Díaz-Canel preside inauguración de la Convención de Salud. Foto: Estudio Revolución

Cuba es un modelo para lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere ver en el mundo y para muchos países, aseguró el Doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en la apertura de la III Convención Internacional de Salud Pública Cuba Salud 2018.

«No puedo más que agradecerle a Cuba por el sistema de salud modelo que tiene, que lo hace situarse entre los mejores del mundo», dijo el alto funcionario ante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido, y Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud; así como ministros, viceministros y representantes de más de 50 países.

La salud se incluye como un derecho humano del que todos deberían beneficiarse. Aún así, más de la mitad del mundo carece de servicio médico. Millones de seres humanos son obligados a vivir en condiciones de pobreza debido a los costos que les exigen por el cuidado de su salud, reconoció Tedros.

«Nadie debería escoger entre comprar alimentos o medicamentos; nadie debería escoger entre pobreza y salud».

Carissa Etienne añadió que, aunque los países de la región han alcanzado grandes progresos en el sector, estos son aún insuficientes.

«Mas de la tercera parte de los habitantes de esta región no tienen acceso a servicios de salud integrales. En los años 2013 y 2014 se produjeron más de 1,2 millones de muertes que hubieran podido evitarse si los sistemas de salud le hubieran ofrecido servicios accesibles y de calidad», informó.

Los países de la región no han podido superar las barreras del acceso a la salud. Las razones son de diferente naturaleza: geográfica, institucionales, financieras y aquellas relacionadas con las desigualdades sociales, incluyendo las de género.

«Es totalmente inaceptable que los niños que pertenecen a las etnias indígenas enfrenten una mortalidad infantil casi cinco veces mayor que el de la población general, por no tener acceso a la salud; o que las mujeres presenten mayor mortalidad por querer dar vida», expresó.

No podemos permitir que nuestros seres queridos, amigos y vecinos sufran innecesariamente porque el costo de los medicamentos es demasiado alto; o por vivir en un medio ambiente vulnerable, sin saneamiento del agua que los coloca en un mayor riesgo de contraer dengue, zika u otras enfermedades, añadió.

Etienne aseguró, además, que es injusto que muchas mujeres posterguen su desarrollo profesional por asumir el cuidado de sus seres queridos, como abuelos, abuelas o niños.

«Es importante reconocer que los logros en la región son importantes pero frágiles, y debemos luchar por mantenerlos. Todo nuestro personal de salud debe prestar cuidados integrados con calidad y rapidez para responder a las necesidad de la población en todas partes del mundo, sin dejar a nadie atrás», insistió.

Ninguno de nosotros está exento de enfermarse, pero nadie debe estar excluido del derecho de la salud. «Ese debe ser el centro de nuestras preocupaciones», significó.

Esta situación tiene que terminar, insistió, por su parte, Tedros.

«Es una aspiración ambiciosa, pero si no pensamos en grande seguiremos dejando personas atrás. Los países como Cuba nos recuerdan que esto no es un sueño para el futuro, sino una realidad. Y lo han logrado no porque Cuba sea rica, sino porque se lo han propuesto como un compromiso», ejemplificó.

Subrayó que Cuba es un modelo para muchos países del mundo, pues brinda, además, su colaboración internacional y entrena a muchos médicos desde la Escuela Latinoamericana de Medicina, permitiendo el avance y la cobertura de salud en América y otras regiones.

Para Tedros la cobertura universal no tiene que ser solo para países desarrollados, y Cuba es ejemplo de ello. Es una vía para reducir la desigualdad y la pobreza y proteger a la población contra los brotes de epidemias, a los que aún somos vulnerables, dijo.

«La cobertura universal debe ser un derecho para todos. Les restaura su dignidad y da compromiso en el futuro. Juntos podemos hacerlo una realidad. La salud para todos es posible», concluyó.

Durante la apertura del evento, los funcionarios de la OMS y OPS felicitaron al presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez por su reciente elección, el pasado 19 de abril.

Con la conferencia magistral Salud universal para el desarrollo sostenible en Cuba, el Doctor Roberto Morales Ojeda, vicepresidente del Consejo de Estado y Ministro de Salud Pública, dejó abierta la Convención.

El titular subrayó que en un mundo inseguro por las amenazas a la paz mundial, las guerras, la escasez de alimentos y agua, el agotamiento de las fuentes de energía y el cambio climático, es responsabilidad de los sistemas de salud, no solo curar, sino alertar, reclamar la necesidad de proteger a nuestra especie y contribuir a que las personas vivan sanamente, con dignidad y que todo ello sea un derecho humano.

Morales Ojeda realizó un exhaustivo recorrido por la historia de la salud pública cubana donde el triunfo revolucionario marcó un antes y después para el bienestar de la población.

En ese sentido, dijo que el sistema de salud cubano se ha mantenido en constante perfeccionamiento abordando transformaciones necesarias que den respuesta a la situación de salud en cada momento.

Significó que la atención primaria de salud constituye el eslabón fundamental de la estrategia sanitaria cubana, que junto a la integración con los otros dos niveles de atención han permitido al país exhibir indicadores similares a los de naciones desarrolladas.

Ello parte, además, primero de que la salud es un derecho refrendado en la Constitución de la República y de la voluntad política del Estado por mantenerlo.

El presupuesto asignado a este sector y a la asistencia social representa el 27 por ciento del total del presupuesto estatal y el 11 por ciento del Producto Interno Bruto, resaltó.

Cuba cuenta hoy con un médico por cada 122 habitantes, un estomatólogo por cada 602 y una enfermera por cada 128, alcanzándose cifras superiores a las que muestran países del primer mundo.

En los 55 años de colaboración médica internacional han participado 407 000 profesionales y técnicos, de ellos 183 338 médicos en 164 países, lo que ejemplifica una vez más la vocación humanista de la Revolución, destacó.

(Tomado de Granma)