huracán Florence

Un estudio –publicado en la revista Nature en 2018– encontró que los ciclones tropicales se han estado desacelerando en las últimas décadas, con más tormentas moviéndose lentamente sobre tierra y ocasionando más inundaciones.

Quien realizó la investigación fue James P. Kossin, un científico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA). Él plantea que la velocidad de traslación de los ciclones tropicales ha disminuido en todas las cuencas oceánicas, excepto en el Índico norte. El Pacífico noroccidental ha registrado la mayor desaceleración, con un veinte por ciento, seguido por la región de Australia, con un quince por ciento.

Según Kossin, es posible que el cambio climático provocado por el hombre contribuya a una disminución de la velocidad de traslación de los huracanes y tifones. No obstante, un nuevo estudio divulgado este 6 de junio, encabezado por John R. Lanzante (también de la NOAA), arroja algunas dudas al respecto.

Después de analizar los datos globales sobre ciclones tropicales de 1949 a 2016, Lanzante concluyó que la disminución en la velocidad observada por Kossin podría no estar ocurriendo en absoluto, y que tal vez se deba a la variabilidad climática natural y a los cambios en la forma en que se han rastreado los ciclones a lo largo del tiempo. En particular, la introducción de los satélites meteorológicos en la década de los sesenta pudo haber distorsionado el registro al generar más observaciones en áreas que anteriormente no estaban documentadas. Al parecer, tales áreas son aquellas donde las tormentas se mueven más despacio.

Disminución en la velocidad de desplazamiento de los ciclones por regiones entre 1949 y 2016. Infografía: NCEI/NOAA.

Comprender la velocidad del movimiento de las tormentas ciclónicas es esencial. Las que se desplazan con lentitud sobre tierra suelen dejar grandes cantidades de lluvia, desencadenando inundaciones catastróficas, lo cual puede resultar en una mayor pérdida de vidas. Los huracanes Harvey (2017) y Florence (2018) son dos ejemplos recientes.

De acuerdo a Lanzante, el hecho de que los datos muestren variaciones en la velocidad de avance de los ciclones tropicales, y la mayor parte del cambio a largo plazo ocurre en los años cincuenta y sesenta, hace que sea muy poco probable que el cambio climático constituya una causa dominante.

¿Qué ha dicho Kossin?

En el mismo número de Nature, Kossin señala que John R. Lanzante esboza preguntas justas en su investigación, pero no está de acuerdo con la conclusión de que los cambios abruptos en el tiempo en las velocidades de traslación se deben principalmente a los datos satelitales.

“Cuando algo se ve afectado tanto por los cambios causados ​​por el hombre como por la variabilidad natural, hay menos expectativas de una tendencia constante”, dijo Kossin. “Las causas de la tendencia deben ser analizadas más formalmente para determinar qué factores son dominantes.”

Es además escéptico acerca de la decisión de Lanzante de no centrarse en su investigación en los datos tomados sobre áreas terrestres, precisando que “la desaceleración sobre tierra es mucho más relevante para los impactos en los seres humanos, y los datos sobre tierra también son menos susceptibles a los cambios en la recopilación de datos, como la introducción de satélites.”

Ambos científicos sí coinciden en que es necesario continuar investigando para comprender más profundamente el comportamiento de los huracanes y los ciclones tropicales en general. Y el debate constructivo, basado en la ciencia, puede acercar a la comunidad científica a la verdad.

Inundación en New Bern, Carolina del Norte (EE. UU.), a causa del ciclón Florence/The New York Times.