presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro, Manuel Marrero, durante una comparecencia televisiva en el programa Mesa Redonda.
 
La Habana, 9 oct (Prensa Latina) La nueva normalidad en Cuba, a implementarse desde el lunes venidero, plantea hoy el reto de incrementar la responsabilidad ciudadana que permita convivir con la Covid-19 por un tiempo prolongado.
 
Desde el 12 de octubre la mayor parte de este país caribeño comenzará esa nueva etapa, que establece la reactivación de servicios y actividades a plena capacidad, con protocolos de vigilancia epidemiológica en manos de cada ciudadano.

Así lo informaron este jueves el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro, Manuel Marrero, durante una comparecencia televisiva en el programa Mesa Redonda.

Las provincias de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, en el centro del país, permanecerán en fase de transmisión autóctona mientras que La Habana avanzará a la tercera etapa, con la apertura casi total de servicios y actividades productivas, aunque se limita por el momento el reinicio de vuelos comerciales internacionales.

Durante la nueva fase, que prevé la apertura de frontera en aquellos territorios donde sea aplicada, se realizarán pruebas PCR a todos los viajeros que lleguen a la isla, quienes esperarán el resultado en hoteles o en sus viviendas bajo vigilancia sanitaria.

Asimismo, incluye el uso obligatorio de la mascarilla en espacios cerrados y aglomeraciones, la higiene personal, el distanciamiento físico y la desinfección de hogares y centros de trabajo.

El mandatario cubano precisó que la estrategia va más allá de cierres y cuarentenas para establecer un 'grupo muy práctico de procedimientos operativos bajo el principio de la racionalidad'.

'Si hay focos se cerrará el centro o la cuadra, no se va a cerrar la provincia o el municipio, la vida tiene que seguir', explicó Díaz-Canel.

Asimismo, se ingresarán en sus domicilios a los contactos de casos positivos y sospechosos, en tanto, los centros de aislamiento albergarán a quienes no puedan guardar cuarentena en casa como ancianos solos.

Esta etapa tiene el propósito fundamental de garantizar la salud de la población mientras se reanuda la actividad económica y de servicios bajo estricto control epidemiológico y medidas higiénico-sanitarias, aseguró por su parte el primer ministro.

La nueva normalidad, apuntó, supone la adopción de un estilo de vida que favorezca la salud individual y colectiva.