Reflexiones
del compañero Fidel
CARNE DE
CAÑÓN PARA EL MERCADO
Tal vez algunos gobiernos desconocen los datos
concretos, por eso nos pareció muy oportuno el mensaje de Raúl fijando la
posición de Cuba. Abundaré en aspectos
que no pueden abordarse en una declaración oficial precisa y breve.
El gobierno de
Georgia no habría lanzado jamás sus fuerzas armadas contra la capital de la
República Autónoma de Osetia del Sur al amanecer del
8 de agosto, para lo que denominó el restablecimiento del orden constitucional,
sin la concertación previa con Bush, quien el pasado mes de abril en Bucarest
comprometió su apoyo al presidente Saakashvili para
el ingreso de Georgia en la OTAN, lo que equivale a un puñal afilado que se
intenta clavar en el corazón de Rusia.
Muchos Estados europeos que pertenecen a esa organización militar se
preocupan seriamente por la manipulación irresponsable del tema de las
nacionalidades, preñado de conflictos potenciales, que en la propia Gran
Bretaña puede dar lugar a la desintegración del Reino Unido. Yugoslavia fue disuelta por esa vía; los esfuerzos de Tito por evitarlo fueron
inútiles después de su muerte.
¿Qué necesidad había de encender el polvorín del Cáucaso? ¿Cuántas
veces irá el cántaro al agua antes de romperse?
Rusia sigue siendo una poderosa potencia nuclear. Posee miles de armas de ese tipo. Debo recordar que, por otro lado, la economía
de Occidente extrajo ilegalmente de ese país más de 500 mil millones de
dólares. Si Rusia no significa hoy el
fantasma del comunismo; si ya no apuntan
directamente hacia los objetivos militares y estratégicos de Europa más de
400 plataformas nucleares que fueron desmanteladas al desaparecer la URSS,
¿por qué el empeño en cercarla con un escudo nuclear? El viejo continente también necesita paz.
Las tropas rusas que se encontraban en Osetia del Sur estaban desplegadas en una misión de paz
reconocida internacionalmente; no
disparaban contra nadie.
¿Por qué Georgia escogió el 8 de agosto, cuando
se inauguraban los Juegos Olímpicos de Beijing, para ocupar Tsjinvali, la capital de la república autónoma? Ese día cuatro mil millones de personas
en todo el planeta presenciaron por televisión el maravilloso espectáculo con
el que China inauguró esos juegos.
Sólo el pueblo de Estados Unidos no pudo disfrutar ese día la
transmisión directa y en vivo de la estimulante fiesta de amistad entre todos
los pueblos del mundo que allí se escenificó.
El monopolio sobre los derechos de transmisión había sido adquirido
por un canal televisivo mediante el pago de 900 millones de
dólares y deseaba obtener el máximo de beneficio comercial por minuto de
transmisión. Las empresas competidoras
tomaron desquite divulgando a esa hora las noticias de la guerra en el Cáucaso que no eran exclusivas de nadie. Los riesgos de un conflicto serio amenazaban
al mundo.
Bush sí pudo disfrutar el espectáculo como invitado
oficial. Todavía el domingo 10, dos días
y medio después, se le veía agitando banderas, fingiendo ser adalid de la paz y
preparado para deleitarse con las victorias de los magníficos atletas
norteamericanos, a los que sus ojos, acostumbrados a mancillarlo todo, veían
como símbolo del poder y la superioridad de su imperio. En sus ratos de ocio, mantenía largas
conversaciones con los funcionarios subordinados en Washington, amenazaba a
Rusia y alentaba los discursos, humillantes para ese país, del representante de
los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Algunos de los antiguos países que integraban el campo
socialista o parte de la propia URSS, hoy actúan como protectorados de Estados
Unidos. Sus gobiernos, impulsados por un
odio irresponsable contra Rusia, como Polonia y la República Checa, se alinean
en posiciones de apoyo total a Bush y al ataque sorpresivo contra Osetia del Sur por Saakashvili,
un aventurero de extraña historia que, habiendo nacido bajo el socialismo en
Tbilisi, capital de su país, se hizo abogado en una universidad de Kiev,
realizó cursos de posgrado en Estrasburgo, Nueva York y Washington. Ejercía esa profesión en Nueva York. Se configura como un georgiano occidentalizado,
ambicioso y oportunista. Regresó a su
país apoyado por los yanquis y pescó en el río revuelto de la desintegración de
la Unión Soviética. Es elegido
Presidente de Georgia en enero de 2004.
Ese país, después de Estados Unidos y Gran Bretaña, es
el que más soldados tiene en la aventura bélica de Iraq,
y no lo hace precisamente por espíritu internacionalista. Cuando Cuba, a lo largo de casi dos decenios,
envió cientos de miles de combatientes a luchar por la independencia y contra
el colonialismo y el apartheid en
África, no buscó nunca combustible, materias primas ni plusvalía; eran voluntarios. Así se forjó el acero de nuestros principios.
¿Qué hacen en Iraq
los soldados georgianos sino apoyar una guerra que ha costado a ese pueblo
centenares de miles de vidas y millones de damnificados? ¿Qué ideales fueron a defender
allí? Es muy lógico que ciudadanos de Osetia del Sur no deseen ser enviados como soldados a
combatir en Iraq u otros puntos del planeta al
servicio del imperialismo.
Saakashvili por su propia cuenta jamás se habría lanzado a la
aventura de enviar el ejército georgiano a Osetia
del Sur, donde chocaría con las tropas rusas emplazadas allí como fuerza de
paz. No se puede jugar con la guerra
nuclear ni premiar el suministro de carne de cañón para el mercado.
Esta reflexión estaba elaborada, cuando Bush habló
a las 5 y 30 p.m., hora de Cuba.
Nada desdice lo que aquí se analiza;
sólo que la guerra mediática del gobierno de Estados Unidos es hoy más
intensa todavía. Es la misma maniobra
prediseñada que no engaña a nadie.
Los rusos han declarado con absoluta claridad que la
retirada de los invasores al punto de partida es la única solución decorosa
posible. Ojalá los Juegos Olímpicos
puedan continuar sin ser interrumpidos por una gravísima crisis. El partido de voleibol femenino contra un
buen equipo de Estados Unidos fue fenomenal, y la pelota no ha comenzado
todavía.
Fidel Castro Ruz
11 de agosto de 2008
6 y 21 p.m.