcétera, que advierto desde ahora que ha sido una política constante de la Revolución no interrumpir el proceso de las personas que quieren reencontrarse con sus familiares en Estados Unidos; bueno, eso unido a esa política malévola, es decir, yo te creo una ley que estimula la emigración ilegal y a la vez te prohíbo que emigres legalmente, eso estalló más de una vez en crisis migratorias.  Es decir, gente que se fue acumulando con su deseo de ir a Estados Unidos, imposibilitadas de ir porque les negaban la visa constantemente por la vía legal.  Más de una vez, como dije anteriormente, estalló en llamadas crisis migratorias.

Como voy para los últimos años, voy a recordar un antecedente importante, someramente, la crisis migratoria de 1980, que se produjo a partir de la salida masiva en embarcaciones por el puerto del Mariel, antecedida por la ocupación violenta de la embajada de Perú por un numeroso grupo de  delincuentes y antisociales, quienes asesinaron al custodio de esa instalación.  Aquella crisis —que no voy a detallar, fueron decenas y decenas de miles de gentes que salieron hacia Estados Unidos en embarcaciones que venían desde allá a buscarlas—, influyó, lógicamente, en que unos años después, ya con Ronald Reagan en el gobierno, se produzca otro acuerdo migratorio, el 14 de diciembre de 1984.  En ese acuerdo migratorio el gobierno de Estados Unidos se comprometía  a reanudar la expedición de visas preferenciales de emigrantes a ciudadanos cubanos hasta el número de   20 000 visas anuales.  Bueno, 20 000 visas anuales es una cifra, no cabe duda, de importancia.  Además de eso, se especificaba que ese número de 20 000 podía ser rebasado si se incluía a los familiares de los que ya eran ciudadanos norteamericanos y si se incluían además unas 3 000 visas anuales, para aquellas personas que habían cumplido sanciones por actividades calificadas como delitos contra la seguridad del Estado en Cuba.

¿Qué pasó realmente?  Del número total de visas que debieron ser concedidas en virtud de esos acuerdos, cuando se llega a 1994, de ese número total que debió sumar 160 000, solo han sido concedidas 11 222 visas.

De manera que, lógicamente, ese hecho, el hecho de que había una gran acumulación de personas que querían trasladarse a Estados Unidos y que no les daban la oportunidad de ir legalmente, el hecho de que en 1994 estábamos viviendo un momento duro del período especial —se sabe lo que ocurrió en Cuba, en aquel momento se derrumbó el campo socialista, los países que fundamentalmente comerciaban con Cuba; se reforzó al máximo el bloqueo norteamericano—; la división familiar y el reencuentro imposibilitado creaban la necesidad; la propaganda y la incitación a la emigración ilegal crecía; la tentación de vivir en el país más rico del mundo, con ingresos y salarios necesariamente superiores a los de un país como Cuba, subdesarrollado, pobre, bloqueado, y la negación de visas, insisto, trajo como consecuencia otra crisis migratoria.

Creo que es bueno —aunque es reciente, porque eso fue en 1994— recordar los hechos, aunque sea sucintamente:  hubo asesinatos, hubo secuestros de naves, hubo violencia; las imágenes aquellas de los asesinos llegando a la Florida, llegando a las costas de Miami y siendo recibidos como héroes, nunca se le olvidará al pueblo cubano.  Es algo verdaderamente terrible ver que asesinaban a una persona acá y unas horas después, llegaban allá —miren, ahí se ve esa imagen perfectamente (Ruedan imágenes)— con absoluta impunidad.

Randy Alonso.-  Esta es la imagen de Leonel Macías, el asesino de Roberto Aguilar Reyes, el joven marino cubano asesinado en el Mariel, cuya madre habló profundamente emocionada en la tribuna abierta de ayer, en Sancti Spíritus; una tribuna de un profundo contenido humano y revolucionario que nos llegó a todos y cada uno de los que participamos o de los que la vieron por televisión; ese testimonio de la madre de Roberto Aguilar fue uno de los que más profundamente nos llegó a cada uno de nosotros.

El asesino de Roberto Aguilar Reyes fue absuelto en Estados Unidos y está allí viviendo tranquilamente en Estados Unidos.

Renato Recio.-  En ese momento —lógicamente, estoy en agosto de 1994—, Cuba entiende que deben cesar por parte de nuestro país los esfuerzos que asumía exclusivamente nuestro país por impedir la emigración ilegal, las salidas ilegales; Estados Unidos no hacía nada, al contrario, se estimulaba por todos los medios que ocurriera.  Entonces nuestras autoridades se limitaron solo a persuadir a la gente de que no viajaran en condiciones inseguras, a patrullarlos, eliminar al máximo los riesgos en el trayecto dentro de las aguas jurisdiccionales de Cuba; pero se abrió la posibilidad de que la gente que tuviera necesidad o deseos, o por cualquier razón, cogieran sus embarcaciones, aquellas rústicas embarcaciones, y se marcharan; los guardacostas norteamericanos los esperaban, y unas 30 000 personas viajaron así, lo que se conoció como otra crisis migratoria.

Eso trajo como consecuencia intensas negociaciones entre  delegaciones norteamericanas y cubanas para establecer un nuevo acuerdo migratorio.  Esta vez se incluían, al parecer seriamente —desde el primer momento se veía—, medidas para conceder no menos de 20 000 visas cada año para emigrar de forma legal y segura, y se hacía el compromiso por parte de Estados Unidos de interceptar en el mar más allá de las aguas jurisdiccionales de Cuba a los que intentasen hacer viaje ilegal hacia Estados Unidos, y, por supuesto, devolverlos a Cuba.  Cuba, por su parte, se comprometía a no aplicar sanción alguna por el intento de salida ilegal.

Más de una vez se han evaluado estos acuerdos migratorios y su cumplimiento.  En general, se estima que las autoridades norteamericanas, sin dejar de seleccionar un grupo de gente a las cuales no devuelven, evidentemente para complacer a la mafia y a los políticos de derecha de Estados Unidos, devuelven alrededor del 80% de los emigrantes ilegales y, efectivamente, se han concedido no menos de 20 000 visas anuales.  Es un hecho que se puede evaluar como algo positivo, no se ha roto la esencialidad de ese convenio; pero sigue sucediendo, se ha visto, se sigue viendo el deseo, la intención constante de la mafia terrorista norteamericano-cubana, de los políticos de derecha, de bloquear, de sabotear, de complotarse contra esos acuerdos migratorios.  Eso está ocurriendo constantemente.

Hay que agregarle a eso, Randy, el hecho de que en los últimos años —ya desde esa fecha hacia a acá, probablemente— se incrementó enormemente el tráfico ilegal, el tráfico de emigrantes, el contrabando de personas; es decir, se utilizan ya las lanchas rápidas, que cobran, 8 000 dólares, 10 000 dólares, 11 000 dólares por trasladar gente para allá.  Las propias autoridades norteamericanas hablan de que el 80% ó 85% de todos los viajes ilegales se dan ese tipo de lanchas.

Randy Alonso.-  Incluso, el año pasado, se llegó a hablar de hasta más del 90%.

Renato Recio.-  Eso, por supuesto, es una manera de violentar el espíritu de los acuerdos migratorios, porque no es lo mismo interceptar barcos rústicos, embarcaciones de poca velocidad, que estas lanchas muy sofisticadas, muy rápidas, utilizadas —como hemos dicho en estas mesas redondas más de una vez— para el narcotráfico, para el terrorismo, para cualquier tipo de delito, y estas lanchas a veces no pueden ser, lógicamente, aunque lo deseen, detectadas o detenidas en alta mar por los guardacostas norteamericanos.

Ahora, esos contrabandistas que están en función no solo del dinero que ganan, sino también en función de los intereses de la mafia y los derechistas norteamericanos para sabotear los acuerdos migratorios, gozan también de absoluta impunidad.

Aquí en esta misma mesa hemos dicho en el parque en el que se reúnen en Miami, donde se hacen los negocios, hemos ofrecido nombres, direcciones, teléfonos de los balseros, de los dueños de embarcaciones y que conozcamos, al menos yo, no ha habido todavía una verdadera acción seria de las autoridades norteamericanas para impedir un delito universalmente reconocido como un delito criminal, un delito atroz.  Esas lanchas siguen siendo inseguras, a pesar de que son rápidas y sofisticadas; ha habido muchos accidentes, ha habido muchos muertos, incluso, con las lanchas rápidas esas.  Por otra parte, los lancheros son gente violenta, capaces de cualquier barbaridad.  Realmente, esos lancheros actúan como si cursaran una escuela de futuros terroristas, si no lo son ya, y de futuros narcotraficantes, si no lo son ya.

En definitiva, siguen las mismas condiciones de estimulación a la emigración ilegal; pero en estos años ocurrió un hecho que me parece que debemos recordar como muy trascendente dentro de este aspecto de la emigración ilegal y la Ley de Ajuste Cubano:  el secuestro del niño Elián González.

Llevaban a Elián González en uno de esos casos de emigración ilegal, sin la autorización de su padre, cuando la nave en que viajaba sufrió un accidente, se hundió.  Elián fue uno de los pocos sobrevivientes, fue rescatado en alta mar, cerca de las costas de Florida, por unos pescadores, y la mafia y los políticos de derecha —no solo la mafia, también los políticos norteamericanos de derecha— creyeron encontrar una posibilidad maravillosa para crear un precedente que siempre habían buscado, es decir, un caso que cuestionara el deber de los guardacostas de retener y devolver a Cuba a la gente interceptada en alta mar —ese acuerdo es una cosa que le ha dolido siempre a la mafia y lo quieren destruir—, y lo secuestraron.  El pueblo cubano recuerda mucho estos trágicos acontecimientos y no hace falta detallarlos demasiado.

Pero el caso de Elián, que fue vilmente secuestrado y luego rescatado por la acción del pueblo cubano y la solidaridad de los norteamericanos, cuando un 80% del pueblo estadounidense comprendía que no era posible, no era humano sacar a un niño de su patria y de su tierra y arrebatárselo a su padre, ese caso nos recordó a todos la cantidad de muertos que han ocurrido por este concepto, de ciudadanos cubanos que han muerto, de niños cubanos que han muerto, de mujeres cubanas que han muerto, aunque no sepamos a la larga cuál es la cantidad exacta.  Fue un ejemplo de cuál es la esencia de este mecanismo brutal que se llama Ley de Ajuste Cubano.

El hecho de que Elián fuera secuestrado y que fuera —como todos recordamos— visitada constantemente la casa de los secuestradores por terroristas connotados, por gente que ha matado, por gente que ha puesto bombas, por gente muy despreciable; que fuera la casa aquella donde lo secuestraron protegida por una organización contrarrevolucionaria terrorista, todos aquellos espectáculos atroces nos recuerdan, en este mismo instante, que cuando Bush el día 20 de mayo estuvo en Miami, entre el público que delirantemente lo aplaudía, el público ese histérico, en ese público estaban esos terroristas, esos secuestradores, estaban los secuestradores directos y los indirectos.  Por eso se ha dicho, con razón, que Bush se reunió con terroristas y con secuestradores de niños.  Se reunió, en fin, con todos los causantes de esta política inhumana que está relacionada con la Ley de Ajuste Cubano y la emigración ilegal.

         Uno se sigue preguntando, después de esa reunión famosa, hasta cuándo las autoridades norteamericanas van a permitir que esos lancheros y esos dueños de embarcaciones, que salen de ahí, puedan actuar impunemente.

Randy Alonso.-  Evidentemente, la respuesta no estará, Renato, mientras Estados Unidos siga utilizando el tema migratorio como un elemento político de agresión contra nuestro país.  Como tú decías, allí en el encuentro con Bush estaba Delfín, estaba Lázaro, estaba Marysleisis, estaba Ileana y estaban varios de los miembros de esta fauna.

Renato Recio.-  Quiero agregar una cosa que me parece, incluso, más terrible en la mentalidad de esa mafia.  El sabotaje, el complot contra el acuerdo migratorio vigente se produce por el deseo, por la intención  explicitada de que se produzca una nueva crisis migratoria, con consecuencias, incluso, trágicas; lo desean, luchan por eso, trabajan por eso para justificar un bloqueo naval de Estados Unidos a Cuba, probablemente una respuesta cubana, porque Cuba no se deja nunca humillar, y crear condiciones para que Estados Unidos tome acciones de guerra, tal y como lo ha hecho en otros países, con otros pueblos.  Ese es el deseo verdadero de esa mafia y de esa derecha, y todo lo que hacen en relación con los acuerdos migratorios se dirige, en última instancia, a ese punto. 

Randy Alonso.-  Esos secuestradores de niños son parte de la política que Estados Unidos ha practicado contra nuestro país, de utilizar el problema migratorio como un método de agresión, una política que, además, ha sido aprovechada, como tú decías, por la mafia anticubana, para provocar una situación que lleve a una agresión militar directa contra nuestro pueblo y que sigue siendo un instrumento de muerte contra ciudadanos cubanos, mujeres, niños, hombres, ancianos, que perecen en el estrecho de la Florida, muchas veces siquiera sin que se sepa cuál es su nombre ni cuántos fueron.  Este es un testimonio que nuestra mesa redonda brindó una vez y que, sin duda, merece recordarse en el día de hoy de una de las inocentes víctimas de la Ley asesina y terrorista de Ajuste Cubano.

Belkis Pérez.-  Esta es la escuela 26 de Julio, de Puerto Esperanza, en el municipio pinareño de Viñales, esta el aula de Cuarto A, donde un pupitre permanece solo.  Claudia Montané Castro, de 9 años, ya no comparte con sus amigos y su maestra, los mismos que la acompañaban desde hacía cuatro años.

Maestra.-  Ella nunca demostró nada, ni aquí ni en la calle, en ninguna parte.  Ella era una niña muy preocupada, le gustaba mucho la escuela, el grupo, compartía con todos.

Belkis Pérez.-  Creo que dejó un trabajo que usted había orientado.

Maestra.-  Un trabajo de curso sobre Camilo, se lo dejó a una niña para que me fuera entregado.

Niño.-  Le gustaba estudiar junto con nosotros.  Yo le digo a la maestra que Claudia nos hace falta, porque Claudia nos ayuda bastante.

Niña.-  Me dio tristeza porque ella siempre estaba con nosotros; siempre estaba junto a sus amigos, y sentí mucha tristeza cuando supe la noticia.

Niña.- Ella era un aniña muy linda, tenía un pelo muy largo, participaba en todas las actividades de la escuela, venía todas las mañanitas.  Ella compartía todo con nosotras, no era mala, siempre estaba junto a nosotros, jugábamos, hacíamos muchas actividades.  Además, ella siempre estaba muy contenta con nosotros, jugando, hablando, haciendo todo tipo de juegos.

Belkis Pérez.-  ¿Nunca les dijo que quería irse a donde estaba viviendo su papá?

Niña.-  No, nunca nos dijo eso.

Niño.-  Yo me sentí triste, porque ella era buena, nos ayudaba, participaba en todas las actividades, venía todas las mañanas al tiro, a las películas, la formación de valores.  Bueno, ella compartía con nosotros todo lo que ella tenía y nos ayudaba mucho.

Belkis Pérez.-  Desde el jueves en la tarde Claudia se ausentó a la escuela, fue llevada por su madre, Jackelín Castro Sentí, de 29 años, a lo que resultó ser una irresponsable aventura.

En este pueblo de pescadores todos sienten lo ocurrido.  Esta es la casa de la abuela de Claudia, Aleida Sentí, un hogar donde se sembró el dolor.

Abuela de Claudia.-  Yo no pensé esto, que ella se fuera un día por vía legal sí, pero que se fuera así no.  Incluso ella a mí no me dijo nada que se iba, porque si ella me lo dice yo le quito las ideas, pero ella no me lo dio, honestamente, yo soy su madre y ella no me lo dijo.

Belkis Pérez.-  Porque usted sí está consciente del peligro que se corre.

Abuela de Claudia.-  Sí, cómo yo voy a arriesgar a mi nieta, que la crié con tanto trabajo, arriesgarla al peligro.  Ella no me dice nada a mí, porque si me lo dice yo se la quito; si se quiere ir que se vaya sola, pero mi nieta no.  Ella lo hizo porque quiso.  Es que ella en todo momento lo que me dijo a mí es que iba a La Habana a buscar un paquete, no me dijo a mí la verdad.  Que iba a buscar un paquete y ahí me mantenía en eso y me mantenía en eso, y eso fue lo que yo le creí, porque como hija no me fue franca, no me dijo la verdad; se fue el jueves y yo ya no supe nada más de ella.

Belkis Pérez.-  Por supuesto que hay muchísimo dolor en la familia.

Abuela de Claudia.-  Claro que sí, eso es lo que ella ha dejado, mucho dolor en la familia, porque yo no sé dónde está, no sé.  Lo único que puedo decir es que tengo un dolor muy grande en el corazón.

Tía de Claudia.-  Ella siempre dijo que se iba a ir, pero que se iba a ir legal, ella nunca dijo que se iba a ir así con la niña, y hasta el momento, ella nunca dijo que se iba, eso lo ocultó hasta última hora, y se fue porque quería estar al lado de su esposo, era lo que quería, y que la niña estuviera al lado de su padre; pero nunca dijo que se iba por esa vía, jamás.

Belkis Pérez.-  ¿Ustedes le hubieran quitado la idea?

Tía de Claudia.-  Se la hubiéramos quitado, y ella, si se hubiera querido ir tal vez lo hubiera hecho, porque es mayor de edad; pero la niña se la hubiéramos quitado, no la hubiéramos dejado que se la hubiera llevado.

Belkis Pérez.-  ¿Cuánto sienten hoy ustedes que Claudia no esté aquí?

Tía de Claudia.-  ¡Imagínese usted!, qué podemos decir, si ellas vivían y morían en mi casa y yo venía aquí, siempre andaba junto con ellas.  Claudia tenía mucho lío con nosotros también; una inocente que no debió haberla sometido a eso tampoco.

Belkis Pérez.-  El padre de Claudia está allá.

Tía de Claudia.-  Sí, él está en Estados Unidos.

Belkis Pérez.-  ¿Y él sabía algo de que Jackelín pensaba irse.

Tía de Claudia.-  Seguro que lo sabe, imagínese usted, ella sola no hubiera dado este paso.  Yo estoy segura que ella sola no hubiera dado este paso.

Tío de Claudia.-  Ese cambio fue desde que Carlos llamó para acá que ella estaba como desesperada —Carlos, su esposo, el padre de la niña—, porque él le habló de un paquete.  Desde que él estuvo aquí en Cuba, ellos hablaron muchas veces, estuvieron solos todo ese tiempo, y él le dijo que le iba a mandar un paquete, que tenía que ir a La Habana, que no se moviera de aquí, que lo esperara.

Belkis Pérez.-  ¿Ustedes le hubieran quitado la idea si lo hubieran sabido?

Tío de Claudia.-  Claro que sí, seguro, imagínese, el dolor tan grande que hay dentro de la familia ahora, sin saber de ellas, sin tener noticias, nada, imagínese, y de la niña principalmente.

Vecina de Claudia.-  Nunca demostró en irse así en lo que es barcos y eso, no; ella quería mucho a su hija.  Siempre manifestó que tirarla al mar así no, no, ella quería mucho a su niña, se dedicaba mucho para el bienestar de su hija, muy limpia, la niña iba a la escuela, muy activa con los niños, los quería mucho.  Ella tenía una bicicletica y le daba vueltas a los demás niñitos, montados en el caballito así, alante, para darles una vueltecita.

Belkis Pérez.-  ¿Por qué usted cree, si ella dijo alguna vez que a su hija nunca la llevaría por mar, lo habrá decidido?

Vecina de Claudia.-  Bueno, yo creo que en sí haya sido por el padre de la niña.

Belkis Pérez.-  Una vez más el dolor se adueña de una familia cubana.  El aula de cuarto grado de la escuela 26 de Julio de Puerto Esperanza, en Viñales, quedó con un pupitre vacío.  Es esta una muestra más de lo absurdo de una ley que los cubanos seguiremos combatiendo hasta el final de nuestros días.

         Randy Alonso.-  Son las víctimas de una ley asesina y de una ley terrorista.  Cuando Estados Unidos pretende calificar en el mundo quiénes son los estados terroristas, o las llamadas naciones que auspician el terrorismo, hay que recordar en esta mesa redonda cuántos torturadores y asesinos batistianos fueron acogidos por el gobierno norteamericano tras el triunfo de la Revolución.

         Sobre ese tema le hemos pedido al historiador Pedro Alvarez-Tabío que nos haga un apretado recuento de una larga lista que se pudiera mencionar.

         Pedro Alvarez-Tabío.-  Muchas gracias, Randy.

¿Cómo es posible acusar a Cuba de amparar terroristas, y hacerlo sin pudor, con la cara tan fresca, cuando ha sido precisamente Estados Unidos el país que ha servido de refugio seguro y cómodo para cientos  —por no decir miles— de terroristas de origen cubano, terroristas comprobados y, en muchos casos, hasta confesos?  Se puede ser mentiroso, ya eso es malo, condenable y repudiable; pero es que en estos señores del Departamento de Estado, la hipocresía, la falta deliberada de memoria histórica, la falta de pudor llega a extremos tan insólitos que realmente cuesta trabajo encontrar un precedente en el mundo.

Para comenzar a tratar este tema de Estados Unidos como refugio de terroristas, yo me voy a referir en esta ocasión a un aspecto que ya ha sido mencionado en estas mesas redondas, pero que, a mi juicio, conviene recordarlo porque es una demostración palpable de esa impudicia y de esa hipocresía.  Me refiero precisamente a lo que fue la primera manifestación concreta de hostilidad del gobierno de Estados Unidos hacia la Revolución triunfante en Cuba el Primero de Enero de 1959, que fue la acogida brindada a decenas de criminales de guerra, asesinos, torturadores, ladrones descarados del tesoro público del pueblo, que lograron huir de la justicia revolucionaria y encontraron hospitalidad y asilo en territorio de Estados Unidos, bien directamente desde el primer momento, puesto que de Cuba salieron directamente a Estados Unidos. o luego de un tránsito más o menos breve por un tercer país.

         He traído aquí un listado de connotados esbirros de la dictadura que lograron escapar al extranjero al triunfo de la Revolución y fueron a parar a Estados Unidos.  Esta lista tiene 41 nombres, y no está completa.

         Randy Alonso.-  Estamos hablando de los más connotados.

Pedro Alvarez-Tabío.-  Los más connotados.  Ahora, esta lista puede servir para demostrar cuál fue la actitud apañadora y cómplice con el terrorismo que desde aquellos primeros momentos tuvo el gobierno de Estados Unidos con estos criminales, con estos asesinos, con estos ladrones, que llenaron precisamente de terror, de luto, de dolor al pueblo cubano. 

Voy a mencionar algunos de los nombres de esta lista y, en la medida en que los mencione, nos vamos a dar cuenta de que se trata de una verdadera galería del crimen.

         Conrado Carratalá Ugalde:  Su simple nombre, junto con el de Esteban Ventura, infundía terror en Cuba.  Era uno de los más sanguinarios esbirros de la Policía en La Habana, autor de innumerables asesinatos.

         Martín Díaz Tamayo:  Compinche de Batista, uno de los complotados en el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952,  ascendido de capitán retirado a general, de un golpe, el mismo día del golpe.  Fue —recuerdan ustedes muy bien— el portador de la orden de Batista de asesinar a los asaltantes del Moncada que fueron hechos prisioneros.  Luego actuó como vicejefe del Buró de Represión de Actividades Comunistas, el siniestro BRAC, de sangrienta memoria, y jefe del Regimiento 1 “Maceo”, en Santiago de Cuba.

Alberto del Río Chaviano:  Otro de los golpistas del 10 de marzo.  El asesino del Moncada, ejecutor de los asesinatos de más de 50 moncadistas prisioneros, responsable de las horribles torturas aplicadas a estos heroicos combatientes, entre ellos Abel Santamaría, Boris Luis Santa Coloma y muchos otros.

         Mariano Faget Díaz:  Jefe del ya mencionado Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC), hombre de confianza del FBI en Cuba.  Acusado en su momento de ser el asesino del líder ortodoxo Pelayo Cuervo Navarro, a raíz del asalto a Palacio el 13 de marzo, cuyo cadáver —como nuestro pueblo recordará— apareció tirado en el Laguito del exclusivo reparto Country Club. 

         Armentino Feria Pérez:  Miembro de la organización llamada Tigres de Masferrer —a la que me voy a referir más adelante—, tristemente célebre por sus numerosos crímenes cometidos en Manzanillo, Sagua de Tánamo y Santiago de Cuba.

         Pilar García García:  Nombre de mujer y alma de asesino.  Ejecutor del asesinato de los asaltantes al cuartel Goicuría. Jefe de la Policía Nacional, famoso por sus crímenes y por el método “García”.  ¿Qué cosa era el método García?  Asesinar al detenido de un tiro por la espalda.

         Irenaldo García Báez:  Hijo de Pilar García.  En este caso voy a leer lo que escribió la revista Bohemia en 1959 de este asesino.  Dice:

         “De teniente que era, agregó una palabra más a su rango y se convirtió en teniente coronel.  Había dos razones para ello:  era hijo de Pilar y tenía alma de criminal. Se le nombró segundo jefe del SIM, y son muchos los cubanos que pueden contar historias en las que él figura como el verdugo mayor.  Mientras la juventud cubana se inmolaba para derrocar al régimen, este hombre joven se entregaba en cuerpo y alma a la nefasta tarea de ahogar en sangre todo intento de libertad.  Utilizando el eslogan de una firma cigarrera, bien podía decirse: ‘De mi padre lo aprendí’.”

         Leopoldo Pérez Cougil:  De capitán a coronel el 10 de marzo, jefe del Regimiento 4 “Plácido”, de Guardia Rural, en Matanzas, Vicejefe del BRAC.  En los últimos meses de la dictadura, jefe del Servicio de Inteligencia Militar, el funesto SIM.

         Ahora vienen en la lista dos personajes que a los cubanos —por lo menos los de mi generación— no hay que recordarles quiénes eran, porque fueron bien notorios. 

         Julio Laurent Rodríguez:  Oficial de la Marina de Guerra batistiana, de quien quizás lo único que haría falta decir es que fue el asesino directo del luchador revolucionario Jorge Agostini, y de al menos ocho expedicionarios del Granma prisioneros, entre ellos nada menos que Ñico López, Cándido González y José Smith. Bajo su mando, la estación de la Marina en el Castillo de la Chorrera, en la desembocadura del río Almendares, se convirtió en un antro de muerte, tortura y crimen.

         Rolando Masferrer Rojas:  Otro personaje de larga trayectoria.  Ganó notoriedad ya desde la década de los 40 como cabecilla de una organización gangsteril, autor intelectual o directo de una serie de atentados contra sus enemigos políticos, ejemplo de oportunista, renegado de sus afiliaciones políticas cada vez que fuese conveniente a sus intereses, como cuando se convirtió, de repente, de auténtico en batistiano el 10 de marzo.  Termina organizando y dirigiendo personalmente el grupo paramilitar conocido como los Tigres de Masferrer, responsables de incontables asesinatos y abuso en el sur de Oriente.

         Seguimos con la galería de asesinos que encontraron refugio en Estados Unidos.

         Agustín Lavastida Alvarez:  Apodado “Masacre”, huelgan comentarios.  Jefe del Servicio de Inteligencia Regimental en Holguín y también en Santiago.

         Lutgardo Martín Pérez:  De sargento ascendió a teniente coronel, no por cierto por méritos profesionales.  Jefe de la Policía en La Habana, notorio asesino torturador, y padre —como aquí se ha dicho— de uno de los cabecillas principales del brazo terrorista de la Fundación Nacional Cubano Americana.  Otro que de su padre lo aprendió.

         José Eleuterio Pedraza Cabrera:  Otra larga hoja de servicios al crimen desde la huelga de marzo de 1935, que ahogó en sangre.

         Orlando Piedra Negueruela:  Jefe del tenebroso Buró de Investigaciones de la Policía batistiana, otro centro de terror, tortura y crimen.

         José María Salas Cañizares:  Infundió el terror en Santiago de Cuba.  De él diré solamente que fue el autor material directo del asesinato de Frank País, aquel a quien Fidel calificó como “el más valioso, el más útil, el más extraordinario de nuestros combatientes”.

         Angel Sánchez Mosquera:  ¿Qué podemos decir de Sánchez Mosquera?  El epítome del militar asesino, responsable del asesinato de decenas de campesinos en la zona de las Minas de Bueycito durante la lucha en la Sierra Maestra; de la muerte alevosa del colaborador campesino Lucas Castillo y de otros miembros de su familia y vecinos en la zona de Santo Domingo.

         Merob Sosa García:  Emulo de Sánchez Mosquera en cuanto a crímenes contra la población civil inocente de la Sierra; luego destacado al puesto de mando de la tiranía, conocido como La Presa de Bayamo, una infernal cámara de torturas donde se cometieron crímenes abominables.

         Y pudiera así seguir diciendo nombres, como, por ejemplo, los de Francisco Tabernilla, sus hijos Carlos y Silito, Manuel Ugalde Carrillo y muchos otros, pero no habría tiempo para ello.

         Ahora, no quiero terminar esta enumeración sin mencionar el nombre de lo que a mi juicio es el arquetipo del asesino en la historia de la lucha revolucionaria en Cuba:  Esteban Ventura Novo, fallecido el año pasado, plácidamente, en Miami. De los incontables crímenes de Ventura, creo que solo bastaría con mencionar el asesinato de los combatientes de Humboldt-7, Fructuoso Rodríguez, Joe Westbrook, Juan Pablo Carbó Serviá, José Machado, los cuadros principales del Directorio Revolucionario tras la muerte de José Antonio Echeverría; o la masacre de Goicuría y O’Farrill, donde fueron asesinados Machaco Ameijeiras, Rogito Perea, Pedro Gutiérrez, que son dos de los hechos de sangre más abominables de nuestra historia.

Estas son, Randy, algunas de las “perlas” que gozaron de la acogida generosa y amable del gobierno de Estados Unidos.  Todos ellos y los demás de la lista, que no he mencionado en aras del tiempo, hasta un total de 41, son, simple y sencillamente, terroristas, porque su ocupación durante la lucha insurreccional, y muchas veces incluso después de la lucha insurreccional —como vamos a ver también dentro un momento— no fue otra que sembrar el terror dentro de la población civil cubana.

Estos son algunos de los que encontraron amparo en Estados Unidos, porque lograron escapar de la justicia revolucionaria.

En materia de historia hay veces en las que al historiador le sirve formularse preguntas hipotéticas.  Yo creo que este es un caso.  Y yo me preguntaría:  ¿Qué hubiese pasado, si entre los que logran escapar de la justicia revolucionaria se hubieran encontrado también, digamos, por ejemplo, Joaquín Casillas Lumpuig, el asesino de Jesús Menéndez, o Jesús Sosa Blanco, el autor de la horrible matanza del Oro de Guisa, donde fueron asesinados a sangre fría una docena de pobladores inocentes de este remoto caserío de la Sierra Maestra, entre ellos nueve miembros de la familia Argote?  ¿Qué hubiese pasado si Fermín Cowley Gallegos, el brutal ejecutor de las Pascuas Sangrientas en el norte de Oriente, el asesino de los expedicionarios del Corynthia, no hubiese sido ajusticiado por un comando revolucionario en Holguín y hubiese escapado el Primero de Enero de 1959?  ¿O si Caridad Fernández, el asesino de Juan Manuel Márquez y de tantos otros revolucionarios en la zona de Manzanillo, no hubiese sido capturado?

¿Qué hubiese pasado?  Yo no tengo la menor duda de que hubiesen sido igualmente acogidos como respetables refugiados políticos, dignos de disfrutar de un cómodo, apacible y lujoso exilio, gracias a los millones que le habían robado al pueblo cubano entre asesinato y asesinato, sin que siquiera sus conciencias se vieran perturbadas por la sombra de sus crímenes horrendos.

Por el simple hecho de esa acogida cordial de que todos, sin excepción, disfrutaron hasta su muerte, o siguen disfrutando todavía los que no han muerto, de total impunidad y tranquilidad apacible, Estados Unidos se convirtió en país amparador y auspiciador del terrorismo, digno de figurar, el primero, en la lista famosa del Departamento de Estado.

Hay que decir que las autoridades del Gobierno Revolucionario cubano agotaron todas las vías diplomáticas establecidas para lograr la devolución a Cuba de estos criminales.  Existía y estaba plenamente vigente un tratado de extradición entre Cuba y Estados Unidos que preveía estos casos y los procedimientos que debían seguirse.  Lo que no existía, sencillamente, era la voluntad política de cumplir con ese compromiso, sino todo lo contrario, la expresa voluntad política de manifestar por esa vía el desagrado norteamericano por el triunfo revolucionario en Cuba, la hostilidad, la oposición al nuevo gobierno, fruto de la Revolución, establecido en Cuba.

Pero yo creo que hay algo más.  Ya desde este tempranísimo momento, estos criminales cubanos eran vistos por el gobierno de Estados Unidos como aliados potenciales e instrumentos materiales de cualquier política de agresión contra Cuba, en la que ya muchos planificadores norteamericanos de política estaban pensando. 

No hay tiempo de hacer un recuento de las innumerables gestiones realizadas por el Gobierno Revolucionario para lograr la devolución de estos criminales.  El caso es, y es lo que me interesa destacar, que, a pesar de la existencia de un tratado de extradición vigente entre los dos países, a pesar de las múltiples gestiones realizadas por el Gobierno Revolucionario, jamás ni uno solo de estros criminales asesinos, torturadores y ladrones de la dictadura, comprobados agentes terroristas contra su propio pueblo, fue devuelto a Cuba; todo lo contrario, fueron protegidos por el gobierno de Estados Unidos, utilizados como instrumento de su política de agresión contra nuestro país.  Lo mismo que va a suceder después con traidores, secuestradores de embarcaciones y otros terroristas que a lo largo de los años encontraron refugio en ese país.

Varios de estos criminales, como ya se dijo aquí en una mesa anterior, fueron llamados a declarar en julio de 1959 ante comisiones del Congreso de Estados Unidos, como si en vez de vulgares asesinos fueran honorables personalidades a las que pudiera pedirse criterios sobre una revolución verdadera.  No cabe duda de que el Senado y la Cámara de Representantes norteamericanos han sido muchas veces escenario de espectáculos indignos, pero yo me atrevo a afirmar que pocas veces hubo uno tan bochornoso, tan mezquino y tan infame.

Muchos de estos criminales batistianos —ya lo dije— participaron después en algunas de las organizaciones contrarrevolucionarias que fueron promovidas por el propio gobierno de Estados Unidos y dedicadas a la realización de agresiones armadas y acciones terroristas contra Cuba, y esa fue otra razón —ya lo dije también— por la que jamás Estados Unidos dejó de ampararlos:  para utilizarlos en sus planes agresivos contra nuestro país.

Conrado Carratalá integró el grupo de criminales de guerra involucrados en la llamada “conspiración trujillista” de 1959, una de las primeras acciones de gran envergadura destinadas al derrocamiento de la Revolución, que fue desbaratada por la acción muy eficiente de penetración e inteligencia y por una operación dirigida personalmente por el Comandante en Jefe.  Luego continuó vinculado a diversos planes contrarrevolucionarios terroristas.

Alberto del Río Chaviano dirigió en 1960, en la República Dominicana y Haití, entrenamientos a grupos terroristas anticubanos que serían utilizados en agresiones contra Cuba.

Martín Díaz Tamayo, favorito de los yankis ya desde antes del triunfo de la Revolución, cuando su nombre solía aparecer en todas las fórmulas de juntas cívico-militares que sustituirían a Batista con el visto bueno de Estados Unidos, agente del FBI, formó parte en 1960 de la llamada Junta Contrarrevolucionaria en el Exilio, asesoró al Pentágono en la elaboración de planes de agresión y sirvió como agente reclutador de elementos del antiguo ejército de la tiranía para la realización de acciones terroristas.

Mariano Faget estuvo vinculado en junio de 1959 a un grupo que, bajo la jefatura de Orlando Piedra, otro de nuestra lista de esbirros y asesinos, proyectaba una invasión a Cuba.  Actuó como interrogador de la CIA, en la base de Opalocka, en la Florida, a posibles candidatos a integrar grupos terroristas de acción contra Cuba.  Fue parte de la llamada Operación 40, grupo entrenado como parte de los planes de invasión por Playa Girón para la eliminación física de dirigentes revolucionarios y otras tenebrosas tareas subversivas.

Armentino Feria se infiltró en octubre de 1960 por la bahía de Navas, en Baracoa, con el objetivo de promover un grupo de bandidos y abrir un frente de alzados en esa región, pero fue neutralizado y capturado por las fuerzas revolucionarias.

Julio Laurent tuvo responsabilidades logísticas y operacionales en grupos contrarrevolucionarios destinados a realizar planes de atentado y otras acciones terroristas.

Lutgardo Martín Pérez, estuvo implicado en la ya mencionada “conspiración trujillista”, en la que participó su hijo Roberto, actual cabecilla de la Fundación, que cumplió sanción en Cuba por ese hecho.

Rolando Masferrer organizó planes de invasión a Cuba en 1959, planes de infiltración en 1962, planes de asesinato del Comandante en Jefe, planes de provocaciones que justificaran una agresión militar a Cuba y muchas otras acciones terroristas, hasta que fue asesinado en Miami en 1977 en un ajuste de cuentas mafioso.

José Eleuterio Pedraza, aparte de estar también involucrado en la “conspiración trujillista”, realizó innumerables acciones terroristas contra Cuba en los años sesenta, cuando dirigió las organizaciones llamadas Ejército Anticomunista de Cuba y Bando Unificado, diseñadas para emprender misiones especiales de terrorismo en Cuba.

Angel Sánchez Mosquera formó parte del cuadro de mando de una Legión Internacional Anticomunista Cubana integrada en 1961 para realizar acciones paramilitares contra Cuba, y siguió después durante muchos años vinculado a planes terroristas contra nuestro país.

Merob Sosa fue dirigente de la organización contrarrevolucionaria La Rosa Blanca, responsable de numerosos actos terroristas.  Fue de los que testimonió contra Cuba en el Senado norteamericano en julio de 1959.

Los Tabernilla, padre e hijos, tampoco han permanecido ociosos en el terrorismo contra Cuba.  Carlos Tabernilla es miembro activo de la organización Hermanos al Rescate.  Tanto el viejo Pancho como su hijo Silito han sido miembros notorios de la AFIO, la asociación de exoficiales de la CIA.

Y, por último, Esteban Ventura estuvo vinculado con decenas de organizaciones terroristas contrarrevolucionarias, entre ellas con el grupo Abdala y con la Fundación Nacional Cubano Americana.

Creo, Randy, que es suficiente. 

Yo dejaría planteadas solamente, para terminar, preguntas como las siguientes: 

Visto todo esto, ¿es o no cierto que el gobierno de Estados Unidos amparó a comprobados asesinos y ladrones, les otorgó total impunidad, les dio la posibilidad y les creó las condiciones para que prosiguieran su criminal carrera terrorista contra el pueblo cubano?  ¿Es o no cierto, por tanto, que el gobierno de Estados Unidos amparó deliberadamente a conocidos culpables de acciones terroristas contra el pueblo cubano?  ¿Cuál es, por tanto, el país que sí debiera figurar en la lista del Departamento de Estado como auspiciador del terrorismo?  ¿No le corresponde ese privilegio a los propios Estados Unidos?

Randy Alonso.-  Sin duda, Pedro, este recuento que usted nos ha hecho, que ha sido en apretada síntesis, porque realmente son muchos los que pudieran estar en esa lista, demuestra la falacia, la inmoralidad, la hipocresía de los dos discursos del señor Bush y especialmente su discurso en Miami.  El, que es representante de los gobiernos norteamericanos, que les han dado amparo, refugio, y, además, han utilizado contra Cuba a estos asesinos de muchos jóvenes cubanos, y que fueron, además, conocidos torturadores y después terroristas contra nuestro pueblo tras la Revolución.

Creo que es una muestra innegable de quiénes son los verdaderos terroristas y de quién es el representante supremo del terrorismo en el mundo.  Sobre esa falacia, yo creo que los que hoy siguen haciendo terrorismo contra nuestro pueblo no son más que el resultado y los hijos de aquellos batistianos que mataron a miles de hijos de nuestro pueblo.

Gracias, Pedro.

(Se ruedan breves imágenes sobre el tema.)

Randy Alonso.-  Resultado de aquellos batistianos que sirvieron para organizar las primeras organizaciones contrarrevolucionarias contra nuestro país desde territorio norteamericano son las decenas de organizaciones contrarrevolucionarias y las decenas de terroristas que se han formado, financiado o entrenado en Estados Unidos para ejecutar acciones contra nuestro pueblo durante todos estos años.  Son muchos los terroristas de origen cubano que andan sueltos por Miami o por otras ciudades de Estados Unidos.  Yo le propongo solo un breve recuento de esa larga lista a Lázaro Barredo.

Lázaro Barredo.-  Bueno, si medimos la protección a estos asesinos y la decisión misma que toma el Consejo de Seguridad Nacional del presidente Eisenhower, en fecha tan temprana como el 10 de marzo de 1959, en reunión secreta en la Casa Blanca, donde deciden derribar a la Revolución, poner a otro gobierno en el poder, ahí tendremos la idea de cómo desde el inicio revolucionario el gobierno de Estados Unidos es responsable directo del fomento de las organizaciones terroristas contra nuestro país.

Cuántos terroristas de origen cubano pueden haber en Estados Unidos es una cifra que nadie hoy puede decir exactamente; pero si uno toma en cuenta nada más que en la década del 60 la estación CIA JM/ Wave, que fue la estación más grande que ha tenido Estados Unidos fuera de su estación central en Langley, Virginia, y que adoptó el compromiso de llevar adelante la política que le orientó el gobierno de Estados Unidos, esa estación CIA llegó a contar con una plantilla de unos 400 oficiales y más de 3 000 agentes residentes en Estados Unidos, fundamentalmente en la ciudad de Miami, y fue este el núcleo de todas las organizaciones contrarrevolucionarias, de todas las organizaciones terroristas que se desarrollaron y que actuaron con total impunidad desde territorio norteamericano.

Yo tengo aquí una lista de algunos de esos personajes, que puede dar un acercamiento a este número de personas que actúan con total impunidad dentro de Estados Unidos; algunos, como hemos dicho, se han transformado en políticos aparentemente, porque han seguido con sus actividades terroristas, amparados por la complicidad del gobierno de Estados Unidos.  Reitero esa idea porque es muy importante.

Ahí está, por ejemplo, Francisco José Hernández Calvo, Pepe Hernández, el actual presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana y miembro de su grupo militar que, como se dijo, es uno de los propietarios de uno de los fusiles calibre 50 Barret, que fueron involucrados en el plan de atentado contra el compañero Fidel en isla Margarita en 1997. 

Francisco Pepe Hernández es un especialista en acciones de sabotaje y atentado desde 1960; ha estado vinculado a las principales organizaciones contrarrevolucionarias; acompañó a Mas Canosa desde la organización del RECE, hasta estos últimos tiempos; ha estado vinculado a casi todos los planes de atentado que en la década del 90, con motivo de las cumbres de presidentes iberoamericanos, se organizaron contra nuestro Comandante en Jefe.  En todos esos planes de atentado ha estado involucrado.  Hay una larga lista de acciones terroristas realizadas por Pepe Hernández.  Yo nada más quiero contar la anécdota de que tanto él como Mas Canosa compraron un bombardero B-26 —esto lo declaró el propio Pepe Hernández al diario The Miami Herald—, equipado con bombas y cohetes, para atacar una refinería de petróleo en Cuba.  Ese avión, como él mismo dice, nunca fue utilizado porque no pudo encontrar un país como base de despegue para llevar adelante esa acción tan criminal.

En esa misma época adquirieron un bote equipado con misiles para dispararlos contra La Habana, estuvieron tratando de ver la idea de cómo lanzar cohetes desde pequeñas embarcaciones; incluso, hablaron con un amigo de ellos para que le consultara a un general retirado de la Fuerza Aérea, le hicieron la consulta, el general dijo que era una idea loca, y ahí fue donde desestimaron esta acción.  Es decir, este hombre tiene un récord enorme de acciones. 

Este hombre estuvo en Washington, en el acto del 20 de mayo con el presidente Bush.

Randy Alonso.-  Y de allá regresó hacia Miami.

Lázaro Barredo.-  Y de ahí regreso a Miami, por supuesto, junto con otros terroristas.

Está el caso de Andrés Nazario Sargent, fundador y secretario general de Alpha-66, quien desde la década del 60 ha sido el autor intelectual e instigador de múltiples acciones terroristas ejecutadas contra nuestro país, contra nuestros ciudadanos, contra nuestras representaciones en otros países, actos criminales que han provocado numerosos muertos, heridos y cuantiosos daños.

A principios de este año, este señor publicó varios mensajes —febrero de este año, estamos hablando después de los hechos del 11 de septiembre— en Estados Unidos donde dice que va a incendiar a Cuba con infiltraciones de terroristas y la realización de sabotajes y está pidiendo, en Miami, en estos momentos, una contribución de un millón de dólares para seguir adelante con todos esos planes terroristas.  Y este hombre publica eso abiertamente en territorio norteamericano.

Es la situación de Silverio Rodríguez Pérez, delegado de Alpha-66 en Nueva Jersey, el cual ha estado involucrado en varios planes de atentado contra el compañero Fidel y es uno de los responsables de numerosas acciones terroristas ejecutadas por Alpha-66 contra nuestro país. 

O de Rubén Darío López Castro, miembro también de Alpha-66, y uno de sus principales hombres de acción; ha participado en varios ataques a barcos pesqueros cubanos, como resultado de los cuales hundieron embarcaciones a cuyos tripulantes asesinaron, secuestraron o dejaron abandonados en el mar.  Este hombre fue el piloto de la lancha que en 1995 tiroteó el hotel Guitar Cayo Coco y ha estado ligado también a varios planes de atentado contra la vida de nuestro Comandante en Jefe.

Está el caso de Ramón Ignacio Orozco Crespo, conocido por “El Pirata”, quien formó parte de los grupos de infiltración de la CIA y luego se incorporó a Alpha-66; ha participado también en varios planes de atentado contra la vida del compañero Fidel, en particular uno que se ejecutaría en República Dominicana en 1998, con motivo de un viaje del Comandante en Jefe a ese país.

José Pérez Fernández.-  Orozco Crespo fue el que dirigió el comando terrorista del ataque a Boca de Samá, que la compañera Nancy Pavón testimonió ayer en el acto de Sancti Spíritus. 

Lázaro Barredo.-  Está el ejemplo escandaloso de Rodolfo Frómeta Caballero, principal dirigente de los Comandos F-4, organización terrorista promotora de ataques contra instalaciones ubicadas en las costas cubanas y de intentos de atentados contra dirigentes de la Revolución.

Yo quiero decir que Frómeta testimonió en el juicio de Miami contra nuestros cinco compañeros criminalmente presos y condenados a cadenas tan prolongadas en Estados Unidos. 

Frómeta reconoció que había sido detenido a principios de los noventa en dos oportunidades; cuando era miembro de Alpha-66, él y otros terroristas habían sido detenidos por las autoridades norteamericanas en octubre de 1993, cerca de cayo Maratón, en posesión de un rifle semiautomático de alto calibre y otros siete rifles de asalto, cuando venían a hacer misiones de sabotaje y de atentados en nuestro país.  No fueron arrestados y las armas no fueron confiscadas, siendo liberados de inmediato por las autoridades norteamericanas.

En febrero de 1994, él y otros seis miembros de Alpha-66 fueron detenidos en una lancha cerca de cayo Vizcaíno, tenían armas, rifles de asalto y pistolas, para hacer acciones contra Cuba.  De nuevo fueron liberados.

Frómeta reconoció —y por eso fue sancionado; cumplió 41 meses de prisión— que había tratado de adquirir, de los arsenales militares norteamericanos, cohetes Stinger para hacer atentados, para derribar aviones y, como él reconoció, para llevar adelante su objetivo —lo reconoció en el juicio, impunemente—, el plan de hacer desaparecer a Fidel Castro.  El objetivo del grupo, lo reconoció él, “fue siempre matar a Castro y a cuatro o cinco de sus ayudantes principales, incluyendo a su hermano Raúl Castro”; este es el caballero que testimonió en el amañado juicio de Miami, el terrorista connotado que anda libre por Miami.

Está el caso de Nelsy Ignacio Castro Matos, que preside la organización Resistencia Nacional Cubana, ha estado involucrado también desde la década del 80, en planes de atentado contra la vida del compañero Fidel, y ha participado en numerosos planes terroristas contra nuestro país, en muchísimas acciones violentas.  Es uno de los que estuvo vinculado al plan de atentados que fraguó Luis Posada Carriles durante la cumbre de Panamá, y ha sido uno de los principales vínculos de las organizaciones terroristas de Miami para liberar a Luis Posada Carriles y evadir la justicia en Panamá. 

Está el caso de “Entiérrate” —que es ya el sobrenombre que tenemos que ponerle, “Entiérrate”—, Santiago Alvarez-Fernández Magriña, que ha participado en acciones violentas contra Cuba desde la organización Comandos-L, quien posee medios navales y pertrechos bélicos que ha utilizado y utiliza en este tipo de acciones en Miami.  Preparó, financió y dirigió una infiltración armada contra Cuba el 24 de abril del año 2001, por orientaciones de Luis Posada Carriles y continúa gestando planes anticubanos.

Está el “cuentista” de Higinio Díaz Anné, que participó en infiltraciones para apoyar las bandas de alzados que en la década del 60 actuaron en Pinar del Río y Las Villas; fue el que dirigió el famoso “bojeo” a Cuba durante la invasión mercenaria de Playa Girón, que tenía la misión de desembarcar en Oriente y propiciar una provocación sobre la Base Naval de Guantánamo y facilitar la intervención directa de Estados Unidos en nuestro país, pero tuvo miedo y siguió rumbo a Puerto Rico para beneplácito de sus seguidores, como Jorge Mas Canosa y compañía. 

Ha participado en planes de atentado contra el compañero Fidel y en acciones contra nuestro país, así como ha realizado actos terroristas contra misiones diplomáticas cubanas en América Latina y Europa.

De Orlando Bosch Avila hemos más que superhablado de este connotado terrorista que tiene no solo la libertad, sino el carné de impunidad para andar por Miami, todavía hoy preparando planes de atentados; no dudo de que debe haber estado en el acto del presidente Bush el 20 de mayo.

Está el caso de los hermanos Ignacio y Guillermo Novo Sampoll, a quienes las propias autoridades norteamericanas les adjudican ser autores comprobados de 75 acciones terroristas, entre ellos el asesinato del excanciller y embajador de Chile en Washington, Orlando Letelier.

Guillermo Novo Sampoll, actualmente preso en Panamá, para dar un solo ejemplo, le reconoció al columnista Jack Anderson, haber sido el hombre que disparó un bazucazo contra la sede de las Naciones Unidas en 1964 y le aseguró, además, al columnista Anderson que no se arrepentía de sus actividades.

Está el caso de Luis Manuel de la Caridad Zúñiga Rey, el famoso representante de la Fundación en la delegación de Nicaragua en Ginebra, en la Comisión de Derechos Humanos.  Todo nuestro pueblo recuerda cómo nuestros compañeros lo han desnudado allí en el propio recinto de la ONU de sus actividades terroristas, desde que en 1974 se infiltró en nuestro país cumpliendo misiones terroristas, y ha estado desarrollando en la década del 90 una enorme cantidad de acciones terroristas contra nuestra patria.

No voy a hablar de Luis Posada Carriles.  No voy a hablar de Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, responsable del asesinato de nuestro compañero Artagnan Díaz Díaz.  No voy a hablar de Pedro Remón, que también está preso en Panamá, asesino del diplomático cubano Félix García en Nueva York y del emigrado cubano José Eulalio Negrín en New Jersey.

Quisiera hablar, brevemente, de un político de la mafia en Miami, que estaba en el acto con el presidente Bush, Tomás “Tomasito” Pedro Regalado, actual comisionado de la alcaldía de Miami, miembro de Abdala,  de Alpha-66 y del CORU; responsable de muchas actividades de terrorismo contra nuestro país; instigador de violencia y causante del terror en la comunidad cubana por su intolerancia en los medios de comunicación de Miami.

“Tomasito” Pedro Regalado, en diciembre del año pasado, después de los acontecimientos del 11 de septiembre, fue al Congreso de Alpha-66 y fue el orador principal en ese congreso para incitar a los terroristas de esa organización a que siguieran en su lucha de violencia contra nuestro país.

Y qué decir de José Dionisio Suárez Esquivel, “Cepillo”, libre también por las calles de Miami, gracias a las acciones de los abogados contratados por la Fundación Nacional Cubano Americana.  “Cepillo” fue miembro de Alpha-66, de los Comandos Cero, de CORU, de Omega-7, participó directamente en más de 35 acciones terroristas.  El FBI lo incluyó en la lista de los terroristas más peligrosos residentes en Estados Unidos;  es autor de tres planes de atentado contra la vida del compañero Fidel, es uno de los que fraguó el asesinato de Letelier, junto con Pablo Virgilio Paz Romero, que también fue liberado recientemente y que tiene un expediente enorme de acciones terroristas.

Quisiera terminar con dos personajes que no se pueden dejar de mencionar entre los terroristas que andan libres por las calles de Miami, me refiero a Ramón Saúl Sánchez, el famoso Comodoro, el Almirante, presidente del Movimiento Democracia, precoz terrorista, que fue jefe de una organización que llevaba el idílico nombre de Jóvenes de la Estrella, que se dedicaba a actos de terrorismo, y que llegó a ser el segundo jefe del CORU, la organización más terrorista, que aglutinó a los más connotados terroristas, responsable de la voladura del avión de Cubana de Aviación de Barbados; organización que no solo se caracterizó por la criminalidad y por la violencia de sus acciones terroristas, sino también por una ideología marcadamente fascista.  Hay que resaltar eso al hacer este recuento.

Finalmente, José de Jesús Basulto León, el famoso “pacifista” de Hermanos al Rescate, miembro de los teams de infiltración que vinieron aquí a nuestro país en la década del 60, previo a la invasión de Playa Girón; agente de la CIA; instigador de numerosas acciones contra nuestro país; incitador y provocador de las más de 25 violaciones del espacio aéreo cubano y de las provocaciones que trajeron consigo los acontecimientos del 24 de febrero de 1996; responsable de los hechos que ocurrieron ese día y de la muerte de las cuatro personas que venían en esas avionetas aquel día 24 de febrero de 1996, y culpable del incremento de la política de agresión que se siguió contra nuestro país a partir de aquellos acontecimientos y que trajo consigo el establecimiento de la Ley Helms-Burton y de numerosas otras herramientas que han congelado, realmente, las relaciones entre ambos países y han llevado a la ultraderecha norteamericana a establecer contra nuestro país una política mucho más cruenta en el genocidio que se ha cometido durante estos 43 años.  Eso es lo que quisiera decir, Randy, en este momento sobre los terroristas que andan sueltos.  Hay muchos más, que los veremos próximamente.

Randy Alonso.-  Esos son los más representativos.

Lázaro Barredo.-  Dentro de esos representativos, veremos más adelante algunos de ellos.

Randy Alonso.-   Son algunos de los más representativos y son los principales cabecillas de muchas de las organizaciones terroristas que hoy continúan actuando con total impunidad y en contubernio con las autoridades norteamericanas —como lo acaba de demostrar la reunión del presidente Bush, con todos esos mafiosos, el 20 de mayo en Miami—, contra el pueblo de Cuba desde territorio norteamericano.

Una apretada síntesis de ella nos la hace Rogelio Polanco.

Rogelio Polanco.-  Sí, hay una obsesión por parte del gobierno norteamericano con relación a estas listas, listas de países auspiciadores del terrorismo, y listas para certificar y descertificar a todo el que ellos consideran que no hace lo que deberían hacer.

Hay también una lista que ha sido supuestamente actualizada hace ya algunos meses, a partir de los sucesos del 11 de septiembre, que es la lista de organizaciones terroristas, y en esa lista, de manera muy extraña, no aparecen ninguna de estas organizaciones que son muy mencionadas por varios de los panelistas en estas mesas redondas y que, además, son ampliamente conocidas por nuestro pueblo.

Hay realmente un rosario de organizaciones terroristas,  vinculadas a todos estos personajes terroristas anticubanos, que han estado surgiendo durante todos estos años.  Son decenas y decenas; se reproducen, realmente, como una hidra, aparecen y desaparecen, a veces por discrepancias internas, por el dinero, por el financiamiento, por luchas intestinas, por protagonismo y también por su propia táctica terrorista; o sea, unos aparecen en Alpha-66, y después aparecen en Comandos F-4, y se van cambiando los nombres para también buscar ese financiamiento que les dan de diversas formas las propias instituciones norteamericanas.

Hay que decir que tienen entonces un manto de organizaciones políticas, de fundaciones, de entidades educacionales, de lobbistas y también de organizaciones filantrópicas y no lucrativas; o sea, esa es la forma en que se han presentado ante los que ingenuamente, quizás  —pienso que cada vez son menos—, no se dan cuenta de que son en realidad organizaciones terroristas, porque detrás de ese manto está todo el aparato para financiar esas actividades terroristas y el aparato militar para llevarlas y ejecutarlas directamente en nuestro país y, como se ha visto también, en otros países que han sido víctimas de estas acciones terroristas contra Cuba.

De manera pública hacen sus declaraciones, publican en los periódicos; algunas tienen, incluso, medios de prensa, emisoras de radio, hacen sus colectas para el terrorismo de manera pública en esos medios, y tienen sus direcciones públicas, sus apartados postales, sus teléfonos, sus sitios en Internet también; o sea que son públicas estas organizaciones terroristas y han gozado de la impunidad, de la complicidad y de la tolerancia de las autoridades norteamericanas, de los gobiernos norteamericanos durante todos estos años.

Realmente han vivido de esto, han obtenido mucho dinero.  Creo que su proceder corrupto los hace buscar cada vez más dinero y cada vez tratar de alcanzar más prebendas por la vía de sus acciones terroristas.

Estas actividades han sido documentadas por nosotros —o sea, por los cubanos, por el gobierno cubano en numerosas oportunidades—, pero también, en ocasiones, por instituciones norteamericanas, como hemos visto aquí, y no se ha actuado por las autoridades norteamericanas; no solo no se ha actuado, sino que, al contrario, no se les encarcela, no se les juzga, se les estimula, en definitiva, a que hagan estas actividades, porque a los que se encarcela es, precisamente, a los que han luchado contra estas acciones y estas organizaciones terroristas.

Tengo una lista —algunos han sido mencionados aquí—, solo voy a referirme, quizás, a una selección de los que más activamente actúan hoy contra Cuba; pero recordemos que ha habido, durante toda esta historia, muchas organizaciones que han aparecido en actos terroristas de los que hemos mencionado y que ya han desaparecido, pero los integrantes, muchos de ellos, siguen activos en otras organizaciones.  Recordemos  algunas de ellas:  Omega-7, Poder Cubano, el CORU, Unidad Cubana, el Partido Unidad Nacional Democrática, Comandos L, Resistencia Cubana en el Exilio; o sea, son muchas las que han existido en todos estos años.

Menciono a continuación una selección de las que hoy siguen actuando muy activamente contra Cuba:

Fundación Nacional Cubano Americana, conocida ampliamente por todo nuestro pueblo, creada en julio de 1981 por Jorge Mas Canosa y que es la autora intelectual y material de muchas de las acciones terroristas contra Cuba, ha organizado y financiado esas acciones; tiene un ala paramilitar encubierta, que se ha encargado de la planificación de las más diversas acciones terroristas y atentados contra nuestro Comandante en Jefe, hasta las últimas acciones, por supuesto, en Panamá y las acciones contra los hoteles en nuestro país; tiene filiales en otras ciudades norteamericanas, en Puerto Rico, y una supuesta “embajada” en Washington.

Alpha-66, ya ampliamente mencionada con algunos de sus cabecillas aquí.  Esta es una de las que posee una emisora radial.  Fue fundada en el año 1962, o sea, lleva 40 años de terrorismo contra Cuba y ha actuado impunemente en todos estos años en ese país.  Tiene sus oficinas oficiales en Miami y también delegaciones en New Jersey y California.

Comandos F-4.  Ya Lázaro se refería a su cabecilla,  Rodolfo Frómeta, fue creada en mayo de 1994 y ha estado participando en actividades hasta esa última que mencionábamos de abril del 2001, cuando intentó ingresar en el territorio nacional para realizar atentados contra instalaciones turísticas e industriales en nuestro país.  Y, según imágenes difundidas por emisoras de televisión en Estados Unidos, sus miembros reciben entrenamiento en un campamento militar ubicado en Montura Ray, a unos 100 kilómetros al norte de Miami.  Esto es algo de lo que también han hecho público muchas televisoras, en Estados Unidos algunas de las cuales nosotros vemos constantemente aquí en nuestras mesas redondas.

Resistencia Nacional Cubana comenzó a funcionar en 1997, de la cual es fundador y jefe principal Nelsy Ignacio Castro Matos, al cual se refería ya Lázaro, y que también usa el nombre de Partido del Pueblo.  Fíjense que esto es algo que usan mucho, o sea, tienen otro nombre, supuestamente, para buscar dinero por diferentes vías y para encubrir las acciones terroristas que realizan.  Tiene igualmente su sede en Miami.

Hay varias organizaciones de expresos contrarrevolucionarios, que se han creado algunas de ellas desde el año 1979, activadas en 1981 y que también han planeado varias acciones terroristas contra Cuba:  una, llamada Coordinadora Internacional de Expresos Políticos; otra, Federación Mundial de Expresos Políticos de Cuba, y todas ellas han estado encubriendo, también, por supuesto, acciones terroristas.

Una supuesta Federación de los Sindicatos de Plantas Eléctricas, Gas y Agua, creada en la década del 90 por René Díaz.  Desde su surgimiento y en atención a su nombre, sus promotores han tratado de mostrarla como una organización de tipo sindical —de sindicato no tiene nada—; pero sus integrantes han planeado atentados contra nuestro Comandante en Jefe y sabotajes contra objetivos económicos y sociales en Cuba.  También con su sede en Miami.

La Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, la conocida Brigada 2506, fundada en 1962, con participantes en la invasión de Playa Girón y que muchos de sus integrantes han participado en otras acciones de atentados y terrorismo contra Cuba.

Frente de Liberación Cubano (FLC), creado en 1993 por William (Willy) Chávez y su hijo de igual nombre, en Miami, para ejecutar sabotajes y han introducido en Cuba medios para confeccionar artefactos explosivos.

El norteamericano Walter Van Der Veer, por encargo de esta agrupación, ingresó a Cuba para realizar acciones subversivas y fue detenido en su momento.

Hermanos al Rescate, muy conocida también y ampliamente documentadas sus acciones terroristas y provocadoras contra Cuba en muchos años y cada vez más recientemente.  Fue fundada el 15 de mayo de 1991 por José Basulto León, William Schuss y Osvaldo Pla.

Consejo por la Libertad de Cuba —quizás es la más reciente de estas organizaciones, le llamamos aquí el clon de la Fundación—, presentada públicamente en conferencia de prensa en el hotel Biltmore, de Coral Gables, el 10 de octubre del 2001, aunque había sido inscrita ya desde el 22 de agosto de ese año;  creada por 25 exdirectores de la Fundación Nacional Cubano Americana, muchos de ellos con un amplio historial terrorista.

La Junta Patriótica Cubana, una agrupación de organizaciones asentadas en Estados Unidos y otros países, fundada en abril de 1980 por su presidente Manuel Antonio (Tony) Varona, quien la dirigió hasta su muerte en 1999.  También sus integrantes han participado en planes de atentado contra Fidel y en acciones terroristas contra Cuba.

El Partido Protagonista del Pueblo, nada menos que fundada por Orlando Bosch, el 15 de noviembre de 1993, para realizar sabotajes y acciones terroristas contra Cuba, a través de la introducción de explosivos, fósforo vivo y detonantes eléctricos en el país.

         Bueno, una pregunta.  ¿Cómo es posible que este terrorista pueda tener la posibilidad, en Estados Unidos de crear su propia organización supuestamente política?  La realidad es que mientras las autoridades de Estados Unidos tienen una lista sobre organizaciones terroristas donde toman una serie de medidas contra ellas, a estas, las organizaciones terroristas contra Cuba, no se les impide a sus miembros residir en Estados Unidos, no se les congelan sus cuentas, su financiamiento se mantiene, no se allanan ni se ocupan sus oficinas, no se cierran sus medios de prensa y siguen actuando impunemente.

         Creo que esto nos demuestra una vez más que no hay moral para acusar a Cuba de terroristas cuando siguen aupando y  albergando allí a muchas de estas organizaciones terroristas que han cometido estas acciones criminales contra nuestro país durante estos 43 años.

         Randy Alonso.-  Gracias, Polanco.

         (Se ruedan breves imágenes del tema.)

         Randy Alonso.-  Pero esta selecta lista de batistianos, asesinos y torturadores de la que hemos hablado en nuestra mesa redonda de hoy, esa amplia lista de terroristas que andan sueltos en las calles de Miami y en otras ciudades norteamericanas, estas organizaciones de carácter mafioso y criminal de las que Polanco nos ha hecho un recuento en la tarde de hoy, no solo son responsables de actos terroristas contra el pueblo cubano y han causado víctimas entre nuestra ciudadanía.  Son también los responsables de innumerables hechos terroristas ejecutados en territorio de Estados Unidos, contra instalaciones, contra ciudadanos de ese país, y también de otras naciones del mundo a las que de alguna manera han agredido en su propio territorio o en otros lugares.  Ese es un tema del que el presidente Bush se olvidó en su discurso del 20 de mayo cuando se reunió con esta mafia terrorista de la que hoy hemos estado haciendo un recuento, y que es autora de todos los actos que durante estas cuatro mesas hemos estado analizando.

         Creo que el profesor Hevia nos puede ayudar a recordar algunas de estas acciones de la mafia terrorista dentro del propio territorio norteamericano. 

         Manuel Hevia.-  Muchas gracias, Randy, y muy buenas tardes.

         El pueblo norteamericano ha sido también víctima de los grupos terroristas de origen cubano engendrados, precisamente, por sus propios gobernantes en medio de una criminal política de complicidad y tolerancia que dura ya más de 40 años.

Quisiera tratar de ubicar históricamente este episodio, que no es menos ignominioso que otros temas que han venido siendo tratados en el día de hoy en esta mesa. 

         En los finales de la década del 60 —a partir de 1967, con más exactitud—, la tendencia de algunas actividades terroristas contra Cuba comenzó a modificarse. 

         ¿Qué había ocurrido dentro de nuestro país?  Ya en 1967, en Cuba, las organizaciones contrarrevolucionarias habían sido desmembradas y el bandidismo criminal en las montañas había sido totalmente liquidado.  La poderosa estación de la CIA en Miami, promotora, junto a otros servicios especiales norteamericanos, por órdenes del gobierno de ese país, de infiltraciones, ataques piratas y otros actos terroristas, había sido desmantelada, en gran medida, por la acción y la respuesta de nuestro pueblo frente a esas actividades.

         Mientras la Revolución Cubana seguía siendo sometida a una intensa actividad subversiva en materia de planes de atentado, actividades de propaganda y acciones de espionaje en el orden interno, el centro de algunas actividades terroristas se desplazó hacia territorio de Estados Unidos,  dirigido contra intereses asentados en ese país que mantenían comercio con nuestra nación, contra funcionarios cubanos en la misión de Naciones Unidas, contra instituciones federales e instituciones privadas de ese país, e incluso, contra emigrados cubanos que estaban en desacuerdo con la política terrorista de la mafia cubano-americana.

         Las bombas comenzaron a explotar en 1968 en muchas ciudades de Estados Unidos, y el pueblo de ese país experimentó con horror en su propia casa, como nunca antes, el terror que sus propios gobernantes habían desatado contra un pequeño país en 1959,  a solo 90 millas de sus costas.  Sus autores eran los mismos que habían sido entrenados en Fort Meyer, los mismos que habían sido entrenados en Fort Benning, en las selvas de Panamá, en las selvas de Nicaragua, a lo largo de 1960, 1961,y con posterioridad a 1962, que en pocos años habían creado sus propias bandas para lucrar con el nuevo negocio del terrorismo contra Cuba.  Muchos de estos terroristas son los mismos que el pasado día 20 de mayo aclamaban al presidente de Estados Unidos en Miami.

         Estos cabecillas, antiguos miembros de la Brigada 2506 y de otros grupos terroristas, o de los “teams” de infiltración clandestinos, asentaron sus bases esencialmente en las ciudades de Miami, Nueva Jersey y Nueva York. Mantuvieron sus viejos nexos con los oficiales de la CIA, de los servicios de las fuerzas armadas de Estados Unidos, con oficiales del FBI que los habían entrenado y atendido, y continuaron ese accionar terrorista contra nuestro país.  Otros se dedicaron a extorsionar comerciantes, se aliaron a las mafias locales y aplicaron su experiencia en hechos delictivos de toda índole.

El uso desmedido de ese accionar terrorista dentro de Estados Unidos, durante 1968 y 1969, provocó la lógica reacción de las autoridades de ese país, que detuvieron a algunos terroristas o intentaron desmantelar ciertos grupos que actuaban de forma independiente y por cuenta propia con fines políticos, e incluso fines personales; sin embargo, aquellas bandas terroristas que evidenciaron ante las autoridades norteamericanas su conducta agresiva a la Revolución Cubana fueron toleradas. 

         Un estudio realizado por la CIA en aquellos momentos valoró que los grupos terroristas:  Poder Cubano, el Alacrán, Acción Cubana y el Frente de Liberación Nacional Cubano fueron las organizaciones más activas y les adjudica decenas de acciones terroristas dentro del territorio norteamericano en aquellos momentos.

         Se inició entonces un proceso dirigido a tratar de sacar del territorio norteamericano algunos de estos grupos, considerados por el propio FBI como los más peligrosos de todo el país en aquellos años.  O sea, de hecho, se trataba de un “pacto” entre terroristas y autoridades policiales para que el terrorismo saliera fuera de Estados Unidos.  Esto equivalía a redimensionar el terrorismo contra Cuba, evitando el impacto negativo que todas estas acciones venían causando dentro del territorio norteamericano.

No se trataba —y no nos llamemos a engaño— del interés de detener esta ola de atentados terroristas contra Cuba, sino todo lo contrario.  Muchos grupos criminales continuaron actuando contra Cuba con total impunidad y tolerancia y con el visto bueno de aquellos servicios policiales.

El 4 de abril de 1972 una explosión destruyó la Oficina Comercial de Cuba en Montreal, Canadá, y causó la muerte al diplomático cubano Sergio Pérez Castillo.   Este suceso se considera la primera acción criminal que dio inicio a una nueva etapa de la llamada “Guerra por los caminos del mundo”, que es una consigna elaborada y enarbolada en aquellos momentos por los terroristas del llamado Movimiento Nacionalista Cubano para tratar de justificar sus acciones terroristas contra objetivos cubanos fuera del territorio de Estados Unidos.

Sin embargo, otros terroristas en el año 1972, del denominado Gobierno Cubano Secreto, continuaron realizando sus acciones dentro del territorio de Estados Unidos hasta 1973, sin que fueran molestados.

Las bandas terroristas la emprendieron también, a partir de ese momento, contra la propia emigración cubana en Miami y en Nueva Jersey, que comenzaba ya a negar el soporte económico y político de tales acciones criminales dentro de Estados Unidos, o sea, comienza a producirse cierta oposición dentro de determinados sectores de la emigración en Estados Unidos.

El año 1974, según reportes de la CIA, marcó un incremento en la ejecución de estas acciones contra Cuba, dentro del territorio norteamericano.  Durante ese año se produce el caso Watergate, hecho que conmocionó a la sociedad norteamericana y, como es conocido, provocó la crisis de la administración de Richard Nixon.

Es curioso señalar que en este hecho desempeñaron, entre otros, un papel protagónico tres cubanos de larga trayectoria terrorista y vínculos históricos con la Agencia Central de Inteligencia.  Es conocido que fueron estos cubanos los que penetraron en las oficinas del Partido Demócrata para realizar acciones de espionaje.

Esto nuevamente atrajo la atención del pueblo norteamericano en aquellos momentos sobre los peligros que para la propia seguridad de Estados Unidos había significado el entrenamiento indiscriminado de miles de hombres en el trabajo subversivo contra Cuba.

Para finales del año 1974 el terrorismo contra Cuba dentro de Estados Unidos estaba en pleno apogeo.  Los agentes federales intentaron detener en ocasiones la acción de media docena de organizaciones terroristas y se crearon jurados especiales en la Florida para conocer de estas actividades, pero en realidad fue tan benigno el tratamiento de las autoridades y tantos los intereses creados que se opusieron a la represión de estos actos, que muchos de los terroristas detenidos y encarcelados fueron liberados después de sanciones breves y nuevamente se incorporaron a sus andanzas en abierto desafío al pueblo norteamericano.

El año 1975 transcurrió también en medio de una intensa actividad, podemos mencionar el surgimiento de los grupos fascistas Omega-7, el Alacrán Cubano, el Escorpión Cubano y los Jóvenes de la Estrella.  Las propias autoridades se veían obligadas a reconocer la calaña de los integrantes de aquellos agrupamientos.

Voy a citar aquí unas opiniones de Tomás Lyon, detective de la Oficina de Seguridad del condado Dade en la Florida, el que declaró ante una audiencia del Subcomité Judicial lo siguiente:  “Algunos grupos de cubanos que se suponen envueltos en actos de tipo terrorista contra el gobierno cubano, no son más ni menos que delincuentes que se nutren a costa de la población y se quedan con los fondos que recogen.”

En 1976 se conoce nuevamente un pacto entre las autoridades de Estados Unidos y los principales grupos terroristas.  Vuelve Orlando Bosch a figurar como cabecilla y se traslada nuevamente al exterior, al servicio de los cuerpos represivos de Venezuela y de Chile, pero continúa desarrollando sus crímenes contra Cuba.

Esta aparente represión por parte de las autoridades de Estados Unidos con los grupos terroristas tenía también otro trasfondo:  los terroristas que acatasen este pacto no serían reprimidos, y esto también es importante destacarlo.  Los grupos terroristas tendrían nuevamente que suspender las acciones dentro de Estados Unidos y operar en terceros países.

Este nuevo pacto engendró al CORU, que internacionalizó el terrorismo contra Cuba desde terceros países.

Para evadir la acción de las autoridades, otros muchos grupos también utilizaron como ardid disolverse, cambiar sus nombres, cesar sus acciones y después aparecer operando en otros estados de la Unión.

En aquellos momentos dentro de la emigración cubana en Estados Unidos se había ido produciendo una tendencia al diálogo y al acercamiento con Cuba; esto desata la reacción de los grupos terroristas de extrema derecha y se producen asesinatos como los de Carlos Muñiz Varela y José Eulalio Negrín, por sus posiciones favorables a Cuba.

Las acciones terroristas ejecutadas contra Cuba en ese año 1997 fueron mayoritariamente realizadas por el CORU y los comandos “Pedro Luis Boitel”.

En 1978 y 1979, el nivel de estas actividades terroristas dentro de Estados Unidos se mantuvo elevado.  En marzo de 1980 conocimos de la colocación de una potente bomba en el auto del representante de Cuba ante la ONU, en Nueva York, y el 11 de septiembre de ese año asesinan al diplomático Félix García, acreditado en la misma.

Diez años después, en la década del 90, el territorio de Estados Unidos sería utilizado una vez más como base de agresiones terroristas contra nuestro país, bajo la tolerancia y complicidad de sus gobiernos.

Randy Alonso.-  Es el historial de estas organizaciones en territorio norteamericano contra instalaciones y contra ciudadanos de ese país; un historial que recoge momentos importantes, pudiéramos decir, en la historia terrorista dentro de Estados Unidos y que además nos da la medida de la calaña de estas organizaciones, de la calaña de estos mafiosos que se han reunido con el presidente Bush, el mismo que se ha proclamado como líder mundial de la lucha contra el terrorismo; el mismo que le ha dicho al pueblo norteamericano que su prioridad es luchar contra el terrorismo es el que se reúne el 20 de mayo con los terroristas que han asesinado a ciudadanos norteamericanos y han destruido instalaciones en ese país.

José Luis nos puede ayudar también a abundar algo en este tema.

José L. Méndez.-  Gracias, Randy.

Ese terrorismo ha sido una amenaza constante para la seguridad nacional de Estados Unidos, ha sido un caso de terrorismo doméstico y además ha sido un riesgo legal impuesto a la sociedad norteamericana durante 43 años. 

Esa política de dejar hacer y actuar y permitir a los terroristas utilizar una patente de corso para realizar sus actividades ha afectado también los intereses de Cuba y los intereses de las víctimas estadounidenses y ha provocado cuantiosos daños materiales a sus entidades públicas y privadas.  Baste decir que 18 países en territorio de Estados Unidos han sido víctimas de estas actividades.  Y los terroristas anticubanos radicados en Estados Unidos han ejecutado 542 acciones terroristas entre 1959 y el 2001, de estas, 360 las han realizado dentro del territorio de Estados Unidos.  Esos hechos han afectado, además, intereses de ese país en 186 ocasiones —no se consideran en esta cifra los planes, intenciones o tentativas, solo los hechos consumados.

Valga puntualizar que el 52% del total de los actos terroristas afectaron intereses estadounidenses en su territorio y 69 actos en ese territorio estuvieron dirigidos contra Cuba, un 19%, y solamente quiero mencionar algunos ejemplos.

Durante 1968 el terrorista Orlando Bosch Avila hizo detonar 72 bombas dentro del territorio norteamericano. 

El 29 de diciembre de 1975 el terrorista Rolando Otero Hernández hizo detonar una bomba en el aeropuerto internacional de La Guardia en la ciudad de Nueva York, que ocasionó la muerte de 29 personas y heridas a 75, la mayoría norteamericanas.  Ya este mismo terrorista el 3 de diciembre de ese año había detonado siete bombas en la ciudad de Miami contra blancos federales y locales, entre estos la Oficina del FBI, la de la policía local, el edificio gubernamental (Federal Building), un puente y contra la Oficina del Seguro Social y oficinas de correos.

El 21 de septiembre de 1978 la organización de Jóvenes de la Estrella se adjudicó la desaparición de un avión en pleno vuelo que se dirigía a Cuba, con cuatro norteamericanos a bordo.  En esta organización militaba el terrorista Ramón Saúl Sánchez Rizo, recientemente exonerado de cargos por otros hechos en un tribunal de Miami.

El 21 de septiembre de 1976, terroristas del llamado Movimiento Nacionalista Cubano, integrado por Guillermo Novo Sampoll, Dionisio Suárez Esquivel y Virgilio Paz Romero —que ya se han mencionado en esta noche— asesinan a la joven estadounidense Ronnie Moffitt y ocasionan heridas y secuelas profundas a su esposo, de igual nacionalidad, en el centro de la capital de ese país.

Randy Alonso.-  En el asesinato, además, del excanciller chileno, Orlando Letelier.

José L. Méndez.-  Los terroristas también han asesinado por medio de bombas y disparos a 29 emigrados cubanos en Estados Unidos; los aeropuertos “John F. Kennedy”, La Guardia, en Nueva York, los de Newark, en Nueva Jersey y el Internacional de Miami han sido blanco en 14 ocasiones del terror anticubano.

En la ciudad de Nueva York, los terroristas cubanos han ejecutado 47 actos de terror; hay que agregar además las amenazas que durante el año 2000 se realizaron contra el entonces Presidente de Estados Unidos, contra la Secretaria de Justicia y contra funcionarios del INS que participaron durante el caso de la liberación del niño Elián.

Randy Alonso.-  Estamos hablando de 47 solo en la ciudad de Nueva York.

José L. Méndez.-  Sí. Y hay un informe que me parece muy interesante mencionarlo aquí, lo hace el Buró Federal de Investigaciones (FBI), de 1977 a 1982, y el análisis realizado por esa entidad dio como resultado que el comportamiento del terrorismo doméstico durante seis años arrojó que los grupos terroristas cubanos eran más peligrosos que los grupos terroristas del Medio Oriente, los grupos armenios y croatas juntos; mientras que los grupos del Medio Oriente realizaron en ese período solo ocho actos de terror dentro de Estados Unidos, los grupos terroristas cubanos ejecutaron 52 actos de terrorismo, solo comparado con los grupos terroristas israelitas que en ese momento actuaban en Estados Unidos. 

Estos terroristas, por supuesto, no estaban preparados de forma autodidacta.  El testimonio de Charles Zemuda, sheriff del condado Dade, es muy elocuente, él dice:

“Esos muchachos eran buenos, realmente buenos, los conocí en nuestra área de bombas en el noroeste del condado Dade; teníamos problemas con algunos explosivos que no sabíamos detonar, ellos nos enseñaron, realmente conocían su negocio.  Hay algo cierto, el gobierno entrenó bien a su gente, por supuesto, no se identificaron como agentes de la Agencia, pero nosotros sabíamos quiénes eran.”

Randy, pienso que es importante plantear que todavía está pendiente el reclamo y lo que expresara el senador norteamericano Tom Harkin, demócrata por el estado de Iowa, el 22 de septiembre de 1988, cuando el vicepresidente George Bush estaba al frente de un comité de lucha antiterrorista y este Tom Harkin, el senador dijo:  “El pueblo americano merece que se le rinda cuentas de la forma más completa posible respecto al conocimiento del vicepresidente George Bush sobre el papel del terrorista Luis Posada Carriles en las operaciones secretas de apoyo a la Contra” (escándalo Irán-Contra), le añadiría que merece también que se le explique por qué se permite que los terroristas anticubanos continúen actuando impunemente en Estados Unidos y hasta dónde conoce y tolera ahora la actual administración de George W. Bush estos actos de terror en su propio territorio, donde están los verdaderos terroristas que el 20 de mayo se erigieron como los hombres del Presidente.

Y, Randy, para terminar hay que precisar lo siguiente:

Mucho antes de que el terrorista Timothy McVeigh volara en pedazos el edificio Alfred Murrah en la ciudad de Oklahoma, en 1995, ya los terroristas cubanos, entrenados por expertos norteamericanos, utilizaban con eficacia letal el nitrato de amonio, el C-4 y otros explosivos de alta peligrosidad.  Sobre esto también pienso que el pueblo norteamericano merece una explicación sobre este dejar hacer y actuar a los terroristas anticubanos en el territorio norteamericano, que ha sido una víctima fatal de estos hechos que hemos mencionado y en la cantidad que se han realizado.

Randy Alonso.-  Sí, son más de 500 actos alrededor del mundo, más de 300 en territorio norteamericano, como señalaba José Luis, los causados por esta mafia terrorista, entrenada, financiada, organizada por Estados Unidos, que han provocado actos criminales contra el pueblo norteamericano. 

Tras uno oír esa larga lista de actos que nos ha dicho José Luis, tras escuchar los elementos que nos daba Lázaro, señalando a varios de los terroristas que se reunieron el 20 de mayo con Bush en Washington y Miami, y el pedigrí que él reseñó de cada uno de ellos; bueno, pues las imágenes del acto de Miami nos han permitido identificar, en sus escasas tomas de cámara, alrededor, porque estaban centradas, precisamente, en el presidente Bush, otros terroristas, más allá de los que Lázaro nos contaba, que compartieron el escenario con el Presidente norteamericano.

Estas imágenes que van a ver, dan fe de la hipocresía y de la mentira.

(Ruedan imágenes.)

Locutora.-  El pasado 20 de mayo el presidente norteamericano George Bush se reunió en la ciudad de Miami con representantes de la extrema derecha cubanoamericana.  Se encontraban presidiendo este acto connotados terroristas:

Alberto Marcelino Hernández Hernández.  Ocupó el cargo de Sherman de la Fundación Nacional Cubano Americana después de la muerte de Jorge Mas Canosa.  Fue el enlace de esta organización terrorista con Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, cuando estos se encontraban presos en Venezuela, por ser los autores del atentado al avión cubano de Barbados.  En 1985 ayudó a Posada Carriles para la fuga del penal venezolano.  Desde 1990 ha participado directamente en el financiamiento y organización de los planes de atentados contra el Presidente cubano que ha fraguado su organización y para los que han utilizado los servicios de Posada Carriles y otros terroristas cubanoamericanos.

Roberto Martín Pérez Rodríguez, hijo del sicario Ludgardo Martín Pérez, teniente coronel de la policía batistiana.  En 1959 participó en la conspiración trujillista, desembarcando por Trinidad el 13 de agosto del propio año, donde fue apresado.

En 1989 se integró a la Fundación Nacional Cubano Americana, siendo responsable del suministro financiero y apoyo logístico a organizaciones paramilitares que actúan contra Cuba.  Participó en planes de atentado contra el Presidente de Cuba en las distintas cumbres iberoamericanas.  En 1997 fue firmante de la Declaración de apoyo al terrorismo contra Cuba que publicó la Fundación Nacional Cubano Americana el 11 de agosto de ese año.

Horacio Salvador García Cordero.  En los años sesenta estuvo vinculado al Directorio Revolucionario Estudiantil, el cual promovió acciones terroristas contra Cuba.  En 1994 integra el grupo paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana en sustitución de Luis Zúñiga Rey; el grupo promovió proyectos violentos contra la vida del Presidente Cuba e introdujeron explosivos y otros medios en Cuba que fueron ocupados.  Entre 1995 y 1997 estuvo vinculado a las acciones terroristas de la Fundación Nacional Cubano Americana en Cuba, en particular los atentados a las instalaciones turísticas habaneras.  En 1997 fue uno de los firmantes de la declaración de apoyo al terrorismo, publicada por la Fundación Nacional Cubano Americana en 11 de agosto del mismo año.

Feliciano Foyo Hechevarría.  Fue miembro de la Brigada 2506, que invadió a Cuba por Playa Girón.  Se integró a la organización terrorista Fundación Nacional Cubano Americana; desde 1987 ocupó el cargo de tesorero hasta agosto del 2001, financiando las acciones terroristas contra Cuba y la planificación de atentados contra el Presidente cubano.  Fue uno de los firmantes de la Declaración de apoyo al terrorismo, publicada por la Fundación Nacional Cubano Americana el 11 de agosto de 1997.

Hubert Matos Benítez.  Traidor que creó en 1979 la organización Cuba Independiente y Democrática, desde la cual ha organizado actividades de carácter violento e intimidatorio para desestimular las inversiones económicas en Cuba y ha incitado la realización de actos terroristas contra nuestro país.  Su organización ha nucleado a elementos terroristas como Nelsy Ignacio Castro Matos, quien se ha vinculado directamente a los planes violentos contra Cuba de Luis Posada Carriles y actualmente es uno de los que financia la defensa de los cuatro terroristas detenidos en Panamá, por intentar realizar un atentado contra el Presidente cubano.  Su organización ha estado vinculada a operaciones de narcotráfico.

Armando Pérez Roura.  Fue miembro de la organización paramilitar Alpha-66 y corresponsal de la organización terrorista Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), agrupación dirigida por Orlando Bosch que cometió más de 30 atentados dinamiteros contra intereses cubanos en el exterior. Dirige la emisora radial Radio Mambí, desde donde incita a la realización de acciones violentas contra Cuba y organiza recaudaciones de fondos para la defensa de los cuatro terroristas detenidos en Panamá.  Es el principal cabecilla de la organización Unidad Cubana, formada por varias agrupaciones que han realizado acciones terroristas contra nuestro país.

Rafael Díaz Balart-Gutiérrez.  Ocupó un importante cargo durante la tiranía de Fulgencio Batista, emigró hacia Estados Unidos a inicios de la Revolución y creó la organización terrorista La Rosa Blanca, compuesta básicamente por exbatistianos y miembros de la burguesía cubana, desde la que organizó varias acciones contra intereses civiles y económicos en Cuba que causaron daños físicos a personas.  Es padre del congresista federal Lincoln Díaz Balart, quien ha representado en ese órgano de gobierno, junto a Ileana Ros-Lehtinen a las organizaciones ultraderechistas y terroristas de origen cubano radicadas en el sur de la Florida.

En momentos en que el gobierno de Estados Unidos pretende hegemonizar la lucha contra el terrorismo, ¿quién le pedirá cuentas al presidente Bush por su complicidad y protección a quienes han llenado de luto al pueblo cubano?

Randy Alonso.-  Estas imágenes nos permiten conocer con quiénes se reunió el presidente Bush el 20 de mayo.  Por añadir solo algunos elementos:  Rafael Díaz Balart, el padre del congresista Lincoln Díaz Balart, fue el fundador, como se decía, de la organización contrarrevolucionaria La Rosa Blanca, formada fundamentalmente por batistianos y que ejecutó numerosas acciones terroristas en nuestro país.  A modo rápido les pongo tres ejemplos de esas acciones:

El 23 de diciembre del año 1959 los miembros de la organización terrorista La Rosa Blanca asaltaron la casa de un campesino a quien causaron heridas graves y también a su esposa.

En el año 1960 fue saboteada la textilera de La Habana por terroristas pertenecientes a la organización La Rosa Blanca que dirigía Rafael Díaz Balart.  En ese propio año son sorprendidos algunos miembros de La Rosa Blanca cuando incendiaban una escuela rural en Matanzas tras destruir otros dos centros docentes.  En ese mismo año 1960, los miembros de La Rosa Blanca, participan en la quema de diversas tiendas en la capital del país. 

Esta es la organización de uno de los terroristas que integraba la presidencia del acto donde estuvo el señor Bush.

Pero noticias del propio acto y otras informaciones que poseemos  nos han permitido identificar a otra serie de terroristas que estaban compartiendo y presentes en el acto del discurso del señor Bush.  Ahí estaba también, junto a los que mencionó Lázaro, a los que están en este video:

Elpidio Núñez Ojeda, que desde mediados de la década de los ochenta se convirtió en director de la organización Fundación Nacional Cubano Americana, desde donde financió los actos terroristas contra Cuba que preparó Luis Posada Carriles, y también los numerosos intentos de atentado que este fraguó contra el presidente cubano Fidel Castro.  El 11 de agosto de 1997, Elpidio Núñez suscribió la Declaración de la Fundación en apoyo a las actividades terroristas contra Cuba en momentos en que estaba la serie de atentados explosivos contra las instalaciones turísticas en nuestro país.

Estaba también Felipe Vals Bravo, quien desde mediados de la década del 80 se convirtió en director de la organización Fundación Nacional Cubano Americana y fue también uno de los financistas de los actos terroristas contra Cuba que preparó Luis Posada Carriles durante la década del 90 y los planes de atentado que este fraguó contra el Comandante en Jefe.

Estaba Silvia Iriondo, la presidenta de la organización contrarrevolucionaria Madres ante la Represión por Cuba, participante activa en la organización y financiamiento, junto al Movimiento Democracia, de las flotillas de corte provocativo contra nuestro país, y quien fue acompañante en el vuelo del 24 de febrero de 1996 del terrorista José Basulto.

Estaba también Maritza Lugo, quien es miembro de la organización terrorista Movimiento 30 de Noviembre, desde la que ha participado activamente y directamente en la realización de actos violentos en nuestro país.

La organización Movimiento 30 de Noviembre es autora de actos aborrecibles, como la quema de la tienda La Epoca, el 31 de diciembre de 1960, y esta organización también es autora de varios intentos de atentados contra nuestro Comandante en Jefe. 

Estaba allí en el Coliseo de Miami Miguel Saavedra, presidente de la organización Vigilia Mambisa, agrupación empleada por la ultraderecha cubano-americana, como porra callejera ante cualquier evento que apunte a un mejoramiento de las relaciones con Cuba, participante directo en muchas de las acciones violentas contra las presentaciones culturales de artistas cubanos en Miami.  Durante el secuestro de Elián encabezó los ataques pandilleros contra ciudadanos norteamericanos y miembros de la emigración cubana que apoyaron el regreso del niño a nuestro país, y ha sido participante en varias de las flotillas provocadoras organizadas por el Movimiento Democracia y Hermanos al Rescate.

Allí estaba, no podía faltar, Ninoska Lucrecia Pérez Castellón, hija del sicario Francisco Pérez González, teniente coronel de la policía batistiana; compañera del terrorista Roberto Martín Pérez Rodríguez.  Desde 1990 dirigió la Voz de la Fundación, desde donde se dedicó a incitar y a apoyar la realización de acciones terroristas contra nuestro país y los intentos de asesinato contra nuestro Comandante en Jefe, y fue una de las firmantes de la Declaración de apoyo a los actos terroristas contra Cuba, que fue presentada por la Fundación el 11 de agosto de 1997.

Estaba Roberto Rodríguez de Aragón, uno de los fundadores de la organización contrarrevolucionaria Junta Patriótica Cubana, que ha apoyado la realización de actos violentos contra intereses cubanos en el exterior, como los descritos en el día de hoy, y ha sido participante en acciones provocadoras contra delegaciones de Cuba que han asistido a las cumbres iberoamericanas.

En el acto con el señor Bush estaba también Diego Rolando Suárez Muñiz, uno de los fundadores de la organización terrorista Fundación Nacional Cubano Americana, de la cual se convirtió en director a mediados de los años ochenta; financió los actos terroristas contra Cuba que preparó Luis Posada Carriles y también dio dinero para los planes de atentado que este fraguó contra el Presidente cubano.

Estaba en Miami en el acto Sixto Reinaldo Aquid Manrique, quien creó en 1993 la organización terrorista Ejército Armado Secreto, la cual realiza, en abril de ese propio año 1993, el ataque contra el buque de bandera chipriota Mikonos, que se encontraba a siete millas de las costas de Matanzas.  El 2 de noviembre de 1994 fue detenido in fraganti por el FBI, junto a otros dos contrarrevolucionarios, al tratar de incendiar un local perteneciente a la Alianza de Trabajadores de Cuba, donde se almacenaban algunas donaciones para nuestro país, recolectadas por Pastores por la Paz.  En octubre de 1995 fue condenado a cinco años de privación de libertad, en reclusión domiciliaria por ese delito.  A finales de 1998 reanudó la preparación de acciones violentas contra nuestro país, fundamentalmente dirigidas a la realización de ataques contra intereses civiles y económicos.

Y estaba también festejando el 20 de mayo con el señor Bush, Eugenio Llameras Rondón, quien ha participado en la realización de acciones terroristas contra nuestro país e intereses cubanos en el exterior, como miembro de las organizaciones terroristas Comandos L, Partido Unidad Nacional Democrática, Ejército Armado Secreto y Federación Mundial de Expresos Políticos Cubanos.

Llameras es participante directo en el intento de atentado contra nuestro Comandante en Jefe en la Cumbre Iberoamericana de 1995. 

Los terroristas andan sueltos en Miami, se reúnen y cenan con el Presidente de Estados Unidos, y los luchadores contra el terrorismo cumplen largas y humillantes condenas en cárceles de ese país.

Arleen Rodríguez.-  Ayer, en un gigantesco y magnífico acto, yo creo que el pueblo de Cuba —más de 300 000 compatriotas llenaron la plaza en Sancti Spíritus— dio una contundente respuesta también al acto de padrinazgo y de bendición de Bush a los terroristas del 20 de mayo en Miami.

En Sancti Spíritus nos conmovió muchísimo Magaly Llort, que es la madre de Fernando González Llort.  Fidel la calificaba de una madre extraordinaria y heroica.  Magaly llamaba la atención en dos sentidos:  uno, el uso que dieron a la información que obtuvieron altos oficiales del FBI en su visita a Cuba, tres meses antes de la detención de los héroes cubanos en Estados Unidos.  Se les entregó información importante a estos miembros del FBI, voluminosos expedientes donde se daba cuenta de hechos precisos de los actos terroristas y de quiénes los cometían en Estados Unidos.  La respuesta del FBI fue la detención de nuestros cinco hermanos el 12 de septiembre de 1998, mientras se seguía dando la protección de la impunidad a los verdaderos terroristas.

El segundo elemento es ese sobre el que llamaba la atención Magaly y que llama la atención de todo el pueblo de Cuba.  Cada vez que aparece una noticia relacionada con terroristas de origen cubano radicados en Estados Unidos, que han sido llevados a tribunales por alguna causa, como pueden ser los terroristas que intentaban asesinar a Fidel en isla Margarita, o como puede ser el caso reciente de Ramón Saúl Sánchez, terrorista precoz, como aquí se ha recordado, o como puede ser el caso de Eduardo Arocena, que podemos comentar un poquito más adelante, sabemos que viene una absolución, la consideración de que son inocentes, a pesar de los actos probados en su contra; mientras nuestros hermanos están condenados, como tú decías, a larguísimas condenas, a humillantes condenas.

Recientemente, hace solo unos días, se acaba de dar la noticia de la absolución de Ramón Saúl Sánchez, quien había violado una proclama del presidente Clinton, que fue escrita en 1996 y fue ratificada por Bush el pasado año, declarando que no se debía entrar a aguas jurisdiccionales cubanas ni a territorio cubano en general.   Hay una proclama del presidente Clinton ratificada por Bush, reitero, cuya violación significa alta condena y multa, y este hombre la viola y se le acaba de declarar inocente; y antes se declaró a sus dos compinches también inocentes.  Lo esperábamos, porque es la impunidad lo que se impone cada vez que se pretende juzgar a los terroristas.

Este hecho crea un precedente tremendo para próximas acciones que puedan perpetrarse contra nuestro país, de violación de las aguas territoriales o del cielo de Cuba.  Porque este señor, culpable y responsable de esos hechos, acaba de ser absuelto y considerado inocente.

Está el caso, que yo recordaba, de Eduardo Arocena, en el que está implicada la “bailarina” que entró en escena al final del video que vimos aquí, Ileana Ros Lehtinen, congresista norteamericana, representante de la mafia en el Congreso.  Ileana Ros y Lincoln Díaz-Balart, dos de las “grandes personalidades” presentes en este acto el 20 de mayo, auspician la creación de un comité para la liberación de uno de los más connotados terroristas de origen cubano:  Eduardo Arocena, jefe de Omega-7, que llegó a ser considerado como uno de los grupos terroristas más peligrosos radicados en Estados Unidos.  Al crearse el comité al frente del cual hay otro terrorista de origen cubano, Héctor Fabián, dice una de las noticias más recientemente publicada:  “El nuevo comité pro liberación de Eduardo Arocena está auspiciado por los señores Ileana Ros y Lincoln Díaz-Balart.”

Este hombre que fue condenado a cadena perpetua y 45 años, evidentemente no los va a cumplir, lo sabe todo el mundo, nunca los va a cumplir totalmente, por la fuerza que tiene este comité, debido al auspicio de estos congresistas, que ya vieron el respaldo que tienen de parte del presidente Bush.  Y este Eduardo Arocena fue jefe de Omega-7.  Y quiero llamar la atención sobre un elemento, una información que nos entregaban los compañeros que han investigado en torno al tema:  Omega 7, esta organización superterrorista, fue creada el 11 de septiembre de 1974, realizó actos de terror hasta el 11 de septiembre de 1983, es la que más largo expediente de actos terroristas tiene dentro de Estados Unidos y de Puerto Rico, 55 actos terroristas en Estados Unidos y 6 en Puerto Rico.

Esta organización da la casualidad, Randy, que casi todas sus acciones fueron 11 de septiembre:  el 11 de septiembre de 1976 coloca una bomba contra un barco soviético en Estados Unidos; el 11 de septiembre de 1980 asesina al funcionario cubano ante las Naciones Unidas en Nueva York, Félix García, y coloca una bomba en el auto del embajador cubano ante la ONU; el 11 de septiembre de 1981 coloca tres bombas en Estados Unidos.  Este es también Omega-7, y su líder, Eduardo Arocena, quien declara haber introducido el dengue hemorrágico,  tiene sobre su conciencia también 158 muertes de cubanos, de ellas 101 niños, que comentábamos también en una mesa anterior.

Entonces, personajes como Arocena son defendidos por los que estaban en la fiesta con el señor Bush celebrando el 20 de mayo.

Posiblemente está a punto de salir de prisión este hombre, y está a punto de salir de esta prisión gracias a la acción de los que estaban reunidos allí y, en particular, de los congresistas al servicio de la Fundación Nacional Cubano Americana.

Vale la pena recordar lo que decía Fernando, uno de nuestros cinco hermanos presos, en una carta a su compañera Rosa Aurora.  Hablo precisamente del hijo de Magaly, que en una carta a Rosa Aurora le decía:   “La hipocresía, el doble estándar, el oportunismo y el comportamiento imperialista, tan comunes a la política del gobierno de este país, se refleja también en las decisiones y el comportamiento de los jueces.  Cuando la jueza fue a sentenciar a René, dijo que la lucha contra el terrorismo no justificaba venir a este país a violar la ley.  Al parecer, no justifica eso, a pesar de la historia de complicidad y tolerancia de las mismas autoridades que hoy nos juzgan.  Pero sí justifica”, decía Fernando, “la matanza de niños, por ejemplo, en Afganistán, uno de los países más pobres del mundo, y que no tenía ninguna implicación directa real en los atentados el 11 de septiembre como pueblo.”

En la fiesta del 20 de mayo fue destacada la presencia de la cantante Gloria Estefan, que le sigue cantando al terrorismo también, a pesar de que ella misma es hija de un terrorista y víctima de terrorismo.

         Randy Alonso.-  Le cantó al secuestro de Elián y le canta hoy a los terroristas.

         Aleen Rodríguez.-  Exacto.  Pues ella es hija de un terrorista que fue mercenario de la Brigada 2506, que se enrola también como mercenario en Viet Nam, pero se convierte en una víctima del terrorismo de Estado del gobierno norteamericano.  Porque su padre terminó con una grave enfermedad, contaminado por el Agente Naranja, como resultado de la aplicación de la guerra química en territorio vietnamita contra el pueblo de Viet Nam, otra de las cosas que hay que recordar en estos momentos en que se pretende acusar a Cuba de algo tan vil como desarrollar armas biológicas.

         En fin, creo que el presidente Bush podría ignorar el historial terrorista de alguna de estas personas; pero no puede ignorar el expediente de todos los que estaban allí.  Es demasiado abultado el expediente.

Por eso, cuando nosotros vemos lo que aconteció el 20 de mayo, creemos que es mucho más que un acto de celebración de los 100 años de la fase imperialista de la historia; es mucho más que un acto plattista, es mucho más que un acto entreguista, es un grave afianzamiento de la impunidad del terrorismo.  Es una señal muy peligrosa, además, en un  momento en que “casualmente” hay personajes tan terroristas como Otto Reich en el Departamento de Estado, y se ponen a circular por el mundo mentiras tan graves como acusar a Cuba de producir armas biológicas o incluir a Cuba en una lista de países que auspician el terrorismo.  Creo que eso confirma la impunidad; pero creo, además, que abre el camino a nuevos actos contra nuestro país.

         Vale recordar lo que dijo Fidel ayer en el extraordinario acto en Sancti Spíritus.  Decía Fidel que “Ni una sola gota de sangre se ha derramado en Estados Unidos, ni un átomo de riqueza allí se ha perdido en 43 años de Revolución por acción terrorista alguna procedente de Cuba.  A la inversa, son miles las pérdidas de vidas” —hay que recordar que tantas como el 11 de septiembre o un poco más se perdieron en este país, si hacemos la relación de un país 28 veces mayor en población que el nuestro— “y cifras siderales los daños materiales que se han ocasionado a nuestra Patria desde territorio norteamericano.  Es algo sobre lo que el pueblo de Estados Unidos debe ser informado, en lugar de saturarlo con calumnias y mentiras”.

         Cuando el Presidente norteamericano se reúne con esta gente, cuando celebra la fiesta con hijos de terroristas y terroristas en ejercicio permanente con un largo expediente, no solo está auspiciando la impunidad, no solo está favoreciendo hechos graves en relación con nuestro país, sino que, al propio tiempo, está mintiendo, es decir, está diciendo al mundo:  “Yo no soy ningún luchador contra el terrorismo.” Cuando ese hombre se pare delante del mundo a decir, a nombrarse, a autoproclamarse Comandante en Jefe de las fuerzas que luchan contra el terrorismo, habrá que responderle:  “Usted miente, y además miente descaradamente, porque se ha exhibido con los mayores terroristas en la historia de los últimos 43 años dentro del propio Estados Unidos.”

         Yo quería, para terminar, traer aquí también un fragmento de una carta que envía a una amiga solidaria en el mundo René González Sheweret, quien con su extraordinario diario nos lleva también a la verdad de la doble moral y el doble estándar y la hipocresía con respecto al tema de la lucha contra el terrorismo.

         Dice René en esta carta: 

         “Poco a poco la verdad saldrá a relucir y no será entonces privilegio de unas cuantas personas dotadas de sensibilidad y sentido de justicia por encima de lo común.  Pésele a quien le pese, cada palabra y cada oración pronunciada durante los seis meses de este proceso es ahora parte de la historia y está documentada en los archivos de la Corte Federal de Miami.  Estoy seguro de que esta historia habrá de ser rescatada algún día para conocimiento del mundo.”

         Lo que tratamos de hacer en nuestras mesas es enseñar al mundo la verdadera historia del terrorismo y decirle también que este hombre que se autotitula jefe de la lucha contra el terrorismo, acaba de echar lodo sobre su propia campaña, convirtiéndose en un mentiroso más.  Está yendo contra sí mismo en este discurso en Miami el 20 de mayo.

         Randy Alonso.-  Muchas gracias, Arleen a ti, y también al resto de los panelistas que nos han acompañado en la tarde de hoy y a los invitados que hemos tenido en nuestro estudio.

         Compatriotas:

Hemos hablado esta tarde de atentados contra los líderes de la Revolución, secuestros de niños, muertes provocadas por la Ley de Ajuste Cubano, terroristas sueltos en Miami, actos terroristas cometidos en Estados Unidos y una impresionante lista de criminales de guerra, responsables de la muerte de miles de cubanos, y que no solo recibieron refugio en Estados Unidos, sino que con sus cientos de millones robados fueron utilizados para organizar y dirigir muchos de los planea terroristas del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. 

Todos estos hechos y argumentos abordados en la tarde de hoy desenmascaran y demuelen, hacen prácticamente polvo los cínicos e hipócritas acusaciones del señor Bush afirmando que Cuba daba refugio a terroristas, y que esa era una de las causas por la cual se incluía en la lista de países que auspiciaban el terrorismo.  Todo esto demuestra la monstruosa hipocresía del gobierno de Estados Unidos, la repugnante mentira de poner a Cuba en una lista que realmente debiera estar encabezando el gobierno de Estados Unidos.

Mañana el pueblo norteamericano conmemorará el Memorial Day, donde recordarán a sus muertos en las guerras, o los asesinados en actos terroristas.  Ninguna de las flores que se pondrán sobre las tumbas del cementerio de Arlington, o al pie del inmenso memorial de mármol negro que recuerda a los caídos, o en el memorial de las víctimas de los actos terroristas en Nueva York, será colocada en recuerdo a una víctima de actos agresivos o terroristas planeados, organizados o financiados por la Revolución Cubana.

Como señalara en su discurso de ayer nuestro Comandante en Jefe, y recordara Arleen, “Ni una sola gota de sangre se ha derramado en Estados Unidos, ni un átomo de riqueza allí se ha perdido en 43 años de Revolución por acción terrorista alguna procedente de Cuba.  A la inversa, son miles las pérdidas de vidas y cifras siderales los daños materiales que se han ocasionado a nuestra Patria desde territorio norteamericano.  Es algo sobre lo que el pueblo de Estados Unidos debe ser informado, en lugar de saturarlo con calumnias y mentiras.”

Los 3 478 ciudadanos cubanos que han muerto en estos 43 años, como resultado de actos terroristas contra nuestro pueblo, son tantos o más que los muertos en el World Trade Center durante los abominables y horrendos hechos del 11 de septiembre. 

Un país con una población más de diez veces menor y decenas de veces más pequeño en territorio que Estados Unidos, ha visto correr la sangre numerosa de sus hijos por acciones terroristas de los gobiernos del más poderoso imperio de la historia, en una proporción mayor que todos los estadounidenses caídos en las guerras de Viet Nam y de Corea.

Pero el pueblo cubano no considera como su enemigo al pueblo norteamericano, quien ha sido también víctima de las acciones criminales de los mafiosos terroristas con quienes el presidente Bush se acaba de reunir y cenar este 20 de mayo, mientras soldados estadounidenses morían en Afganistán, en la llamada lucha contra el terrorismo, y cuando cinco jóvenes cubanos resisten humillante y dura prisión por luchar contra el terrorismo de estas mafias criminales.

Como señalara ayer Fidel, “En sus dificultades actuales y en la lucha contra el flagelo del terrorismo, el pueblo de Estados Unidos puede contar con este pueblo amistoso, solidario y generoso”.

Pero el señor Bush y las sucesivas administraciones norteamericanas deberán responder, ante la historia y ante su pueblo, por haber dado refugio a los torturadores y asesinos batistianos, por haber organizado la invasión mercenaria de Girón, por haber financiado y pertrechado a las bandas de alzados que mataron a más de 500 cubanos, por sus intentos de asesinar a Fidel y a otros dirigentes de la Revolución; por haber creado, financiado y dirigido las decenas de organizaciones de la mafia anticubana que han cometido innumerables crímenes contra este pueblo pequeño, pero grande en generosidad y heroísmo, que se ha propuesto construir la más justa de las sociedades hasta hoy conocidas.

Al señor Bush le estamos respondiendo todos, como nos dijera Fidel ayer, demoleremos  una a una sus falacias y mentiras.

¡Seguimos en combate!

Muy buenas noches.