Constitución de la República de Cuba.

El 24 de febrero de 2019 el pueblo cubano dio un histórico espaldarazo a la nueva Constitución de la República, nacida de la experiencia histórica acumulada y del enriquecedor debate colectivo de millones de cubanos.

El 86,85 % de los votantes dieron el en masivo Referendo a la nueva Carta Magna que refrendaba como ley primera el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre y afirmaba la voluntad de construir un Estado Socialista de derecho y justicia social.

Al proclamar la Asamblea Nacional del Poder Popular la nueva Constitución de la República, el 10 de abril de 2019, el General de Ejército Raúl Castro Ruz definiría en la solemne ocasión los valores del nuevo texto constitucional:

    Cuba demostró, una vez más, que desde mecanismos democráticos y basados en el derecho a la libre determinación es posible afianzar su sistema socialista como una alternativa viable en momentos de una escalada en la agresividad del imperialismo que intenta desacreditar opciones progresistas de desarrollo social.

    La Constitución que hoy proclamamos garantiza la continuidad de la Revolución y la irrevocabilidad de nuestro socialismo. Sintetiza las aspiraciones de todos los que a lo largo de más de 150 años han luchado por una Cuba libre, independiente, soberana y de justicia social.

    Esta ley de leyes es hija de su tiempo. Refleja las circunstancias históricas de la construcción de nuestra sociedad y tutela jurídicamente los cambios acaecidos con visión de futuro, en el propósito supremo de alcanzar un socialismo cada vez más próspero, sostenible, inclusivo y participativo.

    Con este nuevo texto se institucionaliza y fortalece el Estado revolucionario, del que se demanda una actuación transparente y ajustada a la ley. Si algo en particular lo distingue, es el respeto a la dignidad plena de la mujer y el hombre, y la igualdad de los cubanos, sin ningún tipo de discriminación, y esos son, precisamente, los pilares en los que se cimienta esta sociedad.

    El texto constitucional ha sido fruto del trabajo mancomunado de quienes tuvimos el privilegio de acompañar a Fidel en la lucha revolucionaria y los “pinos nuevos”, quienes paulatinamente vienen asumiendo las principales responsabilidades de la nación. Esta Constitución deviene en un legado para las nuevas generaciones de cubanos.

    No basta con proclamarla, es necesario hacer efectivos sus preceptos. En ese empeño corresponderá a esta Asamblea una intensa actividad legislativa para cumplir las normas previstas en las Disposiciones Transitorias de la Constitución, tarea ya encomendada a varios grupos de trabajo.

Desde entonces, se ha trabajado inntensamente por convertir en leyes los principales preceptos constitucionales y en darle cumplimiento al cronograma legislativo y de cambio de las estructuras de Gobierno que la nueva Constitución estableció.

Se aprobó la nueva Ley Electoral y las leyes para el funcionamiento de la Asamblea Nacional y el Consejo de Estado y para el funcionamiento de las Asambleas Municipales del Poder Popular y los Consejos Populares, se eligieron el Presidente y Vicepresidente de la República, se designó al Primer Ministro y su Consejo de Ministros, se eligieron recientemente los Gobernadores provinciales y los Intendentes municipales.

La Asamblea Nacional aprobó un intenso cronograma legislativo para lo que queda de este mandato y hasta en la próxima legislatura, ampliando incluso sus sesiones en el año con la habilitación de al menos dos convocatorias extraordinarias.

El país va afianzando su institucionalización, amplía las garantías y derechos de sus ciudadanos, fortalece el ejercicio de Gobierno y mira a generaciones más jóvenes asumir el liderazgo.

Pero es mucho lo que queda por delante, en medio  de una enfermiza agresividad imperial contra nuestro pueblo. La Unidad sigue siendo nuestra arma principal para enfrentar todos los desafíos con creatividad y constancia. Como señaló el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel al ser electo para el cargo:

    Nos esperan días intensos y desafiantes, pero nadie va a quitarnos la confianza en el futuro que les debemos a nuestros hijos en la Patria que los padres nos ganaron de pie.

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