Hace unos cuatro años Cubadebate llegó a la casa de Sofía. En aquella ocasión iba a comenzar a estudiar el onceno grado en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin. Ahora la volvemos a contactar, esta vez vía WhatsApp, debido a la situación que vive el país debido a la covid-19.  Sofía Albizu-Campos Rodríguez es ahora estudiante de segundo año de la carrera de Matemática de la Universidad de La Habana.

Los jóvenes universitarios cubanos que participaron en la Olimpiada Internacional de Matemática celebrada este año de manera virtual, demostraron que hay muchas formar de poner en alto a la bandera de la estrella solitaria. Seis estudiantes participaron en el evento; obtuvieron dos medallas de oro, una plata, dos bronces y una mención. Sofía es una de las medallistas de oro, aunque el color de la presea no le es nuevo. En el 2017, ella obtuvo un oro perfecto en las XIX Olimpiada Matemática de Centroamérica y el Caribe, desarrolladas en El Salvador.

¿De dónde viene el amor por las matemáticas?

— Creo que el amor viene desde pequeña, siempre me gustaron los problemas desafiantes. Tengo un tío que me ponía cálculos complejos cuando yo todavía era muy chiquita, para mantenerme callada. En la primaria descubrí los concursos de Matemática y me encantaron desde el inicio.

¿Qué importancia tiene el acompañamiento de buenos profesores?

— He tenido muy buenos maestros desde el inicio. Mis maestras de matemática de la primaria fueron ambas maravillosas, y me incentivaron para competir en estos concursos. Cuando comencé a tener resultados fui entrenada por metodólogos y profesores que se dedican al entrenamiento en la primaria y secundaria. Eso también influyó mucho en mí y me dio una base muy sólida para entrar en los concursos de preuniversitario, que ya son más serios.

Agradezco especialmente a la metódologa de Matemática de Playa en la secundaria. En el preuniversitario ya la matemática competitiva es más seria. Fui entrenada desde que entré a la Lenin por Evidio Quintana, que es un entrenador maravilloso. Luego por el cuerpo de profesores de la Preselección Nacional, y así mis tres años del preuniversitario.

Las competencias en las que participé también aportaron mucho a mi formación. Todo esto me dio mucha comodidad para iniciar mi carrera, donde también he contado con profesores magníficos.

A Sofía le cuesta mencionar los nombres de los profesores  no quiere ser injusta, son muchos los que han contribuido a su preparación, y de seguro la lista sigue creciendo. Aunque el acompañamiento de los profesores, metodólogos y entrenadores resulta vital para obtener resultados en este tipo de competencias, juega un papel protagónico la autodisciplina.

“Es complicado lo de la autodisciplina”, confiesa. “En la primaria y la secundaria - recuerda- estudiaba mucho, pero nunca me sentí tan presionada como en el preuniversitario. Ahí se alcanzan niveles de dedicación muy grandes, al punto de sentirse mal en los momentos en que no se está estudiando. Los egresados de la preselección hemos intentado gestionar que se le asigne un cuerpo de psicólogos a la preselección, se trata de muchachos muy jóvenes con una carga de estudio y de estrés muy grandes”.

Sofía es un atleta de alto rendimiento en el mundo matemático. Sus referencias hablan por sí solas, ha participado en las Olimpiada Centroamericana en 2017 donde obtuvo medalla de Oro, en una competición Iberoamericana en 2018 y en la Olimpiada Internacional (no universitaria) en 2019.

¿Cómo se llega a competir en unas Olimpiadas?

— En primaria, secundaria y preuniversitario existe una estructura de concursos por niveles, cuando se llega a la Universidad las Olimpiadas son distintas. Por ejemplo, las Iberoamericanas tienen convocatoria abierta, todos pueden participar dado que es online. La IMC no es por países sino por universidades, nosotros participamos representando la UH.

El estudio y la preparación personal son importantes, también una gran concentración para resolver los ejercicios que componen el examen. En las olimpiadas de preuniversitario suelen ser dos días de pruebas, de cuatro horas aproximadamente. Cada examen consta de tres preguntas, ordenadas por dificultad pero con igual valor (7 puntos). “En total serían 6 preguntas y la puntuación máxima es de 42. Se otorgan puntos por soluciones parciales, es decir según se va avanzando en la solución se va otorgando una puntuación”, narra Sofía.

“Las iberoamericanas universitarias, por su parte, son muy distintas. Es un examen único de 5 horas y muchas preguntas, entre 7 y 10. Las preguntas tienen distintas dificultades y distinto valor según la dificultad”, señala. Asimismo agregó que en la IMC respondieron dos exámenes, de cuatro preguntas cada uno y 4 horas. Cada pregunta con un valor de 10 puntos, y distintas dificultades

Las medallas se  definen según cortes, aunque de acuerdo con los organizadores de las competencias se otorgan varios oros, platas y bronces  “no hay un reglamento específico para el número de medallas de cada color”.

¿Cómo ha sido la experiencia de competir en estos certámenes internacionales?

— Son experiencias maravillosas que aportan mucho a la formación profesional de un futuro matemático. En la universidad he participado en las Olimpiadas Iberoamericanas Universitarias (OIMUs), que se realizan de forma online todos los años. Solamente participar en la Concurso Internacional de Matemáticas para Estudiantes Universitarios (IMC) ya era algo que me emocionaba mucho, porque es la competencia universitaria de matemática de más prestigio.

Esta olimpiada se realiza anualmente en Bulgaria, y por el costo no habíamos participado antes. El año pasado se realizó de manera online, pero no lo sabíamos, por eso no intentamos participar. Pero este año nos enteramos y nos entusiasmó mucho la idea.

¿Cómo te preparaste para estas Olimpiadas del 2021?

— No recibimos un entrenamiento especial, apenas tuvimos tiempo de revisar temarios de ediciones anteriores. Participamos con nuestro entrenamiento de preuniversitario y los contenidos que recibimos en la universidad, que han sido de mucha calidad, de ahí los resultados.

A Sofía le gusta leer y dibujar “estudié dibujo y pintura por mucho tiempo, y hoy en día disfruto hacer manualidades”. Todo no son la matemáticas, aunque juegan  un rol determinante en su vida. No se equivocó su tío, cuando la puso a resolver cálculos complejos para mantenerla entretenida. Esta joven universitaria es toda una medallista de oro que sabe poner en alto la bandera cubana.