Reflexiones
del compañero Fidel
SI YO FUERA VENEZOLANO
Mañana es un día importante
para Venezuela. Están anunciadas las elecciones para escoger a 165 miembros del
Parlamento, y alrededor del importante evento se libra una histórica batalla.
Pero a la vez, las noticias
sobre el estado del tiempo son desfavorables. Fuertes lluvias están azotando a
la tierra que fue la cuna de El Libertador.
Las lluvias excesivas afectan
a los pobres más que a nadie. Son los que tienen las viviendas más modestas,
viven en los barrios más olvidados históricamente, con difícil acceso, calles
malas y menos tránsito. Cuando las aguas invaden sus hogares, todo lo pierden.
Ellos no disponen de las viviendas cómodas y seguras de los ricos, sus amplias
avenidas y abundantes medios de transporte.
No se trata de una elección
presidencial. En las exclusivamente parlamentarias, la población se moviliza
poco y suele restarle importancia.
Por lo general, donde el
imperialismo domina y la oligarquía oportunista recibe una parte jugosa de los
bienes y servicios nacionales, las masas no tienen nada que ganar o perder y,
al imperio, no le preocupa un bledo las elecciones. En los Estados Unidos, ni
siquiera las elecciones presidenciales movilizan más del 50% de los que tienen
derecho a votar.
¿Por qué en cambio, sus
enormes recursos mediáticos se vuelcan esta vez contra Venezuela y la someten a
un implacable bombardeo de mentiras y calumnias contra el Gobierno Revolucionario
Bolivariano?
No intentaré amontonar
argumentos para persuadir a un pueblo valiente y digno como el de Venezuela. He
visto las movilizaciones populares y el fervor de millones de personas,
especialmente de la gente más humilde y combativa, que ha tenido el privilegio
de vivir una etapa nueva en la historia de su país, y ha devuelto al pueblo los
fabulosos recursos de Venezuela. Ya su Patria no es una nación de analfabetos,
donde millones de hombres, mujeres y niños sobrevivían en la extrema pobreza.
No les hablaré de una
experiencia que Cuba vivió, de la cual hablan 50 años de resistencia heroica
frente al bloqueo y los repugnantes crímenes del Gobierno de Estados Unidos.
Les digo simplemente lo que
haría si fuera venezolano.
Me enfrentaría a las
lluvias, y no permitiría que el imperio sacara de ellas provecho alguno;
lucharía junto a vecinos y familiares para proteger a personas y bienes, pero
no dejaría de ir a votar como un deber sagrado: a la hora que sea, antes de que
llueva, cuando llueva, o después que llueva, mientras haya un colegio abierto.
Estas elecciones tienen una
importancia enorme y el imperio lo sabe: quiere restarle fuerza a la
Revolución, limitar su capacidad de lucha, privarla de las dos terceras partes de
la Asamblea Nacional para facilitar sus planes contrarrevolucionarios,
incrementar su vil campaña mediática y continuar rodeando a Venezuela de bases
militares, cercándola cada vez más con las letales armas del narcotráfico
internacional y la violencia.
Si existen errores, no
renunciaría jamás a la oportunidad que la Revolución ofrece de rectificar y
vencer obstáculos.
Si yo fuera venezolano, aún
bajo rayos y centellas, lucharía hasta lo imposible para convertir el 26 de
septiembre en una gran victoria.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 25 de 2010
2 y 17 p.m.