Cuba no tiene nada que ocultar, ni nada de qué avergonzarse

El pasado miércoles, 30 de abril, el Gobierno de los Estados Unidos, presentó el informe anual "Patrones del Terrorismo Mundial". En este documento, nuevamente se incluye a Cuba dentro de la lista de Estados que, supuestamente, auspician el terrorismo a nivel internacional.

El gobierno de Cuba rechaza enérgicamente, una vez más, la infame inclusión de nuestro país en este unilateral y espurio listado. La Administración Bush miente nuevamente ante la opinión pública norteamericana e internacional, en su afán de justificar, con falsas acusaciones, la cruel e inhumana política de bloqueo, hostilidad y agresión contra Cuba.

Con esta acción, el gobierno de Estados Unidos incrementa su falta de credibilidad en su campaña contra el terrorismo internacional, al acudir a manipulaciones políticas y flagrantes mentiras contra Cuba, en su obsesión por destruir a la Revolución.

El Gobierno de los Estados Unidos, de forma arbitraria, incluye a Cuba en la lista de países que, supuestamente, auspician el terrorismo en el mundo, al mismo tiempo que rechaza mediante argumentos vacíos, irracionales y sin ningún sustento real, la propuesta realizada por Cuba para suscribir un Programa Bilateral de lucha contra el terrorismo, presentada al gobierno de Estados Unidos desde el 29 de noviembre de 2001 y reiterada el 3 de diciembre de 2001, el 12 de marzo del 2002, y el 17 de diciembre del 2002 en ocasión de celebrarse la 19na ronda de conversaciones migratorias entre ambos países.

Mezquinas motivaciones electorales en la Florida, donde actúa impunemente la mafia terrorista que ha organizado cientos de atentados terroristas contra Cuba, y un odio visceral al ejemplo y a la alternativa que representa la Revolución cubana para los países del Tercer Mundo, llevan al gobierno norteamericano a negar, con la inclusión de Cuba en la lista de países que auspician el terrorismo, la racionalidad política que hubiera podido tener su campaña contra el terrorismo internacional.

Cuba conoce, como quizás ningún otro país en el mundo, lo que significa el terrorismo. Hemos sido, desde 1959, víctimas del terrorismo más cruel y despiadado, muchas veces auspiciado, protegido, financiado y organizado por el propio gobierno de Estados Unidos, y que ha causado la muerte de miles de ciudadanos cubanos.

La política de la Revolución cubana con relación al terrorismo no admite cuestionamientos ni dudas, y mucho menos provenientes de Washington.

Cuba, condena todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, dondequiera, por quienquiera que los cometa, contra quienquiera que se cometan y cualesquiera que sean sus motivaciones. Asimismo, condena toda acción que tenga por objeto alentar, apoyar, financiar o encubrir cualquier acto, método o práctica terrorista.

Cuba fue uno de los primeros países en condenar enérgicamente, sin vacilaciones, el crimen del 11 de septiembre del 2001; expresó las condolencias de nuestro pueblo al pueblo de Estados Unidos y nuestra disposición a brindar asistencia médica y humanitaria a las víctimas; y ofreció de inmediato abrir su espacio aéreo y sus aeropuertos para recibir a los aviones de pasajeros que se encontraban en el aire y que se dirigían, en ese difícil momento, a los Estados Unidos.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, denuncia ante el pueblo de Cuba y la opinión pública internacional, las falacias y mentiras con que el gobierno norteamericano pretende engañar al mundo y a su pueblo y de esta forma sustentar su política agresiva y hostil contra nuestro país.

ANTE LA REITERACIÓN DE ESTAS FALSAS ACUSACIONES, UNA VEZ MÁS, NOS VEMOS OBLIGADOS A PRESENTAR LA VERDAD:

Como parte de su política hegemónica mundial, el gobierno de Estados Unidos emite desde diciembre de 1979 la mencionada lista de supuestos "Estados auspiciadores del terrorismo internacional".

Contra estos Estados se aplica todo género de sanciones económicas, bloqueos, congelamiento de activos en bancos norteamericanos, medidas de aislamiento político, etc.

En estos momentos la lista incluye siete países: Iraq, Irán, Siria, Sudán, Libia, la República Popular Democrática de Corea y Cuba. Una sola mirada a la lista muestra a las claras el objetivo político que la anima.

Adicionalmente, desde 1981, el Departamento de Estado comenzó a emitir un informe anual titulado "Patrones del Terrorismo Global", mediante el cual notifica al Congreso de Estados Unidos, según su criterio unilateral y sin fundamento jurídico ni aprobación internacional, la situación del terrorismo internacional en el año precedente.

Cuba fue incorporada a la Lista en marzo de 1982. Ese mismo año, el informe anual del Departamento de Estado sobre "Patrones del Terrorismo Global" se refiere por primera vez a Cuba. Desde entonces, y durante 21 años, el gobierno de Estados Unidos ha insistido en las calumniosas y cínicas acusaciones contra Cuba en materia de terrorismo.

A lo largo de todos estos años, los pretextos para incluir a Cuba en la Lista han sido variados, pero siempre ha sido evidente la falta de veracidad y objetividad de los mismos, y la debilidad de nuestros acusadores al intentar sustentarlos. Nunca el gobierno de los Estados Unidos ha podido, ni podría, probar la participación de Cuba en acto terrorista alguno. Sus falsos argumentos se han ido desgastando de forma sistemática con el paso del tiempo, lo que ha llevado, incluso, a que funcionarios del gobierno estadounidense reconozcan que la inclusión de Cuba es simplemente un instrumento político contra nuestro país.

Desde mediados de la década del 90, inclusive, los falsos pretextos han ido agotándose, y a fuerza de no poder inventar otros, en los últimos informes se han mantenido prácticamente las mismas mentiras contra Cuba.

¿Cuáles son los falaces argumentos del Gobierno norteamericano para incorporar a Cuba a la lista de Estados que auspician el terrorismo en el mundo?

1) La presencia en Cuba de miembros de la organización "Patria Vasca y Libertad" (ETA).

2) La protección y el apoyo de Cuba a miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

3) La presencia en Cuba de fugitivos de la justicia norteamericana.

4) El hecho de que un "experto en armas" del Ejército Republicano Irlandés, residente durante algún tiempo en La Habana, fue detenido en Colombia por, supuestamente, entrenar a miembros de las FARC en uso de explosivos.

5) La "oposición" de Cuba a la "coalición" dirigida por Estados Unidos para desarrollar su lucha global contra el terrorismo y las críticas a muchas políticas y acciones norteamericanas. El envío de agentes a Embajadas norteamericanas en el mundo para proveer pistas falsas con el propósito de subvertir las investigaciones.

1) Sobre la presencia de miembros de ETA en nuestro país.

La presencia en Cuba de miembros de la organización vasca ETA, se originó a partir de una solicitud de los gobiernos de España y Panamá con el objetivo de ayudar a la solución de una situación que amenazaba con tornarse muy compleja en este último país. Teniendo en cuenta esa solicitud, se alcanzó un acuerdo en 1984 con el gobierno español, encabezado en aquel entonces por el presidente Felipe González, y con el gobierno de Panamá, mediante el cual viajaron a Cuba un grupo de militantes de ETA.

Los miembros de ETA residentes en Cuba, nunca han utilizado nuestro territorio para actividades de esa organización contra España ni contra ningún otro país. Cuba ha cumplido escrupulosamente con el espíritu de aquel acuerdo. El tema de la presencia de miembros de la ETA en Cuba es un asunto de índole bilateral, sobre el cual se han mantenido contactos con el gobierno de España. El Gobierno de los Estados Unidos no tiene derecho, ni autoridad, para inmiscuirse en estos temas, que en lo absoluto lo involucran, ni mucho menos afectan su seguridad nacional, como tampoco afectan la seguridad de ningún otro Estado.

2) Sobre la llamada protección y el apoyo a miembros de las FARC y el ELN.

Entre las organizaciones catalogadas por Estados Unidos como terroristas, arrogándose un "derecho" que no le corresponde, se encuentran las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Aunque actualmente el diálogo entre el gobierno y la guerrilla está suspendido, como se conoce, tanto el gobierno colombiano como estas fuerzas guerrilleras, coincidieron en solicitar, en su momento, a Cuba, su participación en el proceso de paz y siguen manteniendo esa posición.

Cuba es partidaria de una solución política negociada para alcanzar la paz en Colombia. Somos parte del Grupo de Países Facilitadores del diálogo entre las FARC y el gobierno de Colombia, junto con otros países de Europa y América y al mismo tiempo parte del Grupo de Países Amigos para las conversaciones de paz entre el ELN y el gobierno colombiano, en este caso junto con Francia, España, Suiza y Noruega.

En nuestro país se han celebrado varias rondas de negociaciones entre los movimientos guerrilleros y el gobierno colombiano. La transparente postura mantenida y la ayuda del gobierno cubano al proceso de paz en Colombia han sido reconocidas ampliamente, no solo por las FARC y el ELN, sino por la ONU y el propio gobierno colombiano, que lo ha declarado públicamente.

La irracionalidad de este argumento llega al colmo de que en el propio informe del Departamento de Estado se reconoce que "el Gobierno colombiano conoce de estos arreglos y que ha planteado (el gobierno de Colombia) que desea que Cuba continúe de mediadora en el proceso de Paz".

3) Presencia en Cuba de fugitivos de la justicia norteamericana.

Con relación a la supuesta presencia en Cuba de fugitivos de la justicia norteamericana, vale la pena recordar que ha sido el gobierno de Estados Unidos el que ha recibido a lo largo de todos estos años, precisamente como parte de su política de agresión contra Cuba, a cuanto terrorista o delincuente cubano haya llegado a territorio norteamericano, por la vía que fuere.

Estados Unidos no solo recibió en los primeros momentos del triunfo revolucionario a cientos de esbirros, torturadores y asesinos de la tiranía batistiana que huyeron de la justicia revolucionaria, sino que ha mantenido durante más de cuatro décadas la política de proteger y dar resguardo a cuanto criminal llegue a territorio norteamericano luego de haber cometido actos delictivos contra Cuba y su pueblo.

Asesinos confesos, terroristas, secuestradores de embarcaciones y aeronaves y delincuentes de todo tipo, han sido acogidos por el gobierno norteamericano, el que jamás ha intentado, siquiera, devolver a alguna de estas personas reclamadas por la justicia cubana.

Existían dos Acuerdos de Extradición entre Cuba y Estados Unidos, uno firmado en el año 1904 y otro en el año 1926. No fue Cuba quien dejó de honrar los mencionados Acuerdos. En una fecha tan temprana como el 7 de enero de 1959, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba envió al Departamento de Estado norteamericano una nota diplomática solicitando la extradición de varios fugitivos de la justicia cubana, esbirros del régimen de Batista que habían huido a Estados Unidos.

Con posterioridad, se han sucedido decenas y decenas de notas reclamando el retorno de personas que han delinquido en nuestro país y han viajado posteriormente a Estados Unidos. Nunca se ha recibido una respuesta positiva por parte del gobierno de Estados Unidos a todas estas notas diplomáticas. Nunca Estados Unidos ha devuelto a uno solo de los fugitivos de la justicia cubana.

Reconocidos terroristas y asesinos como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón, Guillermo Novo Sampol, Leonel Macías, Nazario Sargent, Francisco José Hernández Calvo, José Basulto, Rubén Darío López Castro, Roberto Martín Pérez, Silverio Rodríguez Pérez, Rodolfo Frómeta, Ramón Leocadio Bonachea, William Chávez y otros que harían la lista interminable, se han paseado libremente por Miami durante años, sin que nadie los moleste, con total impunidad y privilegios.

Cuba fue una de las primeras víctimas de la práctica terrorista del secuestro de aviones. Entre 1959 y el 2001, un total de 51 aviones cubanos fueron secuestrados y en su mayoría desviados hacia Estados Unidos. Muchos de los aviones quedaron y aun siguen quedando en Estados Unidos, robados descaradamente por la mafia de Miami. No pocos pilotos, custodios u otras personas fueron asesinadas o heridas en estos secuestros. El gobierno de Estados Unidos no ha sancionado jamás a ninguno de esos secuestradores.

En cambio, entre 1968 y 1984, un total de 71 aviones fueron secuestrados en Estados Unidos y desviados hacia Cuba. Un total de 69 de los participantes en esas acciones fueron sancionados y cumplieron condenas en Cuba. La inmensa mayoría de ellos abandonó el país después de cumplir su sanción.

El gobierno cubano devolvió a Estados Unidos el 18 de septiembre de 1980, después de advertir que actuaría de esa forma ante nuevos casos, a dos secuestradores de aviones, poniéndolos en manos de la justicia norteamericana. Con esta actuación Cuba eliminó de raíz los secuestros de aviones hacia su territorio.

Las recientes manipulaciones anticubanas en torno a los secuestros del DC-3, el AN-24 y otras naves y aeronaves cubanas, sobre las cuales se ha brindado amplia información a nuestro pueblo, muestran claramente que la misma irresponsabilidad con que se actuó en el pasado sigue siendo el patrón que guía a las autoridades norteamericanas en el presente.

También se ha devuelto a Estados Unidos a otras personas en años más recientes. Como se recordará, en la Declaración del MINREX del 17 de marzo del 2002, se dio a conocer la entrega al gobierno norteamericano, el 12 de enero de ese año, del ciudadano norteamericano Jesse James Bell, acusado en Estados Unidos de varios cargos relacionados con el narcotráfico.

Nuestro país, por otra parte, ha mostrado siempre su total cooperación para intercambiar información con las autoridades norteamericanas; para recibir a fiscales e investigadores norteamericanos involucrados en casos de narcotráfico, emigración ilegal, secuestros, etc; funcionarios cubanos han testificado en diferentes juicios en Estados Unidos en los cuales las autoridades norteamericanas han solicitado colaboración.

4) Sobre la presencia en Cuba de un "experto en armas" del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

El informe del Departamento de Estado, vuelve, en esta edición, a reiterar un embuste que había aparecido, por primera vez, en el Informe del 2001. Este es un tema sobre el cual se ha aclarado en detalles de forma pública.

Este supuesto "experto en armas" del IRA, el Sr. Niall Conolly fue detenido en agosto del año 2000 en Bogotá, Colombia, donde las autoridades colombianas siguen un proceso legal en su contra que aún no ha concluido.

El Sr. Niall Conolly residió en Cuba desde 1996 hasta el año 2000, período en el que se desempeñó como representante del Sinn Fein, partido político irlandés, de carácter legal y con representación en el parlamento británico.

Su actuación en Cuba fue siempre de estricto carácter político, en el marco de sus relaciones con el Partido Comunista de Cuba y de otros partidos en América Latina.

5) Sobre la llamada "oposición" de Cuba a la coalición de los Estados Unidos contra el terrorismo global, las críticas a las políticas y acciones norteamericanas y los supuestos intentos de Cuba para "desviar" y "obstruir" la investigación de Estados Unidos en torno al 11 de septiembre; y el suministro de información "falsa" e "insignificante" sobre terroristas.

Este es, sin dudas, el más infame de los pretextos utilizados por el Gobierno de los Estados Unidos para incluir a Cuba en la llamada lista de Estados auspiciadores del terrorismo.

El Gobierno de los Estados Unidos pretende con este argumento esconder y minimizar todo lo que ha hecho Cuba en el combate al terrorismo internacional.

Con este falaz argumento, trata el Gobierno norteamericano de confundir a la opinión pública, al no reconocer todos los gestos y acciones del Gobierno cubano, después del 11 de septiembre de 2001.

Más allá de las declaraciones de líderes de la Revolución con relación a los atentados del 11 de septiembre, de nuestras acciones iniciales y de los pasos que dimos a nivel internacional y que todo nuestro pueblo conoce, es importante que se conozca también, que:

• El 21 de septiembre de 2001, el MINREX entregó la Nota diplomática 1613, que contenía la respuesta a la solicitud de información que presentara la SINA sobre una lista de 25 personas que podían haber entrado a Cuba como turistas y que eran considerados por las autoridades norteamericanas como terroristas.

• El 25 de septiembre de 2001, el MINREX entregó a la SINA la Nota diplomática 1621, con información sobre nueve ciudadanos extranjeros que se encontraban en nuestro país y sobre los cuales nos habían solicitado información.

• El 26 de octubre de 2001, el MINREX entregó a la SINA una Nota diplomática en la que se expresa el ofrecimiento de vender, a precio de costo, medicamentos contra el ántrax. Se ofrecieron hasta 100 millones de tabletas de ciprofloxacina.

• El 27 de octubre de 2001, el MINREX entregó a la SINA en calidad de donación, 100 tabletas de ciprofloxacina que la misión diplomática norteamericana había solicitado para las personas que habían manipulado valijas diplomáticas sospechosas de estar contaminadas con ántrax.

• El 12 de noviembre de 2001, el MINREX comunicó a la SINA la disposición de nuestro país de entregar, de inmediato, uno o dos equipos de avanzada tecnología, desarrollados por el Centro de Neurociencias, que podrían ayudar a las autoridades médicas norteamericanas en la identificación de las cepas del ántrax. Se le indicó, además, que teníamos la posibilidad de producir un número de equipos para entregar a las autoridades norteamericanas, sin ningún interés comercial.

Ofrecimos a las autoridades norteamericanas, la información y los recursos que teníamos disponibles. Los ofrecimos con responsabilidad y seriedad.

El Gobierno de los Estados Unidos no ha tenido siquiera la valentía política de reconocer públicamente esta colaboración de Cuba; lejos de ello, miente vergonzosamente, una vez más.

Nuestro país se ha opuesto firme y decididamente a las guerras contra Afganistán e Iraq y a la nueva doctrina nazifascista que se intenta imponer en el mundo, y nos seguiremos oponiendo. Nos sobran argumentos y principios para ello.

El 17 de septiembre del 2002, el subsecretario de estado Asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental, el Sr. Dan Fisk, quien fuera asistente del ex senador Jesse Helms y uno de los redactores de la Ley Helms-Burton, esgrimió acusaciones similares contra nuestro país.

En aquel momento el Sr. Fisk acusó a Cuba de desviar las investigaciones de su país en torno a los ataques terroristas del 11 de septiembre, suministrando información falsa, insignificante y desactualizada y de obstruir mediante recursos humanos y electrónicos los esfuerzos antiterroristas de los Estados Unidos.

El Sr. Fisk intentaba entonces, neutralizar con sus mentiras el impacto que tendría la llamada "Cumbre nacional sobre Cuba", esfuerzo desarrollado con éxito por numerosas organizaciones que en los Estados Unidos se oponen a la política norteamericana contra Cuba, en especial contra el bloqueo y abogan por un cambio de esta política.

Ese 17 de septiembre, el Sr. Fisk llegó a afirmar que Cuba había enviado "al menos un desertor por mes, desde el 11 de septiembre, ofreciendo información falsa, sobre actos terroristas que se cometerían contra Estados Unidos y otros intereses occidentales".

Como se recordará, las calumnias del Sr. Fisk fueron rechazadas de inmediato y de forma enérgica por el cro. Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país. Se desafió al Sr. Fisk a que presentara una sola prueba que respaldara sus acusaciones.

Más de 7 meses han transcurrido después de estas declaraciones del Sr. Fisk y aún ningún funcionario de la Administración, ni ningún informe emitido por el gobierno norteamericano, ha podido responder al desafío cubano.

A pesar de esto, el Departamento de Estado decide ahora volver a utilizar tan infame y falaz argumento, con el interés de reanimar el insostenible expediente terrorista contra Cuba. Decide hacerlo en un momento de gran euforia imperial, cuando han logrado ocupar Iraq, y cuando los representantes de la mafia terrorista de Miami exigen a la Casa Blanca, en pago por sus servicios, que se castigue a Cuba con la mayor dureza y crueldad posible, y tratan, afanosamente, de orquestar nuevas provocaciones que faciliten una agresión militar contra Cuba.

Emplazamos, una vez más, al gobierno de los Estados Unidos, para que presente las pruebas sobre este supuesto "envío de agentes" a las embajadas norteamericanas en el mundo para suministrar pistas falsas dirigidas a subvertir las investigaciones contra el terrorismo.

Cuba ha sido una víctima del terrorismo organizado, financiado y ejecutado desde los Estados Unidos

Ha sido precisamente el gobierno de Estados Unidos el que ha apoyado históricamente a los principales regímenes terroristas y represivos en el mundo. Fue el gobierno norteamericano el principal sostén de los gobiernos sangrientos de Pinochet, Somoza, Duvalier, Batista, Stroessner, las dictaduras militares de Guatemala, El Salvador y Argentina, el Apartheid en Sudáfrica. Es hoy el gobierno de Estados Unidos el principal aliado del gobierno genocida y terrorista de Israel, que masacra impunemente al pueblo palestino.

El 1º de enero de 1959, Cuba se libró de los terroristas, asesinos y torturadores de la dictadura batistiana, que abandonaron nuestro país para dirigirse al verdadero santuario seguro: los Estados Unidos de América.

A diferencia de Estados Unidos, en Cuba no se encuentra la sede de ninguna organización terrorista como las que actúan impunemente en Miami, ni en los bancos de nuestro país existe o ha habido ningún fondo vinculado a actividades terroristas, lo que en más de una ocasión se ha informado a las Naciones Unidas y a su Consejo de Seguridad.

Es el gobierno de Estados Unidos el responsable de la aplicación de una política terrorista y genocida contra Cuba, destinada al intento de rendir por hambre y enfermedades al pueblo cubano, destruir nuestra Revolución y reimplantar su dominio neocolonial.

Cuba rechaza las definiciones unilaterales de terrorismo que intenta imponer el gobierno de Estados Unidos, el cual carece totalmente de autoridad moral para calificar a Cuba, ante el mundo, como un país terrorista.

Presentarse como el líder de la lucha contra el terrorismo internacional y a la vez proteger, estimular y apoyar a organizaciones terroristas que han actuado contra Cuba por décadas, es solo un ejemplo del doble rasero y la inconsistencia de la política norteamericana.

El gobierno de Estados Unidos, que acusa a Cuba de terrorista, fue el que apoyó a la sangrienta dictadura batistiana, que causó más de 20 000 muertes en Cuba, y tras su derrota, financió, entrenó y apoyó a las bandas armadas y grupos terroristas, responsables de todo tipo de crímenes contra nuestra población.

Es el gobierno que intenta acusarnos ahora de terroristas, el que ha tolerado, e incluso, atentado físicamente en cientos de ocasiones contra nuestro Comandante en Jefe y otros dirigentes de la Revolución; el responsable del sabotaje al buque francés La Coubre; del incendio y destrucción de la tienda El Encanto; el que organizó y apoyó con sus fuerzas armadas la fracasada invasión de Playa Girón; el responsable de numerosos ataques piratas aéreos y navales contra poblaciones cubanas indefensas e instalaciones civiles; el que ha apoyado la quema de cañaverales, el ametrallamiento sobre territorio cubano, el ataque contra humildes pescadores cubanos y el asesinato de combatientes de nuestras Policía Nacional Revolucionaria y Tropas Guardafronteras.

El gobierno de Estados Unidos tiene responsabilidad en los actos terroristas cometidos con bombas y explosivos contra las Misiones Diplomáticas de Cuba en Portugal, ante la ONU y en otros países, causando la muerte y heridas graves a funcionarios diplomáticos cubanos. Es responsable de la desaparición física de diplomáticos de nuestro país en Argentina, y del asesinato de un diplomático cubano en la propia ciudad de Nueva York.

El gobierno norteamericano es responsable del más monstruoso y repugnante acto terrorista contra Cuba: el estallido en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación, donde murieron 73 personas.

El gobierno de Estados Unidos tiene responsabilidad en los actos terroristas ejecutados contra hoteles cubanos en 1997, durante los cuales pereció un turista italiano. Esos hechos, como ha sido ampliamente reconocido, fueron organizados por el terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles, entrenado y asalariado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.

Resulta evidente el deseo de la Administración norteamericana de encontrar cualquier pretexto, no importa cuan descabellado sea, para tratar de justificar ante la opinión pública norteamericana y mundial, la agresividad contra nuestro país, su política hostil y el criminal bloqueo económico, comercial y financiero.

Desde el triunfo mismo de la Revolución, sucesivas administraciones norteamericanas han tratado de presentar a Cuba como una amenaza a la seguridad nacional de los EE.UU., en correspondencia, además, con los intereses de los sectores más reaccionarios de la mafia miamense.

A pesar de todo esto, durante los últimos años se han producido numerosas declaraciones por parte de funcionarios del Departamento de Defensa, así como por militares norteamericanos en servicio activo y retirados, acerca de que Cuba no constituye una amenaza a la seguridad nacional de los EE.UU. Estas declaraciones de militares y funcionarios norteamericanos constituyen un claro mentís a las falsas imputaciones del gobierno norteamericano.

El apoyo del gobierno norteamericano a las acciones terroristas contra Cuba ha causado la muerte de 3 478 ciudadanos cubanos, y daños a la integridad física de otros 2 099, tal y como se describe en la "Demanda del pueblo de Cuba contra el gobierno de Estados Unidos por daños humanos", de fecha 31 de mayo de 1999, documento que el gobierno de Estados Unidos nunca ha respondido. Cuba reitera su denuncia de que el gobierno de Estados Unidos es el responsable directo de estas atrocidades y debe responder ante el pueblo cubano por ello.

Es el gobierno de Estados Unidos el que desarrolla una política de genocidio contra el pueblo de Cuba, expresado en el inhumano e irracional bloqueo que se aplica contra nuestro país desde hace más de 40 años.

El terrorismo internacional no surgió el 11 de septiembre del 2001. Tanto antes como después de esa fecha, Cuba, ha cooperado de forma sincera y responsable con el gobierno de los Estados Unidos. Lo hemos hecho de forma consciente, convencidos de la necesidad de aunar todos los esfuerzos posibles en el combate a este flagelo internacional y siguiendo nuestra tradicional política en este tema.

Si Estados Unidos realmente desea demostrar su compromiso con la lucha antiterrorista, tiene la oportunidad ahora de actuar con firmeza y sin dobles raseros contra diferentes organizaciones terroristas que desde territorio norteamericano han venido agrediendo a Cuba durante todos estos años.

El gobierno de Estados Unidos debe liberar, sin dilación, a los Héroes de la República de Cuba: René González Sehwerert, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort, Antonio Guerrero Rodríguez y Gerardo Hernández Nordelo, que guardan prisión injustamente en cárceles norteamericanas y cuyo único delito ha sido defender a los pueblos cubano y norteamericano de las actividades terroristas que se organizan aún hoy desde la Florida.

A pesar del amañado proceso judicial que se desarrolló en Miami contra nuestros cinco Héroes, quedó demostrada la lucha de nuestros compatriotas contra el terrorismo anticubano asentado en Estados Unidos. Se les condenó única y exclusivamente por haber luchado, a riesgo de sus vidas, contra grupos terroristas que operan libremente en esa ciudad.

Todo el ilegal proceso judicial contra nuestros cinco Héroes, ha constituido un escandaloso respaldo a los grupos terroristas anticubanos que operan allí.

Resulta realmente bochornoso que, mientras nuestro Cinco Héroes son encarcelados injustamente y sometidos a sentencias y castigos draconianos, y sus derechos humanos violados brutalmente, los terroristas secuestradores de naves y aeronaves cubanas reciben cómodas fianzas e incluso algunos de ellos son puestos en libertad en los Estados Unidos, demostrando, una vez más, que el gobierno norteamericano no castiga el delito de terrorismo cuando el mismo es perpetrado contra países que no se arrodillan ante su política imperialista.

El gobierno de Estados Unidos debe derogar la asesina "Ley de Ajuste Cubano", responsable de la muerte de numerosos ciudadanos cubanos, en el intento de llegar a territorio norteamericano, estimulados por los privilegios que dicha ley les otorga.

El gobierno de Estados Unidos debe derogar las leyes "Helms-Burton" y "Torricelli", leyes terroristas y violatorias del derecho internacional y responsables del sufrimiento del pueblo cubano.

Cuba, con la frente en alto, puede enorgullecerse de que:

• Jamás ha participado en ningún acto terrorista contra país alguno,

• Poseemos una legislación moderna contra el terrorismo aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular el 20 de diciembre del 2001,

• Cuba firmó y ratificó los doce Convenios Internacionales existentes en materia de lucha contra el terrorismo, en el marco del sistema de Naciones Unidas, respondiendo así al llamado del Secretario General de esa Organización,

• Hemos reiterado nuestra disposición a incrementar la cooperación judicial con todos los países, sin excepción, para combatir ese flagelo,

• Hemos mantenido una cooperación permanente con el Comité Contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

• Nos hemos adherido al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares; pese a que la única potencia nuclear en las Américas mantiene una política de hostilidad contra Cuba que no excluye el uso de la fuerza,

• Hemos ratificado el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, conocido como Tratado de Tlatelolco, que nuestro país había firmado en 1995.

Continuaremos favoreciendo la cooperación internacional, basada en el respeto a los principios del derecho internacional en el marco de las Naciones Unidas, y en particular su Asamblea General de la ONU, como único método eficaz para prevenir y combatir el terrorismo.

Con la inclusión de Cuba en la lista de "Estados Auspiciadores del Terrorismo", el gobierno de Estados Unidos demuestra nuevamente que más que genuinos intereses contra el terrorismo internacional lo mueve una irracional sed de venganza contra la Revolución cubana.

La lucha multilateral contra el terrorismo no puede ser concebida en función, únicamente, de los intereses nacionales y de los objetivos de política exterior de la potencia que disfruta hoy de una hegemonía unipolar.

El Ministerio de Relaciones Exteriores reitera, con toda claridad y firmeza, que la inclusión de Cuba en la ilegal Lista de Estados Auspiciadores del Terrorismo y en el Informe Patrones del Terrorismo Global, el Departamento de Estado, acción que crea las condiciones propicias para una posible agresión militar contra Cuba, no nos intimida en lo absoluto. Si ese es el objetivo de los personeros de la Administración Bush, pierden su tiempo.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, condena y rechaza con todas sus fuerzas esta nueva agresión de Estados Unidos contra la impecable conducta de Cuba en el combate al terrorismo, y demanda del Gobierno de los Estados Unidos que cese su criminal política de hostilidad y el doble rasero de su llamada cruzada antiterrorista y en consecuencia actúe contra los grupos terroristas que en Miami no se esconden para preparar, organizar y llevar a cabo, acciones terroristas contra Cuba.

2 de mayo del 2003