DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL GENERAL DE EJÉRCTO RAÚL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LOS
CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN LA REUNIÓN MINISTERIAL DEL BURÓ DE
COORDINACIÓN DEL MNOAL. LA HABANA, 29 DE ABRIL DE 2009.
Distinguidos asistentes a esta reunión ministerial:
Es un honor para nuestro pueblo y Gobierno acoger
nuevamente una reunión de alto nivel del Movimiento de Países No Alineados. Han
transcurrido dos años y siete meses desde
la celebración en esta misma sala de la XIV Conferencia Cumbre de Jefes de
Estado o de Gobierno, en septiembre de 2006.
Entonces expresé:
“Sobre el
sólido cimiento de nuestras históricas victorias en la lucha por la
descolonización y por la desaparición del apartheid; con la rica experiencia de
nuestros esfuerzos en pro de un Nuevo Orden Económico Internacional y a favor
de la paz, el desarme y el verdadero ejercicio del derecho al desarrollo, el
Movimiento de Países No Alineados tendrá ahora heroicas batallas que librar
frente al unilateralismo, el doble rasero y la
impunidad de los poderosos; por un orden internacional más justo y equitativo
frente al neoliberalismo, la expoliación y el despojo; por la sobrevivencia de
la especie humana frente al consumo irracional de los países ricos.” -Fin de la cita-
Los desafíos identificados en aquella ocasión no sólo
se mantienen, se han hecho más peligrosos y urgentes. Por ello, la necesidad de
que el Movimiento actúe de manera concertada es hoy más vital y perentoria.
Nos afecta una profunda crisis económica, social, alimentaria, energética y ambiental, que ha adquirido
carácter global. Los debates internacionales se multiplican, pero no con la
participación de todos los países. Hay una conciencia creciente de que es
preciso encontrar respuestas a corto plazo, sin embargo las justas y duraderas
están por alcanzarse.
Si no actuamos con la firmeza y urgencia requerida,
serán nuevamente nuestros pueblos los que sufrirán, por más tiempo, las peores
consecuencias de esta crisis.
Es imposible
mantener los injustos e irracionales patrones de consumo que sirvieron de
fundamento al ordenamiento internacional vigente, impuesto por unos pocos y que
hemos sido forzados a respetar. No es legítimo ni éticamente aceptable un
ordenamiento global inspirado en pretensiones hegemónicas y en el egoísmo de
minorías privilegiadas. No es perdurable un sistema que destruye al medio
ambiente y que potencia el desigual acceso a la riqueza. El subdesarrollo es
una consecuencia inevitable del actual orden mundial.
El
neoliberalismo, como política económica, ha fracasado. El mito de las bondades del mercado y de su
desregulación, los supuestos beneficios de las privatizaciones y de la
reducción de la capacidad económica y redistributiva
de los Estados, la credibilidad de las instituciones financieras, son hoy profundamente
cuestionados en cualquier análisis objetivo.
Cuando Cuba asumió por primera vez la Presidencia del
Movimiento de Países No Alineados, en 1979, hace 30 años, el líder de la
Revolución Cubana, compañero Fidel Castro, alertó sobre las negativas
consecuencias del gasto de más de 300 mil millones de dólares en armas y la
existencia de una deuda externa de los países subdesarrollados por un monto
similar.
En esa ocasión, el compañero Fidel calculó que con
esa cifra, entonces se habría podido y cito: “construir en un año 600 mil escuelas con capacidad para 400 millones
de niños; ó 60 millones de viviendas confortables con capacidad para 300
millones de personas; ó 30 mil hospitales con 18 millones de camas; ó 20 mil
fábricas capaces de generar empleo a más de 20 millones de trabajadores; o
habilitar para el regadío 150 millones de hectáreas de tierra, que con un nivel
técnico adecuado podrían alimentar a mil millones de personas”, concluyó.
Por supuesto, nada se hizo y la situación se ha
agravado dramáticamente. Baste señalar, que los gastos militares anuales
rebasan, en la actualidad, la cifra de 1 millón de millones de dólares; el
número de desempleados en el mundo podría incrementarse a 230 millones en el
transcurso del 2009; y en apenas un año, en el 2008, el número de hambrientos
en el mundo creció de 854 millones a 963 millones.
La ONU estima que bastarían 80 mil millones de
dólares anuales durante una década para acabar con la pobreza, el hambre y la
carencia de servicios de salud, educación y de viviendas en todo el planeta.
Esa suma es tres veces menor de lo que los países del Sur desembolsan cada año
por concepto de la deuda externa.
Es imprescindible un cambio fundamental en el sistema
de relaciones económicas internacionales. Así lo exigieron hace casi 35 años los países miembros de nuestro
Movimiento al concebir la Declaración y el Programa de Acción para el
Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional, aprobados en el
Sexto período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, en mayo de 1974.
La superación de la crisis económica global demanda una acción concertada, con la
participación universal, democrática y equitativa de todos los países. La
respuesta no puede ser una solución negociada a espaldas de Naciones Unidas por
los mandatarios de los países más poderosos.
La solución del G-20, de fortalecer el papel y las
funciones del Fondo Monetario Internacional, cuyas políticas funestas
contribuyeron decisivamente a la génesis y agravaron la magnitud de la actual
crisis, no resuelve tampoco la desigualdad, las injusticias y la insostenibilidad del actual sistema.
La Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas
sobre la Crisis Económica y Financiera y su impacto en el desarrollo, prevista
del 1ro al 3 de junio de 2009, constituye el marco imprescindible para debatir
y buscar soluciones de consenso a esta grave situación. El Movimiento de Países
No Alineados debe apoyar su celebración.
Este Movimiento ha demostrado desde su fundación la
voluntad de trabajar por la paz, la seguridad de la comunidad de naciones y la
defensa del Derecho Internacional. La eliminación de las armas de exterminio en
masa, en primer lugar el logro del desarme nuclear, continúa siendo una tarea
prioritaria.
El ejercicio del multilateralismo
requiere un estricto respeto a la soberanía de los Estados, a su integridad
territorial, y a la autodeterminación de los pueblos. Requiere también
prescindir de la amenaza y uso de la fuerza en las relaciones internacionales,
de las aspiraciones hegemónicas y de las conductas imperiales. Exige que se
ponga fin a la ocupación extranjera y se niegue toda impunidad a agresiones
criminales como las llevadas a cabo por Israel contra el pueblo palestino.
El Movimiento debe involucrarse en todos los debates importantes de la agenda
internacional, en las diferentes sedes y foros multilaterales, con la más
amplia participación de sus países miembros. Nunca para competir con otros
formatos de representación de los países del Sur, sino para fortalecerlos y
complementarlos.
Necesitamos seguir perfeccionando de modo permanente
los métodos de trabajo del Movimiento. El cumplimiento del Plan de Acción que
nos hemos trazado, constituye una herramienta indispensable en la determinación
de nuestras prioridades y las tareas a cumplir.
Debemos todos trabajar desde ahora para asegurar una
exitosa XV Conferencia Cumbre de Jefes de Estado o de Gobierno en Egipto, en el
venidero mes de julio. Evaluar de modo crítico lo realizado hasta hoy y trazarnos
objetivos y metas que respondan a los problemas y desafíos actuales y del
futuro.
Finalmente deseo expresar, a nombre de Cuba, el
agradecimiento de nuestro Gobierno y de todo nuestro pueblo a la firme e
invariable solidaridad del Movimiento de Países No Alineados con la Revolución
cubana, en particular por su permanente reclamo de que se ponga fin al injusto
bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos.
Las medidas que recientemente anunció el Presidente Obama, si bien son positivas, su alcance es mínimo. El
bloqueo quedó intacto. No hay pretexto político ni moral que justifique la
continuidad de esa política.
Cuba no ha impuesto sanción alguna contra los Estados
Unidos ni contra sus ciudadanos. No es Cuba la que impide a los empresarios de
ese país hacer negocios con el nuestro. No es Cuba la que persigue las
transacciones financieras realizadas por los bancos norteamericanos. No es Cuba
la que tiene una base militar en territorio de los Estados Unidos contra la
voluntad de su pueblo, etcétera, etcétera, etcétera, para no hacer interminable
la lista y por lo tanto, no es Cuba la que tiene que hacer gestos.
Hemos reiterado que estamos dispuestos a hablar de
todo con el gobierno de Estados Unidos, en igualdad de condiciones, pero no a
negociar nuestra soberanía ni nuestro sistema político y social, el derecho a
la autodeterminación, ni nuestros asuntos internos.
Y si quieren discutir de todo eso y por lo mismo así
lo expresamos recientemente en
Venezuela, en una Cumbre del ALBA: discutirlo todo, todo, todo, lo nuestro,
pero también lo de ellos en igualdad de condiciones.
La fuerza mayor de nuestro Movimiento radica en su
unidad dentro de la diversidad que nos caracteriza. Esa ha sido la premisa
fundamental del ejercicio de la presidencia cubana durante estos casi tres años
de mandato.
No albergo la menor duda de que el Movimiento de
Países No Alineados seguirá siendo un actor fundamental y constructivo en los
debates internacionales. Cuba mantendrá su empeño en contribuir con ese
objetivo.
Les deseo éxitos en esta Reunión Ministerial.
Muchas
gracias.