Finalizando el mes de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, y queremos que no pase por alto esta fecha teniendo en cuenta que las enfermedades cardiovasculares son de las primeras causas de muerte en el mundo, también en Cuba, de acuerdo con la última edición publicada del Anuario Estadístico de salud.
Esta es una tendencia que ha crecido con los años, y así continuará. Por eso el llamado es a prestar atención a los factores de riesgo, y a fomentar un estilo de vida que, con seguridad, ayudará a prolongar nuestra salud cardiovascular.
Desde el año 2000, cada 29 de septiembre es el momento simbólico para llamar a la conciencia, pues muchos de los padecimientos del corazón son prevenibles. No basta con controlarlos con tratamientos una vez diagnosticados, importante también es tener comportamiento prudente para evadir problemas futuros.
Estoy pensando en actitudes en torno a la alimentación, al consumo de sustancias como la nicotina y el alcohol, y al sedentarismo. Estas son conductas estrechamente relacionadas con las afecciones del corazón, pues, aunque en muchos casos los males son hereditarios o congénitos, en otros son condiciones adquiridas por nuestros modos de vida y por el envejecimiento natural.
Por tanto, algunas de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tienen que ver con mantener una alimentación sana, que no significa comer soso o vivir con hambre ni prohibirse muchos tipos de alimentos, sino cocinar limitando las grasas saturadas y el exceso de sal y azúcar, por ejemplo.
También conviene hacer ejercicio físico regularmente, y será suficiente con rutinas que nos mantengan en movimiento. Todo esto nos ayudará a controlar los niveles de colesterol en sangre, y por tanto la hipertensión y la obesidad, determinantes para la salud del corazón.
De acuerdo con estimaciones de la OMS, alrededor de 18 millones de personas mueren cada año, de manera prematura, por daños cardiovasculares. Angina de pecho, arritmia, insuficiencia cardiaca, así como cardiopatías coronaria, reumática e isquémica, infarto y accidente cerebrovascular, son las contrariedades más mencionadas.
Más allá de la disponibilidad de recursos tecnológicos de última generación, en Cuba tenemos libre acceso al sistema de salud pública. Desde la atención primaria, hasta la especializada y de urgencia, es posible detectar y tratar cualquier afección.
Sin embargo, recalcamos: cuidemos nuestra salud cardiovascular de manera preventiva. Recordemos también que es fundamental acudir al médico ante la menor molestia porque muchas veces se está a tiempo de no llegar a un episodio crónico o agudo; algunas soluciones, además de cambios en hábitos, pueden estar asociadas al uso de dispositivos como marcapasos, tratamientos con fármacos, cirugías y revisiones periódicas.