Reflexiones del compañero Fidel
ES HORA YA DE
HACER ALGO
Contaré un poco de
historia.
Cuando los españoles “nos
descubrieron”, hace cinco siglos, la cifra estimada de la población de la Isla
no sobrepasaba los 200 mil habitantes, los cuales vivían en equilibrio con la
naturaleza. Sus fuentes principales de alimentos provenían de ríos, lagos y
mares ricos en proteínas; practicaban adicionalmente una agricultura
rudimentaria que les suministraba calorías, vitaminas, sales minerales y fibras.
En algunas regiones de Cuba
aún se practica el hábito de producir el casabe, una especie de pan elaborado
con yuca. Determinados frutos y pequeños animales silvestres complementaban su
dieta. Fabricaban alguna bebida con productos fermentados y aportaron a la
cultura mundial la nada saludable costumbre de fumar.
La población actual de Cuba
es posiblemente 60 veces mayor a la existente entonces. Aunque los españoles se
mezclaron con la población autóctona, prácticamente la exterminaron con el
trabajo semiesclavo en el campo y la búsqueda de oro en las arenas de los ríos.
La población indígena fue
sustituida por la importación de africanos capturados a la fuerza y
esclavizados, una práctica cruel que se aplicó durante siglos.
De gran importancia para
nuestra existencia fueron los hábitos alimenticios creados. Fuimos convertidos
en consumidores de carne porcina, bovina, ovina, leche, queso y otros derivados;
trigo, avena, cebada, arroz, garbanzo, alubias, chícharos y otras leguminosas provenientes
de climas diferentes.
Originalmente disponíamos de
maíz, y se introdujo la caña de azúcar entre las plantas más ricas en calorías.
El café fue transferido por
los conquistadores, desde el África; el cacao lo trajeron posiblemente de
México. Ambos, juntos al azúcar, tabaco y otros productos tropicales, se
convirtieron en enormes fuentes de recursos para la metrópoli después de la
rebelión de los esclavos en Haití, ocurrida a principios del siglo XIX.
El sistema de producción
esclavista perduró, de hecho, hasta la transferencia de la soberanía de Cuba a
Estados Unidos por el colonialismo español que, en cruenta y extraordinaria
guerra, había sido derrotado por los cubanos.
Cuando la Revolución
triunfó en 1959, nuestra isla era una verdadera colonia yanki. Estados Unidos había engañado y desarmado a nuestro
Ejército Libertador. No se podía hablar de una agricultura desarrollada, sino
de inmensas plantaciones explotadas a base de trabajo manual y animal que en
general no usaban fertilizantes ni maquinarias. Los grandes centrales azucareros
eran propiedades norteamericanas. Varios de ellos poseían más de cien mil
hectáreas de tierra; otros alcanzaban decenas de miles. En conjunto eran más de
150 centrales azucareros, incluidos los de propiedad de cubanos, los cuales
laboraban menos de cuatro meses al año.
Estados Unidos recibió los
suministros azucareros de Cuba en las dos grandes guerras mundiales, y había
concedido una cuota de venta en sus mercados a nuestro país, asociada a
compromisos comerciales y a limitaciones de nuestra producción agrícola, a
pesar de que el azúcar era en parte producida por ellos. Otras ramas decisivas
de la economía, como los puertos y refinerías de petróleo, eran propiedades
norteamericanas. Sus empresas poseían grandes bancos, centros industriales, minas,
muelles, líneas marítimas y férreas, además de servicios públicos tan vitales
como los eléctricos y telefónicos.
Para los que deseen
entender no hace falta más.
A pesar de que las
necesidades de producción de arroz, maíz, grasa, granos, y otros alimentos era importante,
Estados Unidos imponía determinados límites a todo lo que compitiera con su
propia producción nacional, incluida el azúcar subsidiada de remolacha.
Desde luego, en cuanto a la
producción de alimentos es un hecho real
que dentro de los límites geográficos de un país pequeño, tropical, lluvioso y
ciclónico, desprovisto de maquinaria, sistemas de presas, riego, y equipamiento
adecuado, Cuba no podía disponer de recursos, ni estaba en condiciones de
competir con las producciones mecanizadas de soya, girasol, maíz, leguminosas y
arroz de Estados Unidos. Algunas de ellas como el trigo y la cebada no podían
ser producidas en nuestro país.
Cierto es que la Revolución
Cubana no disfrutó un minuto de paz. Apenas se decretó la Reforma Agraria,
antes de cumplirse el quinto mes del triunfo revolucionario, los programas de
sabotaje, incendios, obstrucciones y empleo de medios químicos dañinos se
iniciaron contra el país. Estos llegaron a incluir plagas contra producciones
vitales e incluso la salud humana.
Al subestimar a nuestro
pueblo y su decisión de luchar por sus derechos y su independencia cometieron
un error.
Por supuesto que ninguno de
nosotros poseía entonces la experiencia alcanzada durante muchos años; partíamos
de ideas justas y una concepción revolucionaria. Quizás el principal error de
idealismo cometido, fue pensar que en el mundo había una determinada cantidad
de justicia y respeto al derecho de los pueblos cuando, ciertamente, no existía
en absoluto. De eso, sin embargo, no dependería la decisión de luchar.
La
primera tarea que ocupó nuestro esfuerzo fue la preparación para la lucha que
se avecinaba.
La experiencia adquirida en
la batalla heroica contra la tiranía batistiana, es que el enemigo, cualquiera
que fuese su fuerza, no podría vencer al pueblo cubano.
La preparación del país para
la lucha se convirtió en el esfuerzo principal del pueblo, y nos llevó a
episodios tan decisivos como la
batalla contra la invasión mercenaria promovida por Estados Unidos en abril de
1961, desembarcada en Girón escoltada por la infantería de marina y la aviación
yanki.
Incapaz de resignarse a la
independencia y al ejercicio de los derechos soberanos de Cuba, el gobierno de
ese país adoptó la decisión de invadir nuestro territorio. La URSS no tuvo
absolutamente nada que ver con el triunfo de la Revolución Cubana. Esta no asumió
el carácter socialista por el apoyo de la URSS, fue a la inversa: el apoyo de la URSS se produjo por el
carácter socialista de la Revolución Cubana. De tal modo es así que cuando la
URSS desaparece, a pesar de eso, Cuba siguió siendo socialista.
Por alguna vía la URSS
conoció que Kennedy trataría de usar con Cuba el mismo método que ella aplicó
en Hungría. Eso indujo a los errores que
Jruschov cometió con relación a la Crisis de Octubre, que me vi en la necesidad
de criticar. Pero no solo se equivocó Jruschov, se equivocó también Kennedy.
Cuba no tenía nada que ver con la historia de Hungría, ni la URSS tuvo nada que
ver con la Revolución en Cuba. Esta fue fruto única y exclusivamente de la
lucha de nuestro pueblo. Jruschov tuvo solo el gesto solidario de enviar armas
a Cuba, cuando estaba amenazada por la invasión mercenaria que organizó,
entrenó, armó y transportó Estados Unidos. Sin las armas enviadas a Cuba,
nuestro pueblo habría derrotado a las fuerzas mercenarias como derrotó al
ejército de Batista y le ocupó todo el equipo militar que poseía: 100 mil
armas. Si la invasión directa de Estados Unidos contra Cuba se hubiese
producido, nuestro pueblo habría estado luchando hasta hoy contra sus soldados,
que con seguridad habrían tenido que luchar también contra millones de
latinoamericanos. Estados Unidos habría cometido el mayor error de toda su
historia, y la URSS tal vez existiría todavía.
Horas antes de la invasión,
después del ataque artero a nuestras bases aéreas por aviones de Estados Unidos
que portaban insignias cubanas, fue declarado el carácter socialista de la Revolución.
El pueblo cubano combatió por el socialismo en aquella batalla que pasó a la
historia como la primera victoria contra el imperialismo en América.
Pasaron diez presidentes de
Estados Unidos, está pasando el undécimo, y la Revolución Socialista se
mantiene en pie. También pasaron todos los gobiernos que fueron cómplices de
los crímenes de Estados Unidos contra Cuba, y nuestra Revolución se mantiene en
pie. Desapareció la URSS, y la Revolución siguió adelante.
No se llevó a cabo con permiso de Estados Unidos, sino sometida a un bloqueo
cruel y despiadado; con actos terroristas que privaron de la vida o hirieron a miles
de personas, cuyos autores hoy gozan de total impunidad; luchadores
antiterroristas cubanos son condenados a cadena perpetua; una llamada Ley de
Ajuste Cubano concede ingreso, residencia y empleo en Estados Unidos. Cuba es
el único país del mundo a cuyos ciudadanos se aplica ese privilegio, que se
niega a los de Haití, después del terremoto que mató más de 300 000 personas, y
al resto de los ciudadanos del hemisferio, a los que el imperio persigue y
expulsa. Sin embargo, la Revolución Cubana sigue en pie.
Cuba es el único país del
planeta que no puede ser visitado por los ciudadanos estadounidenses; pero Cuba
existe y sigue en pie, a solo 90 millas de Estados Unidos, librando su heroica lucha.
Los revolucionarios cubanos
hemos cometido errores, y los seguiremos cometiendo, pero jamás cometeremos el
error de ser traidores.
Nunca hemos escogido la
ilegalidad, la mentira, la demagogia, el engaño al pueblo, la simulación, la
hipocresía, el oportunismo, el soborno, la ausencia total de ética, los abusos
de poder, incluso el crimen y las torturas repugnantes, que con obvias, aunque
sin duda meritorias excepciones, han caracterizado la conducta de los presidentes
de Estados Unidos.
En este momento la
humanidad está enfrentando problemas serios y sin precedentes. Lo peor es que
en gran parte las soluciones dependerán de los países más ricos y
desarrollados, quienes llegarán a una situación que realmente no están en
condiciones de enfrentar sin que se les derrumbe el mundo que han estado
tratando de moldear en favor de sus intereses egoístas, y que inevitablemente
conduce al desastre.
No hablo ya de guerras,
cuyos riesgos y consecuencias han transmitido personas sabias y brillantes, incluidas muchas
norteamericanas.
Me refiero a la crisis de
los alimentos originada por hechos económicos y cambios climáticos que
aparentemente son ya irreversibles como consecuencia de la acción del hombre,
pero que de todas formas la mente humana está en el deber de enfrentar
apresuradamente. Durante años, que en realidad fue
tiempo perdido, se habló del asunto. Pero el mayor emisor de gases
contaminantes del mundo, Estados Unidos, se negaba sistemáticamente a tomar en
cuenta la opinión mundial. Dejando a un lado el protocolo y demás tonterías
habituales en los hombres de Estado de las sociedades de consumo, que en su
acceso al poder los suele atolondrar la influencia de los medios de información
masiva, la realidad es que no prestaron atención al asunto. Un hombre
alcoholizado, cuyos problemas eran conocidos, y no necesito nombrar, impuso su
línea a la comunidad internacional.
Los problemas han tomado
cuerpo ahora de súbito, a través de fenómenos que se están repitiendo en todos
los continentes: calores, incendios de bosques, pérdidas de cosechas en Rusia,
con numerosas víctimas; cambio climático en China, lluvias excesivas o sequías;
pérdidas progresivas de las reservas de agua en el Himalaya, que amenazan
India, China, Pakistán y otros países; lluvias excesivas en Australia, que inundaron
casi un millón de kilómetros cuadrados; olas de frío insólitas y extemporáneas
en Europa, con afectaciones considerables en la agricultura; sequías en Canadá;
olas inusuales de frío en ese país y en Estados Unidos; lluvias sin precedentes
en Colombia, que afectaron millones de hectáreas cultivables; precipitaciones nunca
vistas en Venezuela; catástrofes por lluvias excesivas en las grandes ciudades
de Brasil y sequías en el Sur. Prácticamente no existe región en el mundo donde
tales hechos no hayan tenido lugar.
Las producciones de trigo,
soya, maíz, arroz, y otros numerosos cereales y leguminosas, que constituyen la
base alimenticia del mundo ―cuya población asciende hoy, según cálculos a
casi 6 900 millones de habitantes, ya se acerca a la cifra inédita de 7 mil
millones, y donde más de mil millones sufren hambre y desnutrición― están
siendo afectadas seriamente por los cambios climáticos, creando un gravísimo
problema en el mundo. Cuando las reservas no se han recuperado totalmente, o
solo en parte para algunos renglones, una grave amenaza ya está creando
problemas y desestabilización en numerosos Estados.
Más de 80 países, todos
ellos del Tercer Mundo, ya de por sí con dificultades reales, están amenazados
con verdaderas hambrunas.
Me limitaré a citar estas
declaraciones e informes, de forma muy sintetizada, que se vienen publicando en
los últimos días:
“La ONU advierte del riesgo de
una nueva crisis alimentaria.
“11 de Enero de 2011 (AFP)”
“‘Estamos ante
una situación muy tensa’…” Coincidió la FAO.
“Unos 80 países
enfrentan un déficit de alimentos…”
“El índice
global de precios de productos agropecuarios de base (cereales, carne, azúcar,
oleaginosos, lácteos) se sitúa actualmente en su nivel máximo desde que
“NACIONES UNIDAS, enero (IPS),”
“
“PARIS, 10 de enero
(Reuters) - El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, llevará esta semana a
Washington su campaña para enfrentar los altos precios globales de los
alimentos…”
“Basilea (Suiza), 10 enero
(EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet,
portavoz de los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los 10
(G-10), alertó hoy de la fuerte subida del precio de los alimentos y de la
amenaza inflacionista en las economías emergentes.”
“Banco Mundial teme una
crisis en el precio de los alimentos, 15 de enero (BBC)
“El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, le
dijo a
“MEXICO DF, 7 de enero (Reuters)”
“El ritmo anual de inflación de los alimentos se
triplicó en México en noviembre comparado con dos meses antes...”
“Washington, 18 enero (EFE)
“El cambio climático agravará la falta de
alimentos, según un estudio.”
“‘Desde hace más de 20 años
los científicos han alertado sobre el impacto del cambio climático, pero nada
cambia aparte del aumento de las emisiones que causan el calentamiento global’,
dijo a Efe Liliana Hisas, directora ejecutiva de la filial estadounidense de
esta organización.
“Osvaldo Canziani, ganador
del Premio Nobel de
“(Reuters) enero 18, Argelia compra trigo para evitar escasez y disturbios.
“La agencia estatal de granos de Argelia ha
comprado alrededor de 1 millón de toneladas de trigo en las últimas dos semanas
para evitar la escasez en caso de disturbios, dijo a Reuters una fuente del
Ministerio de Agricultura.”
“(Reuters)
enero 18, Trigo sube fuerte en Chicago tras compras de Argelia.”
“El
Economista, 18
Enero, 2011
“Alerta mundial por precio
de alimentos”
“Entre las principales
causas están las inundaciones y sequías ocasionadas por el cambio climático, el
uso de alimentos para producir biocombustibles y la especulación en el precio
de los commodities.”
Los problemas son
dramáticamente serios. No todo sin embargo, está perdido.
La producción actual
calculada de trigo alcanzó la cifra de casi 650 millones de toneladas.
La de maíz, rebasa esa cantidad,
y se acerca a los 770 millones de toneladas.
La soya podría acercarse a
los 260 millones, de los cuales Estados Unidos calcula 92 millones y Brasil 77.
Son los dos mayores productores.
Los datos en general de
gramíneas y leguminosas disponibles en el 2011 son conocidos.
El primer asunto a resolver
por la comunidad mundial sería escoger entre alimentos y biocombustibles.
Brasil, un país en desarrollo, desde luego tendría que ser compensado.
Si los millones de
toneladas de soya y maíz que se invertirán en biocombustibles se destinan a la
producción de alimentos, la elevación inusitada de los precios se pararía, y
los científicos del mundo podrían proponer fórmulas que de alguna forma puedan
detener e incluso, revertir la situación.
Se ha perdido demasiado
tiempo. Es hora ya de hacer algo.
Fidel Castro Ruz
Enero 19 de 2011
9 y 55 p.m.