Banner alegórico a la agresión estadounidense a Venezuela

Como jauría encandilada por el petróleo, caen los lobos sobre una Venezuela que resiste.

Quizás algunos opinen que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, debería poner mano dura y llevar a la cárcel al delincuente interino Juan Guaidó.

Pero el gobierno de Venezuela ha actuado como debe: dejando que a la marioneta se le vean sus hilos, como está sucediendo.

Y poco a poco esos hilos irán cayendo, hasta disolverse en mentiras de una oposición fracasada, a la que ahora, ante tanta resistencia, ya se le agotan sus “iniciativas”.

Desde Washington llegan señales claras. Si bien Donald Trump, desdiciéndose, aseguró reciente y públicamente que la opción militar está descartada, las acciones que despliega contra la patria bolivariana evidencian una política de hostigamiento económico, cruel entre las crueles.

Ataque al sistema eléctrico, bloqueo a las cuentas de PDVSA —con pérdidas calculadas en más de 11 000 millones de dólares, si se tienen en cuenta las operaciones a largo plazo de la petrolera venezolana— son algunos de los modus operandi del descocado de la Casa Blanca.

En el campo diplomático, Estados Unidos ha presionado a países de América Latina para desacreditar al presidente democráticamente elegido, Nicolás Maduro, y darle votos a Juan Guaidó.

Se trata de gobiernos lacayos que bajan la testuz ante el amo norteño, el cual ha unido fuerzas con el Brasil de Jair Bolsonaro, ese que se atrevió a calificar la dictadura militar vivida por su país andino (1964-1985) como “pequeño problemita”.

Como todos los zarpazos lanzados contra Venezuela han encontrado la resistencia del pueblo bolivariano, Estados Unidos pone miras ahora en la ONU.

Washington recurrió a Mike Pence, vicepresidente, para que presionara en el Consejo de Seguridad de la ONU por un reconocimiento a Juan Guaidó como presidente legítimo.

Esta ficha diplomática del gobierno de Trump muestra el desespero que reina en la Casa Blanca luego de todos los fracasos contra la auténtica presidencia de Maduro.

Entre bambalinas, Estados Unidos presiona para que la ONU reconozca a Guaidó, e incluso, lanza la propuesta de que se le retiren al genuino representante de Venezuela sus credenciales ante esa organización. Se trata de una propuesta en la que, según palabras de Mike Pence, “se está trabajando”, sin que se conozcan los detalles de su alcance.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, dejó bien en claro las verdaderas intenciones de su país hacia Venezuela. En diálogo con Fox Business, dijo sin tapujos que “Venezuela es uno de los países de lo que yo llamo la troika de la tiranía. Haría una gran diferencia económica para Estados Unidos si conseguimos que empresas estadounidenses inviertan y participen en el desarrollo de las capacidades petroleras de Venezuela. Sería bueno para el pueblo de Venezuela. Sería bueno para el pueblo de Estados Unidos".

Después de eso, sí que sería una idiotez seguir repitiendo que la Casa Blanca quiere llevar su “democracia” a Venezuela. No hace falta rebuscar mucho, Bolton puso al descubierto las intenciones: Petróleo... y mucha desvergüenza.