Discurso
pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos
de Estado y de Ministros, en el VI
Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 29 de diciembre de 2015,
“Año 57 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Compañeras y compañeros:
Se está terminando un año de intenso trabajo y
resultados positivos para el país. En
los últimos días hemos tenido bastante actividad: el pasado día 18 se efectuó una reunión del
Consejo de Ministros dedicada, entre otros asuntos ampliamente informados en
los medios de prensa, a valorar el desempeño de la economía en el presente año
y las propuestas de plan y presupuesto para el 2016 aprobados hoy en esta
Asamblea.
El sábado último, el
duodécimo Pleno del Comité Central del Partido analizó la situación económica
y, como parte de la preparación del Séptimo Congreso del Partido, se analizó la
propuesta de Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de
Desarrollo Socialista y el informe sobre el cumplimiento de los Objetivos
aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido, celebrada en enero de
2012.
Como es habitual,
nuestros diputados durante el trabajo en comisiones han debatido con amplitud
sobre estos temas de la economía, lo que me permite resaltar solamente algunos
aspectos.
A pesar de los impactos
de la crisis económica internacional, agravados en nuestro caso por los efectos
del bloqueo estadounidense que se mantiene sin cambios, así como las
restricciones financieras externas que se han agudizado en el segundo semestre,
el Producto Interno Bruto (PIB) este año creció un 4%, lo cual innegablemente
es un buen resultado en medio de estas circunstancias.
Crecen todos los
sectores productivos, aunque algunos no logran alcanzar lo planificado. Los servicios sociales mantienen niveles
similares al año anterior.
Se elevó la cifra de
visitantes hasta tres millones y medio, lo que constituye el más alto
crecimiento registrado desde que el país decidió apostar por el desarrollo del
turismo. No debe soslayarse que este
resultado se obtiene pese a que Cuba todavía continúa siendo el único país del
mundo que los ciudadanos de Estados Unidos tienen prohibido visitar como
turistas.
No obstante las
limitaciones financieras que proseguimos afrontando, se han venido cumpliendo
los compromisos asumidos en los diferentes procesos de reordenamiento de las
deudas con acreedores extranjeros y se ha reforzado la tendencia hacia la
progresiva recuperación de la credibilidad internacional de nuestra economía.
La última evidencia
concreta en esta dirección fue el importante acuerdo multilateral alcanzado el
12 de diciembre en la capital francesa con los 14 países acreedores de Cuba que
integran el Grupo ad hoc del Club de
París, lo que permitió solucionar un viejo problema, tomando en consideración
la realidad y las posibilidades de la economía cubana.
Este acuerdo abre una
nueva etapa en las relaciones económicas, comerciales y financieras con los
países participantes, ya que facilita el acceso a financiamientos a mediano y
largo plazos muy necesarios para la ejecución de inversiones previstas en
nuestros planes de desarrollo.
Ratifico la voluntad
del gobierno cubano de honrar los compromisos resultantes de este y otros
acuerdos alcanzados en la renegociación de la deuda con otros Estados y su
sector privado.
Debo recordar también
el alcance estratégico del convenio firmado con el gobierno de la Federación de
Rusia para el financiamiento en condiciones ventajosas de cuatro bloques de 200
megawatts de generación eléctrica cada uno y la modernización de nuestra
industria siderúrgica.
El próximo año
continuará creciendo el Producto Interno Bruto, pero lo hará a un menor ritmo,
el 2%, como consecuencia de que se proyectan limitaciones financieras asociadas
a la caída de ingresos en los rubros exportables tradicionales por la
disminución de sus precios en el mercado mundial, como por ejemplo el níquel.
Por otra parte, si bien
la tendencia a la baja de los precios del petróleo nos beneficia al reducirse
la factura de importación de alimentos, materias primas y productos
manufacturados, no es menos cierto que se han generado desde este propio año
2015 afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas
existentes con varios países, en particular con la República Bolivariana de
Venezuela, sometida a una guerra económica para revertir el apoyo popular a su
Revolución.
Ante este escenario no
cabe, como siempre nos ha enseñado Fidel, el más mínimo derrotismo, todo lo
contrario. La historia de nuestra
Revolución está llena de páginas gloriosas frente a las dificultades, riesgos y
amenazas.
Nos corresponde
potenciar al máximo las reservas de eficiencia, concentrar los recursos hacia
las actividades que generan ingresos por exportaciones y sustituyen
importaciones, hacer más eficiente el proceso inversionista y crecer en las
inversiones del sector productivo y de infraestructura, priorizando la
sostenibilidad de la generación eléctrica y el crecimiento de la eficiencia en
el uso de los portadores energéticos.
Al propio tiempo,
debemos reducir cualquier gasto que no sea imprescindible y aprovechar los
recursos de que disponemos con más racionalidad y con vocación de desarrollar
el país.
A pesar de las
limitaciones, se asegurarán los servicios sociales que se brindan gratuitamente
a todos los cubanos en niveles similares a los de los últimos años.
Trataremos ahora algunos asuntos de política exterior.
En mis palabras del
pasado 15 de julio, en la clausura del V Período Ordinario de Sesiones de la
Asamblea Nacional, expresé, y cito: “Apreciamos que se ha puesto en práctica
una ofensiva imperialista y oligárquica contra los procesos revolucionarios y
progresistas latinoamericanos, la cual será enfrentada con determinación por
nuestros pueblos” (fin de la cita).
Estamos seguros de que
vendrán nuevas victorias de la Revolución bolivariana y chavista bajo la
dirección del compañero Nicolás Maduro Moros, presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, frente a la permanente embestida desestabilizadora de
la derecha, alentada y apoyada desde el exterior.
Confiamos en el
compromiso de los revolucionarios venezolanos y de su pueblo, mayoritariamente
bolivariano y chavista, con el legado del inolvidable presidente Hugo Chávez
Frías.
Estamos convencidos de
que, tal como lo hizo en el 2002 al impedir que se consumara el golpe de Estado
contra el presidente Chávez, el pueblo venezolano y la unión cívico-militar no
permitirán que se desmantelen los logros de la Revolución y sabrán convertir
este revés en victoria.
Al reiterar la
solidaridad de Cuba, que estará siempre junto a la Patria de Bolívar, llamamos
a la movilización internacional en defensa de la soberanía e independencia de
Venezuela y para que cesen los actos de injerencia en sus asuntos internos.
En Brasil, la
oligarquía tampoco escatima esfuerzos para intentar derrocar a la presidenta
Dilma Rousseff mediante un golpe parlamentario. Llegue a ella y al hermano pueblo brasileño
nuestra solidaridad y apoyo en la batalla que se libra en defensa de los
avances sociales y políticos alcanzados durante estos 13 años de liderazgo del
Partido de los Trabajadores.
La historia demuestra
que cuando la derecha llega al gobierno no duda en desmontar las políticas
sociales, beneficiar a los ricos, restablecer el neoliberalismo y aplicar
crueles terapias de choque contra los trabajadores, las mujeres y los jóvenes. Décadas de dictaduras militares en América
Latina y nuevos métodos de desestabilización contra gobiernos progresistas nos
enseñaron que el imperialismo y la derecha tampoco renuncian a la violencia
para imponer sus intereses.
En
medio de este contexto regional riesgoso y complejo, resulta esencial defender
la unidad de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como
mecanismo indispensable, legítimo, unitario y diverso de concertación política
e integración, que ha hecho posible reunir por primera vez, bajo un propósito
común, a los 33 Estados de Nuestra América.
La
Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por todos
los jefes de Estado y de Gobierno en la II Cumbre de la CELAC celebrada en La Habana
en enero de 2014, es una sólida base para desarrollar las relaciones entre
nuestros países y a nivel internacional.
Nos sentimos optimistas
por los avances alcanzados en las conversaciones de paz entre el Gobierno
colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo,
proceso que está más cerca que nunca del logro de un acuerdo que ponga fin al
conflicto armado que ha desangrado a esa nación durante más de medio siglo. Continuaremos nuestra labor imparcial como
garantes y sede del proceso.
El
próximo mes Cuba asumirá la Presidencia de la Asociación de Estados del Caribe,
bajo el compromiso firme e invariable con la causa de la unidad y la
integración latinoamericana y caribeña.
Como
se ha venido informando por parte de la prensa nacional y extranjera,
actualmente se encuentran en Costa Rica varios miles de ciudadanos cubanos que
arribaron a esa nación desde otros países de la región con la intención de
viajar hacia Estados Unidos. Estas
personas, que salieron de Cuba de manera legal, en su travesía se convierten en
víctimas de traficantes inescrupulosos y bandas delincuenciales que no dudan en
poner en peligro la vida de los migrantes cubanos.
Nuestro
gobierno ha estado en contacto desde el mismo inicio de esta situación con los
gobiernos del área, en la búsqueda de una solución adecuada y rápida, como
también ha pedido el Papa Francisco, tomando en cuenta las difíciles
circunstancias en las que estos se encuentran. Cuba ha reiterado su compromiso
a favor de una emigración legal, ordenada y segura, así como del derecho a
viajar y a emigrar de los ciudadanos cubanos y de retornar al país, en
cumplimiento de su legislación migratoria.
Tal
como señala la Declaración del Gobierno Revolucionario publicada el 1º de
diciembre, la política de “pies secos-pies mojados”, el programa de Parole para médicos cubanos y la Ley de
Ajuste Cubano continúan siendo el principal estímulo para la emigración
irregular desde Cuba hacia Estados Unidos.
Los
migrantes latinoamericanos y caribeños merecen también un trato humano y justo.
Deben cesar las prácticas abusivas y
discriminatorias, la violación de sus derechos humanos, la separación de
familias y la cruel detención y deportación de niños no acompañados.
Pasando
a otro tema, como advertimos de manera temprana, la política de sanciones unilaterales
contra Rusia y el estrechamiento del cerco de la OTAN en sus fronteras, solo ha
favorecido un clima de mayor inestabilidad e inseguridad en la región.
Ha
seguido agravándose la crisis humanitaria generada por las oleadas de
refugiados hacia el continente europeo, debido a las condiciones de conflicto y
pobreza derivadas del injusto orden económico internacional, y por las guerras
no convencionales y acciones desestabilizadoras de la OTAN en África del Norte
y Medio Oriente. Europa debiera asumir
su responsabilidad y garantizar el respeto a los derechos humanos de estas
personas, así como contribuir a la solución de las causas del fenómeno.
Reiteramos
el derecho del pueblo sirio a encontrar una salida digna a sus problemas con la
participación de las legítimas autoridades de esa nación, sin injerencias
externas, preservando su soberanía e integridad territorial.
El pasado mes de septiembre recibimos con admiración, respeto y
afecto al Papa Francisco, justo en el año en que conmemoramos el aniversario 80
de nexos ininterrumpidos entre la Santa Sede y Cuba. Apreciamos su prédica a favor de la paz y la
equidad, la erradicación de la pobreza, la defensa del medio ambiente y las
reflexiones sobre las causas de los principales problemas que afectan hoy a la
humanidad.
En
el año que concluye se fortaleció el diálogo político bilateral con numerosos
países, evidenciado en las visitas a Cuba de 184 delegaciones extranjeras, de ellas
25 encabezadas por jefes de Estado o de Gobierno procedentes de todas las regiones
del mundo.
En
septiembre pasado participamos junto a la mayoría de los jefes de Estado y Gobierno
del planeta en la Cumbre de la ONU para la adopción de la Agenda 2030, que
aprobó un nuevo marco para el desarrollo sostenible, con el objetivo de reducir
la pobreza extrema, el hambre, las enfermedades, la desigualdad entre géneros,
la falta de acceso a la educación, a infraestructuras básicas y la degradación
del medio ambiente.
Los
compromisos y acciones del mundo industrializado continúan siendo insuficientes.
Solo construyendo un nuevo orden
económico internacional y otra arquitectura financiera global será posible que
los países del Sur puedan cumplir con las metas y objetivos aprobados.
La
comunidad internacional ha mantenido su rechazo al bloqueo norteamericano en
diferentes foros, especialmente en la Cumbre de la ONU y en el segmento de alto
nivel de la Asamblea General donde tuve la oportunidad de participar y durante
los cuales decenas de jefes de Estado y Gobierno reclamaron el fin del bloqueo.
El pasado
27 de octubre, 191 Estados miembros de la ONU apoyaron la resolución cubana, gesto que nuestro pueblo agradece
profundamente y demuestra que el mundo no olvida que el bloqueo persiste.
Hemos
reiterado al gobierno de Estados Unidos que para normalizar la relación
bilateral el bloqueo debe ser levantado y el territorio que usurpa la Base
Naval de Guantánamo ha de ser devuelto, tal como expliqué en mi declaración en
el Consejo de Ministros del día 18, en la cual reafirmé, además, que no debe pretenderse
que Cuba abandone la causa de la independencia o renuncie a los principios e
ideales por los que varias generaciones de cubanos han luchado durante un siglo
y medio.
Para
avanzar en este proceso debe respetarse el derecho de todo Estado a elegir el
sistema económico, político y social que desee, sin injerencia de ninguna
forma. Jamás aceptaremos
condicionamientos que laceren la soberanía y dignidad de la Patria.
Lo esencial ahora es que el presidente Barack Obama utilice
con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar la
aplicación del bloqueo, lo cual dará sentido a lo alcanzado y permitirá que se
produzcan sólidos progresos.
Hace
apenas mes y medio celebramos los actos por el 40 Aniversario de la
independencia de Angola y el inicio de la Operación Carlota, que permitieron
rememorar la contribución internacionalista de nuestro pueblo a esa heroica
epopeya protagonizada por angolanos, namibios y cubanos, que modificó de manera
definitiva el mapa político del África Austral y aceleró el fin del oprobioso
régimen del apartheid.
Apreciamos
de manera especial la solidaridad de la Unión Africana con Cuba, reiteramos el
apoyo a su programa de desarrollo Agenda 2063 y continuaremos honrando nuestros
compromisos de cooperación.
En
este semestre, se registraron avances en la negociación
del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión
Europea, así como en nuestras relaciones bilaterales con sus Estados miembros. En febrero del próximo año cumplimentaré una
visita oficial a Francia en reciprocidad a la efectuada por el presidente Francois Hollande.
Finalmente, compañeras
y compañeros:
A pocas horas de
arribar al año 58 de la Revolución, deseo trasmitir a todos los cubanos una
merecida felicitación y la profunda convicción de que sabremos vencer cualquier
reto en nuestro empeño de construir un socialismo próspero y sostenible.
Muchas gracias.
(Ovación).