Reflexiones del compañero Fidel
LA GUERRA FASCISTA DE LA OTAN
No había que
ser adivino para saber lo que preví con rigurosa precisión en tres Reflexiones
que publiqué en el sitio Web CubaDebate, entre el 21 de febrero y el 3 de
marzo: “El plan de la OTAN es ocupar Libia”, “Danza macabra de cinismo”, y “La Guerra
inevitable de la OTAN”.
Ni siquiera
los líderes fascistas de Alemania e Italia fueron tan sumamente descarados a
raíz de la Guerra Civil Española desatada en 1936, un episodio que muchos tal
vez hayan recordado en estos días.
Han
transcurrido desde entonces casi exactamente 75 años; pero nada que pueda
parecerse a los cambios que han tenido lugar en 75 siglos, o si lo desean, en
75 milenios de la vida humana en nuestro planeta.
A veces
parece que, quienes serenamente opinamos sobre estos temas, somos exagerados.
Me atrevería a decir que más bien somos ingenuos cuando suponemos que todos
debiéramos estar conscientes del engaño o la colosal ignorancia a que ha sido
arrastrada la humanidad.
Existía en
1936 un intenso enfrentamiento entre dos sistemas y dos ideologías
aproximadamente equiparadas en su poder militar.
Las armas
entonces parecían de juguete comparadas con las actuales. La humanidad tenía
garantizada la supervivencia, a pesar del poder destructivo y localmente
mortífero de las mismas. Ciudades
enteras, e incluso naciones, podían ser virtualmente arrasadas. Pero jamás los
seres humanos, en su totalidad, podían ser varias veces exterminados por el
estúpido y suicida poder desarrollado por las ciencias y las tecnologías
actuales.
Partiendo de estas
realidades, son bochornosas las noticias que se transmiten continuamente sobre
el empleo de potentes cohetes dirigidos por láser, de total precisión;
cazabombarderos que duplican la velocidad del sonido; potentes explosivos que
hacen estallar metales endurecidos con uranio, cuyo efecto sobre los pobladores
y sus descendientes perdura por tiempo indefinido.
Cuba expuso en la reunión
de Ginebra su posición respecto al problema interno de Libia. Defendió sin
vacilar la idea de una solución política al conflicto en ese país, y se opuso
categóricamente a cualquier intervención militar extranjera.
En un mundo donde la
alianza de Estados Unidos y las potencias capitalistas desarrolladas de Europa,
se adueña cada vez más de los recursos y el fruto del trabajo de los pueblos,
cualquier ciudadano honesto, sea cual fuere su posición ante el gobierno, se
opondría a la intervención militar extranjera en su Patria.
Lo más absurdo de la
situación actual es que antes de iniciarse la brutal guerra en el Norte de
África, en otra región del mundo a casi 10 000 kilómetros de distancia, se
había producido un accidente nuclear en uno de los puntos más densamente
poblados del planeta tras un tsunami provocado por un terremoto de magnitud 9
que a un país laborioso como Japón ha costado ya casi 30 mil víctimas fatales.
Tal accidente no habría podido producirse 75 años antes.
En Haití, un país pobre y
subdesarrollado, un terremoto de apenas 7 grados en la escala de Richter ocasionó
más de 300 mil muertos, incontables heridos y cientos de miles de lesionados.
Sin embargo, lo
terriblemente trágico en Japón fue el accidente en la planta electronuclear de
Fukushima, cuyas consecuencias están todavía por determinarse.
Citaré solo algunos
titulares de las agencias noticiosas:
“EFE.- La
amenaza nuclear por la crítica situación de una central en Japón tras el sismo,
ha disparado las revisiones de la seguridad de las plantas atómicas en el mundo
y ha llevado a algunos países a paralizar sus planes.”
“Reuters.- El
devastador terremoto de Japón y la profundización de la crisis nuclear podría
generar pérdidas de hasta 200.000 millones de dólares en su economía, pero el
impacto global es difícil de evaluar por el momento.”
“EFE.- El
deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima siguió alimentando
hoy el temor a un desastre nuclear en Japón, sin que los desesperados intentos
para controlar una fuga radiactiva abrieran un resquicio a la esperanza.”
Hay despachos que hablan de temas más preocupantes todavía.
Algunos mencionan la presencia de yodo radiactivo tóxico en el agua de Tokio,
que duplica la cantidad tolerable que pueden consumir los niños más pequeños en
la capital japonesa. Uno de los despachos habla que las reservas de agua
embotellada se están agotando en Tokio, ciudad ubicada en una prefectura a más
de 200 kilómetros de Fukushima.
Este conjunto de circunstancias determinan una
situación dramática para nuestro mundo.
Puedo expresar mis puntos de vista sobre la guerra en
Libia con entera libertad.
No comparto con el líder de ese país concepciones
políticas o de carácter religioso. Soy marxista-leninista y martiano, como ya he
expresado.
Veo a Libia como un miembro del Movimiento de Países
No Alineados y un Estado soberano de los casi 200 de la Organización de
Naciones Unidas.
Jamás un país grande o pequeño, en este caso de apenas
5 millones de habitantes, fue víctima de un ataque tan brutal por la fuerza
aérea de una organización belicista que cuenta con miles de cazabombarderos,
más de 100 submarinos, portaaviones nucleares, y suficiente arsenal para
destruir numerosas veces el planeta. Tal situación jamás la conoció nuestra
especie y no existía nada parecido hace 75 años cuando los bombarderos nazis atacaron
objetivos en España.
Ahora, sin embargo, la desprestigiada y criminal OTAN
escribirá una “bella” historieta sobre su “humanitario” bombardeo.
Si Gaddafi hace honor a las tradiciones de su pueblo y
decide combatir, como ha prometido, hasta el último aliento junto a los libios
que están enfrentando los peores bombardeos que jamás sufrió un país, hundirá
en el fango de la ignominia a la OTAN y sus criminales proyectos.
Los pueblos respetan y creen en los hombres que saben
cumplir el deber.
Hace más de 50 años, cuando Estados Unidos asesinó a
más de cien cubanos con la explosión del mercante “La Coubre”, nuestro pueblo proclamó
“Patria o Muerte”. Ha cumplido, y ha estado siempre dispuesto a cumplir su
palabra.
“Quien intente apoderarse de Cuba ―exclamó el más glorioso combatiente de nuestra historia― solo recogerá el polvo de su suelo anegado en
sangre”.
Ruego se me excuse la franqueza con que abordo el
tema.
Fidel Castro Ruz
Marzo 28 de 2011
8 y 14 p.m.