Investigadores del Centro de Gestión de la Información y Desarrollo de la Energía (Cubaenergía), de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (Aenta), en colaboración con el Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera, del Instituto de Meteorología, y el Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos, concluyeron un estudio preliminar que contiene las principales contribuciones hechas por la ciencia cubana en el enfrentamiento al incendio de grandes proporciones ocurrido en la Base de Supertanqueros, de Matanzas, en agosto de 2022.
Propuesto como resultado científico-técnico destacado de la Aenta, por su impacto social, el trabajo describe el protagonismo que tuvo la aplicación de modelaciones matemáticas para determinar las concentraciones máximas probables para obtener de los principales compuestos contaminantes emitidos hacia la atmósfera y su ubicación.
El uso de esas herramientas fue clave en la toma de decisiones centradas en prevenir los impactos nocivos en la salud humana de los residentes en las áreas más expuestas a la contaminación del aire, y en establecer los sitios de muestreo, que se ubicaron en las provincias de Matanzas, Mayabeque y La Habana.
Según indicó a Granma la máster en Ciencias Elieza Meneses Ruiz, especialista de Cubaenergía, dentro de los modelos matemáticos utilizados resalta el que posibilitó estimar, durante los días que duró el siniestro, la dirección de las nubes contaminantes y las zonas afectadas.
Asimismo, resultó de suma utilidad el pronóstico de la calidad del aire, elaborado a partir de las salidas del modelo Silam, perteneciente al conjunto de modelos del programa Copernicus Atmospheric Monitoring System (CAMS), aseveró Meneses Ruiz.
La recopilación, revisión y análisis de las mediciones de la calidad del aire en los territorios ya mencionados fue vital para caracterizar el comportamiento de tan importante indicador en esos propios lugares del archipiélago cubano.
De acuerdo con el informe elaborado por los autores principales de la investigación, también se logró estimar las emisiones de contaminantes atmosféricos en los diferentes escenarios, a partir de la información ofrecida por el Centro de Investigación del Petróleo (Ceinpet), de la Unión Cuba Petróleo, así como de la revisión bibliográfica sobre el tema, vinculada con la ocurrencia de este tipo de evento.
Otro aporte significativo consistió en poder definir, desde el inicio del incendio, en la tarde del viernes 5 de agosto, las áreas que recibirían las mayores afectaciones y la localización de las concentraciones máximas de contaminantes que podrían alcanzarse.
Vale recordar que el incendio de grandes proporciones en la Base de Supertanqueros, de Matanzas, se desató al impactar una descarga eléctrica en el techo del tanque 52, alrededor de las 5:35 p.m.
Comenzó a expandirse durante la madrugada y la mañana del sábado 6 de agosto al tanque 51, y en los días siguientes a los tanques 50 y 49. Ya el día 10 estaba totalmente controlado, y solo quedaban pequeños focos en proceso de extinción.
En el transcurso del estudio pudo estimarse la relación de los principales gases contaminantes emitidos por el voraz fuego. Figuran, entre ellos, el dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, dióxido de azufre, material particulado PM 2,5 y PM 10, benceno, monóxido de carbono, naftaleno y compuestos orgánicos volátiles.
Igualmente, se corroboró que las emisiones de contaminantes atmosféricos superaron los valores establecidos por la norma cubana en las primeras 72 horas de iniciado el fuego, al tiempo que propició realizar el análisis de la composición de aerosoles generados durante y posterior al incendio.
Hubo bastante exactitud entre la realidad y lo que reportaron, tanto los modelos de transporte de masa de aire como los modelos de dispersión de contaminantes utilizados, todos de carácter libre para ser empleados y aportados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Pudo comprobarse, además, que sí ocurrieron afectaciones a la calidad del aire a lo largo de la costa norte de Matanzas, Mayabeque y La Habana, porque el viento predominante tuvo dirección de este a oeste, propagando la nube contaminante, incluso hasta el norte de Pinar del Río.
Afortunadamente, eso sucedió en los primeros días del incendio, pues después el viento giró al norte y noroeste, sacando el peso fundamental de la contaminación fuera de la Isla, lo cual contribuyó a que los impactos ambientales no fueran tan significativos.
Creada el 21 de abril de 1994, la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada, subordinada al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), adoptó esa denominación en noviembre de 2001, y tiene entre sus propósitos esenciales gestionar investigaciones, servicios científico-tecnológicos y productos de alto valor agregado, que contribuyan al desarrollo sostenible del país.
Recientemente, la Aenta celebró su taller para distinguir los resultados más relevantes de 2022, evento en el cual se presentaron casi una veintena de trabajos investigativos en las diferentes categorías de aporte al conocimiento, desarrollo o asimilación de soluciones creativas con know-how propio, aporte social y servicio científico-técnico destacado.