Reflexiones
del compañero Fidel
EN
LOS UMBRALES DE LA TRAGEDIA
Desde el
día 26 de marzo, ni Obama ni el Presidente de Corea del Sur han podido explicar
lo que realmente ocurrió con el buque insignia de la Marina de Guerra sudcoreana,
el modernísimo caza submarino Cheonan, que participaba en una maniobra con la
Armada de Estados Unidos al oeste de la Península de Corea, próximo a los
límites de las dos Repúblicas, ocasionándole 46 muertos y decenas de heridos.
Lo
embarazoso para el imperio es que su aliado conozca de fuentes fidedignas que
el buque fue hundido por Estados Unidos. No existe forma de eludir ese hecho
que los acompañará como una sombra.
En otra
parte del mundo las circunstancias se ajustan igualmente a sucesos mucho más peligrosos que en el Este de Asia y no pueden dejar de
ocurrir, sin que el superpoderoso imperio tenga forma de evitarlo.
Israel no
se abstendría de activar y usar, con total independencia, el considerable poder
nuclear creado por Estados Unidos en ese país. Pensar en otra cosa, es ignorar
la realidad.
Otro
asunto muy grave es que Naciones Unidas no tiene tampoco forma alguna de
cambiar el curso de los acontecimientos y muy pronto los archirreaccionarios que gobiernan Israel chocarán con la
indoblegable resistencia de Irán, una nación de más de 70 millones de
habitantes y conocidas tradiciones religiosas que no aceptará las amenazas
insolentes de adversario alguno.
En dos
palabras: Irán no se plegará ante las amenazas de Israel.
Los
habitantes del mundo, como es lógico, disfrutan cada vez más de los grandes
acontecimientos deportivos, los relacionados con la recreación, la cultura y
otros que ocupan sus espacios limitados de ocio en medio de los deberes que les
ocupan gran parte de su tiempo dedicado a quehaceres cotidianos.
En días
próximos, el Campeonato Mundial de Fútbol que tendrá lugar en Sudáfrica les
arrebatará todas las horas libres de su tiempo. Con creciente emoción irán
siguiendo las vicisitudes de los personajes más conocidos. Observarán cada paso
de Maradona y no dejarán de recordar el instante del gol espectacular que
decidió la victoria de Argentina en uno de los clásicos. De nuevo otro
argentino viene despuntando espectacularmente, de baja estatura, pero veloz,
que aparece como rayo y con las piernas o la cabeza dispara la pelota a
velocidad insólita. Su apellido: Messi, de origen italiano, ya es conocido y
repetido por todos los fanáticos.
La
imaginación de estos es llevada hasta el delirio cuando llegan las imágenes de
los numerosos estadios donde tienen lugar las competencias. Los proyectistas y
arquitectos han creado obras jamás soñadas por el público.
A los
gobiernos, que viven de reunión en reunión para cumplir las obligaciones que la
nueva época ha puesto sobre sus hombros, no les puede alcanzar el tiempo para
conocer la montaña de noticias que la televisión, la radio y la prensa escrita
divulgan constantemente.
Casi todo
depende exclusivamente de la información que les hagan llegar sus
asesores. Algunos de los más poderosos e
importantes Jefes de Estado que toman las decisiones fundamentales, acostumbran
a usar los teléfonos celulares para comunicarse entre ellos varias veces
diariamente. Un número creciente de millones de personas en el mundo viven
apegados a esos equipitos sin que nadie sepa qué efecto tendrán en la salud
humana. Se diluye la envidia que debiéramos tener por no haber disfrutado de
esas posibilidades en nuestra época, que se aleja a su vez velozmente en muy
pocos años y casi sin darnos cuenta.
Ayer se
publicó, en medio de la vorágine, que posiblemente hoy el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas podría votar una resolución pendiente para decidir si se
impone una cuarta ronda de sanciones a Irán por negarse a detener el
enriquecimiento de uranio.
Lo irónico
de esta situación es que si se tratara de Israel, Estados Unidos y sus aliados
más estrechos dirían de inmediato que Israel no suscribió el Tratado de No
Proliferación Nuclear y vetarían la resolución.
En cambio,
si se acusa a Irán simplemente de producir uranio enriquecido hasta el 20 por
ciento, de inmediato se solicita la aplicación de sanciones económicas para
estrangularlo y es obvio que Israel actuaría como siempre, con fanatismo
fascista, igual que hicieron los soldados de las tropas élites lanzados desde
helicópteros en horas de la madrugada sobre los que viajaban en la flotilla
solidaria, que transportaba alimentos para la población sitiada en Gaza matando
varias personas e hiriendo a decenas que fueron después arrestadas junto a los
tripulantes de las embarcaciones.
Es obvio
que tratarán de destruir las instalaciones donde Irán enriquece una parte del
uranio que produce. Es también obvio que Irán no se resignará ante ese
tratamiento desigual.
Las
consecuencias de los enredos imperiales de Estados Unidos podrían ser catastróficas
y afectarían a todos los habitantes del planeta, mucho más que todas las crisis
económicas juntas.
Fidel Castro Ruz
Junio 8 de 2010
12 y 33 p.m.