Reflexiones
del compañero Fidel
LAS MENTIRAS DE CLINTON
Realmente me apena tener
que desmentirlo. Hoy no es más que un hombre de aspecto bonachón consagrado al
legado histórico, como si la historia del imperio e incluso algo más importante:
el destino de la humanidad, estuviese garantizado más allá de algunas decenas
de años, sin que por Corea, Irán o cualquier otro punto conflictivo estalle una
guerra nuclear.
Como se conoce, la
Organización de Naciones Unidas lo designó su “enviado especial” en Haití.
Clinton ―que por
cierto fue Presidente de Estados Unidos después de George H. W. Bush y antes
que George W. Bush― por ridículos celos políticos impidió que el
expresidente Carter participara en las negociaciones migratorias con Cuba,
promovió la Ley Helms-Burton y fue cómplice de las acciones de la Fundación
Cubano-Americana contra nuestra Patria.
Sobre esa conducta existen
sobrados testimonios, pero no por ello lo tomábamos demasiado en serio, ni
éramos hostiles a sus actividades en torno a la misión que por razones obvias
le asignó la ONU.
Veníamos cooperando con ese
hermano país desde hacía muchos años en varios campos, especialmente en la
formación de médicos y la prestación de servicios a su población, y Clinton no
nos estorbaba para nada. Si le interesaba tener algún éxito, no veíamos razones
para obstaculizar nuestra cooperación en tan sensible campo con Haití. Vino el inesperado
terremoto que tanta muerte y destrucción causó y posteriormente la epidemia.
Hace solo dos días, una
reunión que se realizó en la capital dominicana en torno a la reconstrucción de
Haití vino a complicar las cosas. Alrededor de 80 personas, entre ellas varios
embajadores, representando los donantes de más de 100 millones de dólares,
numerosos miembros de la Fundación Clinton, del gobierno de Estados Unidos y el
de Haití participaron en la misma.
Pocas personas hicieron uso
de la palabra, entre ellos el embajador de Venezuela, por ser uno de los
donantes más importantes, lo cual hizo brevemente, con sentidas y certeras
palabras. Casi todo el tiempo lo utilizó Clinton en un encuentro que comenzó a
las 5 y 30 de la tarde y terminó a las 12 de la noche. Allí estaba, como
invitado de piedra, el embajador de Cuba a petición de Haití y Santo Domingo.
No se le concedía derecho a decir una palabra, aunque sí ser testigo de un
evento en el que no se resolvió absolutamente nada. Se suponía que proseguiría
al día siguiente. Pero nada de eso ocurrió.
La reunión en República
Dominicana fue una maniobra de engaño. La indignación de los haitianos estaba
absolutamente justificada. El país destruido por el terremoto ocurrido hace
casi un año, en realidad había sido abandonado a su suerte.
Hoy jueves 16 de diciembre
un despacho de la agencia norteamericana de noticias AP, publicaba lo siguiente:
“El expresidente Bill
Clinton declaró su confianza sobre el esfuerzo de reconstrucción de Haití
durante una visita de un día en medio de desórdenes civiles, un mal endémico y
una crisis política inextricable.
“El
enviado especial de
“Clinton
visitó una clínica especializada en pacientes afectados por el cólera que
administra “Médicos sin Fronteras”, donde han sido tratadas 100.000 personas
afectadas por la epidemia que estalló en octubre. A continuación fue a visitar
la principal base de pacificación de la ONU para sostener reuniones con
funcionarios haitianos e internacionales.
“En
la reunión del día previo se aprobaron proyectos por unos 430 millones de
dólares. Pero lo más notable fueron las expresiones de indignación por el lento
ritmo de la reconstrucción y una carta enviada por frustrados miembros
haitianos que afirmaban que se les marginaba de las decisiones y se quejaban de
que los proyectos aprobados ‘no contribuían a la reconstrucción de Haití, ni al
desarrollo a largo plazo’.”
Observen lo que según el
despacho añadió después en una conferencia de prensa:
“‘Comparto
su frustración…’.”
“…cientos
de miles de haitianos hallarán vivienda permanente el próximo año y muchos más
dejarán de vivir en tiendas y carpas de lona que han albergado a más de un
millón de personas desde el terremoto del 12 de enero.
“Sin
embargo esas promesas han sido hechas antes. […] Sólo han sido entregados 897
millones de dólares de la ayuda prometida de más de 5.700 millones de dólares
para el 2010-
Los
897 millones de que se habla no se ven por ninguna parte.
Constituye,
además, una absoluta falta de respeto a la verdad afirmar que en una clínica administrada
por “Médicos sin Fronteras” han sido tratados 100 mil personas.
En una declaración a la
prensa de la doctora Lea Guido, representante de la OPS-OMS en Haití, informó
hoy que el número de afectados hasta el 11 de diciembre se elevaba a 104 918
personas, una cifra realmente sin precedentes que no podían ser atendidos en
una clínica por “Médicos sin Fronteras”.
Es evidente, y le consta al
señor Clinton, que Europa, Estados Unidos y Canadá sustraen médicos,
enfermeras, rehabilitadores y otros técnicos de la salud a los países del
Caribe, y carecen del personal necesario para cumplir esa tarea, salvo honrosas
excepciones.
Obviamente, Clinton con sus
mentiras pretende ignorar el trabajo de más de mil médicos, enfermeras y
técnicos cubanos y latinoamericanos que están llevando el peso principal de la
batalla para derrotar la epidemia de la única forma posible, que es penetrando
hasta los más apartados rincones del país. La mitad de sus casi
10 millones de habitantes viven en las áreas rurales.
Tan elevado número de
personas, en tales condiciones, no habría sido posible atenderlas sin el apoyo
de la eminente latinoamericana que representa a la OPS-OMS en Cuba y Haití.
Nuestro país se ha comprometido a movilizar el personal
humano necesario para cumplir esa noble tarea.
Como ella indicó: “Los recursos
humanos que está enviando Cuba están dirigiéndose en estos momentos a las zonas
más aisladas de esta nación. Y eso es muy oportuno.”
En el día de ayer se atendieron por
la Brigada Médica Cubana 931 pacientes, con dos fallecidos, para una tasa de
letalidad ese día del 0,2%.
Fidel Castro Ruz
Diciembre 16 de 2010
9 y 14 p.m.