REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL
Rahm Emanuel
¡Qué apellido tan extraño! Parece español, fácil
de pronunciar y no lo es. Nunca en mi vida conocí o leí el nombre de alumno o
compatriota entre decenas de miles, que llevara ese nombre.
¿De dónde proviene?, pensé. A mi mente acudía una
y otra vez el del más brillante pensador alemán, Inmanuel Kant que junto con
Aristóteles y Platón constituían el trío de filósofos que más han influido en
el pensamiento humano. No estaba sin duda muy lejos, según supe después, de la
filosofía del hombre más cercano al actual presidente de Estados Unidos Barack
Obama.
Otra posibilidad reciente me llevaba a reflexionar
sobre el extraño apelativo, el libro de Germán Sánchez, el Embajador cubano en
Enmanuel es el nombre del niño engendrado y nacido
en la tupida selva guerrillera donde cayó prisionera el 23 de febrero de 2002
su dignísima madre Clara Rojas González, candidata a la vicepresidencia de
Colombia, junto a Ingrid Betancourt que aspiraba a la presidencia de ese
hermano país en las elecciones que tendrían lugar ese mismo año.
Yo había leído con mucho interés el citado libro
de Germán Sánchez, nuestro Embajador en
Clara había
quedado en manos de la guerrilla por solidaridad con Ingrid y la acompañó en su
duro cautiverio durante seis años.
El libro de Germán lleva el título de “La
transparencia de Enmanuel”, casi exactamente el nombre del filósofo alemán. No
me extrañó; pensando que la madre era abogada brillante y muy culta, tal vez
por ello había puesto ese nombre al niño. Simplemente me llevó a recordar mis
años de prisión con aislamiento a que me condujo el intento casi exitoso de
tomar la segunda fortaleza militar de Cuba, el 26 de julio de 1953 y ocupar
miles de armas con un grupo escogido de 120 combatientes dispuestos a luchar
contra la tiranía de Batista impuesta por Estados Unidos a Cuba.
No era desde luego el único objetivo ni la única
idea inspiradora, pero lo cierto es que al triunfo de la revolución en nuestra
patria el Primero de Enero de 1959 recordaba todavía algunos aforismos del
filósofo alemán:
“El sabio
puede cambiar de opinión. El necio nunca.”
“No trates
a los demás como un medio para alcanzar tus objetivos.”
“Tan solo
por la educación puede el hombre llegar a ser hombre.”
Esta gran
idea fue uno de los principios proclamados desde los primeros días del triunfo
revolucionario, el Primero de Enero de 1959. Obama y su asesor no habían nacido
ni habían sido siquiera concebidos. Rahm Emanuel nació en Chicago el 29 de
noviembre de 1959, hijo de inmigrante de origen ruso. La madre era una
defensora de los derechos civiles, se llama Martha Smulevitz, enviada tres
veces a prisión por sus actividades.
Rahm Emanuel se alistó el año 1991 en el Ejército
israelí como voluntario civil, durante la primera Guerra del Golfo desatada por
Bush padre, con empleo de proyectiles que contenían uranio los cuales fueron
causa de enfermedades graves en los propios soldados norteamericanos que participaron
en la ofensiva contra la Guardia Republicana iraquí en retirada y en
incalculable número de civiles.
Desde aquella guerra los pueblos del Oriente Próximo
y Medio consumen cifras fabulosas de armamentos que el complejo militar
industrial de Estados Unidos lanza al mercado.
Si los racistas de extrema derecha lograran satisfacer su sed de
superioridad étnica y asesinaran a Obama como hicieron con Martin Luther King,
gran líder de los derechos humanos, aunque teóricamente posible no parece
probable en la actualidad, dada la protección que acompaña al Presidente después
de su elección, cada minuto del día y de la noche.
Obama, Emanuel y todos los brillantes políticos y
economistas que han reunido, no bastarían para resolver los problemas
crecientes de la sociedad capitalista norteamericana.
Aunque Kant, Platón y Aristóteles resucitaran a la
vez unidos al fallecido y brillante economista John Kenneth Galbraight, no
serían capaces tampoco de resolver las contradicciones antagónicas, cada vez
más frecuentes y profundas del sistema. Habrían sido felices en los tiempos de
Abraham Lincoln, tan admirado, con razón, por el nuevo Presidente, una época
que ha quedado muy atrás.
Todos los demás pueblos tendrán que pagar el colosal
despilfarro y garantizar, primero que nada en el planeta, cada vez más
contaminado, los puestos de trabajo norteamericanos y las ganancias de las grandes
transnacionales de ese país.
Fidel Castro Ruz
Febrero 8 de 2009
5 y 16 p.m.