Juego Pokémon go.

Los Poketto Monsutā de Tajiri Satoshi se escapan por primera vez del Japón y las Islas Pokemon y han llegado a tu ciudad. Pokémon GO ha trastocado a la civilización humana, despertando viejos rencores hacia los gamers, que ya no se quedan en la privacidad de sus casas y han salido a corretear por ahí, lanzando pokebolas. En los meses que GO ha estado online, sus fans se las han arreglado para ser asaltados por ladrones, invadir propiedad privada, disparar las acciones de Nintendo en la bolsa, despertar la suspicacia de una comentadora del Noticiero Nacional de Televisión, descubrir un cadáver en un río y de paso cazar muchos, pero muchos pokémon.

A diferencia de las generaciones anteriores de Pokémon, que eran juegos RPG de consola portátil, GO es un videojuego de rol multijugador masivo en línea (MMORPG por sus siglas en inglés) que corre sobre los teléfonos celulares y tablets, e incluye elementos de realidad aumentada. Esta vez no basta con ser diestro y paciente con tu Game Boy, también hay que salir a la calle y hacer ejercicio. En lugar de vagar por el Mundo Pokémon, los monstruos de bolsillo ahora andan desperdigados por tu ciudad.

La aplicación que corre en tu teléfono utiliza su GPS, unidad inercial y cámara para detectar en qué lugar estás y hacia dónde apunta tu handheld. Los servidores del juego (sí, es necesario tener internet para jugar) envían a tu teléfono la ubicación de los objetos del juego cercanos, como pokemones silvestres, pokeparadas y gimnasios. Utilizando esta información, Pokémon GO te permite interactuar con dichos objetos, siempre que logres acercarte lo suficiente.

La realidad aumentada (augmented reality en inglés) busca modificar a través de la computación la forma en que percibimos el mundo, agregando nueva información. Google Goggles, por ejemplo, es capaz de informarnos desde nuestro teléfono sobre monumentos, códigos de barra y cuadros del Met que dicho dispositivo estuviera apuntando. Otras aplicaciones como, Word Lens, traducen textos que filmamos por el móvil, incluso manteniendo una tipografía similar. Google Glass es quizás el más espectacular de estos productos hasta el momento, realizando tareas similares desde un par de gafas. La realidad aumentada es cada vez más trend y los desarrolladores de videojuegos no se quedarán atrás.

En 2013 Niantic Labs, en aquel entonces una sucursal de Google, lanzó el MMORPG Ingress. Miles de jugadores se lanzaron a las calles a conquistar portales para dos facciones: la resistencia y los iluminados. Enlaces entre los portales permitían controlar áreas de la superficie terrestre, que puntúan para cada facción en dependencia de la cantidad de seres humanos viviendo en ellas. Los “portales” eran puntos de interés previamente creados por los usuarios de Google Maps, muchos de los cuales fueron reutilizados para este juego. Para interactuar con los portales había que acercarse a estos en el mundo real.

Cualquier semejanza entre Ingress y Pokémon GO no es pura coincidencia. #MuchaGenteAndaDiciendo que GO no es más que un relanzamiento de Ingress en un marco mucho más atractivo para los gamers que una pelea futurista entre facciones místicas. Los objetos de este nuevo Pokemon no son más que portales de Ingress reconvertidos a gimnasios y pokeparadas.

pokemon go cuba.

Pokemon Go en Cuba

Acercarse a estos objetos e interactuar con ellos no es un problema en la mayor parte de las ciudades del mundo, al menos desde el punto de vista de infraestructura. Las redes celulares proveen enlaces de datos a internet y la cobertura normalmente es amplia incluso en zonas suburbanas y rurales. Pero en Cuba la realidad es distinta. A pesar de que ETECSA y Cubacel brindan una rudimentaria cobertura de datos para sus usuarios de telefonía móvil, utilizando las antiquísimas tecnologías EDGE y GPRS, estos enlaces son a la red Nauta y no a la Internet global. Esto impide a Pokémon GO conectarse a los servidores de Niantic a través de la red celular.

La alternativa es utilizar los puntos WiFi, pero estos están muy lejos de brindar cobertura amplia en la capital y son más escasos aún en el resto del país. Solo es posible, en teoría, interactuar con los Pokémon, pokeparadas y gimnasios que se encuentren en las cercanías de los puntos WiFi. Pero acá aparece otro impedimento: Pokémon GO no está activo en todo el mundo. Esto significa que, aunque puedas instalar la aplicación de GO en tu teléfono móvil, los servidores de Niantic solo responderán a accesos que se realicen desde los países donde el juego ha sido lanzado.

Afortunadamente, es posible pasar gato por liebre a Niantic en este asunto. La empresa productora del juego solo verifica la IP desde la que estás jugando y no tu localización global por GPS. Esta “negligencia” permite utilizar cualquier servicio de proxy anónimo para jugar Pokémon GO, siempre que el proxy esté ubicado en alguno de los afortunados países pokémon-activos.

Cuando empleamos dicho truco en Cachivache Media temíamos que Niantic no hubiera generado gimnasios, paradas o pokémon en nuestra ciudad. Pero nada más conectarnos, nos percatamos de que podíamos capturar un Squirtle que andaba correteando por las oficinas, y que no éramos los primeros en llegar. Desde nuestra locación en el Vedado sólo podíamos detectar dos gimnasios: uno ubicado en la Universidad de La Habana y otro en un grafiti en las cercanías del Malecón. Los líderes de ambos gyms eran, en ese momento, Kakolukia51 con su pokémon tipo Pidgeot (un Pidgey totalmente evolucionado) y GOonyCatchem con un Cloyster (evolución de Shellder) de 886 de combat power. Después fueron reemplazados por IamTheGhost21 (con otro Pidgeot) y Lester3xxxx (amo de un Golduck).

A estos gimnasios se suman 5 pokeparadas en las cercanías, una localizada en el parque de Infanta y San Lázaro, otras dos en el Callejón de Hamel, una en el Parque del Quijote y otra en la iglesia de Infanta. Las pokeparadas son importantes, debido a que en ellas puedes reequiparte con pokebolas, pociones o recibir huevos de pokemon. Desafortunadamente, debido al alcance de nuestra WiFi, no fue posible acercarse a ninguna de estas locaciones.

La inventiva nacional siempre saca un filón a las dificultades. Hemos sabido de entusiastas del juego que han intentado utilizar laptops y otros dispositivos portátiles para extender la cobertura de las zonas wifis de ETECSA y llegar, por ejemplo, a la pokeparada del Parque del Quijote empleando la WiFi de la Rampa. Ingeniosidades aparte, la cobertura de Internet es un problema grave si se quiere tener la experiencia completa en un juego con elementos de realidad aumentada.

Haciendo un poco de arqueología, estuvimos investigando sobre Ingress, y descubrimos que existen 211 portales de dicho juego en La Habana, muchos de los cuales han sido reutilizados como locaciones de Pokémon GO. Probablemente varias estén en la cercanía o se solapen con alguna de las zonas wifis que ETECSA ha instalado en los municipios. Por ejemplo, en las cercanías de la Plaza de San Francisco de Asís, algún huésped del hotel Mesón de la Flota agregó en su momento varios portales de Ingress. No es demasiado descabellado suponer que una parte se haya convertido en elementos de Pokémon GO.

La Habana Vieja es seguramente el mejor lugar para disfrutar del juego por la densidad de redes wifis y puntos de interés susceptibles de ser convertidos en locaciones. Cualquier objeto del juego a una distancia inferior a 50m de alguna de estas wifis puede ser accedido por los usuarios de Nauta, eso sí, a precios que dejarían en la ruina a casi cualquier jugador local demasiado entusiasta. Entrenadores locales, no conviene engancharse.

Jugar GO en La Habana, más que a un MMORPG, asemeja a un juego de plataformas, donde tienes que ir saltando de wifi en wifi para alcanzar los objetos que quieres conseguir. Algunas pokeparadas y gimnasios pueden ser accesibles desde las redes corporativas de algunas instituciones (como la UH), pero son terreno vedado para el común usuario de Nauta. Más que Ash Ketchum uno se siente Lara Croft.

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