Logo de CEAC / Fotos: EcuRed

 

Una representación científica del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC) concluye mañana en Suecia un encuentro de varios días para poner en práctica un nuevo proyecto de investigación sobre la evaluación de la contaminación marina.

La Máster en ciencia Yusmila Helguera Pedraza, investigadora auxiliar del CEAC, representa a Cuba en ese plan que tendrá una duración de 4 años, informó Maikel Hernández Núñez, comunicador de la institución e integrante de la Red de Comunicadores Nucleares (REDNUC).

El grupo de expertos se reúne desde el lunes pasado en el Centro de Infraestructura Marina Sven Lovén, de la Universidad de Gotemburgo, en Kristineberg, Suecia, a fin de aprobar la aplicación del Proyecto de Investigación Coordinada denominado Evaluación de los efectos de la acidificación de los océanos en los mariscos: un enfoque global, explicó Hernández Núñez.

Añadió que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, promueve la iniciativa mediante una orientación experimental estandarizada para probar los efectos de posibles condiciones futuras de acidificación en 26 especies de camarones, erizos de mar, peces y moluscos en el período de ocho meses.

Cuando la masa de agua absorbe dióxido de carbono (CO2), liberado a la atmósfera por las actividades humanas, la química de los carbonatos y la acidez del agua de mar se modifican en un proceso conocido por acidificación, estiman especialistas.

Uno de los focos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU es reducir el impacto de los niveles de acidez en los mares para lo cual se promueve una mayor cooperación científica entre naciones, debido a su constante aumento.

Un número creciente de estudios indica posibles huellas negativas en los organismos marinos, en particular los calcificadores, como los corales y los moluscos, que son particularmente vulnerables a los cambios en la química marina.

Cuba es miembro de la Red para la investigación de estresores marino-costeros en América Latina y el Caribe (REMARCO), cuyo objetivo está encaminado a que sus resultados en temas de contaminación, acidificación oceánica y florecimiento de algas nocivas (FANs) constituyan un soporte científico para la adopción de decisiones ambientales.

Aun cuando en el territorio nacional existe escasa información sobre ese hecho y sus consecuencias en los ecosistemas, las capacidades desarrolladas permiten cuantificar los grados actuales de acidez del mar, así como reconstruir sus índices históricos, con el uso de corales e isótopos estables, según Hernández Núñez.

Con el apoyo del OIEA, en Cuba se creó un Observatorio Nacional y Regional destinado a este fin, pero es necesario cuantificar su magnitud en diversas áreas de la plataforma insular.

Es previsible que el proyecto genere una línea base comparable sobre la sensibilidad de la acidificación de los océanos en especies clave de mariscos en todo el mundo.

Se prevé que sus integrantes se involucren con la industria pesquera local, la acuicultura y el público en general, con el objetivo de crear conciencia e inspirar acciones para la adaptación y la mitigación en sus respectivos países.

Sam Dupont, biólogo marino de la Universidad de Gotemburgo y anfitrión de la reunión en Suecia, dijo que la mayoría de los participantes del proyecto ya han recibido capacitación básica y avanzada sobre cómo estudiar sus impactos biológicos, a partir de una estrategia de creación de capacidad cuidadosamente diseñada.

Ahora están listos para aplicar los conocimientos que han adquirido y trabajar juntos en este proyecto coordinado de investigación para producir información de alta calidad que necesitan sus respectivas naciones para tratar semejante amenaza, enfatizó.