Continúa en Guantánamo recuperación de zonas afectadas por Matthew

La Habana, 22 ene.- Pese a limitaciones y deficiencias marchan a buen ritmo las labores de recuperación en localidades guantanameras dañadas por el huracán Matthew, consideró Denny Legrá Azahares, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primer secretario de la organización política en la provincia más oriental del país.

En entrevista publicada por el diario Juventud Rebelde, el dirigente valoró el trabajo realizado luego que el cuatro de octubre pasado ese huracán de gran intensidad asolara al territorio, en especial a Baracoa, Maisí y otros tres de sus municipios, que aunque no provocó muertes ni otros daños humanos si dejó una estela de destrucción y desolación que tomará años en eliminar.

Entre sus muchos perjuicios el fenómeno afectó al 26 % del fondo habitacional de la provincia, en lo que se ha laborado intensamente, explicó Legrá Azahares.

Es una situación muy compleja, que ha ido cambiando, se va ordenando, manifestó, al enfatizar en que de lo contrario hubiese sido imposible lograr que hasta la primera quincena de enero, en solo tres meses, estén recuperadas 24 mil 466 moradas, o sea, el 72 % de las que sufrieron derrumbe parcial o destrucción en parte o la totalidad de sus techos.

 "No se puede dejar de tener en cuenta que se trata de más de 42 mil viviendas afectadas, y aunque ha sido colosal lo que ha destinado la Revolución para estas labores, en todo momento no ha estado la totalidad de los materiales que se requieren. Según se tienen, y llegan con cierta sistematicidad, se van distribuyendo", sentenció.

 Al referirse a las ocho mil 413 casas completamente destruidas, estimó que la solución total a esos casos se alcance en un plazo de cinco años, y señaló que ya se entregan tejas de zinc, puntillas y cemento a familias que viven en zonas de muy difícil acceso, para que construyan este propio año sus viviendas definitivas, utilizando también materiales que tradicionalmente forman parte de la arquitectura rural.

Un programa de construcción a corto, mediano y largo plazos se contempla como  solución para las otras familias que perdieron sus casas y que en estos momentos conviven en facilidades temporales (más de seis mil), en casas de familiares o amigos, y en dos centros de asistencia construidos y acondicionados en breve tiempo.

 "Al 30 % de esos casos se le asignará viviendas de las que el Estado construye, que son 500 petrocasas donadas por Venezuela y edificios multifamiliares que ya se levantan utilizando diferentes métodos constructivos, principalmente el sistema llamado Forsa, que emplea moldes para la fundición de módulos de hormigón, con lo que se logran rapidez, calidad y resistencia. A las restantes familias que perdieron sus moradas se les darán todas las facilidades para que las construyan con esfuerzo propio".

El Primer Secretario del Partido en Guantánamo reconoció que este proceso ha sido complejo, por numerosas razones además de las propias limitaciones económicas del país.

“Se estableció un orden de prioridad. Primero, los afectados por derrumbes totales y parciales de viviendas; luego, los que perdieron totalmente o en parte el techo de sus moradas, y dentro de estos, las familias con situaciones sociales más complicadas.

 "Pero en todos los casos con la indicación de que sea en cada zona de defensa, a nivel de barrio, de comunidad, de caserío, donde todas las personas se conocen y están conscientes de las necesidades y posibilidades de unos y de otros. A ese nivel es que se determina quién primero y quién después.

 "Pero eso no quiere decir que el proceso haya transitado sin problemas. No se puede perder de vista que después de Matthew, principalmente en Baracoa y Maisí, donde se concentran las mayores afectaciones en viviendas,  continuaron deterioradas las condiciones meteorológicas: hondonadas, vaguadas, frentes fríos, restos de otros eventos, que han provocado lluvias casi permanentes y muy intensas, y consecuentemente, han complicado la situación.

 "También se presentaron dificultades en las oficinas de trámites, errores en las fichas técnicas, por ejemplo, y con ello insatisfacciones de la gente, justas, porque no paraba de llover y sus casas permanecían sin techo.

Por eso se decidió rápido que, sin perder el control, se entregaran los materiales, aunque las personas no tuvieran en su poder ese documento. Así se ha actuado en cada circunstancia en que no ha fluido bien el mecanismo establecido.

Precisó que debido a la magnitud de las afectaciones, tuvieron que emplear mucho personal de fuera del municipio y la provincia, sin conocimiento exacto de las características de cada lugar, además de que no todos tenían la destreza necesaria.

Eso, sumado a que los técnicos del municipio y el resto del personal de las oficinas de trámites, la mayoría, eran damnificados, y muchas veces se mantenían trabajando sin saber qué estaba pasando en sus casas.

En la entrevista el dirigente recordó que como secuela del huracán quedó sin servicio eléctrico el 46 % del total de clientes en el territorio y que, en apenas 20 días, fue restablecido completamente.

También quedaron privados de comunicación el 62 por ciento de los usuarios, quienes ya recuerdan esa realidad como cosa del pasado, al igual que las más de 79 mil personas que quedaron sin suministro de agua potable.

Fue un golpe tremendo además los dos mil 706,50 kilómetros de carretera dañados, muchos de los cuales ya fueron restaurados, como ha sucedido también con las dos mil 168 instituciones estatales impactadas, ya en proceso de recuperación y funcionamiento.

Otros perjuicios tomará muchos más tiempo resarcirlos, como las más de 70 mil hectáreas dañadas de plantaciones agrícolas que, como el coco, el cacao y el café, tienen aquí un importante peso en la economía local y nacional, y cuya recuperación solo será posible a la vuelta de unos años; o la destrucción de extensas áreas boscosas que llevará mucho tiempo restituir.

Como momentos significativos de esta labor Legrá Azahares enfatizó en la entrega adicional de cereales y granos del Programa Mundial de Alimentos, a la venta de materiales de la construcción, con la bonificación del 50 % de su precio a cuenta del Presupuesto del Estado, y a la venta de bienes de uso y consumo del hogar que benefician a más de dos mil 600 familias.

Resaltó la estimulante presencia del General de Ejército Raúl Castro, Presidente del Consejo de Defensa Nacional, y de otros dirigentes de la Revolución en las zonas más sacudidas; y la permanencia de ministros y otros altos funcionarios asesorando y adoptando disposiciones que trascendían el poder de decisión de las autoridades del territorio.

Entre las nuevas realidades apuntó que ahora existe una mayor cultura entre la población y la dirección de organismos e instituciones acerca de cómo enfrentar  estos fenómenos naturales y sus secuelas, aunque es una tarea ardua en la que se tendrá que trabajar.

Consideró una “escuela insustituible” la labor de dirección en estas circunstancias, y refirió que muchos de los cuadros al no tener una experiencia previa fueron aprendiendo en la medida en que estaban  precisados “a actuar y tomar decisiones rápidas y efectivas ante situaciones cuya solución no figura en ningún manual o reglamento”.

"Muchos hombres y mujeres ven en ti a la persona que les ayudará a salir de una situación muy dura, eso te ayuda a crecer, más cuando recibes el asesoramiento de quienes han tenido vivencias similares, como el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las FAR.

 "La experiencia más valiosa como dirigente político ha sido en todo momento el vínculo con el pueblo, con los damnificados, llegar a lugares muy intrincados y de difícil acceso, y conocer directamente sus condiciones de vida, sus hábitos y costumbres, su nobleza y espíritu revolucionario", concluyó.