DECLARACIÓN DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
Grosera mentira fascista y golpista contra Cuba.
El canal de televisión golpista y fascista Globovisión, y otros canales privados venezolanos, durante el día y la noche de ayer, han estado repitiendo cada 30 minutos, como promedio, consignas groseramente provocadoras y mentirosas contra Cuba, suscritas por la llamada Coordinadora Democrática. Entre los tres objetivos con los cuales esta ha estado convocando a realizar una manifestación hoy en Caracas, se afirma cínicamente que uno de ellos es "impedir el regalo de nuestro patrimonio más importante a Cuba". De esa forma burda se implica a nuestro país en los asuntos internos de Venezuela.
La nueva y pérfida acción pretende confundir al hermano pueblo venezolano, tal como lo intentaron en el pasado mes de abril a raíz del fallido golpe de Estado que secuestró al presidente constitucional Hugo Chávez, recurriendo una vez más al argumento de que se envía petróleo a nuestro país aunque Cuba no pague.
He aquí la verdadera historia:
El 30 de octubre del 2000 los Presidentes de Cuba y Venezuela suscribieron el Convenio de Cooperación entre nuestras naciones, como parte del cual se firmó el 22 de noviembre de ese propio año el contrato de compra-venta de petróleo crudo y sus derivados, en el cual se establecieron los términos y condiciones del suministro de hasta un total de 53 000 barriles diarios por un plazo de cinco años. Tales términos y condiciones fijados a Cuba son iguales o menos ventajosos que los pactados para el resto de los países de América Central y el Caribe, también beneficiarios del Convenio de Caracas.
Los embarques comenzaron en diciembre del 2000 y se ejecutaron sin interrupción hasta el 11 de abril del 2002, fecha del frustrado golpe fascista. En ese período se habían recibido 25 589 000 barriles.
Hasta igual fecha, de acuerdo con lo conveniado, se pagaron en efectivo y a precios del mercado mundial, 439,7 millones de dólares. Los pagos aplazados, según la fórmula pactada, comenzarían a honrarse a finales del presente año 2003.
La suspensión de los suministros en abril fue exclusivamente una responsabilidad de los sectores golpistas, de los que formó parte un grupo de la gerencia de PDVSA. El 5 de abril del 2002 había cuatro barcos esperando cargar combustibles con destino a Cuba. Tres de ellos estuvieron listos el día 9, pero solo uno de ellos pudo salir en la mañana del 11 de abril. Dos buques cargados, ya propiedad de nuestra empresa Cuba-Petróleo (CUPET) según el contrato, fueron vendidos a terceros por decisión unilateral de las autoridades que operaban PDVSA; el cuarto nunca fue cargado. Estos hechos ocurrieron dos días antes del golpe de estado fascista de abril.
Como consecuencia de esta situación, no quedó otra alternativa para Cuba que salir de inmediato a comprar el petróleo y los derivados que el país requería, a través de intermediarios y a precios muy superiores agravados por la urgencia y los altos costos de los fletes impuestos por la distancia, ya que algunos cargamentos solo pudieron ser contratados en Europa y Africa. Hubo embarques, incluso, que no se pudieron traer por falta de barcos debido a las conocidas limitaciones que impone el bloqueo de los Estados Unidos a las embarcaciones que tocan puertos cubanos.
Para que se tenga una idea, como consecuencia de esta interrupción en el abastecimiento del crudo venezolano, fue necesario paralizar la refinería de Santiago de Cuba, la segunda en importancia del país, desde abril hasta septiembre, lo que provocó la importación adicional de derivados con gastos superiores, y recurrir a las reservas de la nación previstas para situaciones excepcionales. La erogación extra en divisas convertibles por este solo concepto fue del orden de los 85 millones de dólares, sin contar las afectaciones que ello representó a la economía y la población.
En julio del pasado año se llegó a un acuerdo de renegociación con PDVSA encaminado a reanudar los embarques en agosto, lo que solo se hizo realidad en septiembre, el cual incluyó el pago injusto que esa empresa impuso a Cuba de 13 millones de dólares por concepto de mora, que fue aceptado por nuestro país, adoptando una posición de máxima comprensión a las dificultades del gobierno bolivariano de Venezuela, a pesar de que la responsabilidad de la demora en los pagos no correspondió en absoluto a la parte cubana.
Durante el período septiembre-noviembre del 2002 se recibieron otros 4 444 000 barriles, ejecutándose pagos por 96,4 millones, que era el monto exacto que Cuba estaba comprometida a abonar en ese lapso, lo cual se produjo sin un solo minuto de atraso.
El pasado 2 de diciembre, en medio de los nuevos intentos golpistas, se interrumpieron de nuevo los embarques contemplados en el Acuerdo de Caracas, con consecuencias similares a las ocurridas en el período abril agosto, es decir, se paraliza la Refinería de Santiago de Cuba y el país se ve obligado a acudir a intermediarios, a pagar altos costos, etcétera., en momentos en que la reducción de la producción en PDVSA, por demás, ocasionó un incremento de los precios del petróleo en el mercado mundial y falta física de productos en el área del Caribe. Los incumplimientos de PDVSA han ocasionado al país daños económicos superiores a los 200 millones de dólares, justo en el año en que se conjugaron adversas circunstancias derivadas de la crisis económica mundial, el bloqueo norteamericano y las cuantiosas afectaciones de tres huracanes, que por sí solos produjeron pérdidas a nuestro pueblo superiores a 2 500 millones de dólares.
Después de la paralización y el sabotaje de la industria petrolera venezolana el pasado 2 de diciembre, en la primera decena de enero del 2003 han sido embarcados a Cuba dos cargamentos de petróleo que equivalen, según cálculos conservadores, a menos del 5 % de lo exportado por Venezuela tras el sabotaje. Nuestro país no fue el primero, sino de los últimos en recibirlo. Durante más de un mes no llegó a Cuba un solo barril de petróleo venezolano del millón y medio de barriles que debíamos recibir de acuerdo con el Convenio.
Sin embargo, los malintencionados que propalan la infamia del petróleo que "Chávez regala a Cuba", no solo olvidan los cientos de millones de dólares pagados por Cuba a PDVSA, cumpliendo cabalmente sus compromisos mes por mes, centavo a centavo, con no pocos esfuerzos y sacrificios, y las afectaciones causadas a nuestra economía al desconocer la cláusula que obliga a cualquiera de las partes a notificar por escrito el interés de terminarlo, con no menos de 30 días de antelación al vencimiento del contrato, sino que ignoran olímpicamente que no existe "regalo" alguno y que el Convenio de Cooperación suscrito no transita en una sola dirección y que su materialización beneficia a ambas naciones.
En cambio, ¿cuál ha sido la actitud de Cuba? ¿Ha causado acaso algún daño a Venezuela? Basten solo cuatro ejemplos, entre otros que pudieran exponerse, de la cooperación de Cuba con ese hermano pueblo venezolano.
Un total de 748 médicos, enfermeros y técnicos de la salud cubanos ha prestado servicios gratuitamente en lugares peligrosos y en las más intrincadas regiones del territorio venezolano donde no existían dichos servicios, los cuales han salvado numerosas vidas y restablecido la salud a decenas de miles de venezolanos. Gracias al abnegado esfuerzo de esos médicos, la mortalidad infantil en los lugares donde ellos trabajan se ha reducido de 19,5 a 3,9 por 1 000 nacidos vivos, índice mejor incluso que el de cualquier país desarrollado del mundo.
En la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas cursan estudios de forma igualmente gratuita, junto a otros miles de jóvenes latinoamericanos, 380 jóvenes venezolanos, en su inmensa mayoría de origen humilde, que a la vuelta de unos pocos años retornarán a su patria convertidos en profesionales que por su formación, entrega y valores éticos y morales, están llamados a transformar radicalmente los indicadores de salud donde laboren. A la casi totalidad de ellos le hubiera sido imposible cubrir los costos de sus carreras universitarias, y difícil, casi imposible, le hubiera sido al Gobierno de Venezuela destinar una cantidad nunca inferior a 70 millones de dólares para formarlos en Estados Unidos, Europa u otro país con índices de salud similares a los de Cuba.
En instituciones cubanas de la salud han sido atendidos gratuitamente 3 042 pacientes venezolanos, en su mayoría por graves patologías y traumáticas afecciones, cuyos tratamientos, incluidas no pocas intervenciones quirúrgicas de elevada complejidad, exámenes, medicamentos, etcétera, hubieran costado al Gobierno venezolano decenas de millones de dólares. Sumados los servicios gratuitos prestados por Cuba, su valor, calculado conservadoramente, se elevaría a más de 100 millones de dólares en apenas dos años.
Nos basta la recuperación de la inmensa mayoría, las vidas salvadas, los niños, jóvenes y adultos que, por ejemplo, han vuelto a caminar, el cariño y el agradecimiento con que dejan nuestro país. Pero, a fuer de honestos, valdría saber cuántos de quienes hoy difaman de Cuba impulsarían y sostendrían económicamente un programa semejante a sus coterráneos, aunque fuera con sus propios profesionales y en sus propias instituciones de salud.
En numerosas ciudades y zonas de Venezuela han laborado 600 entrenadores y otros técnicos deportivos contratados, como parte del esfuerzo del Gobierno bolivariano de Venezuela por impulsar el desarrollo de la educación física y el deporte en su población. Por esta cooperación no gratuita, Cuba ha recibido ingresos muy inferiores a los que, como promedio, cobrarían como honorarios una cifra similar de especialistas de otras naciones o de su propio país, si pudieran contar con ellos.
Pésele a quien le pese, por mucha mentira que se divulgue, por mucha campaña que se despliegue, la verdad no podrá ser ocultada a los venezolanos y al mundo, que conocen la solidaridad y la generosidad de Cuba y su pueblo. El fascismo, inescrupuloso y repugnante, no puede conocer de estas cosas.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
Enero 9 del 2003.