El cáncer es una enfermedad dependiente de factores genéticos y de factores ambientales.
Según algunas investigaciones, los factores genéticos son los causantes del 5 al 10 por ciento de los cánceres, mientras que las causas ambientales representan alrededor del 90 por ciento de los casos.
Una parte importante de los cánceres pueden prevenirse con la práctica de hábitos saludables y eliminando los indeseables y peligrosos.
LO QUE DEBES HACER
Una alimentación sana también es clave en la prevención del cáncer pues mantiene el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Comer verduras y frutas es importante en la lucha contra el cáncer, porque aportan nutrientes que ayudan a reparar las células dañadas. Por eso, es necesario consumir al menos cinco porciones diarias.
Uno de los ejemplos es incluir en nuestra alimentación sustancias que ayuden en la reparación celular como son los antioxidantes.
Todas las variedades de col, las hojas de color verde oscuro y el ajo son alimentos con un mayor efecto inhibidor sobre la proliferación cancerígena, gracias a los polifenoles que contienen, así como los vegetales ricos en carotenos, como zanahoria, boniato, tomate, etc., ricos en provitamina A y, en algunos casos, licopeno, inhibidores de la división de las células dañinas.
El ejercicio físico es uno de los hábitos más saludables que podemos llevar a cabo pues aporta grandes beneficios para el organismo, entre los que destaca la prevención del cáncer gracias a su efecto sobre el sistema inmunológico. Realizar de 3 a 5 sesiones semanales de 30 a 60 minutos a la semana es ideal para notar los beneficios sobre la salud y la prevención del cáncer.
Practicar alguna técnica de relajación realizando ejercicios de relajación mental es clave tener el estrés a raya capaz de desencadenar un proceso de enfermedad maligna.
LO QUE NO DEBES HACER
En primer lugar, se debe evitar el sobre peso corporal y la obesidad pues se relacionan con una inflamación sistémica caracterizado por la elevación de citoquinas inflamatorias y esta situación produce una alteración del sistema inmunitario y aumentan el riesgo de cáncer, sus recidivas y metástasis.
Por su acción cancerígena se debe evitar el consumo excesivo de carne roja y de alimentos procesados, restringiéndolos a momentos excepcionales, así como los alimentos refinados y grasas, sobre todo saturadas en exceso pues engordan.
Uno de los hábitos más perjudiciales para la salud es fumar y consumir excesivamente bebidas alcohólicas; causan muchas enfermedades, entre ellas el cáncer y deben ser evitados a todo trance.
El cáncer se puede evitar en gran medida siguiendo buenos hábitos y eliminando los malos con el fin de prevenirlo, además de realizarse estudios médicos periódicos y manteniendo una vida saludable.
M.Sc. Dr. Alberto Quirantes Hernández
Master en Ciencias y Profesor Consultante
Jefe del Servicio de Endocrinología
Hospital Docente Dr. Salvador Allende
La Habana – Cuba