Reflexiones del compañero Fidel
¿Qué diría Einstein?
En una Reflexión publicada
el 25 de agosto de 2010, bajo el título “La opinión de un experto”, mencioné
una actividad realmente insólita de Estados Unidos y sus aliados que, a mi
juicio, subrayaba el riesgo de un conflicto de carácter nuclear con Irán. Hacía
referencia a un largo artículo del conocido periodista Jeffrey Goldberg,
publicado en la revista norteamericana The
Atlantic, correspondiente a
septiembre de ese año, titulado “El punto tras el que no hay vuelta atrás”.
Goldberg no era anti
israelita, sino por el contrario admirador de Israel, cuya ciudadanía comparte
con la de Estados Unidos, y en aquel país cumplió su servicio militar.
En la parte inicial de su
artículo escribió textualmente: “Es posible asimismo que las ‘operaciones de
frustración’ llevadas a cabo por los organismos de inteligencia de Israel,
Estados Unidos, Gran Bretaña y otras potencias occidentales (programas
destinados a subvertir el esfuerzo nuclear iraní a través del sabotaje y,
ocasionalmente, a la desaparición coordinada cuidadosamente de científicos
nucleares) lleguen a desacelerar en alguna medida considerable el avance de
Irán.”
Los paréntesis del párrafo
son también de él.
Tras mencionar la
enigmática frase, proseguí con el análisis de aquel nudo gordiano de la
política internacional que podía conducir a la guerra tan temida por Einstein.
¿Qué diría él si hubiese llegado a conocer las “operaciones de frustración”
destinadas a la desaparición física de los científicos nucleares más capaces?
Quizás por absurda e
increíble no le presté demasiada atención, pero al leer meses después las
denuncias recientes del gobierno de Irán, así como noticias y opiniones de
personas bien informadas, volvió con fuerza a mi mente el recuerdo de aquel
párrafo.
Cuatro semanas antes de
finalizar el 2010, un despacho de la agencia AFP informó:
“Un científico nuclear iraní muere asesinado.
“Teherán acusa a EE.UU. e Israel de estar detrás de
un doble atentado.
“AFP. Noviembre 30 de 2010
“‘La mano de gobiernos occidentales y del régimen
sionista está detrás de los atentados’. Mahmud Ahmadineyad no tuvo dudas a la
hora de buscar culpables del doble ataque contra expertos nucleares llevado a
cabo a primera hora de la mañana de ayer en Teherán. Majid Shariari, profesor
en la Universidad Shahid
Beheshti de Teherán y miembro de la Sociedad Nuclear de Irán, perdió la vida y su mujer resultó herida en una explosión
registrada a pocos metros de su casa. Su colega Fereydoon Abbasi, físico
especialista en láser en la misma universidad, y la esposa de este resultaron
heridos tras un ataque de similares características. Aunque en algunos medios
se llegó a anunciar la muerte de Abbasi, finalmente la agencia Mehr confirmó
que había logrado salvar la vida. Según la agencia Fars, ‘terroristas
desconocidos’ en motocicletas se aproximaron a los vehículos para colocar
bombas lapa.”
“Miembros del Ejecutivo de Ahmadineyad como el
ministro de Interior, Mostafa Mohamad Najjar, acusaron directamente a la CIA y el Mosad —servicios de inteligencia de EE.UU e Israel respectivamente—
de estar detrás de estas acciones que suponen un nuevo golpe a la carrera
nuclear del país a las puertas de una posible nueva ronda de conversaciones con
los miembros del 5+1…”
“Con el atentado de ayer son ya tres los científicos
iraníes asesinados desde 2007. El doctor Masoud Alí Mohamadi perdió la vida en
Teherán el pasado enero tras la explosión de una bomba cuando salía de su casa,
una muerte que aún no ha sido aclarada por las autoridades que también acusaron
a las agencias de inteligencia occidentales de intentar abortar lo que ellos
consideran un derecho, la carrera nuclear con fines civiles. La primera víctima
en el seno de la comunidad científica fue Ardeshir Hosseinpour, muerto en extrañas
circunstancias en 2007 en la central nuclear de Isfahán.”
No recuerdo otro momento de la historia en que el
asesinato de científicos se haya convertido en política oficial de un grupo de
potencias equipadas con armas nucleares. Lo peor es que, en el caso de Irán, lo
están aplicando a una nación musulmana, con la cual, si bien pueden competir y
superarla en tecnología, no podrían jamás hacerlo en un terreno donde, por
cuestiones culturales y religiosas, podría superarlos muchas veces en la
disposición de sus ciudadanos para morir en cualquier instante si Irán decidiera
aplicarles a los profesionales de sus adversarios la misma fórmula absurda y
criminal.
Existen otros graves acontecimientos relacionados
con la carnicería de científicos, organizados por Israel, Estados Unidos, Gran
Bretaña, y otras potencias contra los científicos iraníes, sobre los cuales los
grandes medios no informan a la opinión mundial.
Un artículo de Christian Elia publicado en el sitio
web Rebelión, el 25 de agosto de 2010, comunica lo siguiente:
“Una explosión mató al
padre de los zánganos (aeronaves no tripuladas) ―de Irán―,
pero es sólo el último científico que perdió la vida en el país.
“Encontrar una foto de Reza Baruni en Internet es
una misión imposible. Sin embargo, en los últimos dos días, su nombre estuvo en
el centro de un misterio que tiene muchos aspectos internacionales…”
“La única certeza es que el ingeniero aeronáutico
iraní Reza Baruni está muerto. Sobre todo lo demás se cierne un misterio
absoluto. Baruni está considerado por todos los analistas de la
industria el padre de los […] vehículos aéreos no tripulados (UAV), de la
República Islámica […]. El 1 de agosto 2010 su casa fue volada.”
“El 17 de agosto 2010, Debka (muy próximo a la
inteligencia israelí) publica la noticia de la muerte de Baruni y da a conocer
sus conclusiones: la casa del ingeniero iraní voló por los aires a causa del
estallido de tres artefactos explosivos muy poderosos. Baruni fue asesinado.”
“Pero el episodio más oscuro es en cambio el de la
muerte de Massud Ali-Mohammadi, docente de física nuclear en la Universidad de
Teherán, asesinado el 11 de enero de 2010 en la capital iraní. El profesor
Ali-Mohammadi murió por la explosión de una motobomba accionada a distancia en
el momento en que el docente salía de su casa para dirigirse a su trabajo…”
En un artículo publicado en el sitio CubaDebate se
informa:
“Israel reconoce que asesinó a científico nuclear
iraní la semana pasada”
“El servicio secreto israelí, el Mosad, reconoció
que asesinó la semana pasada a Majid Shahriari y que hirió a otro físico en
Irán, según fuentes del propio Mosad en una operación realizada en Teherán. ‘Es
la última operación del jefe del Mosad’, afirmaron satisfechos los responsables de los servicios secretos
israelíes reunidos en su sede de Gelilot, al norte de Tel Aviv.”
“Gordon Thomas, experto británico en el Mosad,
confirmó en el diario británico The Sunday Telegraph que Israel es
responsable de este doble asesinato destinado a
entorpecer el programa nuclear iraní.”
“Thomas afirma que todos los atentados israelíes de
los últimos años contra personalidades vinculadas al proyecto nuclear iraní los
ha cometido la unidad Kidon (bayoneta). Según el diario hebreo Yediot Ahronot, esta unidad está
compuesta por 38 agentes. Cinco son mujeres. Todos tienen entre 20 y 30 años,
hablan numerosos idiomas - incluido el persa-y pueden entrar y salir de Irán
con facilidad. Su base está en el desierto del Neguev.”
En los tiempos de la diáspora, la izquierda del
mundo se solidarizó con el pueblo de Israel. Perseguidos por su etnia y
religión, muchos lucharon en las filas de los partidos revolucionarios. Los
pueblos condenaron los campos de exterminio que la burguesía europea y mundial
pretendían ignorar.
Hoy los líderes del Estado de Israel practican el
genocidio y se asocian con las fuerzas más reaccionarias del planeta.
Todavía está por dilucidar la alianza que
sostuvieron los dirigentes de ese Estado y la Sudáfrica del odioso apartheid a la que, en complicidad con Estados Unidos,
suministraron la tecnología para desarrollar las armas nucleares destinadas a
golpear las tropas cubanas que en 1975 se enfrentaron a la invasión de la
Sudáfrica racista, cuyo desprecio y odio a los pueblos africanos en nada se
diferenciaban de la ideología de los nazis, que en los campos de
exterminio de Europa asesinaron a millones de judíos, rusos, gitanos y de otras
nacionalidades europeas.
De no haber sido por la revolución iraní ―que
desprovista de armas barrió al aliado mejor equipado de Estados Unidos en el
flanco sur de la superpotencia soviética―, hoy el Sha de Irán, provisto
de armas nucleares, y no Israel, sería el baluarte principal del imperio yanki
y de la OTAN en esa región tan estratégica e inmensamente rica en petróleo y
gas para el suministro seguro de los países más desarrollados del planeta.
Es un tema casi inagotable.
Fidel Castro Ruz
Enero 6 de 2011
8 y 16 p.m.