Partiendo del principio de priorizar por encima de todo la seguridad de los pasajeros, después de más de 14 horas de esfuerzo, constantes negociaciones con el secuestrador, e intercambio de información con las autoridades norteamericanas, el AN-24 partió hacia Estados Unidos a las 11:52 a.m. sin que se produjera accidente alguno. Se logró que el secuestrador permitiera liberar a 22 personas, incluidos varios niños y mujeres.

Identificado el secuestrador, se conoce que su nombre es Adelmis Wilson González, natural de Guantánamo, residente en Isla de la Juventud, con pésimos antecedentes penales. Hombre virulento, sumamente astuto pero de bajo nivel cultural, infinidad de veces amenazó con volar la nave. Actuando las autoridades cubanas con extremo cuidado, a pesar de la impresión que a veces daba de usar extremadamente el chantaje, y buscando evitar el peligro de que fuese capaz de lanzar la granada, se obtuvo el resultado señalado. Viajaba con su mujer y un niño de ésta.

Informaciones recién llegadas de Isla de la Juventud, revelan que en su domicilio se encontraban 4 granadas con todos los aditamentos fabricados por él, pero sin explosivo. Es posible que incluso la que usó para el secuestro fuese similar. De cualquier forma, pudo conducir a una catástrofe de la que se libraron los pasajeros gracias a la valentía del piloto, que por falta de suficiente combustible decidió aterrizar en Boyeros. De obedecerlo, habrían perecido todos en el mar. No hay todavía constancia de que uno o varios de los pasajeros fuese cómplice del secuestrador.

Primero de abril del 2003

12:50 p.m.