Flora Gran Humedal Norte Ciego de Ávila.Las acciones de conservación están incluidas en la Tarea Vida.

La evaluación hidrológica de las cuencas superficiales y la caracterización hidrogeológica de los sectores que tributan al Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila figuran entre las acciones de la Tarea Vida para cuidar ese ecosistema con categoría internacional Ramsar.

Como parte de ese programa nacional, se propone a los decisores llevar a la práctica un sistema de gestión que minimice los efectos del cambio climático y contribuya a la seguridad alimentaria y el cuidado del medio ambiente, informó a la ACN Alexis Hernández Mansilla, investigador titular del Centro Meteorológico Provincial en el territorio. 

A través de la junta coordinadora del humedal, se analizan las vías de explotación con un enfoque integrador que garantice modelos positivos de conducta, basados en los resultados que indican los escenarios climáticos por efecto del calentamiento global, señaló.

Especialistas del Centro de Investigaciones de Bioalimentos (CIBA) y de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico en la provincia actualizaron las bases de datos de la distribución de los escurrimientos, los niveles y cargas hidráulicas, la relación cuenca geológica-humedal y la intrusión salina, precisó el científico.

Puntualizó que las alteraciones en el régimen climático pueden transformar el ambiente húmedo del sitio avileño a una condición de categoría de tierras secas.

Por lo que-agregó- el compendio de información proporciona nuevos conocimientos para que la explotación en esa área sea de forma racional y atendida a través de la aplicación de las medidas propuestas por los especialistas.

Para llegar a esta conclusión, explicó Hernández Mansilla, se tuvo en cuenta el marcado incremento de la temperatura, la disminución de la humedad relativa, y las variaciones en el régimen pluviométrico, que favorecen una mayor evapotranspiración.

La estrecha relación con el humedal, tanto de las aguas superficiales que provienen de las cuencas hidrográficas asociadas a él y se arrastran desde zonas topográficamente más elevadas, como con las subterráneas de la cuenca geológica Morón, hacen que este ecosistema constituya la zona de descarga de todo el acuífero, acotó Águeda Arencibia Cuellar, investigadora del CIBA.

Por ser uno de los escenarios de peligro y vulnerabilidad de las zonas costeras de Cuba y los cayos adyacentes, asociados al ascenso del nivel del mar para los años 2050 y 2100, a las lagunas La Redonda y la Leche, ubicadas dentro del humedal avileño, se realizan, además, estudios batimétricos para medir el volumen exacto de esos espejos de agua.

El Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila, el segundo mayor en la Isla, solo superado por el de la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas, posee reservas faunísticas y florísticas comprendidas en su área geográfica.

Abarca los municipios de Bolivia, Primero de Enero, Morón, Chambas y Ciro Redondo, los cayos adyacentes a la Isla y se adentra unos 40 kilómetros hacia el interior de la provincia.

Posee una rica plataforma marina, constituye refugio de aves migratorias de América del Norte, Central y del Sur, es el mayor espacio del Caribe y las Antillas de anidación de flamencos.

Sus áreas son destacadas en formaciones boscosas y manglares que dan guarida a unas 170 especies de aves, entre endémicas, residentes y migratorias, como cotorras, negrita, azuleja, grullas cubanas, carpinteros y otras también amenazadas de muerte.