Mensaje a los Jóvenes Cubanos
Durante
57 años, dos generaciones de cubanos, la que nos precedió y la nuestra, que
dirigió ambas desde el Primero de Enero de 1959 hasta hoy, hemos luchado contra
el más poderoso imperio que ha conocido la humanidad.
No albergo
temor alguno de parecer exagerado, lo digo con modestia, e incluso pena. Duele
ver como cientos de millones de jóvenes en el mundo no pudieron siquiera
aprender a leer y escribir, o son semianalfabetos, o carecen de trabajo e
ignoran todo lo que se refiere a los derechos inalienables del ser humano.
Un colosal
crimen se comete con miles de millones de adolescentes y jóvenes de ambos
sexos, cuyas maravillosas inteligencias son manipuladas por los medios masivos de
información, e incluso muchos de ellos, fundamentalmente varones, son
convertidos en soldados para morir en guerras injustas y genocidas que se
llevan a cabo en cualquier parte del planeta Tierra.
El sistema
económico que ha prevalecido es incompatible con los intereses de la humanidad.
Debe cesar y cesará.
Las nuevas
generaciones de jóvenes cubanos harán llegar su mensaje, que nació de la
experiencia vivida por su Patria, cumplirán un deber sagrado que le impuso la
época que les correspondió vivir. Lo harán con humildad y con la verdad en la
mano, sin la estúpida creencia en superioridades raciales o nacionales de
índole alguna.
Me he
preguntado muchas veces: ¿Por qué tienen que morir nuestros niños y nuestros
adolescentes?
¿Por qué
tienen que morir nuestros jóvenes?
¿Por qué
tienen que desaparecer las inteligencias donde tantas virtudes podrían
sembrarse y cultivarse?
¿Por qué
tienen que morir sus padres en guerras fratricidas?
Imaginen
que el sitio Web Global Research no
merece crédito alguno; que la teoría de Gregory Ryskin, ingeniero bioquímico de
la Universidad Northwestern, sobre la burbuja de metano que el articulista
Terrence Aym asoció al derrame petrolero de la British Petroleum en el Golfo de
México, no merece atención alguna y nos invitan a dormir tranquilos.
En el Global Research se publicó la única
explicación posible del hundimiento del Cheonan, un sofisticado buque
antisubmarino capaz de detectar una nave de este tipo a 185 kilómetros de
distancia. Obviamente, no podía ser hundido por un viejo submarino de
fabricación rusa, construido hace más de 50 años.
Nosotros
preferimos aferrarnos a la esperanza de que los razonamientos empleados en la
Reflexión que se publicará el martes 3 de agosto, se ajusten a la realidad.
De lo
contrario, el otro peligro de que una guerra estalle, que de inmediato se
volverá nuclear, sería la única alternativa, y por lo tanto, este mensaje se
volverá más importante que nunca.
Ni
siquiera existe una posibilidad en mil, en diez mil, en cualquier cifra que se
desee, de que Estados Unidos o Israel renuncien a las sanciones ya establecidas
por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con límites rigurosos de
tiempo, ni de que Irán acepte que sus barcos sean inspeccionados.
Un ciego
lo vería con claridad meridiana.
No nos
rendiremos, ni le permitiremos al imperio engañar al mundo.
Fidel Castro Ruz
Julio 30 de 2010