Después que la tormenta tropical Laura pasó por el territorio nacional de este a oeste, es importante tomar nota de lo ocurrido, para que sirva de experiencia y aprendamos las lecciones que nos ha dejado. Laura es como un ensayo general de lo que puede acontecer, pero a mucha mayor escala, si nos enfrentamos a un ciclón en el futuro.

Mapas de la trayectoria de “Laura” y del área donde se sintieron los vientos de tormenta tropical. (Imágenes tomadas del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos)

Afectaciones en La Española. Foto: tomada de reporteconfidencial.info

¿Qué daños nos dejó Laura?

  1. Desplome total o parcial de viviendas y otras obras.
  2. Pérdida total o parcial de las cubiertas, tanto techos como mantos de impermeabilización.
  3. Caída de árboles.
  4. Interrupción parcial de viales.
  5. Caída de postes y cables del tendido eléctrico y de comunicación.
  6. Afectaciones a ciertos cultivos.

Las consecuencias temporales de estos daños, aunque no se pueden considerar de carácter catastrófico, son la interrupción de los servicios de comunicación y energía eléctrica, del abasto de agua, el aislamiento de poblaciones, la necesidad de reubicar a los ocupantes de las viviendas afectadas y la pérdida parcial de algunas cosechas, entre otras.

Estos eventos negativos ponen de manifiesto y revelan las vulnerabilidades estructurales y logísticas que existen y debemos enfrentar, y esta es la principal lección que debemos aprender. Por eso es necesario que se vayan tomando algunas decisiones a tiempo, pues lo que se invierte en reducir vulnerabilidades significa un ahorro y reducción de las tareas de mitigación.

Estas experiencias y recomendaciones son válidas para cualquier territorio, pues las grandes pérdidas, incluso de vidas humanas ocurridas en La Española, son un ejemplo de lo que significa un nivel de prevención insuficiente.

En Cuba, aunque no lamentamos pérdidas de vidas humanas gracias a la organización de la Defensa Civil, siempre debemos enfrentar la necesidad de reconstruir una parte de la infraestructura dañada e incurrir en gastos de mitigación, que mejor sería invertirlos en el desarrollo.

Protege a tu familia

Tomado de: Red Cubana de la Ciencia

La previsión debe abarcar la eliminación de las vulnerabilidades siguientes:

  1. Las edificaciones que presentan afectaciones estructurales deben eliminarse o proceder a reforzarlas de acuerdo con las amenazas a que están sometidas.
  2. Si las viviendas con debilidades estructurales no se pueden reforzar, debe prohibirse su ocupación.
  3. En lo relativo a las cubiertas y mantos, deben colocarse respetando las normas técnicas, y repararlos, tan pronto como se evidencie que están debilitadas.
  4. Se deben cortar y sustituir progresivamente los árboles que no son resistentes al vientos, tanto los ubicados en las poblaciones como aquellos situados a lo largo de carreteras y caminos de primera importancia.
  5. Es necesario podar regularmente, sobre todo antes y durante la temporada ciclónica, todos los árboles cuya frondosidad constituye un factor de vulnerabilidad ante los vientos.
  6. Se deben inspeccionar sistemáticamente los postes del alumbrado y comunicaciones, para ir reforzando o sustituyendo aquellos que presentan riesgo de caída.
  7. Es conveniente proceder a recoger las cosechas en cuanto sea posible, ante la amenaza de inundaciones y vientos fuertes.
  8. Se debe prohibir la construcción de viviendas u otras obras en los cauces de crecida y llanuras de inundación de los ríos, a menos que su diseño esté preparado para resistir dichos eventos.

Estas son enseñanzas que se deben considerar al elaborar los planes anuales, a mediano y largo plazo para la reducción de vulnerabilidades a nivel municipal, asignando fondos al plan del gobierno.

También es importante que las personas conozcan los peligros que amenazan las parcelas donde planean construir sus viviendas u otro tipo de instalaciones, y el Instituto de Planificación Física debe prohibir nuevos asentamientos en áreas expuestas a peligros incontrolables.

Mapa de las costas con huracanolitos

(Imagen tomada de Protege a tu familia de las construcciones vulnerables)

Quizás lo más importante, que se ha repetido reiteradamente, es que después de un evento como Laura o de otra magnitud, de ninguna manera se debe apresurar la toma de decisiones en cuanto a la restituciones de las obras destruidas, pues lo más conveniente es no volver a reconstruir esas vulnerabilidades que la vida ha demostrado que son inviables. Lo adecuado es disponer de un plan de reubicación de asentamientos para mover hacia lugar seguro las familias afectadas y prohibir que se queden en el mismo sitio y en las mismas condiciones que ya probaron ser de alto riesgo.

En fin, el conocimiento y la actuación consecuente son el camino, que parte del estudio de nuestro entorno.

Consulte la Red Cubana de la Ciencia, donde están disponibles un grupo de publicaciones relacionadas con la prevención.