Reflexiones del compañero Fidel
CON LOS PIES SOBRE LA TIERRA
Mientras
en Londres se iniciaba y concluía el 2 de abril la Cumbre del G-20, la conocida
periodista del Washington Post, Karen DeYoung,
escribió en ese influyente órgano de prensa: “el Senador Richard G. Lugar
exhortó al Presidente Obama a nombrar un enviado
especial para iniciar conversaciones directas con el gobierno comunista de la
isla.
“Los
casi 50 años de embargo económico contra Cuba ─dice Lugar (Republicano
por Indiana)─ colocan a Estados Unidos en contradicción con la opinión
del resto de América Latina, la Unión Europea y las Naciones Unidas” y “socavan nuestra más amplia seguridad e
intereses políticos en el Hemisferio Occidental”.
“La
Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago del 17 al 19 de Abril, presentaría
una oportunidad para que usted construya un clima más hospitalario para
adelantar los intereses de Estados Unidos en la región a través de un cambio en
nuestra postura respecto a Cuba.
“Lugar,
el republicano más prominente de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Senado, ─dice Karen DeYoung─ está en la avanzada de un amplio movimiento
que aboga por una nueva política que incluye a la Cámara de Comercio de EE.UU., otros grupos empresariales, un número de gobiernos
estaduales y a grupos de derechos humanos. Una mayoría bipartidista del
Congreso ha votado en repetidas ocasiones en favor de aliviar las restricciones
de viajes y otros contactos con Cuba, a pesar de medidas fracasadas tras
amenazas de vetos presidenciales durante la administración Bush”.
“Lugar
es copatrocinador de un proyecto de ley bipartidista introducido en el Senado
esta semana que pondrá fin a todas las restricciones sobre los viajes a Cuba,
salvo casos de guerra o amenazas a la salud y la seguridad”.
“Lugar
dijo que el nombramiento de un enviado y el inicio de conversaciones directas
sobre temas como migración y tráfico de drogas ‘serviría a los intereses de
seguridad vitales de Estados Unidos’… y podría en última instancia crear las
condiciones para un debate significativo de temas más litigiosos.”
El
artículo de Karen no admite duda de que el Senador por Indiana camina con los
pies sobre la tierra. No parte de posiciones filantrópicas. Trabaja como
expresa ella con “la Cámara de Comercio de EE.UU. y
otros grupos empresariales, otros gobiernos estaduales y grupos de derechos
humanos”.
Estoy
seguro de que Richard G. Lugar no teme la tontería de que lo califiquen de
blando o prosocialista.
Si
el Presidente Barack Obama
recorre el mundo afirmando, como lo hizo en su propio país, que es necesario
invertir las sumas que sean necesarias para salir de la crisis financiera,
garantizar las viviendas en que viven incontables familias, garantizar el
empleo a los trabajadores norteamericanos que lo están perdiendo por millones,
poner los servicios de salud y una educación de calidad para todos los
ciudadanos, ¿cómo puede conciliarse eso con medidas de bloqueo para imponer su
voluntad a un país como Cuba?
Las
drogas constituyen hoy uno de los más graves problemas de este hemisferio y
Europa. En la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, estimulado
en el enorme mercado de Estados Unidos, los países latinoamericanos están
perdiendo ya casi diez mil hombres cada año, más de dos veces los que Estados
Unidos ha perdido en la guerra en Irak. Su número crece y el problema está muy
lejos de resolverse.
Ese
fenómeno no existe en Cuba, vecino geográfico cercano a Estados Unidos. En el
espinoso tema y en la lucha contra la emigración ilícita, los guardacostas
norteamericanos y cubanos han estado cooperando durante largos años. Ningún
norteamericano, por otro lado, ha muerto como consecuencia de acciones
terroristas procedentes de nuestro país, porque no serían actividades
toleradas.
La
Revolución cubana, que el bloqueo y la guerra sucia no han podido destruir, se
basa en principios éticos y políticos; es por ello que ha sido capaz de
resistir.
No
pretendo agotar el tema. Lejos de ello, omito en esta reflexión el daño que ha
ocasionado a nuestro país la actitud arrogante de Estados Unidos contra Cuba.
Los
que son capaces de analizar serenamente los acontecimientos, como es el caso
del Senador de Indiana, usan un argumento irrebatible: las medidas de Estados
Unidos contra Cuba, a lo largo de casi medio siglo, constituyen un fracaso
total.
No
es necesario enfatizar lo que siempre Cuba ha dicho: no tememos dialogar con
Estados Unidos. No necesitamos tampoco la confrontación para existir, como
piensan algunos tontos; existimos precisamente porque creemos en nuestras ideas
y nunca hemos temido dialogar con el adversario. Es la única forma de procurar
la amistad y la paz entre los pueblos.
Fidel
Castro Ruz
Abril
5 de 2009
1
y 04 p.m.