Reflexiones
del compañero Fidel
LA HERMANDAD ENTRE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA Y CUBA
Tuve el privilegio de
conversar durante tres horas el pasado jueves 15 con el Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez, quien tuvo la gentileza de visitar
una vez más nuestro país, procedente esta vez de Nicaragua.
Pocas veces en la vida, tal
vez nunca, conocí a una persona que ha sido capaz de dirigir una Revolución
verdadera y profunda durante más de 10 años; sin un solo día de descanso, en un territorio
de menos de un millón de kilómetros cuadrados, en esta región del mundo colonizada
por la península Ibérica, que durante 300 años dominó sobre una superficie 20
veces superior, de inmensas riquezas, donde impusieron sus creencias, su lengua
y su cultura. No se podría escribir hoy la historia de nuestra especie en el
planeta ignorando lo ocurrido en este hemisferio.
Bolívar, por su parte, no
luchó sólo por Venezuela. Las aguas y las tierras eran entonces más puras; las
especies variadas y abundantes; la energía contenida en su gas y su petróleo,
desconocida. Doscientos años atrás, al
iniciarse la lucha por la independencia en Venezuela, no lo hacía solo por la independencia en ese país, lo hacía por la de
todos los pueblos del continente aún colonizados.
Soñó Bolívar crear la mayor
República que haya existido y cuya capital sería el istmo de Panamá.
En su insuperable grandeza,
El Libertador, con verdadero genio revolucionario, fue capaz de presagiar que
Estados Unidos ―limitado originalmente al territorio de las 13 Colonias
inglesas― parecía destinado a
sembrar de miseria la América en nombre de la libertad.
Un factor que contribuyó a
la lucha de América Latina por la independencia fue la invasión de España por
Napoleón, quien con sus desmedidas ambiciones contribuyó a crear las
condiciones propicias para el inicio de las luchas por la independencia de nuestro
continente. La historia de la humanidad es sinuosa y llena de contradicciones;
a su vez, se torna cada vez más compleja y difícil.
Nuestro país habla con la
autoridad moral de una pequeña nación que ha resistido más de medio siglo de
brutal represión por parte de ese imperio previsto por Bolívar, el más poderoso
que existió jamás. La inmensa hipocresía de su política y su desprecio por los
demás pueblos lo han conducido a situaciones muy graves y peligrosas. Entre otras
consecuencias están las pruebas diarias de cobardía y cinismo, convertidas en
prácticas cotidianas de la política internacional, ya que la inmensa mayoría de
las personas honestas de la Tierra no tienen posibilidad alguna de dar a
conocer sus opiniones, ni de recibir informaciones fidedignas.
La política de principios y
la honestidad con que siempre ha expuesto la Revolución Cubana aciertos y
errores ―y de modo especial determinadas normas de conducta nunca
violadas a lo largo de más de 50 años, como la de no torturar jamás a un
ciudadano― no conoce excepción alguna. De la misma forma, nunca ha cedido
ni cederá ante el chantaje y el terror mediático. Son hechos históricos más que
demostrados. Se trata de un tema sobre el que podría argumentarse ampliamente;
hoy simplemente lo señalamos para explicar por qué nuestra amistad y nuestra
admiración por el Presidente bolivariano Hugo Chávez, un tema sobre el cual
podría extenderme considerablemente. Basta citar en esta ocasión algunos
elementos para explicar por qué afirmé que constituye un privilegio conversar
horas con él.
No había nacido todavía
cuando el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. Tenía menos de cinco
años cuando el triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959. Lo conocí
en 1994, 35 años después, cuando ya había cumplido 40 años. Pude observar desde
entonces su desarrollo revolucionario durante casi 16 años. Dotado de
excepcional talento, y lector insaciable, puedo dar testimonio de su capacidad
para desarrollar y profundizar las ideas revolucionarias. Como en todo ser
humano, el azar y las circunstancias desempeñaron un papel decisivo en el avance
de sus ideas. Es notable su capacidad de recordar cualquier concepto y repetirlo
con increíble precisión mucho tiempo después. Es un verdadero maestro en el
desarrollo y divulgación de las ideas revolucionarias. Posee el dominio de las mismas
y el arte de transmitirlas con asombrosa elocuencia. Es absolutamente honesto y
sensible con relación a las personas, sumamente generoso por naturaleza. No
necesita elogios y acostumbra en cambio a prodigarlos generosamente. Cuando no
estoy de acuerdo con alguno de sus puntos de vista o cualquier decisión suya,
simplemente se lo trasmito con sinceridad, en el momento adecuado y con el
debido respeto a nuestra amistad. Al hacerlo, tomo sobre todo en cuenta que es
hoy la persona que más preocupa al imperio, por su capacidad de influir en las
masas y por los inmensos recursos naturales de un país al que han saqueado sin
piedad, y la persona a la que con todo rigor golpean y tratan de restar
autoridad. Tanto el imperio como los mercenarios a su servicio, intoxicados por
las mentiras y el consumismo, corren una vez más el riesgo de subestimarlo a él
y a su heroico pueblo, pero no albergo la menor duda de que una vez más
recibirán una lección inolvidable. Más de medio siglo de lucha me lo indica con
toda claridad.
Chávez lleva la dialéctica dentro de sí mismo.
Nunca, en ninguna época, ningún gobierno hizo tanto por su pueblo en tan breve
tiempo. Me complace de modo especial transmitirle a su pueblo una calurosa
felicitación al conmemorarse el 200 Aniversario del inicio de la lucha por la
independencia de Venezuela y de América Latina. Quiso el azar que el día 19 de
abril se conmemore también la victoria de la Revolución contra el imperialismo
en Girón, hace exactamente 49 años. Deseamos compartir esa victoria con la
Patria de Bolívar.
Me complace saludar
igualmente a todos los hermanos del ALBA.
Fidel Castro Ruz
Abril 18 de 2010
7 y 24 p.m.