Reflexiones del compañero Fidel
LAS SEÑALES INEQUÍVOCAS
No hay dos opiniones
diferentes sobre el tema de la A H1N1.
Apoyé sin vacilación alguna
la decisión adoptada por el Gobierno Revolucionario de Cuba tan pronto conoció la
existencia de la epidemia.
Nuestro país acumula una
larga experiencia en la protección del pueblo en caso de desastres, epidemias y
plagas u otras situaciones similares de carácter natural, accidental o
intencional.
Está igualmente probada
nuestra invariable política de cooperación con otros pueblos.
Fue totalmente injusta la
crítica que se hizo al Gobierno de Cuba y la amenaza de represalia que contenía.
Se nos presentó además como una nación hostil al pueblo de México.
Lo que determinó la medida
no se relacionaba con los viajes turísticos, sino con casi cuatrocientos
jóvenes mexicanos que estudian Medicina en la escuela de Jagüey Grande, igual
que lo hacen en otras facultades de docencia médica alrededor de 24 mil jóvenes
de América Latina, el Caribe y otros pueblos del mundo, algunos procedentes de pequeños
países distantes del área de Oceanía.
Cuba no roba cerebros ni sustrae
médicos de otros pueblos en detrimento de los servicios de salud y la pérdida
de incontables vidas, como hacen Estados Unidos, el Reino Unido y otros países
desarrollados y ricos.
La medida adoptada por el
Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba dice textualmente: “Suspender
temporalmente los vuelos regulares y charters que operan entre Cuba y México a
partir de las 24 horas del 29 de abril del 2009.”
“Una vez que cesen las
causas que han motivado tales decisiones serán restablecidas las operaciones
aéreas, informándose oportunamente a los interesados.”
La medida comenzó a ser
aplicada seis días después de las drásticas decisiones tomadas por las autoridades
mexicanas, que suspendieron las clases de 33 millones de estudiantes y
aplicaron otras medidas similares, que no podemos juzgar porque solo las
autoridades mexicanas que conocían la situación real podrían hacerlo.
Las medidas nuestras
implicaban también sacrificios para Cuba. Pero lo que a nuestro Gobierno
importaba era proteger la población dentro de las normas establecidas.
Ahora la epidemia se ha
extendido ampliamente por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España, Europa
en general y otras decenas de países. Habrá que emplear ahora métodos de
protección asociados a la nueva realidad.
La Secretaria de Relaciones
Exteriores de México, Patricia Espinosa, realmente se había esforzado últimamente
por mejorar las relaciones entre su país y Cuba, que dirigentes irresponsables ―por
conocidas razones que prefiero ahora no mencionar― deterioraron
seriamente cuando George W. Bush buscaba pretextos para atacar “preventiva y
sorpresivamente” a nuestra Patria como uno de los “60 o más oscuros rincones
del mundo”.
La cancillería mexicana
publicó que a pesar de las críticas de Fidel Castro, en la reunión en Praga del
Grupo de Río-Unión Europea, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno
Rodríguez Parrilla, había suscrito una declaración que manifestaba su
reconocimiento a las autoridades mexicanas.
Lo que hizo exactamente
Bruno en Praga fue correcto. Se reunió todo el tiempo necesario para escuchar
con atención a la Secretaria e intercambió con ella. Por su parte, le expresó
lo relacionado con la conducta de Cuba. No entraré en detalles sobre esa
conversación y la opinión que transmitió sobre la que sostuvo un importante
funcionario de la cancillería mexicana con el embajador de Cuba en México, para
evitar complicaciones.
Añado solo que el encuentro
en Praga entre Bruno y Patricia fue respetuoso y franco. Nuestro Canciller le
expresó a la Secretaria la solidaridad de Cuba con su país y la voluntad de
cooperar con el pueblo mexicano para
enfrentar la epidemia.
En la reunión ministerial
del Grupo de Río y la Unión Europea, Bruno intervino para explicar con claridad
la posición de Cuba, las medidas adoptadas por nuestro gobierno para proteger a
su pueblo; las epidemias introducidas en nuestro país, incluida la del dengue
hemorrágico, que ocasionó la muerte a 102 niños; las Reflexiones de Fidel; la unidad estrecha
de los revolucionarios y la cooperación internacional de Cuba en materia de
salud.
Acudir a la intriga, la
mentira y la amenaza, es señal inequívoca de que el adversario ideológico está
perdiendo la batalla.
Fidel Castro Ruz
Mayo 16 de 2009
7 y 45 p.m.