Reflexiones del compañero Fidel
La infinita hipocresía de Occidente
Aunque
hubo artículos sobre el tema antes y después del 1º de septiembre de 2010, ese
día, el diario La Jornada, de México, publicó uno de gran impacto, titulado “El
holocausto gitano: ayer y hoy”, que recuerda una historia verdaderamente
dramática. Sin añadir ni quitar una sola palabra de la información que ofrece,
seleccioné los renglones textuales de su contenido que reflejan hechos
realmente conmovedores, de los cuales, Occidente y, sobre todo, su colosal
aparato mediático, no dice una palabra.
“En 1496: auge del pensamiento
humanista. Los pueblos rom (gitanos) de Alemania, son declarados traidores a
los países cristianos, espías a sueldo de los turcos, portadores de la peste,
brujos, bandidos y secuestradores de niños.
“1710: siglo de las luces y de la
razón. Un edicto ordena que los gitanos adultos de Praga sean ahorcados sin
juicio. Los jóvenes y las mujeres son mutilados. En Bohemia, se les corta la
oreja izquierda. En Moravia, la oreja derecha.
“1899: clímax de la modernidad y el
progreso. La policía de Baviera crea
“En su tesis de doctorado Eva Justin
(asistente del doctor Robert Ritter, de la sección de investigaciones raciales
del Ministerio de Salud alemán), afirmaba que la sangre gitana era sobremanera
peligrosa para la pureza de la raza alemana. Y un tal doctor Portschy envió un
memorándum a Hitler sugiriéndole que se los sometiera a trabajos forzados y a
esterilización en masa, porque ponían en peligro la sangre pura del campesinado
alemán.
“Calificados de criminales inveterados, los gitanos
empezaron a ser detenidos en masa, y a partir de 1938 se los internó en bloques
especiales en los campos de Buchenwald, Mauthausen, Gusen, Dautmergen, Natzweiler
y Flossenburg.
“En un
campo de su propiedad de Ravensbruck, Heinrich Himmler, jefe de
“Millares
de gitanos más fueron deportados de Bélgica, Holanda y Francia al campo polaco
de Auschwitz. En sus Memorias, Rudolf Hoess (comandante de Auschwitz), cuenta
que entre los deportados gitanos había viejos casi centenarios, mujeres
embarazadas y gran número de niños.
“En el gueto de Lodz (Polonia) […] ninguno de los 5.000 gitanos
sobrevivió.”
“En Yugoslavia, se ejecutaba por
igual a gitanos y judíos en el bosque de Jajnice. Los campesinos recuerdan
todavía los gritos de los niños gitanos llevados a los lugares de ejecución.”
“En los campos de exterminio, sólo
el amor de los gitanos por la música fue a veces un consuelo. En Auschwitz, hambrientos y llenos de piojos, se
juntaban para tocar y alentaban a los niños a bailar. Pero también era
legendario el coraje de los guerrilleros gitanos que militaban en la
resistencia polaca, en la región de Nieswiez.”
La música fue el factor que mantuvo
en ellos la unidad que los ayudó a sobrevivir, como en los cristianos, los
judíos y los musulmanes lo fue la religión.
La Jornada, en sucesivos artículos desde fines de
agosto, refrescó los acontecimientos casi olvidados de lo que ocurrió con los
gitanos en Europa, que afectados por el nazismo, fueron olvidados después del
juicio de Nuremberg en 1945-1946.
El
gobierno alemán de Konrad Adenauer declaró que el exterminio de los gitanos
antes de 1943, obedecía a políticas legales de Estado; los afectados ese año no
recibieron indemnización alguna. Robert Ritter, experto nazi en el exterminio
de los gitanos, fue puesto en libertad; 39 años después, en 1982, cuando la
mayoría de los afectados habían muerto, fue que se reconoció su derecho a la
indemnización.
Más
del 75 por ciento de los gitanos, que se calculan entre 12 y 14 millones, viven
en Europa Central y del Este. Sólo en la Yugoslavia socialista de Tito los
gitanos fueron reconocidos con los mismos derechos que las minorías croatas,
albanesas y macedonias.
El
órgano de prensa mexicano califica de “particularmente perversa” la deportación
masiva de gitanos a Rumania y Bulgaria, ordenada por el gobierno de Sarkozy ―judío
de origen húngaro―; son las palabras textuales con que la califica. No se
tome como una irreverencia mía.
En
Rumania, el número de gitanos se calcula en dos millones de personas.
El
Presidente de ese país, Traian Basescu, aliado de Estados Unidos y miembro
ilustre de la OTAN, calificó de “gitana asquerosa” a una periodista. Como puede
observarse, una persona sumamente delicada, y de cortés lenguaje.
El
sitio web Univisión.com, comentó las manifestaciones contra la expulsión de
gitanos y “xenofobia” en Francia. Alrededor de “130 manifestaciones debían
tener lugar en Francia y frente a embajadas francesas de varios países de la
Unión Europea, con el apoyo de decenas de organizaciones de derechos humanos,
sindicatos y partidos de izquierda y ecologistas”, informó la agencia noticiosa
AFP. El extenso despacho habla de la participación de conocidas personalidades del
mundo de la cultura como Jane Birkin y la cineasta Agnes Jaoui, recordando que la primera “formó
parte, junto con el ex resistente contra la ocupación nazi de Francia (1940-1944)
Stephane Hessel, del grupo que se entrevistó posteriormente con asesores del
ministro de Inmigración Eric Besson.
“‘Fue un
diálogo de sordos, pero es bueno que haya tenido lugar para mostrarles que gran
parte de la población monta en cólera ante esta política nauseabunda’, indicó
el portavoz de la Red de Educación sin Fronteras…”
Otras
noticias sobre el espinoso tema, llegan de Europa: “El Parlamento Europeo colocó ayer en la picota [pública] a Francia y Nicolas Sarkozy por la
repatriación de miles de gitanos rumanos y búlgaros en un tenso debate en el
que se calificó de escandalosa y ridícula la actitud de José Manuel Durão
Barroso y de la Comisión por su aparente pusilanimidad y por no condenar por
ilegales y contrarias a derecho comunitario las decisiones de París”, informa
El País.com en un artículo de Ricardo Martínez de Rituerto.
El diario La Jornada publicó en otro
de sus artículos, el impresionante dato social de que la mortalidad neonatal de
la población gitana es nueve veces mayor a la media europea y la esperanza de
vida apenas rebasa los 50 años.
Con anterioridad, el 29 de agosto,
había informado que “aunque las críticas no hayan faltado –tanto por parte de
las instituciones de la Unión Europea (UE) como por la Iglesia católica, la ONU
y el amplio abanico de organizaciones pro migrantes–, Sarkozy insiste en
expulsar y deportar cientos de ciudadanos de Bulgaria y Rumania –y por ende
ciudadanos europeos– bajo la excusa del supuesto carácter ‘criminal’ de estos
ciudadanos”.
“Es difícil de creer que en 2010 ―concluye La
Jornada―, tras el terrible pasado
de Europa en el terreno del racismo y la intolerancia, es todavía posible
criminalizar a una etnia entera a través de su señalamiento en cuanto problema
social.”
“La indiferencia o inclusive el
beneplácito frente a las acciones de la policía francesa hoy, italiana ayer,
mas europea en general, deja sin palabras al más optimista de los analistas.”
De repente, mientras escribía esta
Reflexión, recordé que Francia es la tercera potencia nuclear del planeta, y que
Sarkozy tenía también un maletín con las claves para lanzar una de las más de
300 bombas que posee. ¿Acaso tiene algún sentido moral y ético lanzar un ataque
sobre Irán, al que condenan por la supuesta intención de fabricar un arma de
este tipo? ¿Dónde está la cordura y la lógica de esa política?
Supongamos que Sarkozy de repente se
vuelve loco, como parece ser que está sucediendo. ¿Qué haría en ese caso el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con Sarkozy y su maletín?
¿Qué ocurrirá si la extrema derecha
francesa decide obligar a Sarkozy a mantener una política racista en
contradicción con las normas de la Comunidad Europea?
¿Podría
contestar el Consejo de Seguridad de la ONU esas dos preguntas?
La ausencia de la verdad y la
prevalencia de la mentira es la mayor tragedia en nuestra peligrosa era nuclear.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 12 de 2010
6 y 57 p.m.