Reflexiones del compañero Fidel
EL HURACÁN
En la última reflexión, firmada el pasado martes 26 de agosto
en horas de la tarde, cuando el huracán Gustav surgió inesperadamente,
coincidiendo con la llegada de nuestra delegación olímpica, y amenazaba a nuestro
territorio, escribí: “¡Suerte que
tenemos una Revolución! Está garantizado
que nadie permanecerá en el olvido… Una
fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege a nuestra población… La frecuencia
e intensidad crecientes de estos fenómenos naturales demuestra que el clima
cambia por culpa del hombre. Los tiempos
exigen cada vez más consagración, más firmeza y más conciencia. No importa que los oportunistas y vendepatrias
también se beneficien sin aportar nada a la seguridad y el bienestar
de nuestro pueblo.”
Conozco los descomunales esfuerzos que la Revolución
debe realizar cuando pasan por el territorio nacional los huracanes. Puedo añadir que Cuba cuenta con científicos
agudos e insistentes como José Rubiera.
Cientos de millones de horas de trabajo se pierden en breve tiempo, cuando ráfagas de viento baten directamente centros económicos y
sociales de extensas áreas del territorio nacional. Interminables lluvias acompañan a estos
fenómenos naturales. Los ríos se desbordan,
barren cuanto encuentran a su paso e inundan considerables zonas. Miles de instalaciones productoras de
hortalizas, leche, huevos, carne de ave y de cerdo, sistemas sofisticados de riego, son
seriamente dañados; decenas de miles de
hectáreas de caña, granos proteicos, cereales y frutales próximos a cosecharse
son derribados; escuelas, policlínicos,
lugares de recreación y cultura, viviendas, techos, fábricas, almacenes,
carreteras y puentes son golpeados por los vientos y las aguas. En esta ocasión, los vientos y las lluvias
afectaron en mayor o menor grado a todas las provincias, al transitar el
huracán por los mares próximos al sur del país y atravesarlo por la provincia
más occidental con un radio de 30 kilómetros en el ojo y más de 450 en el diámetro de los vientos fuertes.
Nada es tan desolador como la destrucción y el daño
que se observa después de un huracán.
Cientos de miles de compatriotas se movilizan y trabajan intensamente en
la fase ciclónica y de recuperación. Las
reservas se reducen o agotan. Hoy más
que nunca el golpe a los suministros de alimentos es costoso y sensible. Pero este es nuestro país, la parte que nos
correspondió de nuestro planeta, y hay que desarrollarlo y defenderlo.
La tarea que tenemos por delante exige tiempo y
experiencia. No se construye en un
minuto la verdadera Cuba y su noble pueblo, que ha sido capaz de compartir con
otros sus conocimientos e incluso parte de sus recursos y de su sangre. Por eso ha sido adversario imbatible frente
al poderoso imperio, que ha ensayado contra nuestra patria todas sus armas.
Pero al mundo apenas se le habla de sus méritos y su extraordinaria
lucha.
Hace dos días, el viernes 29, de once cables de
prensa internacionales referidos a Cuba, ninguno hablaba del huracán que
avanzaba sobre nuestra isla y del febril esfuerzo de nuestra Defensa Civil, con
el apoyo generoso de millones de familias cubanas bajo la dirección de una
aguerrida vanguardia política.
Uno de los cables, suscrito por la DPA, agencia
alemana de noticias, comunicaba:
“Popular actor cubano llega a Miami: ‘Me fui porque me cansé.’”
De inmediato añade:
“El popular actor de telenovelas Yamil Jaled llegó a Miami procedente de
Cuba, para reunirse con su esposa cubanoamericana, informó hoy un diario
local.
“Jaled trabajó en conocidas series dramatizadas en televisión,
teatro y cine, en este último en superproducciones cinematográficas en Francia
e Italia.”
“Graduado de actuación en el Instituto Superior de
Arte (ISA) en 1997, Jaled comenzó su actuación profesional en el Teatro Rita Montaner, pero un año después se
incorporó a la televisión.”
Después el cable dice que tiene 31 años, habla con
amplitud de cualidades artísticas y de su paso triunfal por la televisión. Se hace eco así de un órgano de prensa yanqui
destinado a la guerra mediática y las campañas contra Cuba. ¡Qué patriota, qué demócrata qué brillante ejemplo el que nos presentan
como prototipo!, podríamos añadir los cubanos.
De este modo se divulga al mundo un tipo mucho menos conocido e
importante que el huracán Gustav.
Quieren hacer de él una vaca sagrada. Las convicciones más profundas, a prueba del
tiempo y los vaivenes de la vida, no se alcanzan en un día. Hay que vencer antes muchas tendencias que llevamos dentro.
No odio a otros seres humanos, pero odio la vanidad,
la egolatría, el egoísmo, la pedantería, la autosuficiencia, la ausencia de
ética y otras inclinaciones con las que los seres humanos venimos al mundo, y sólo
la educación y el ejemplo de los más sobresalientes en su batalla por ser
mejores, triunfa e influye sobre nosotros. Hace falta un mínimo de filosofía sobre
la necesidad de la modestia.
Hay vacas sagradas que pretenden equiparar a nuestros
Cinco Héroes, brutalmente separados de su patria y de sus familiares más
cercanos e íntimos, con los mercenarios justamente sancionados por
traidores y nunca sometidos a ultrajes personales e inhumanos.
Lo que expongo en esta reflexión reafirma la convicción
que deseo transmitir a mis compatriotas, de que sólo sobreviven las ideas
justas defendidas con valor, dignidad y firmeza.
Fidel Castro Ruz
Agosto 31 de 2008
7 y 32 p.m.