REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL
El
colmo del ridículo
¡Qué susto!
Por poco me muero al leer las declaraciones de la U.D.I. (Unión
Demócrata Independiente).
Es una verdadera suerte que Chile ya no viva bajo
la férula de Augusto Pinochet. Leyendo el capítulo 12 del libro de Max Marambio
“Las armas de ayer”, refresqué aquellos tétricos días en que el tirano ordenó
el bombardeo de la vivienda del Presidente, en Tomás Moro.
Juro que si tuviera dinero pagaría la edición
masiva de ese libro.
Tal vez su texto está en la red de Internet. De no
ser así, lo lamentaría muchísimo.
¡Cómo me divierto observando la furia del sector
más rancio de la oligarquía! Algunos de sus líderes de visita en Cuba hace
años, no vacilaron en reunirse conmigo para demostrarme cuán capaces y sabios
eran. Ni siquiera a ellos los traté con altanería.
Fue sumamente triste el último día de la vida de
Allende.
Al salir de la casa rumbo a La Moneda, después de
las 7 de la mañana, no despertó a Tencha, su esposa, que descansaba en la
segunda planta junto a sus hijas Isabel y Beatriz, “la Tati”. Pensaba que la
residencia en Tomás Moro, era el sitio más seguro para ellas. No podía imaginar
siquiera que sería bombardeada por los golpistas.
“Por primera vez en la historia de la institución y
del país ―cuenta Max Marambio, jefe de los selectos y bien entrenados
jóvenes revolucionarios que integraban el G.A.P., Grupo de Apoyo al Presidente―
aviones de combate chilenos entraban en acción para atacar al presidente elegido
por el pueblo… y los Hawker Hunter, lo harían con la pericia que se adquiere en
los entrenamientos sin el temor que provoca el riesgo verdadero de una
respuesta desde el objetivo. Entonces la imagen de La Moneda, destrozada y
humeante recorre el mundo.”
“…Beatriz la Tati, quien en su abultado vientre
llevaba el nieto que Allende nunca conocería”, escribió.
“ ‘¡A las once en punto se bombardea! Vai a ver lo que va a pasar. Una vez
bombardeada la asaltamos con el Buin y la Escuela de Infantería’. Decidió
entonces que los tanques comenzarían el ataque. Dispararon más de cincuenta
cañonazos contra la fachada del edificio.”
“…Pinochet, que mantenía su oferta de sacar a
Allende del país. Aunque desnudando su
alma, agregó un comentario sórdido: ‘luego
el avión se cae, viejo’. Su interlocutor, el almirante Carvajal, disfrutaba los
comentarios de Pinochet.”
Pasaré el día 15 atendiendo las noticias sobre el
Referendo Popular que debe decir sí o no al derecho del líder bolivariano Hugo
Chávez Frías a ser postulado nuevamente para la presidencia de la hermana
República Bolivariana de Venezuela.
Por mi parte no albergo duda alguna de su victoria.
Fidel Castro Ruz
Febrero 14 de 2009
5 y 11 p.m.