DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LOS
CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS DE CUBA, RAÚL CASTRO RUZ, EN
LA INAUGURACIÓN DE
(Versiones Taquigráficas – Consejo
de Estado)
Estimados Jefes de Estado y de Gobierno y Jefes de
Delegaciones;
Excelentísimo Señor David Nabarro, enviado especial del
Secretario General de las Naciones Unidas;
Excelentísima Señora Clarisse Etienne, directora de la
Organización Panamericana de la Salud;
Excelentísimo Señor
Didacus Jules, director general de la Organización de Estados del Caribe
Oriental:
Les damos la más calurosa bienvenida a nuestro país con
motivo de celebrarse
Compañeras y compañeros:
Una terrible epidemia se propaga hoy sobre los hermanos
pueblos de África y nos amenaza a todos. El ébola ha dejado un saldo elevado de
casos diagnosticados y fallecidos en varios países, incluyendo dos naciones
ubicadas fuera de ese continente.
Constituye un inmenso reto para la humanidad, que debe
enfrentarse con la más absoluta urgencia. Se requieren acciones de la comunidad
internacional en su conjunto, bajo la conducción de la Organización Mundial de
la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Misión de las Naciones
Unidas para el Enfrentamiento de Emergencia al Ébola.
Como parte del crisol de las culturas latinoamericanas y
caribeñas, por las venas de “Nuestra América” corre sangre africana, aportada
por quienes lucharon por la independencia y contribuyeron a crear la riqueza de
muchos de nuestros países y de otros, incluyendo los Estados Unidos.
África y Cuba están unidas por entrañables lazos. Más de
76 000 colaboradores cubanos han prestado sus servicios de salud en 39
países. Se han formado 3 392 médicos provenientes de 45 naciones, de manera
totalmente gratuita.
En la actualidad,
más de 4 000 cooperantes cubanos de la salud laboran en 32 países
africanos y como explicará nuestro Ministro de Salud Pública, se incorporan
todos al esfuerzo preventivo contra el ébola.
El pasado primero de octubre, respondiendo a la solicitud
realizada por la Directora General de la Organización Mundial de la Salud,
doctora Margaret Chan, y el Secretario General de la Organización de las
Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, una brigada médica especializada de Cuba
viajó a Sierra Leona para participar en el enfrentamiento a esta epidemia y mañana
martes 21 de octubre partirán rumbo a Liberia y Guinea otras dos brigadas,
cuyas avanzadas ya se encuentran en ambos países.
Las numerosas alertas y preocupaciones sobre la
insuficiencia de recursos aportados y el ritmo de las acciones, expresadas en días
recientes, reflejan una creciente conciencia universal sobre la necesidad de
actuar con urgencia a fin de evitar una crisis humanitaria de impredecibles
consecuencias.
Tengo la convicción de que si esta amenaza no se frena y
resuelve en África Occidental, con una respuesta internacional inmediata,
eficaz y con recursos suficientes, coordinada por la Organización Mundial de la
Salud y las Naciones Unidas, puede convertirse en una de las pandemias más
graves de la historia de la humanidad.
Ese noble y urgente objetivo reclama el esfuerzo y el
compromiso indispensables de todas las naciones del mundo, según las
posibilidades de cada una.
Consideramos que debe evitarse cualquier politización de
este grave problema que nos desvíe del objetivo fundamental, que es la ayuda en
el enfrentamiento a esta epidemia en África y en la prevención en otras
regiones.
A partir de lo que le expresé al Secretario General de la
ONU el pasado 5 de septiembre, orientamos a nuestros representantes que
participaron en eventos realizados en la Organización Mundial de la Salud y las
Naciones Unidas, ratificar que Cuba está dispuesta a trabajar codo con codo con
todos los países, incluyendo los Estados Unidos.
Según las modestas experiencias del sistema de salud cubano,
se necesita voluntad integradora, organización, planificación y articulación
del trabajo no solo asistencial y curativo, sino preventivo, que requiere, como
complemento indispensable, una labor sistémica y permanente, gran disciplina en
el cumplimiento de los protocolos médicos, rigor y exigencia. En el transcurso
de la reunión, trataremos los aspectos prácticos.
La manera de evitar ser afectados por el virus es
prepararnos intensamente y trabajar colectivamente en las Américas en medidas
preventivas y de manejo de la enfermedad, para evitar su propagación.
Deseamos ofrecer a los integrantes del ALBA y de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) propuestas de
cooperación colectiva que puedan contribuir a la capacitación del personal de la salud y diseñar y aplicar
medidas eficaces e integrales de prevención, dando prioridad a Haití y a los
países del Caribe. Debemos contribuir todos con los Estados que presenten
mayores vulnerabilidades. Invitamos también a cooperar en este empeño a las
naciones de América del Norte.
Si los respectivos gobiernos estuvieran de acuerdo, nuestros
colaboradores de la salud, que actualmente prestan servicios en América Latina
y el Caribe, están dispuestos a apoyar, en todo lo que esté a su alcance, para
prevenir, entrenar personal y ofrecer asesoría.
En pocas palabras, en 25 países de Nuestra América contamos con 45 952 colaboradores de la salud
cubanos, de ellos 23 158 médicos, el 50,4%, quienes junto a sus colegas del
continente, constituyen una poderosa fuerza para cumplir este objetivo.
Tengamos presente, que muchos países de nuestra región
disponen de 23 944 médicos graduados hasta hoy en universidades cubanas,
fundamentalmente en los últimos 15 años.
Finalmente, el 14 de diciembre, conmemoraremos en una nueva
Cumbre, en La Habana, el X Aniversario de la Alianza, fruto de la voluntad de
los pueblos de nuestra región y la acción de Hugo Chávez Frías y Fidel Castro
Ruz. Los esperamos y podremos pasar balance a lo que hoy acordemos.
Sin más, dejamos inaugurada esta Cumbre Extraordinaria.
Muchas gracias (Aplausos).