doctor Fernando Guasch, integrante del capítulo Caribe de la Red Global para la Reducción de Desastres
 
Santiago de Cuba, 16 ene (PL) El doctor Fernando Guasch, integrante del capítulo Caribe de la Red Global para la Reducción de Desastres, resaltó hoy el carácter regional del sismo de magnitud 7,6 del 9 último en las islas Swan, Honduras.

En declaraciones a Prensa Latina, el sismólogo aludió a la memoria histórica de esta zona y ese país, cuyo último terremoto fuerte ocurrió en el 2009 y las magnitudes registradas hacen inferir la significación de esa área de origen de movimientos telúricos en la peligrosidad de la región.

Recordó que como parte de un equipo de investigación recorrió en marzo del 2016 esa nación desde el Golfo de Fonseca hasta Puerto Barrios y constató los efectos de la licuefacción por esa sacudida de hace casi 10 años.

Al evaluar el escenario, el experto señaló la necesidad de correlacionar las condiciones geólogo-tectónicas de la zona epicentral, los parámetros dinámicos y cinemáticos del evento y esos datos registrados a lo largo del tiempo, así como la trascendencia del temblor en relación con la amenaza estimada.

Entre los fenómenos que mayores impactos tuvieron en esa nación centroamericana citó los ocurridos en julio de 1764, 19 de octubre de 1820, 14 de noviembre de 1851 y 25 de septiembre de 1855, todos de magnitudes entre 6 y 6,5, así como el del 4 de agosto de 1856, con magnitud entre 7 y 8.

Otros sismos fueron reportados, de acuerdo con Guasch, el 23 de abril de 1881, el 11 de julio de 1999, el 15 de septiembre de 2007 y en la madrugada del 28 de mayo del 2009, con 7,3 de magnitud e intensidad máxima de VII, perceptibilidad en todo el país y varios más de la región.

El especialista considera que el terremoto reciente, vinculado al sistema de fallas que constituyen la frontera de contacto entre las placas de Norteamérica y El Caribe, guarda relación genética con el de 2009 y la falla de Swan.

Opinó que los análisis derivados del sismo deben ser atendidos por las autoridades regionales y en particular las hondureñas para reconocer a la sismicidad como premisa de desastres y tener en cuenta la ocurrencia de fenómenos geológicos inducidos como la licuefacción en esas costas.

Igualmente valoró que ese evento es una muestra más de la complejidad de la geodinámica del Caribe y expresión de su geodiversidad, condicionantes esenciales de sus amenazas y riesgos.