Reflexiones del compañero Fidel
PITTSBURGH Y LA CUMBRE DE MARGARITA
La declaración final de la
Cumbre del G-20 en Pittsburgh, el viernes 25 de
septiembre, parece irreal. Veamos los puntos principales de su contenido:
“Nos reunimos en medio de
la transición crítica de la crisis a la recuperación para dejar atrás una era
de irresponsabilidad y adoptar un conjunto de políticas, regulaciones y
reformas que se ajusten a las necesidades de la economía global del siglo XXI.”
“Nos comprometemos hoy a
mantener nuestra respuesta vigorosa hasta que esté asegurada una recuperación
duradera.”
“…nos comprometemos a
adoptar las políticas necesarias para poner las bases de un crecimiento
vigoroso, sostenido y equilibrado para el siglo XXI.”
“Queremos crecimiento sin ciclos
extremos y mercados que fomenten la responsabilidad.”
“…trabajaremos juntos para
generar un crecimiento global vigoroso, sostenible y equilibrado. Necesitamos
una recuperación duradera que genere los empleos que nuestros pueblos
necesitan.”
“Necesitamos crecimiento
entre los países que sean más sostenibles y equilibrados, y reducir nuestros
desequilibrios.”
“Nos comprometemos a evitar
ciclos extremos de subidas y caídas de precios.”
“…daremos pasos decisivos
hacia reformas estructurales que promuevan la demanda privada y fortalezcan el
crecimiento potencial a largo plazo.”
“No permitiremos una vuelta
al comportamiento habitual en el sector bancario, allí donde la temeridad y la
ausencia de responsabilidad condujeron a la crisis.”
“Nos comprometemos a actuar
de manera conjunta para poner fin a las prácticas que auspiciaron un exceso de
asunción de riesgos.”
“Designamos al G-20 como el
foro principal de nuestra cooperación económica internacional.”
“Estamos comprometidos (en
el Fondo Monetario Internacional) a transferir como cuota a los mercados
emergentes dinámicos y a países en desarrollo, al menos, un cinco por
ciento...”
“Un desarrollo económico
sostenible es esencial para reducir la pobreza.”
El G-20 está integrado por
los siete países más industrializados y ricos: Estados Unidos, Canadá,
Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón, más Rusia; los 11 principales países emergentes: China,
India, Corea del Sur, Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Australia, Arabia Saudita, Turquía, México y
la Unión Europea, con varios de los cuales sostenemos excelentes relaciones
económicas y políticas. Desde hace tres
Cumbres, España y Holanda participan como invitados.
La idea de un desarrollo
capitalista sin crisis es la gran ilusión que Estados Unidos y sus aliados
tratan de vender a los países de economía emergente que participan en el G-20.
Casi la totalidad de los
países del Tercer Mundo que no son aliados de Estados Unidos observan cómo
este imprime monedas de papel que
circulan por todo el planeta como divisas convertibles sin respaldo oro,
compran acciones y empresas, recursos naturales, bienes muebles e inmuebles y
bonos de la deuda pública, protegen sus productos, despojan a los pueblos de
sus mejores cerebros y otorgan carácter extraterritorial a sus leyes. Esto se
añade al poder avasallante de sus armas y el monopolio de los medios
fundamentales de información.
Las sociedades de consumo
son incompatibles con el ahorro de los recursos naturales y energéticos que el
desarrollo y la preservación de nuestra especie requieren.
China, en un breve período
histórico y gracias a la Revolución, dejó de ser un país semicolonial
y semifeudal, creció al ritmo de más del 10% durante
los últimos 20 años y se ha convertido en el principal motor de la economía
mundial. Jamás un enorme Estado multinacional alcanzó semejante crecimiento.
Hoy posee la más elevada reserva de divisas convertibles y es el mayor acreedor
de Estados Unidos. La diferencia es abismal con respecto a los dos países
capitalistas más desarrollados del mundo: Estados Unidos y Japón. Las deudas de
ambos acumulan a su vez, la suma de 20 millones de millones de dólares.
Estados Unidos no puede ya
constituir un modelo de desarrollo económico.
Partiendo del hecho de que
en los últimos años la temperatura del planeta aumentó 0,8 grados Celsius, el
mismo día que concluyó la Cumbre de Pittsburgh, la principal agencia noticiosa de Estados Unidos
publicó que la temperatura aumentará “casi tres grados Celsius entre este año y
el final del siglo, incluso si cada país reduce sus emisiones de gases de
efecto invernadero como lo proponen, según un informe de Naciones Unidas.”
“Un grupo de científicos
revisó los planes de emisiones de 192 países y calculó lo que podría pasar con
el calentamiento global. Las proyecciones toman en cuenta 80% de los recortes a
los contaminantes de Estados Unidos y Europa para el año 2050, que de por sí no
son seguros.”
“El dióxido de carbono,
derivado principalmente de la utilización de combustibles fósiles como el
carbón y el petróleo, es la principal causa del calentamiento global, que
atrapa la energía solar en la atmósfera (…) la temperatura mundial ya ha
aumentado 0,8 grados C.”, reitera.
“Gran parte del aumento se
debe a las naciones en desarrollo, que no han emprendido grandes medidas para
reducir sus emisiones de gases, señalaron los científicos en una conferencia de
prensa del jueves.”
“‘Nos dirigimos a una serie de cambios muy
serios en nuestro planeta’, dijo Achim Steiner director del programa ambiental de la ONU.”
Por su parte Robert Corell, un importante
especialista en el clima estadounidense destacó que:
“…si los países en desarrollo
reducen sus emisiones un 80% y las llevan a la mitad en el 2050, el mundo
tendrá aún un aumento de 1,7 grados C.”
“…será igual a un aumento
de 2,7 grados C. en la temperatura mundial para finales del siglo, dijo Corell. Los mandatarios europeos y el presidente
estadounidense Barack Obama
establecieron la meta para limitar el calentamiento a un par de grados.”
Lo que no han explicado es
cómo alcanzarán ese objetivo, ni tampoco el aporte del PIB para invertir en los
países pobres y compensar el daño ocasionado por el volumen de gas contaminante
que los más industrializados han lanzado a la atmósfera. La opinión pública mundial
debe adquirir una sólida cultura sobre el cambio climático. Aun si no existiera el menor error de
cálculo, la humanidad marchará al borde del abismo.
Cuando Obama
se reunía en Pittsburgh con sus invitados del G-20
para hablar de las delicias de Capua, en la Isla
Margarita de Venezuela se iniciaba la Cumbre de Jefes de Estados de UNASUR y la
Organización de la Unidad Africana. Allí se reunieron más de 60 Presidentes,
Primeros Ministros y altos representantes de países de Suramérica y África. Estaban
también presentes Lula, Cristina Fernández y el Presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, procedentes de Pittsburgh,
para disfrutar de una Cumbre más cálida y fraternal, donde se abordaron con
gran franqueza los problemas del Tercer Mundo. El Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez brilló y vibró en esa Cumbre. Tuve
la agradable posibilidad de escuchar las voces de conocidos y probados amigos.
Cuba agradece el apoyo y la
solidaridad que emergió de esa Cumbre, donde nada quedó en el olvido.
¡Pase lo que pase, los
pueblos tomarán cada vez más conciencia de sus derechos y sus deberes!
¡Qué gran batalla se
librará en Copenhague!
Fidel Castro Ruz
Septiembre 27 de 2009
6 y 14 p.m.