El ministro de transporte visita Holguín

Durante varias horas de este jueves, acompañamos, carretera adelante, al Ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila. Y conste que este joven, talentoso y modesto nos dejó en esas horas más de una lección.

En Banes, primera parada del recorrido, fue directamente hasta los legendarios talleres ferroviarios “Suárez Gayol”, a encontrarse con sus trabajadores. Impresionante lo que allí hacen todos los días, para mantener de alta las viejas locomotoras rusas, y también las nuevas, encargadas de acarrear, en buena parte de la zona oriental del país, lo mismo caña, derivados, mercancías o pasajeros.

El ministro de transporte visita Holguín

No tienen mucho, materialmente dicho: las botas de trabajo no son idóneas, los medios herramentales son añejos, pasan trabajo, pero todos allí llevan un corazón del tamaño de ellos mismos, para que “corran los trenes”, dicho en términos técnicos.

Después, Antilla, con ancha carretera que se estrena como para avizorar la seguridad de grandes proyectos cercanos. En el molino de maíz, única industria en Cuba actualmente dedicada a tales menesteres, la materia prima les llega intermitentemente, siempre por vía ferrocarril, y hay pérdidas. La alternativa es, entonces, aplicar variantes prácticas y cercanas. Una de ellas puede ser enviarlo en patanas desde Puerto Carúpano, en Las Tunas, donde descargan los barcos con este cereal.

El ministro escucha a los especialistas, pregunta a los trabajadores. Más allá de su cartera oficial, preside un grupo de trabajo gubernamental, con el encargo, bien definido, de palpar en el terreno la imprescindible y cotidiana operación que enlaza puertos, transportes, barcos, ferrocarriles, cargas, y distribución. Lo visto es todo importante, pero nos faltaba más.

El ministro de transporte visita Holguín
El ministro de transporte visita Holguín

Con el inmenso privilegio del que viaja en el mismo ómnibus junto a los periodistas que le acompañan, en cuanto hay una oportunidad, en pleno viaje, lo abordamos. La faena no termina; el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, tiene poco tiempo disponible, pero anda como andan todos en el gobierno central, con el oído y la acción bien bajitos, pegado al suelo, a nuestro pueblo. Hasta en los detalles más domésticos.

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