La Habana, (Prensa Latina) La innovación será el eje central de la estrategia para el desarrollo científico en Cuba en 2023, pero el éxito dependerá de su aplicación consciente en temas priorizados como la producción de alimentos, la energía y las fuentes renovables.
Es notoria la transformación integral de este sector en 2022, y su expresión más concreta es el sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia e innovación, línea de trabajo que continuará su curso en el presente año.
Recientemente, la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), Elba Rosa Pérez, hizo referencia a la necesidad del uso consciente de la ciencia para solucionar los problemas que afronta la nación.
En su opinión queda mucho trabajo por hacer en varias direcciones, por ejemplo, para que el país avance debe asumirse como un compromiso la aceleración del programa de transformación de 24 por ciento de la matriz energética nacional.
Así como un mayor empleo de la ciencia en los temas relacionados con la industria y la dinámica demográfica, a partir del proceso de envejecimiento y las estrategias para atenderlo.
Al mismo tiempo, destacó la atención que debe concederse tanto a la temática de la ruralidad, con propuestas al gobierno de su reevaluación y atención, como a la estrategia cubana sobre la economía circular.
Respecto a la segunda etapa de la Tarea Vida, Plan del Estado para el enfrentamiento al cambio climático, Pérez recordó que la primera fase concluyó en 2022, y ahora se lleva a cabo la segunda que debe concluir en 2030, mientras que la tercera se extenderá hasta 2050, y en lo adelante proseguiría la cuarta.
“Todos los años actualizamos las investigaciones relacionadas con ese Plan, pues los efectos del cambio climático cada día son más notorios y el nuestro es un pequeño estado insular, que también sufre los impactos de esa realidad y requiere desarrollar acciones de adaptación en todas las esferas del desarrollo”, comentó la ministra.
Las acciones de la Tarea Vida deben relacionarse con las tres crisis ambientales globales que hoy existen en el país: la del cambio climático, la contaminación y la biodiversidad, ya que imponen profundizar en cómo se deben seguir atendiendo a partir del Plan del Estado los temas relacionados con sus efectos y la reducción de sus impactos.
En ese empeño, que presupone el desarrollo de más ciencia, el Citma reforzará el apoyo a las políticas públicas y la toma de decisiones, la atención a los recursos humanos dedicados a la actividad de investigación, y el fortalecimiento de las estructuras dinamizadoras de las entidades de ciencia, tecnología e innovación, que incluyen los parques tecnológicos.
Con ello no se trata de crecer en el número de estructuras dinamizadoras, sino de su adecuación para perfeccionar el trabajo de la ciencia, que logre el cierre de ciclos, sea capaz de establecer sus patentes y la publicación en los resultados de investigación. «Todo debe impactar en el ámbito nacional e internacional», indicó la ministra.
Pérez valoró la participación de las ciencias sociales y humanísticas en el desarrollo de la nación, pues todo tema requiere de un enfoque social, siempre ajustándose a las características en cada territorio. Asimismo, concedió gran importancia a las inversiones dirigidas a fortalecer los sistemas de gestión de ciencia e innovación con prioridad en el sector empresarial.
De manera que a través de las acciones financieras, la empresa cubana estatal socialista avance más en su aporte a la sociedad, y más concreto a la economía nacional, como resultado del empleo efectivo de la ciencia y la innovación.
La filiales científicas en Cuba
En el tema de las filiales científicas en Cuba, el viceministro del Citma Armado Rodríguez destacó la importancia que estas revisten para solucionar problemáticas que hoy presentan las provincias.
“Cuando se trata de ciencia e innovación no hay provincia más importante que otra, y Sancti Spíritus es un ejemplo de modelo de desarrollo en ese campo en Cuba”, subrayó Rodríguez.
Sabemos que la mayoría del sector de las ciencias está ubicado en La Habana, y aunque esa territorio no es el lugar con más centros de investigación, su gobierno y la delegación de nuestro ministerio demostraron la capacidad de trabajar para buscar soluciones a algunos problemas.
Es importante tener una buena entidad de ciencias, pero también contar con una filial, como esta del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), que pudo impactar en el sistema de innovación.
En los proyectos del CIGB de Sancti Spíritus participan las universidades, y otros actores, pero lo más importante es su influencia en toda esa provincia, algo muy positivo, resaltó.
Allí hay una visión clara de cuánto puede abarcar, hacer y desarrollar la ciencia y la innovación, de ahí el avance de los programas locales, los cuales constituyen incentivos para la comunidad, científicos y estudiantes.
Hablar de ciencias en Cuba, no es como se hizo en décadas, cuando solo se referían a la academia, ahora se incluye la innovación, la transformación social y el sistema de gestión del gobierno, sentenció el vicetitular.
Para ahondar en este punto, el delegado del Citma en la provincia de Sancti Spíritus, Leonel Díaz, destacó los avances que exhibe hoy la filial del CIGB en ese territorio.
Díaz declaró que fueron obtenidos 36 nuevos hibridomas secretores de anticuerpos monoclonales contra 12 antígenos diferentes para su aplicación en la investigación y desarrollo de proyectos estratégicos del CIGB y otros grupos de la empresa estatal BioCubaFarma.
También lograron una batería de anticuerpos monoclonales anti TT-PO y posterior desarrollo de un sistema analítico tipo ELISA Sandwish para la cuantificación del principio activo de la vacuna contra el Piojo de Mar durante el proceso productivo de la proteína TT-PO-Ls.
De ese modo -agregó- se puede satisfacer uno de los requerimientos en la negociación con la empresa francesa VIRBAC.
Otra novedad –resaltó Díaz- fue la obtención de un hibridoma secretor de un anticuerpo monoclonal anti Poli-histidina similar a los comercializados por Sigma, lo que sustituirá la importación de este reactivo de amplio uso en las investigaciones y desarrollo de nuevos productos.
La instalación del CIGB en territorio espirituano, ubicado a unos 355 kilómetros de La Habana, tuvo destaque en la entrega de las enzimas Taq Pol y RT empleadas para la fabricación de las pruebas PCR (reacción en cadena de la polimerasa) de producción nacional.
Calificó de importante lo realizado en cuanto al cultivo del arroz y como novedoso citó el uso de drones en el Sur del Jíbaro, en el municipio de La Sierpe, tecnología que permite agilizar los procesos y disminuir los gastos, acotó.
También resaltó las acciones para enfrentar plagas o evitar el estrés hídrico de las plantas a causa de las altas temperaturas y prolongadas sequías.
*El autor es reportero de la redacción de Ciencia y Técnica