Discurso
pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario
de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, en el Palacio de Convenciones, el 18 de diciembre de 2010, “Año 52 de
la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas –
Consejo de Estado)
El discurso en esta ocasión
es ligeramente mayor que los anteriores; pero esta, realmente, ha sido una
sesión de la Asamblea excepcional, por los temas discutidos, las opiniones de
ustedes y los documentos aprobados.
Cuando me dirigía para esta
Asamblea, al ver en el periódico la fecha, 18 de diciembre, inmediatamente vino
a mi mente un simple detalle histórico, hace exactamente 54 años, no pensábamos
vivir tanto entonces, en las circunstancias en que nos encontrábamos, el
naciente Ejército Rebelde, las actuales Fuerzas Armadas Revolucionarias y la
Revolución en sí misma, que después del desastre y el gran revés sufrido, en un
lugar conocido como Alegría de Pío, tres
días después del desembarco, el 5 de diciembre de ese año, durante 13 días, en
pequeños grupos desandando, tratando de pasar los dos cercos inmediatos que nos
pusieron, por fin, ayudados por los campesinos, me uní al pequeño grupo que
tenía Fidel.
El encuentro fue ya por la
noche. Después del abrazo inicial me
separó y la primera pregunta fue: “¿Cuántos fusiles traes?” “Cinco”, contesté; “Y dos que tengo yo,
siete. ¡Ahora sí ganamos la guerra!”
(Aplausos.) Y parece, por lo visto, que
tenía razón.
Es una feliz coincidencia,
y quise empezar las palabras finales de esta actividad con tan grato recuerdo.
Compañeras y compañeros:
Llevamos varios días
reunidos debatiendo asuntos trascendentales para el futuro de la nación. En esta
oportunidad, además del habitual trabajo en comisiones, los diputados han
sesionado en plenaria, con el propósito de analizar los detalles de la
situación económica actual, así como las propuestas del presupuesto y el plan
de la economía
para el año 2011.
También los diputados han
dedicado largas horas a valorar a profundidad y esclarecer dudas e
inquietudes acerca del Proyecto de
Lineamientos de
Nuestros medios de difusión
han publicado con amplitud el desarrollo de estos debates, para facilitar la
información de la población.
A pesar de la incidencia en
la economía nacional de los efectos de la crisis mundial, el irregular
comportamiento de las lluvias durante 19 meses, desde noviembre de 2008 hasta
junio del actual año, y sin excluir
errores propios, puedo afirmar que el plan del
Continúan disminuyendo las
retenciones de transferencias al exterior, o lo que es lo mismo, las
limitaciones que nos vimos obligados a imponer a finales del año 2008 en los
pagos desde los bancos cubanos a los suministradores extranjeros, las cuales
serán suprimidas totalmente el próximo año y, al propio tiempo, se han logrado
significativos avances en la renegociación de la deuda con nuestros principales
acreedores.
Nuevamente deseo agradecer
la confianza y comprensión de nuestros socios comerciales y financieros, a
quienes ratifico el más firme propósito de honrar puntualmente los compromisos
contraídos. El Gobierno ha impartido instrucciones precisas de no
asumir nuevas deudas sin la seguridad de cumplimentar su pago en los
plazos pactados.
Como fue explicado por el
Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Economía y Planificación, Marino
Murillo Jorge, el plan del próximo año prevé un crecimiento del P.I.B del 3.1%, que deberá alcanzarse en medio de un
escenario no menos complejo y tenso.
El año 2011 es el primero
de los cinco incluidos en la proyección a mediano plazo de nuestra economía,
período en el que, de manera gradual y progresiva, se irán introduciendo
cambios estructurales y de conceptos en el modelo económico cubano.
Durante el próximo año
proseguiremos de manera decidida en la reducción de los gastos superfluos,
promoviendo el ahorro de todo tipo de recursos, el cual, como hemos dicho en
varias ocasiones, constituye la fuente de ingresos más rápida y segura a
nuestra disposición en estos momentos.
Igualmente haremos, sin
descuidar en lo más mínimo, sino elevando la calidad de los programas sociales
en las esferas de la salud, la educación, la cultura y el deporte, en las
cuales se han identificado enormes reservas de eficiencia en el uso más
racional de la infraestructura existente. También incrementaremos las
exportaciones de bienes y servicios, al tiempo que continuaremos concentrando
las inversiones en aquellas actividades de más rápida recuperación.
En materia del plan y el
presupuesto, hemos insistido en que tiene que acabarse la historia repetida de
los incumplimientos y los sobregiros. El plan y el presupuesto son sagrados,
repito, desde ahora el plan y el presupuesto son sagrados y se elaboran para
ser cumplidos, no para conformarnos con justificaciones de cualquier tipo y
hasta con imprecisiones y mentiras, intencionadas o no, cuando no se logran las
metas trazadas.
A veces algunos compañeros,
sin un propósito fraudulento, aportan informaciones inexactas de sus
subordinados sin haberlas comprobado y caen en la mentira inconscientemente,
pero esos datos falsos nos pueden conducir a decisiones erradas con mayor o
menor repercusión en la nación. Quien así actúa, también miente y sea quien
sea, debe ser demovido definitiva y no temporalmente
del cargo que ocupa y, después del análisis de los organismos correspondientes,
también separado de las filas del Partido si milita en él.
La mentira y sus nocivos
efectos han acompañado a los hombres desde que aprendimos a hablar en épocas
remotas, motivando la respuesta de la sociedad. Recordemos que en los diez
mandamientos bíblicos, el número ocho dispone: “No darás falso testimonio ni
mentirás”. Igualmente en los tres principios éticos morales fundamentales de la
civilización inca se establecía: no mentir, no robar, no ser holgazán.
Voy a repetir estos
principios que aún usan los descendientes de los incas en la actualidad: no mentir, no robar
y no ser holgazán o no ser vago. Están
bien esos tres principios, ¿eh? Vamos a
tratar de tenerlos presentes.
Hay que luchar para
desterrar definitivamente la mentira y el engaño de la conducta de los cuadros,
de cualquier nivel. No por gusto el compañero Fidel en su brillante definición
del concepto Revolución, entre otros criterios, señaló: “No mentir jamás ni
violar principios éticos”. Conceptos que
aparecen reflejados en la primera página de los lineamientos que hemos estado
discutiendo, en el folleto que se imprimió.
Tras la publicación el
pasado 9 de noviembre del Proyecto de Lineamientos de
No hay que temerle a las
discrepancias de criterios y esta orientación, que no es nueva, no debe
interpretarse como circunscrita al debate sobre los Lineamientos; las
diferencias de opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma,
o sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta,
siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el
oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie.
Mientras más ideas seamos
capaces de provocar en el análisis de un problema, más cerca estaremos de su
solución apropiada.
La Comisión de Política
Económica del Partido y los 11 grupos que la conformaron, trabajaron durante
largos meses en la elaboración de los citados lineamientos, que como se ha
explicado, constituirán el tema central del Congreso, partiendo de la
convicción de que la situación económica es la principal tarea del Partido y
del Gobierno y la asignatura básica de los cuadros a todos los niveles.
Durante los últimos años
habíamos insistido en que no podíamos dejarnos llevar por improvisaciones y
apresuramientos en esta esfera, teniendo en cuenta la magnitud, complejidad y
las interrelaciones de las decisiones a adoptar. Es por ello que pienso que
hicimos bien en aplazar el Congreso del Partido, aunque hemos debido resistir,
precisamente, los reclamos honestos y también los mal intencionados dentro y
fuera de Cuba para que apuráramos la adopción de múltiples medidas. Nuestros
adversarios en el exterior, como era de esperar, han impugnado cada paso que
dimos, primero los descalificaban como cosméticos e insuficientes, ahora tratan
de confundir a la opinión pública presagiando el seguro fracaso y concentran
sus campañas en la exaltación del supuesto desencanto y escepticismo con que
dicen nuestro pueblo ha acogido este proyecto.
A veces da la impresión de
que sus deseos más íntimos les impiden apreciar la realidad. Haciendo
evidentes sus verdaderas pretensiones,
nos exigen sin tapujos desmontar el régimen
económico y social que conquistamos, como si esta Revolución estuviera
dispuesta a someterse a la más humillante rendición o lo que es igual, regir su
destino por condicionamientos degradantes.
A lo largo de 500 años,
desde Hatuey hasta Fidel, es mucha la sangre
derramada por nuestro pueblo para aceptar ahora el desmantelamiento de lo
logrado al precio de tanto sacrificio (Aplausos).
A quienes abriguen esas
infundadas ilusiones, vale recordarles, otra vez, lo expresado en este
Parlamento el 1ro de agosto de 2009: cito: "A mí no me eligieron
Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar
Hoy añado que las medidas
que estamos aplicando y todas las modificaciones que resulte necesario
introducir en la actualización del modelo económico, están dirigidas a
preservar el socialismo, fortalecerlo y hacerlo verdaderamente irrevocable,
como quedó incorporado en
Es preciso poner sobre la
mesa toda la información y los argumentos que fundamentan cada decisión y de
paso, suprimir el exceso de secretismo a que nos habituamos durante más de 50
años de cerco enemigo. Siempre un Estado tendrá que mantener en lógico secreto
algunos asuntos, eso es algo que nadie discute, pero no las cuestiones que
definen el curso político y económico de la nación. Es vital explicar,
fundamentar y convencer al pueblo de la justeza, necesidad y urgencia de una
medida, por dura que parezca.
El Partido y
Ese es precisamente el
contenido fundamental que reservamos a
El Partido debe dirigir y
controlar y no interferir en las actividades del Gobierno, a ningún nivel, que
es a quien corresponde gobernar, cada uno con sus propias normas y
procedimientos, según sus misiones en la sociedad.
Es necesario cambiar la
mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas al encarar el nuevo
escenario que comienza a delinearse. Se trata sencillamente de transformar
conceptos erróneos e insostenibles acerca del Socialismo, muy enraizados en
amplios sectores de la población durante años, como consecuencia del excesivo
enfoque paternalista, idealista e igualitarista que instituyó
Muchos cubanos confundimos
el socialismo con las gratuidades y subsidios, la igualdad con el
igualitarismo, no pocos identificamos la libreta de abastecimientos como un
logro social que nunca debiera suprimirse.
Al respecto, estoy
convencido de que varios de los problemas que hoy afrontamos tienen su origen
en esta medida de distribución, que si bien estuvo animada en su momento por el
sano empeño de asegurar al pueblo un abastecimiento estable de alimentos y
otras mercancías en contraposición al acaparamiento inescrupuloso por algunos
con fines de lucro, constituye una expresión manifiesta de igualitarismo,
que beneficia lo mismo a los que
trabajan y a aquellos que no lo hacen o que no la necesitan y genera prácticas
de trueque y reventa en el mercado sumergido, etc,
etc.
La solución a este complejo
y sensible asunto no es sencilla, pues guarda estrecha relación con el
fortalecimiento del papel del salario en la sociedad y ello sólo será posible,
si a la par de reducir gratuidades y subsidios, elevamos la productividad del
trabajo y la oferta de productos a la población.
En esta cuestión, como en
la reducción de las plantillas abultadas, el Estado Socialista no dejará
desamparado a ningún ciudadano y mediante el sistema de asistencia social,
asegurará que las personas impedidas para trabajar reciban la protección mínima
requerida. En el futuro existirán subsidios, pero no a los productos, sino a
las cubanas y cubanos que por una u otra razón realmente los necesiten.
Como se conoce, desde el
mes de septiembre se eliminó la distribución normada de cigarros, un artículo
que recibía sólo una parte de la población y que es obvio, por sus nocivos
efectos a la salud, no constituye un producto de primera necesidad.
El próximo año —y ya se
habló aquí en los debates que sostuvimos— no podremos darnos el lujo de gastar
casi 50 millones de dólares —47 exactamente— en importaciones de café para
mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores,
incluyendo a los niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad
ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más
barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada, mientras
que aquel tiene un precio de 390 dólares.
Por lo tanto, si queremos,
seguir tomando café puro y sin racionamiento, la única solución es producirlo
en Cuba, donde está probado que existen todas las condiciones para su cultivo,
en cantidades suficientes que satisfagan la demanda y hasta exportarlo con la
más alta calidad.
Después de la guerra de
agresión norteamericana contra Viet Nam, el heroico e invicto pueblo vietnamita nos solicitó
que le enseñáramos a sembrar café, y allá fuimos; se le enseñó, se le trasladó
nuestra experiencia. Hoy Viet Nam es el segundo exportador
de café del mundo. Y un funcionario
vietnamita le decía a su colega cubano: “¿Cómo es posible que ustedes que nos
enseñaron a sembrar café el otro día, ahora nos estén comprando café?” No sé qué le habrá contestado el cubano. Seguro que le dijo: “El bloqueo.”
Estas decisiones, y otras
que será necesario aplicar, aunque sabemos que no son populares, sí son
obligadas para poder mantener y mejorar incluso los servicios gratuitos de
salud pública, educación y la seguridad social a todos los ciudadanos.
El propio líder de
Por mi parte, recuerdo los
planteamientos de un laureado científico soviético que hace alrededor de medio
siglo —en la época en que fue el primer hombre al cosmos, que fue Gagarin—, consideraba que aunque teóricamente se había
documentado la posibilidad del vuelo del hombre al espacio, no dejaba de ser un
viaje a lo ignoto, a lo desconocido.
Si bien hemos contado con
el legado teórico marxista leninista, donde científicamente está demostrada la
factibilidad del socialismo y la experiencia práctica de los intentos de su
construcción en otros países, la edificación de la nueva sociedad en el orden
económico es, en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo ignoto —hacia lo desconocido—, por lo cual cada
paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes del próximo, donde
los errores se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la solución al
tiempo, que los acrecentará y al final nos pasará la factura aún más costosa.
Tenemos plena conciencia de
los errores que hemos cometido y precisamente, los Lineamientos que estamos
discutiendo marcan el inicio del camino de la rectificación y la necesaria
actualización de nuestro modelo económico socialista.
Nadie debe llamarse a
engaño, los Lineamientos señalan el rumbo hacia el futuro socialista, ajustado
a las condiciones de Cuba, no al pasado capitalista y neocolonial
derrocado por
La construcción del
socialismo debe realizarse en correspondencia con las peculiaridades de cada
país. Es una lección histórica que hemos
aprendido muy bien. No pensamos volver a copiar de nadie, bastantes problemas nos trajo hacerlo y
porque además mucha veces copiamos mal, como decíamos ayer; aunque no ignoramos
las experiencias de otros y aprendemos de ellas, incluyendo las positivas de
los capitalistas.
Abundando sobre el
necesario cambio de mentalidad
mencionaré un ejemplo: si hemos arribado a la conclusión de que el
ejercicio del trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de
empleo para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta de
bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas actividades para
concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que corresponde hacer al Partido
y al Gobierno en primer lugar es facilitar su gestión y no generar estigmas ni
prejuicios hacia ellos, ni mucho menos demonizarlos,
y para eso es fundamental modificar la apreciación negativa existente en no
pocos de nosotros hacia esta forma de trabajo privado. Los clásicos del
marxismo leninismo al proyectar los rasgos que debían caracterizar la
construcción de la nueva sociedad, definieron —especialmente Lenin— que el Estado, en representación de todo el pueblo, mantendría la propiedad sobre los fundamentales medios de
producción.
Nosotros absolutizamos ese principio y pasamos a propiedad estatal
casi toda la actividad económica del país. Los pasos que hemos venido dando y
daremos en la ampliación y flexibilización del trabajo por cuenta propia, son
el fruto de profundas meditaciones y análisis y podemos asegurar que esta vez
no habrá retroceso.
Por su parte,
En esta dirección reviste
gran importancia la introducción en los diferentes niveles de la enseñanza de
los conceptos básicos del sistema tributario con el objetivo de familiarizar,
de manera permanente y concreta, a las nuevas generaciones en la aplicación de
los impuestos como la forma más universal de redistribución de la renta
nacional, en interés del sostenimiento de los gastos sociales, incluyendo la
ayuda a los más necesitados.
A escala de toda la
sociedad, debemos fomentar los valores cívicos de respeto y cumplimiento por los
contribuyentes de sus obligaciones tributarias, crear en las personas esa
cultura y disciplina, bonificar a los que cumplen y sancionar la evasión de
impuestos.
Otra tarea en la cual, a
pesar del avance logrado, falta mucho por hacer es la atención a las distintas
formas productivas en la agricultura, de modo que se eliminen las diversas
trabas existentes para potenciar las fuerzas productivas en nuestros campos y
que, en correspondencia con el ahorro en la importación de alimentos, los
agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada labor, lo
cual no justifica que se impongan precios abusivos a la población.
A más de dos años de
iniciada la entrega de tierras ociosas
en usufructo, pienso que estamos en condiciones de valorar la asignación de
áreas adicionales, por encima de los límites que regula el Decreto-Ley 259, de
julio de 2008, a aquellos productores agropecuarios con resultados destacados
en la utilización intensiva de los suelos bajo su responsabilidad.
Considero oportuno aclarar
que las tierras entregadas en usufructo constituyen propiedad de todo el
pueblo, por lo que si un día en el futuro se requirieran para otros usos, por
una necesidad constructiva de una obra social o de una carretera o de lo que
sea, el Estado compensaría a los usufructuarios lo invertido y les abonaría el
valor de las bienhechurías.
En su momento, una vez que
concluyamos los estudios, a partir de
las experiencias que hemos ido acumulando, presentaremos al Consejo de Estado
las correspondientes propuestas de modificación del citado Decreto-Ley, donde
los campesinos tienen su representante, que es precisamente el compañero Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños.
Una de las barreras más
difíciles de sortear en el empeño de formar una visión diferente, y así debemos
reconocerlo públicamente, es la ausencia de una cultura económica en la
población, incluidos no pocos cuadros de dirección, los cuales, evidenciando
una ignorancia supina en la materia, al enfrentar problemas cotidianos adoptan
o proponen decisiones sin detenerse un instante a valorar sus efectos y los
gastos que se generan, ni si existen recursos asignados en el plan y el
presupuesto con ese destino.
No descubro nada cuando
afirmo que improvisar, en general, y en la economía en particular, conduce a un
seguro fracaso, con independencia de los buenos propósitos que se pretenda
alcanzar.
El pasado 2 de diciembre,
en ocasión del 54 aniversario del desembarco del Granma, el órgano oficial de
nuestro Partido reprodujo un fragmento del discurso que pronunciara Fidel en
1976, en igual fecha, cuando se conmemoraban apenas 20 años del suceso y que
por su vigencia y actualidad he considerado oportuno citar. Decía Fidel en aquel momento, hace 34 años: “La fuerza de un pueblo
y de una revolución consiste precisamente en su capacidad de comprender y
enfrentar las dificultades. A pesar de todo avanzaremos en numerosos campos y
lucharemos denodadamente por elevar la eficiencia de la economía, ahorrar
recursos, reducir gastos no esenciales, aumentar las exportaciones y crear en
cada ciudadano una conciencia económica. Antes dije que todos somos políticos,
ahora añado que todos debemos ser también economistas y, repito, economistas,
no economicistas, que no es lo mismo una mentalidad
de ahorro y eficiencia que una mentalidad de consumo”, fin de la cita.
Economistas, no quiere
decir que nos pongamos todos ahora a buscar un título de economista, tenemos
suficientes, es dominar los principios de la economía, no es hacerse doctor en economía.
Continuaba el compañero
Fidel diciendo: “…ahora
añado que todos debemos ser también economistas y, repito, economistas, no economicistas, que no es lo mismo una mentalidad de ahorro
y eficiencia que una mentalidad de consumo”, fin de la cita.
El corazón de estos
lineamientos que ustedes tienen y la precisión de la orientación del desarrollo
económico que en este momento es, producir lo que se pueda exportar, ahorrar
importaciones e invertir en las obras que se recuperen más rápido, y, además, elevar
la eficiencia de la economía. Ahorrar
recursos, reducir gastos no esenciales —de todo eso hablamos en estos días—,
aumentar las exportaciones y crear en cada ciudadano una conciencia económica
“y, repito, economistas, no economicistas, que no es
lo mismo una mentalidad de ahorro y eficiencia que una mentalidad de consumo”,
fin de la cita. Dicho un 2 de diciembre,
hace 34 años.
Diez años después, el
primero de diciembre de 1986, durante la sesión diferida del III Congreso del
Partido, Fidel expresó cito: “Mucha gente no entiende que el Estado Socialista,
ningún Estado, ningún sistema puede dar lo que no tiene, y mucho menos va a
tener si no se produce; si se está dando dinero sin respaldo productivo. Estoy seguro de que las plantillas infladas,
el exceso de dinero entregado a la gente, los inventarios ociosos, los
despilfarros, tienen que ver mucho con el gran número de empresas irrentables que hay en el país…” fin de la cita.
A 34 y 24 años,
respectivamente, de estas dos citas que acabo de hacer, y de estas
orientaciones del Jefe de
Bueno, ¿y qué
hacíamos? ¿Por
qué no se cumplieron las instrucciones u orientaciones del Jefe de la
Revolución. Aplaudimos los discursos,
gritamos viva la Revolución, y después las cosas siguen iguales.
Él hizo lo que le
correspondía, y yo trato de encontrar una explicación y expreso que Fidel con
su genialidad iba abriendo brechas y señalando el camino, y los demás no
supimos asegurar y consolidar el avance en pos de esos objetivos.
Nos faltó en realidad
cohesión, a pesar de la unidad que tiene este pueblo alrededor de su Partido,
de sus dirigentes, de su gobierno, nuestra arma estratégica fundamental para
poder sobrevivir más de cinco siglos, en una fortaleza sitiada, frente al más poderoso imperio que ha existido en la
historia. Pero nos faltó cohesión, organización y coordinación entre el Partido
y el Gobierno; en medio de las amenazas y urgencias cotidianas descuidamos la
planificación a mediano y largo plazos, no fuimos suficientemente exigentes
ante violaciones y errores de carácter económico cometidos por algunos
dirigentes y también demoramos en rectificar decisiones que no tuvieron el
efecto esperado pero supervivieron.
Más de una vez, y aquí
mismo en este Parlamento, me he referido a que en esta Revolución casi todo
está dicho, y que debemos revisar qué orientaciones del Jefe de
No olvidemos nunca, los
menos jóvenes, o los que tenemos más edad, pero seguimos siendo jóvenes y
estamos en la pelea (Aplausos), y las nuevas generaciones también —de las
cuales ayer hicieron uso de la palabra algunos elocuentemente—, las palabras
del discurso inicial de Fidel una vez llegado a la capital, desde el cuartel
principal de Batista, antigua Columbia, hoy escuela
Ciudad Libertad. Dijo desde ese lugar: “La Revolución ha
triunfado, la alegría es inmensa, pero queda mucho por hacer todavía. No nos equivoquemos pensando que desde ahora
todo será fácil, tal vez ahora todo sea más difícil.” Y esa orientación precisa y visionaria se ha
cumplido a lo largo de cincuenta y tantos años.
No iba a ser un camino de
rosas, sabíamos la fuerza que íbamos a desafiar, solo contando con el pueblo y
con el armamento, el arrebatado a Batista, después seguimos armándonos todo lo
que pudimos, hasta hoy, y fomentado y educado por él también, la gran unidad
que tiene nuestro pueblo, que debemos siempre cuidar como la niña de nuestros
ojos, como la propia vida. Pero esa
unidad no puede ser por decreto; más unidad tendremos, porque será del dominio
de todos, si se aplican métodos absolutamente democráticos en todo el
desenvolvimiento político de la nación, desde un núcleo del Partido hasta el
órgano supremo del poder del Estado, que es esta Asamblea que está reunida
aquí, con paciencia.
Tenemos un país instruido,
con un alto nivel de instrucción, y tenemos muchas cosas positivas, gigantescos
avances que se han logrado, que no corresponde en esta actividad estar
enumerando, ustedes las conocen. Nuestra
prensa habla bastante de eso, de los logros de la Revolución, en los discursos
también abundamos; pero hay que ir a la médula de los problemas, como se ha
hecho en esta sesión de la asamblea del Parlamento.
Es decir que las cuestiones
que hemos analizado y los errores que hemos criticado, no pueden volver a
suceder, se está jugando la vida de la Revolución.
Los mismos errores, si
simplemente son analizados con honestidad, nada más, vamos a analizarlos con
honestidad y profundidad, desde luego, pueden transformarse en experiencias y
lecciones para superarlos y no volver a incurrir en ellos. ¿Ustedes no han oído
decir que el ser humano es el único animal que tropieza más de una vez con el
mismo obstáculo? Yo conozco a algunos
aquí que han chocado cinco, seis y diez veces, y si no los paramos seguirán, y
no es que se den un golpe en el tobillo o en la punta del pie, es que cuestan
muchos millones los errores que se cometen.
La enumeración que hacía el propio vicepresidente, el ministro de
Economía y Planificación, Murillo, o la que hizo el presidente de la Comisión
de Asuntos Económicos del Parlamento, que acaba de hablar, el compañero Osvaldo
Martínez: dejamos de percibir tantos
millones por el precio que tiene el azúcar, todos estos años ha tenido un
precio por el suelo y ahora que levantó, por no cumplir los planes del azúcar,
por equis motivos, dejamos de percibir tantos millones de dólares; en tal otra
actividad, por no cumplirse los planes dejamos de recibir tanto.
Yo le decía a Machado,
comentando mientras los oíamos, comentando allí a su lado: si sacas la cuenta
de los millones que hemos perdido por dejar de cumplir los planes, ve a ver
cuántos problemas hubiéramos resuelto.
Es así en todo.
Y por eso soy defensor a
ultranza de acabar con el secretismo, aunque algún secreto hay que mantener,
ayer hablamos de algunos, que no pienso publicar; fíjense que de mis
intervenciones en la Asamblea no se ha publicado apenas nada en prensa, yo pedí
que fuera así, precisamente para hablar, la sesión fue cerrada para poder
discutir aquí, como se dice, a calzón quitado; no hubo que quitarse tanta ropa,
pero discutimos lo que había que discutir.
Así debe ser.
Y soy un defensor de la
lucha contra el secretismo, porque detrás de esa adornada alfombra es donde se
ocultan las fallas que tenemos, y los interesados en que sea así y siga así. Y yo recuerdo algunas críticas; “sí, saquen
en el periódico tal crítica”, le orienté yo mismo, antes, hace muchos años, y,
naturalmente, no se habló de un organismo, sino de un producto, etcétera. Inmediatamente la gran burocracia empezó a
moverse: “Esas
cosas no ayudan, desmoralizan a los trabajadores.” ¿A qué trabajadores van a desmoralizar? Como en una ocasión, en la gran empresa
estatal lechera, El Triángulo. Se
llevaba semanas, porque uno de los camiones de esa vaquería que estaba ahí —eso
es bastante inmenso, lo sigue siendo, creo que ahora es un centro genético...
(Le dicen que es la Triunvirato).
Triunvirato, verdad, El Triángulo es en Camagüey. Un camioncito de esa parte estaba roto, y
entonces toda la leche que se producía en las vaquerías de esa zona, de ese
lugar —no de la empresa completa— se la echaban a unos cerdos que estaban
criando.
Fue entonces que le digo a
un secretario del Comité Central para atender la agricultura en esa etapa, mete
en Granma, cuenta todo esto que está pasando, haz una crítica.
Revolví el avispero; lo que
no sabían que era yo el que lo había orientado, y algunos vinieron y hasta me
comentaron que: “Esas
cosas no ayudan, porque desmoralizan a los trabajadores”, etcétera.
Cerca de la ciudad, de la
capital de la provincia, allá botando leche, echándoselas a los cerdos de
ellos.
Por eso, ¿secretismo? No. El
que quiera guardar secretos de sus propias deficiencias que luche y dedique ese
gran esfuerzo en evitarlas —me refiero a las deficiencias.
Es decir que los errores,
si simplemente son analizados —como mencionábamos hace un momento— con
honestidad, pueden transformarse en experiencias y lecciones para superarlos y
no volver a incurrir en ellos.
Si no lo hacemos así,
continuamente estaremos repitiendo el mismo error. Por eso yo soy de los que digo que en Cuba
hay animales —estoy hablando de cuando se dice
que el hombre es el único animal que choca dos veces con el mismo
obstáculo; pero en Cuba hay más.
No se olviden de otro
dominicano, gran internacionalista, jefe de nuestro Ejército Libertador, el
Generalísimo Máximo Gómez, que nos conocía bien, estaba casado con una cubana,
sus hijos nacieron en el campo de la lucha, murieron muchos de necesidades, y Manana con él, ahí detrás, dondequiera, y decía: “Los cubanos o no llegan o se pasan.” ¿Es así?
(Les responden que sí). Vamos a
ver si nos pasamos, pero en el cumplimiento estricto del deber.
O sea que esa es
precisamente la gran utilidad que tiene el análisis profundo de los errores y
esa debe empezar a ser una norma permanente de conducta de todos los
dirigentes, de todas las instancias, de todos los niveles. Quien no lo haga así, está violando el
principal deber como dirigente.
La realidad de los números,
además, está por encima de todas nuestras aspiraciones y deseos. En la
aritmética elemental del primer grado de la escuela primaria, se aprende a
temprana edad que dos más dos da cuatro, no cinco ni seis —como ya dijimos en
una ocasión aquí mismo—; no hay que ser
economista para comprenderlo, que dos y dos son cuatro, y aquella vez
añadí: “...pero a veces por nuestras
deficiencias, dos y dos resulta tres”, es decir que no hay que ser economista
para comprenderlo, por tanto, si en un momento dado tenemos que hacer algo en
materia económica y social por encima de los recursos disponibles, hagámoslo, o
podemos hacerlo, pero tiene que ser con conciencia de las consecuencias y
sabiendo de antemano que al final la crudeza de los hechos y de los números se
impondrá irremisiblemente, por muchos buenos deseos que tengamos.
Cuba dispone, por otro
lado, de decenas y decenas de miles de
profesionales graduados por
Contamos con lo más
preciado —al cual se ha referido en diferentes ocasiones el compañero Fidel—, el capital humano, que debemos
cohesionar con el concurso de
En este sentido, cabe
destacar la contribución decisiva de miles y miles también de contadores para
recuperar el lugar que corresponde a la contabilidad —ustedes saben lo que estoy hablando y
cómo anda la contabilidad en este país, en casi todas las empresas— en la
dirección de la actividad económica, que como sabemos es una condición
indispensable para asegurar el éxito y el orden en todo lo que nos proponemos.
En estas circunstancias,
nadie debe perder de vista la relevancia de mantener un enfoque diferenciado
hacia la juventud —estoy en otro tema, de los graduados universitarios y
técnicos medios en la actualidad, o sea, un tratamiento, un enfoque diferente,
como ustedes vieron en la primera resolución del Ministerio de Trabajo—, y en
correspondencia con ello, debo resaltar la decisión de excluir de los procesos
de disponibilidad laboral a los recién graduados en el plazo del cumplimiento
del Servicio Social. Si no van a ser los
primeros sacrificados.
Ahora bien, no se trata de
ubicarlos en funciones no afines a su perfil profesional, como ha sucedido en
el pasado, cuando han ido a cumplir su servicio social, independientemente del
título o conocimiento teórico que es portador, que han llegado a ponerlos hasta
de porteros del centro laboral, porque precisamente ese período que tienen que
pasar está diseñado para adiestrarlos en la base de la producción y los
servicios, completar en la práctica la formación teórica de las escuelas y
universidades y cultivar en ellos el amor al trabajo. Si no hacemos eso estamos sacrificando el
futuro inmediato, los que van a continuar.
No menos importante resulta
la labor que corresponde a los cuadros y especialistas involucrados en la elaboración y revisión de
los documentos legales, a tono con las modificaciones que se vayan
instrumentando; por ejemplo, sólo para dar cobertura jurídica —que no se debe
dar un paso, aplicar un paso que no se tenga en cuenta primero esto, la
cobertura jurídica— a dos lineamientos (los números 158 y 159), referidos al
ejercicio del trabajo por cuenta propia, su régimen tributario y los procesos
de disponibilidad laboral, se ha requerido emitir casi 30 disposiciones, entre
decretos-leyes —que hoy fueron aprobados los que se promulgaron en el período—,
acuerdos del Gobierno y resoluciones de varios ministerios e institutos
nacionales.
Hace sólo unos días —miren
este ejemplo— una resolución del Ministerio de Finanzas que modificó los
precios de acopio de un grupo de productos agropecuarios, tuvo que dejar sin
efectos otras 36 resoluciones de ese propio organismo, emitidas en diferentes
fechas de años anteriores, pero todas vigentes.
¿Quién puede dominar la actividad como esta de precios de los productos
agropecuarios, a los que se les pone precio y no están por la oferta y la
demanda, 36 documentos? Por muchas
computadoras que existan o lo que sea, eso es imposible. Y así hay muchas decisiones de este tipo
plasmadas en documentos, unos detrás de otro, uno modificando a otro; el otro
al que viene detrás, etcétera. Una
sustituyó a 36, pero todas vigentes.
Estos hechos dan una idea del trabajo que en materia
de ordenamiento jurídico tenemos por delante con el fin de reforzar la
institucionalidad —eso no es porque nos gusten los papeles, toda actividad
tiene que estar regulada en un documento, aprobada oficialmente—del país, y
eliminar tantas prohibiciones irracionales que han perdurado por años, sin
tener en cuenta las circunstancias existentes, creando el caldo de cultivo para
múltiples actuaciones al margen de la ley, que frecuentemente dan lugar a la
corrupción en distintos grados. Puede llegarse a una conclusión probada por la
vida: las prohibiciones irracionales propician las violaciones, lo que a su vez
conduce a la corrupción y la impunidad, por eso creo que la población tiene
razón —y que lo han planteado desde el análisis del discurso de 2007, que no
era un discurso que ameritaba discutirse en la población, salvo que se les dijo: “Opinen de lo que
quieran”, y aquí mismo informé en una
ocasión los resultados de esa encuesta.
Era, además, para ir sacando más experiencias para esto que estamos
haciendo ahora, y se lograron grandes experiencias, y muchos de los
planteamientos que hicieron en aquella etapa, se están repitiendo ahora en
estas discusiones de los Lineamientos, o sea, llevaban años— en sus
preocupaciones respecto a los engorrosos trámites asociados a la vivienda y la
compra-venta de vehículos entre las personas, por solo citar dos ejemplos, que actualmente son objeto de
estudio para su solución, pero de manera ordenada. Por eso recordábamos ayer, como decía Marino,
el Estado regula sus relaciones con el individuo, pero el Estado no se tiene
que meter en nada que sea pretender regular las relaciones entre dos
individuos, y que si yo tengo un carrito, un cacharrito o lo que sea, un
almendrón, como le llaman ahora, y es mío, tengo derecho a vendérselo al que me
dé la gana, cumpliendo también las regulaciones del registro de propietario.
Al propio tiempo, se impone
simplificar y agrupar la legislación vigente, por lo general bastante dispersa.
Los documentos rectores se elaboran para ser del dominio de aquellos
responsabilizados con su cumplimiento, no para ser engavetados. En
consecuencia, es preciso educar a todos los cuadros y exigirles trabajar con
las disposiciones legales que rigen sus funciones y controlar que esto se
cumpla como un requisito de idoneidad para ocupar un cargo determinado. Ayer o antes de ayer sacamos un ejemplo, que
era como un común denominador de todas las provincias en un hecho
concretamente. Era normal para todos que
llegó el papel y fue a parar a una gaveta, y eso fue el otro día, y la vida
caminando.
Vale recordar, otra vez,
que el desconocimiento de la ley no exime a nadie de su cumplimiento y que,
según
Pasando a otro asunto,
también recogido en los Lineamientos, del plan del próximo año —como ya se
informó aquí— se han excluido 68 inversiones de importancia para el país por no
cumplir los requerimientos establecidos, entre ellos, la determinación del
financiamiento, la preparación técnica y de proyectos, la definición de las
fuerzas constructoras capaces de acometerlas en los plazos fijados y la
evaluación de los estudios de factibilidad. No permitiremos el derroche de los
recursos destinados a inversiones a causa de la espontaneidad, la improvisación
y la superficialidad, que en no pocos casos, han caracterizado al proceso
inversionista. Y cuando se discutió en
el último Consejo de Ministros y muchos de ustedes escucharon, ya eso se acabó,
y el que lo viole tiene que atenerse a las consecuencias de cualquier tipo.
Al tratar estos temas es
obligado referirme al papel determinante que corresponde jugar a los cuadros
del Partido, el Estado, el Gobierno, las organizaciones de masas y juveniles en
la conducción coordinada y armónica del proceso de actualización del modelo
económico cubano.
Tenemos ahora un campo de
batalla especial y bien preparado, para demostrar que
todo esto se puede hacer, y hacerlo bien, y ni pasarnos ni quedarnos cortos,
como decía el Generalísimo.
En el curso de la paulatina
descentralización que desplegamos, se han adoptado diversas medidas en favor de
elevar la autoridad de los dirigentes administrativos y empresariales, a
quienes continuaremos delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los
procedimientos de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a
las manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas incompatibles
con el desempeño de cargos públicos.
Se encuentra aquí, sentada
allí en la primera fila, la vicepresidenta del Consejo de Estado, Gladys Bejerano, que —como ustedes saben— es una eficiente Contralora General
de la República.
Cuando un día existía ese
ministerio —eso depende ahora del Consejo de Estado y en nombre de este órgano,
para el funcionamiento diario la atiendo yo, igual que al Fiscal General de la
República, y les doy tareas—, en el MAC, que era el Ministerio de Auditoría y Control,
a pesar de que no podía hacer mucho porque se aceptaban todas las
justificaciones y siempre tenían algún padrino, etcétera, no era bien vista por
algunos la compañera Gladys Bejerano. Y
siempre cuando
controlaba venía la quejita a alguien, cualquiera: “Bueno, esto no ayuda.” Algunos decían: “Eso desmoraliza” —¡qué cosa es esa!—,
“que la compañera Gladys es muy dura, dice las cosas
muy duras”. Eso es lo que queremos, eso
es lo que les exijo constantemente.
Entonces, en una ocasión
—todavía yo no tenía esta responsabilidad—, digo: “Yo creo que debemos disolver ese
ministerio.” Vi
rostros alegres, se miraban; menos la cara triste de Gladys,
porque parecía que le despreciábamos su importante trabajo. Dejo que pase casi un minuto, unos segundos,
y expresé entonces: “Vamos
a disolver ese ministerio, porque tiene igual jerarquía que los demás
ministros, y vamos a hacer la Contraloría General de la República subordinada
al Consejo de Estado y a ella la vamos a proponer como Vicepresidenta.” Volvieron los rostros a ensombrecerse y ella
volvió a reír felizmente (Risas). No es
broma lo que les estoy contando (Aplausos), no es broma lo que estoy
contando.
O sea, hablaba de que a los
dirigentes administrativos, ministros, etcétera, gobiernos provinciales y
municipales, se les va a ir incrementando la autoridad y respaldándolos, y
descentralizando facultades desde arriba.
Hemos dicho que el gobierno
municipal tiene que tener facultades y recursos, y también hablamos de cómo
obtenerlos, y que seguiremos delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los
procedimientos de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a
las manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas incompatibles
con el desempeño de cargos públicos.
Igualmente, tenemos plena
conciencia del daño que ha ocasionado a la política de cuadros durante años el
fenómeno de la “pirámide invertida”, es decir, que los salarios no están en
correspondencia con la importancia y jerarquía de los puestos de dirección
ocupados, ni existe la diferenciación adecuada entre unos y otros, lo cual desestimula la promoción de los más capaces hacia
responsabilidades superiores en las empresas y en los propios ministerios. Esta
es una cuestión fundamental que debe ser solucionada de acuerdo con lo señalado
en los lineamientos números 156 y 161, referidos a la política salarial.
El VI Congreso del Partido
debe ser, por ley de la vida —y tengan esto presente constantemente—, el último
de la mayoría de los que integramos
No nos creemos más
inteligentes o capaces que nadie, ni nada por el estilo, pero sí estamos
convencidos que tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos
cometido en estas cinco décadas de construcción del Socialismo en Cuba y en ese
propósito emplearemos todas las energías que nos quedan, que afortunadamente no
son pocas (Aplausos).
Redoblaremos la constancia
y la intransigencia ante lo mal hecho, los ministros del gobierno y otros
dirigentes políticos y administrativos conocen que contarán con todo nuestro
respaldo cuando, en el cumplimiento de sus funciones, eduquen, sobre todo
eduquen, y a su vez exijan a sus subordinados y no teman buscarse problemas,
que por lo regular nadie quiere entrar en ese terreno; no teman buscarse
problemas por enfrentar lo mal hecho, porque buscarse problemas es en estos
momentos una de nuestras tareas principales para superar todas esas
deficiencias que hemos mencionado.
También para todos está
claro que no nos encontramos en aquellos años iniciales tras el triunfo en 1959
—en aquellos primeros meses—, cuando algunos que ocuparon cargos
gubernamentales, muy especialmente en el primer gobierno aquel que nombró
Urrutia, con excepción de Defensa y Agricultura, que se le dijo: “Deje eso
tranquilo”, pensando en reforma agraria y en los armamentos que se ocuparon o
que íbamos a ocupar. Estoy hablando del
2 de enero; después que Fidel habló en el parque “Céspedes”, salió para el
puesto de mando principal del enemigo a hablarles a aquellos soldados para que
se sumaran —porque había un golpe de Estado en La Habana— y no sabíamos manejar
ni los tanques, ni la artillería y otros medios que tenían allí. Dejó que Urrutia y otros compañeros
dirigentes del 26 de Julio de la época, en la universidad de Santiago de Cuba,
nombraran el gobierno.
Yo fui portador de ese
mensaje a Urrutia, al amanecer del 2 de enero, porque el acto de la plaza se
acabó pasada la media noche, y le comuniqué: “No tocar, se recomienda no tocar el
Ministerio de la Agricultura ni el de Defensa.” Fue lo único que se le
dijo. Y cuando le informé de parte de
Fidel que nombrara al coronel Rego Rubido, el que se acababa de rendir a Fidel en el Alto del Escandel,
el Primero de Enero, allá fue Urrutia y empezó a darse paseítos
por el garaje de la casa de Vista Alegre donde fui a verlo, una multitud
rodeando el patio de la casa saludando, y duró un rato la discusión: “¡Yo no puedo
nombrar un casquito jefe del Ejército Rebelde!”
Le decía: “Mire, Presidente, Fidel sabe lo que está haciendo. Hay un golpe de Estado en La Habana, va
para Bayamo a hablarles a los soldados de Batista…” Y fueron aquellos que se les sumaron en el
camino y en el transcurso de la semana que tardaron, llegaron aquí a Columbia ya con alguna barbita que se la dejaron
crecer. Guillermo venía ahí con Fidel y
otros de los que están presentes: Colomé, Ramiro vino con el Che, Polito
vino con Fidel. Álvaro no sé qué hizo,
tenía 15 años. ¿Te quedaste allá o
viniste también? (Dice que se quedó en
Santiago.) Te quedaste en Santiago;
hiciste bien, porque tú eres santiaguero.
Entonces no había manera,
5 000 soldados enemigos en la ciudad y apenas yo tenía dos o tres escoltas
nada más; creamos algunas columnas,
porque le preparamos a Fidel una buena fuerza; se fue Lussón que era jefe de una columna más poderosa, de la cual
formaba parte Colomé; Belarmino iba ahí en la otra
columna, a Efigenio lo montamos en algunos aviones
viejos que le ocupamos a Batista, para que llegara y ocupara la policía en La
Habana. Efigenio
Ameijeiras era el jefe de la Columna 6, frente a
Guantánamo, y lo había hecho jefe de tres columnas que rodeaban a la ciudad que
pensábamos tomar el 2 de enero, al comprobar la traición del general Cantillo,
y tenía que empezar a ver qué hacía. Yo
me metí en el mismo despacho de Chaviano, en el mismo
en que me interrogaron cuando el Moncada, entré por la misma puerta.
Cuando fui prisionero, por
suerte, muchos días después que cesó la represión y la matanza de compañeros
que asaltaron el Moncada, no me pegaron, a mí no me dieron, no pasé por esa
experiencia. Dentro de esa circunstancia
traté de portarme lo más dignamente posible, sin insolencia, y me pasaron por
hileras de soldados que me iban insultando y el capitán y los oficiales que me
llevaban se lo pedían:
“Démelo, Capitán, para hacer
justicia”.
Cinco años, cinco meses y
cinco días después, el Primero de Enero, entramos a Santiago de Cuba y yo fui
al cuartel Moncada a hablarle a toda esa gente, y ahora entré entre vítores por
el mismo lugar, y llevé un solo escolta, y les hablé. La misión era recoger a todos los oficiales y
llevarlos a El Escandel, al lado del Caney, para que
hablaran con Fidel. De ahí yo no pude
salir, me cargó una multitud de soldados y sargentos me llevó al barrio de
ellos, ahí al lado del cuartel Moncada, y allí estuve, no podía salir de allí,
me dieron café, etcétera, etcétera (Le dicen algo), ¿eh?, ¿el Gerolán? Estoy
hablándole a la tropa, y empiezan: “Gerolán, Gerolán”, y les pregunto a los oficiales de Batista, ¿Qué
es el Gerolán ese?, no me hacían caso, “¡Gerolán!”, y yo hablando a puro pulmón, desde un balcón, y,
¡qué vá!, nadie me decía lo que era el Gerolán, y no me dejaban hablar. El que iba conmigo no sabía tampoco; hasta
que un oficial, me parece que era contador, algo ahí de la logística, un
teniente o subteniente, se me acerca y dice:
“Oiga, Comandante, Gerolán es el salarito extra que les dan cuando están en campaña” y
digo: “¿Y qué, no se lo han
pagado?” Me responden: “No, porque aquí ni se reportaban los
muertos para poder robarse el dinero los jefes.” Entonces digo: “Mañana, cuando la fortaleza
esté en manos nuestras, Gerolán para todos ustedes.” ¡Eeehhh!, se acabó
el mundo. Digo: ¡Qué tropa tenemos delante aquí!
(Risas.) Pedimos un préstamo a un banco
y les pagamos el Gerolán, esos pobres soldados no
tenían... Eso es lo que Guillermo quería recordar.
Bueno, ¿y qué es lo que era
el Gerolán?
Era un jarabillo malo por ahí, que creo que tenía propiedades
especiales, que los charlatanes toman (Risas).
Entonces, decía que también
para todos está claro que no nos encontramos en aquellos años iniciales tras el
triunfo…
Ah, bueno, no acabé el
cuento de Urrutia, ¿no? Testigo Melba
Hernández —que no está aquí hoy—, que no la veía desde México, después ella
pudo venir y estuvo en el Tercer Frente con Almeida, y como esas casas de Vista
Alegre tienen un garaje desde el que se baja por una escalerita a la cocina,
ella estaba en la cocina esperando que se acabara la bronca aquella, yo le hice
señas que esperara, y Urrutia dándose paseítos para
arriba y para abajo con la mano en la espalda, y el tiempo pasando, hasta que
me salió parece que lo de gallego y le dije unas cuantas frases que no puedo
repetir aquí. Digo: “Oiga, yo llevo siete años luchando
contra Batista, he estado en todo, en combates, preso, en el exilio, etcétera,
¿usted cree que a mí no me molesta que un casquito ahora dirija el
ejército? Ese no manda a nadie, todo me
lo consulta a mí, porque allí lo voy a tener en el despacho, en el propio
despacho del jefe del regimiento.” Y así
fue, la primera orden que le di fue: “Vamos a ir sacando a todos estos
soldados que hay aquí.” Y como los
puentes estaban volados y no quería que se toparan con Fidel por ahí, aunque iban desarmados, usé las tres
fragatas de la marina de guerra de Batista que estaban allí, y en grupos de 500
los fui mandando para el centro y el occidente del país que era donde vivían.
Le dije unas cuantas cosas.
Cuando le hablé duro, y le digo: “¡Fidel
sabe lo que hace y yo obedezco a Fidel!”, entonces siguió dándose paseítos, y dice: “Bueno, Comandante, vamos a ver una
solución, “yo creo que es razonable, ¿usted no cree?” Digo: “Sí, es lo que pienso.” “Bueno, está bien.” Después de eso le di un beso a Melba y me fui
a cumplir con mi deber.
Yo estaba en Santiago,
Fidel me dejó de jefe de las provincias orientales, en aquel momento. Yo no fui a la toma de posesión, fue en la
Universidad de Santiago, yo no fui a eso.
Ustedes han visto cómo
desarrollamos nuestras reuniones, ¿no?
Cuando me voy, me llama el
viejo Urrutia y dice:
“Comandante, hace falta que me nombre un ayudante de campo, un
comandante de ayudante de campo.” Digo:
“Yo se lo mando, Presidente.” Digo: ¿A
quién meto ahí, caballeros? —yo adiviné ya los líos que íbamos a tener con este
hombre; no habían pasado, febrero, marzo, cuatro o cinco meses… ustedes conocen
la historia—, y me cruzo con Machado Ventura (Risas), andaba con una Thompson ya, Comandante, y le digo: “Oye, Machado” —no le quiero contar este
incidente, eso solo se lo conté a Fidel y a nadie más, cuando vine en febrero a
La Habana—, “Oye, Machado, el Presidente me ha pedido esto y esto, me parece que
tú eres el más idóneo.” “¡Nooo!, yo lo que tengo es que buscarme un trabajo como
médico”, me contestó Machado. Digo: “Deja el trabajo
ese, ahora es que empieza este lío.” Y
por fin aceptó.
Urrutia viene para La
Habana y yo sigo en Oriente. Ya cuando
yo vengo a La Habana, en febrero, ya empiezan los problemas con Urrutia, y
siguen los problemas con Urrutia, que no se publicaron, los pasos que estaba
dando Urrutia, la irracionalidad completa de Urrutia, hasta como persona. Lo primero que hizo fue quedarse con el
sueldo de Batista y con los gastos de representación y, por supuesto, se compró
una chocita igual que Grau, que por ahí debe estar, aunque él se fue.
Entonces, digo: “Bueno, voy a
llamar a mi amigo Machado a ver qué hay”, y cuando llamo al Palacio y pregunto
por Machado, dicen: “No, Machado se fue
de aquí hace tanto tiempo.” Digo:
“¿Dónde se metió Machado?” Y me lo
encuentro de médico en el municipio La Habana, ¿era así? (Responde que sí.) Es
decir que lo califiqué como el primer desertor de las modernas Fuerzas Armadas
Revolucionarias (Risas). Menos mal que
con su trabajo después limpió esa afrenta.
Después de reírnos un poco
a costa de Machado, mi amigo, vamos a continuar.
También para todos está
claro que no nos encontramos en aquellos años iniciales tras el triunfo en
1959, cuando algunos que ocuparon cargos gubernamentales —y ahí es donde surge
la anécdota del gobierno aquel— renunciaban para patentizar su oposición a los
primeros pasos radicales que emprendía la Revolución, sobre todo la Reforma
Agraria, la primera, el 17 de mayo de 1959, y por ello esa actitud se
catalogaba entonces de contrarrevolucionaria.
O sea, renunciaban para demostrar su oposición a las medidas radicales,
y lo calificábamos: “Eso
es contrarrevolución”, pero se aceptaba la renuncia. Hoy lo verdaderamente revolucionario y
honesto es al revés, cuando un cuadro de cualquier nivel se sienta cansado, o
incapaz de ejercer su cargo a cabalidad, o de cumplir con las nuevas
orientaciones que estamos dando, lo correcto es solicitar, en ese caso, su
renuncia, con dignidad y sin ningún temor, lo que siempre será preferible a ser
destituido.
Con relación a este asunto,
debo hacer referencia a tres compañeros que ocuparon importantes
responsabilidades en la dirección del Partido y el Gobierno, y que por las
faltas que cometieron, el Buró Político les solicitó la renuncia a su condición
de miembros de este organismo de dirección, del Comité Central y de diputados a
Por su parte, Pedro Sáez Montejo, dando muestras de superficialidad incompatibles
con el cargo de Primer Secretario del Partido en Ciudad de
Es
justo hacer constar que los tres reconocieron los errores señalados a cada uno
y asumieron una actitud correcta, razón por la cual
En
el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero yo solo tengo
compromisos con el pueblo y muy especialmente con los caídos en estos 58 años
de lucha ininterrumpida desde el golpe de estado de
1952. Si así hemos procedido con tres altos dirigentes partidistas y
gubernamentales, sépase que esta es la línea que seguirá el Partido y el
Gobierno con todos los cuadros. Mayor exigencia, a la vez que alertaremos y
adoptaremos las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones
de lo establecido.
Como
estipuló
Se han definido las
funciones, estructuras y plantillas. Se
trabaja en la definición de sus atribuciones, así como en las relaciones con
los organismos de
En medio de la convulsa
situación internacional avanzan las relaciones con los pueblos y gobiernos de
casi todas las naciones.
El mundo ha recibido
asombrado las escandalosas revelaciones de cientos de miles de documentos
clasificados del gobierno de los Estados Unidos, una parte de ellos muy
recientes, sobre las guerras en Irak y Afganistán y, luego, sobre los más
variados temas de sus relaciones con decenas de Estados.
Aunque todos se preguntan
qué estará ocurriendo verdaderamente y cómo podría relacionarse esto con los
vericuetos de la política norteamericana, lo
difundido hasta ahora demuestra que ese país, aunque disimule con una retórica
amable, sigue en lo esencial las políticas de siempre y actúa como un gendarme
global.
En las relaciones con los
Estados Unidos no se aprecia la menor voluntad de rectificar la política contra
Cuba, ni siquiera para eliminar sus aspectos más irracionales. Se hace evidente
que en esta cuestión sigue prevaleciendo una minoría reaccionaria y poderosa
que sirve de sustento a la mafia anticubana.
Estados Unidos no solo
desprecia el reclamo abrumador de 187 países que demandan poner fin al bloqueo
económico, comercial y financiero contra nuestro país, sino que en el año 2010
endureció su aplicación e incluyó nuevamente a Cuba en sus listas espurias,
mediante las cuales se arrogan el derecho de calificar y difamar a Estados
soberanos para justificar acciones punitivas o incluso actos de agresión.
La política de Estados
Unidos contra Cuba no tiene la menor credibilidad. No les queda más remedio que
acudir a la mentira para reiterar acusaciones entre las que sobresalen, por su
escandalosa falsedad, que somos un país patrocinador del terrorismo
internacional, tolerante ante el tráfico
interno de niños y mujeres con fines de explotación sexual, violador flagrante
de los derechos humanos y responsable de restringir, de manera significativa,
las libertades religiosas.
El gobierno norteamericano
trata de esconder sus propios pecados y pretende evadir su responsabilidad en el hecho de que sigan impunes en ese país notorios
terroristas internacionales, reclamados por la justicia de varios países, al
mismo tiempo que se mantienen en injusta prisión nuestros Cinco hermanos por
luchar contra el terrorismo.
En sus calumniosas campañas
sobre el tema de los Derechos Humanos en Cuba, los Estados Unidos han
encontrado la connivencia de países europeos, caracterizados por su doble
rasero y sometimiento al imperialismo norteamericano, conocidos por su
complicidad con los vuelos secretos de
Junto a las naciones
hermanas de América Latina proseguiremos luchando por la integración emancipadora
y en los marcos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América,
trabajaremos por afianzar la solidaridad y unidad que nos fortalecerá a todos,
cada vez más.
Así continuaremos apoyando
a la fraterna nación de Haití, donde nuestro personal de la salud, junto a
médicos latinoamericanos y haitianos graduados en Cuba, enfrenta con abnegación
y de forma desinteresada y humanitaria la epidemia de cólera, los daños del
terremoto y la secuela de siglos de explotación y saqueo de ese noble pueblo,
que necesita de la comunidad internacional recursos para la reconstrucción y,
especialmente, para el desarrollo sostenible.
También es propicia la
ocasión para desde este Parlamento enviar, en nombre de todos los cubanos, un
mensaje de aliento y solidaridad al hermano pueblo de Venezuela, que sufre los
embates de lluvias torrenciales con cuantiosas pérdidas de vidas humanas y
daños materiales. Las decenas de miles de colaboradores cubanos que prestan
servicios en ese país, recibieron tempranamente instrucciones de ponerse a
disposición de los venezolanos y del Presidente Hugo Chávez para lo que sea
necesario.
El próximo mes de abril se
cumplirán 50 años de la proclamación del carácter socialista de nuestra
Revolución. En las arenas de Playa Girón nuestras fuerzas combatieron por
primera vez en defensa del socialismo y en apenas 72 horas, bajo la conducción
personal del Comandante en Jefe, derrotaron la invasión mercenaria patrocinada
por el gobierno norteamericano.
En ocasión de tan relevante
acontecimiento, el 16 de abril realizaremos una Revista Militar, con
participación de tropas y medios de combate, a la que asistirán los delegados
al VI Congreso del Partido que esa propia tarde se congregarán para el inicio
de sus trabajos, aquí mismo, que esperamos concluir el 19 de abril, Día de
Esta conmemoración estará
dedicada a nuestra juventud, que nunca le ha fallado a
jóvenes fueron los que se
sublevaron en Santiago de Cuba bajo la dirección de Frank
País;
jóvenes eran los
expedicionarios del Granma, que tras la debacle de Alegría de Pío formaron el
Ejército Rebelde, fortalecidos por oleadas también de jóvenes provenientes del
campo y las ciudades, en primer lugar el refuerzo santiaguero organizado
personalmente y enviado por el propio Frank;
jóvenes eran los integrantes del
poderoso movimiento clandestino de todas las organizaciones;
jóvenes fueron los valerosos
asaltantes al Palacio Presidencial y a la emisora Radio Reloj el 13 de marzo de
1957, encabezados por José Antonio Echeverría;
jóvenes fueron los que combatieron
heroicamente en Girón;
jóvenes y adolescentes se sumaron
a la campaña de alfabetización durante ese mismo año, hace también 50
años;
jóvenes eran la mayoría de los
combatientes en la lucha contra las bandas mercenarias que organizó la CIA,
hasta avanzado 1965;
jóvenes fueron los que
protagonizaron hermosas páginas de coraje y estoicismo en las misiones
internacionalistas en varias naciones, particularmente en ayuda a los
movimientos de liberación en África;
jóvenes son nuestros Cinco Héroes
que arriesgaron sus vidas luchando contra el terrorismo y sufren ya más de doce
años de cruel prisión (Aplausos);
jóvenes son muchos de los miles y
miles de colaboradores cubanos que defienden la vida humana curando
enfermedades erradicadas en Cuba, apoyan programas de alfabetización y difunden
cultura y la práctica deportiva a niños y adultos por muchos países del mundo.
Esta Revolución es obra del
sacrificio de la juventud cubana: obrera, campesina, estudiantil, intelectual,
militar; de todos los jóvenes en todas las épocas que les ha tocado vivir y
luchar. Por eso dedicamos ese festejo
del 50 aniversario a nuestros jóvenes.
Esta Revolución la
conducirán adelante los jóvenes plenos de optimismo e inconmovible fe en la
victoria.
Grandes han sido los retos
y también los peligros desde el triunfo de
Muchas gracias
(Ovación).