Vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer.
La administración de Donald Trump está realizando una revisión completa de todas las políticas de Estados Unidos hacia Cuba, afirmó hoy el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer.

Según las declaraciones del portavoz en conferencia de prensa, ese análisis tiene un 'enfoque en los derechos humanos, como parte de un compromiso con los ciudadanos de todo el mundo'.

Los comentarios de Spicer representan la primera vez que la Casa Blanca se refiere a Cuba de manera oficial tras la llegada al poder del mandatario republicano el último 20 de enero.

Al intervenir en la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en República Dominicana el pasado 25 de enero, el presidente cubano, Raúl Castro, expresó la voluntad de proseguir el diálogo y la cooperación en temas de interés común con el gobierno de Trump.

En su opinión, Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos.

Sin embargo, ratificó el jefe de Estado de la mayor de las Antillas, no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.

Recordó que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la Isla durante 55 años persiste con considerables privaciones y daños humanos, y su existencia dificulta el desarrollo.

Pese a tal política, continuamos en la actualización de nuestro modelo económico y social y seguiremos luchando por construir una Nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible, puntualizó.

Cuba y Estados Unidos adaptaron hasta el momento 22 instrumentos bilaterales (acuerdos, memorandos de entendimiento, arreglos y tratados) desde el 17 de diciembre de 2014 cuando comenzó el proceso para normalizar sus relaciones.

Ese día, Raúl Castro y Barack Obama, antecesor de Trump, anunciaron la decisión de alcanzar tal objetivo y comenzó un cambio, para muchos aún insuficiente, de la política de Washington contra La Habana.

Casi una semana antes de concluir su mandato, Obama derogó la política de pies secos pies mojados y del programa de parole para médicos cubanos, que representaban vías de inmigración insegura a territorio norteamericano.

Previamente, Estados Unidos excluyó a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, y ambos países restablecieron relaciones diplomáticas y reabrieron las embajadas en sus respectivas capitales.

Raúl Castro y Obama se encontraron y dialogaron tres veces, la última de ellas cuando el político demócrata visitó de manera oficial La Habana en marzo de 2016, y la Comisión Bilateral Cuba-EE.UU. realizó cinco reuniones.