MENSAJE A INTERNACIONALISTAS QUE
REGRESAN DE BOLIVIA
Queridos combatientes por
la salud de las personas que nacen con la capacidad disminuida:
Ayer firmé los 213 libros
“Por todos los caminos de la Sierra: La victoria estratégica”, con la fecha de
hoy, en que ustedes regresan a la Patria para un breve descanso.
Ustedes se han enfrentado a
casos verdaderamente severos, como los de
seres humanos que nacen ciegos y sordomudos y no han visto nunca un rayo de
luz, ni han escuchado un sonido. Es decir, no han tenido contacto con la vida a
pesar de haber nacido, y bastan esos dos simples elementos para sentirse
felices, cantar y comunicarse con los demás, sencillamente, vivir.
Las personas que ustedes
atienden, portadores de una gama de sufrimientos, los retribuyen a ustedes con
la felicidad de hacer el bien, algo que no se compra con todo el oro del mundo.
Ello demuestra que el ser humano, por encima de sus instintos, es capaz de
convertirse en símbolo de la generosidad y el bien.
Nadie podría explicarse de otra forma el
incansable batallar de ustedes, enfrentándose al calor, la lluvia y los
peligros; atravesando bosques y pantanos; desafiando el frío y las nieves de
empinadas montañas, para ayudar a esos seres que no podrían prescindir de
ustedes, como hoy ustedes no pueden prescindir ya de ellos.
Dentro de dos semanas
partirán de nuevo, esta vez no desde la tierra donde cayó el guerrillero
heroico hacia Cuba como batallón de refuerzo, sino desde Cuba hacia Ecuador,
donde desde hace muchos meses, otros compatriotas están enfrascados en la misma
batalla, junto a médicos de aquel hermano país.
Nuestra fuerza, que llevó
la felicidad a cerca de 800 mil personas
en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, no es más que una brizna de lo que
puede hacerse por los pueblos de este hemisferio y el resto del mundo sin
cobrar por ello un solo centavo. Lo más importante es el ejemplo que han legado
a los jóvenes que junto a ustedes, han comenzado a realizar esa tarea en el seno de su pueblo y en otros
países.
En toda su historia el
imperio no ha sido capaz, ni podría jamás hacer lo mismo, con el 1% de esta
cifra. ¿Para qué sirve tal sistema?
Es por ello que con tanto
gusto y tan fraternalmente, suscribí mi firma junto al nombre y los apellidos
de cada uno de ustedes.
¡Hasta la victoria siempre!
Fidel Castro
Ruz
Agosto 17 de
2010