El Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) celebra el aniversario 60 de su inauguración, este 1ro. de julio, inmerso en la ejecución de 25 proyectos investigativos para el desarrollo de vacunas, productos de origen natural, nuevos equipos y servicios, a fin de introducirlos en el periodo 2025-2031, para beneficio tanto de la salud humana como animal.
Fruto del pensamiento visionario de Fidel, de crear un país de hombres de ciencia, la institución mereció en 2024 la condición de Empresa de Alta Tecnología, por su desempeño en materia de investigación, desarrollo e innovación a ciclo cerrado, con productos de alto valor agregado de creciente comercialización en el mercado exterior.
Cuenta con 34 registros nacionales y 23 en el exterior, correspondientes a nueve productos insertados en 11 países, mientras posee ocho objetos de invención y 41 patentes concedidas en 29 naciones, incluida Cuba.
Durante el último lustro, sus especialistas publicaron más de 160 artículos en revistas cubanas y foráneas, de ellas 48 indexadas en bases WoS/SClmago, de reconocido prestigio.
El doctor en Ciencias Biológicas Julio Alfonso Rubí, director general de CNIC desde abril de 2017, detalló a Granma que, pese a una reducción de la plantilla cubierta, debido a la movilidad hacia otros sectores, mantienen la capacidad investigativa y productiva, y crearon su primera empresa mixta en el exterior.
Recientemente se aprobó una segunda entidad mixta en Cuba, mientras avanzan en la concepción de una tercera. Están centrados en garantizar una mayor comercialización, además de asegurar los insumos y materias primas requeridas para elaborar los productos.
«La cartera de renglones asciende a 19, de los cuales 17 emergieron de la innovación de nuestros científicos y técnicos. Hemos logrado encadenamientos productivos con diferentes instituciones nacionales, entre ellas AzCuba, ApiCuba, el Centro de Investigaciones en Plantas Proteicas y Productos Naturales, Laboratorios Medsol, Laboratorios Oriente y la Universidad Tecnológica de La Habana, Cujae, precisó.
Alfonso Rubí informó que comenzaron a exportarse las primeras cantidades de aceite Sacha Inchi y de Moringa en hojas frescas, secas y en polvo, a la vez que ampliaron y mejoraron las capacidades productivas de ingredientes activos para productos naturales, en la planta de jabones dermatológicos y en la encargada de procesar los extractos blandos de propóleo.
Pese a las limitaciones por los impactos del bloqueo y otros factores, avanza el proyecto de una vacuna contra el papiloma humano, causa fundamental del cáncer cérvico uterino en la mujer.
Destacó las investigaciones que hallaron nuevas aplicaciones del producto líder del CNIC, el Ateromixol, más conocido por ppg, para regular la presión arterial en pacientes debutantes con esa enfermedad crónica no transmisible y en el tratamiento del ictus isquémico. El fármaco probó eficacia en la recuperación del déficit neurológico, combinado con la aspirina de 125 miligramos.
Obtenido a partir de la cera de la caña de azúcar, este medicamento es un efectivo antiagregante plaquetario y reductor del colesterol elevado en sangre. En 1996 mereció Medalla de Oro conferida por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), galardón reservado en 2007 a otro aporte del CNIC, el equipo Diramic para el diagnóstico rápido microbiológico de infecciones bacterianas.
Resaltan los equipos de ozonoterapia y sistemas de desinfección de aguas de uso doméstico e industrial, basados en el empleo del gas ozono; el producto de aceite ozonizado Oleozón y la obtención de la hidroxiapatita coralina hap-200, un biomaterial empleado como implante para reconstruir tejido óseo dañado.
De la etapa más cercana, figuran productos logrados a partir de fuentes naturales: Prevenox, Abexol, Vasoactol y Palmex, todos con efectos favorables.
HISTORIA PARA REVIVIR
Como expresó a este rotativo hace diez años el doctor Wilfredo Torres Yribar, director del cnic en su etapa inicial, por su carácter multidisciplinario devino un centro de nuevo tipo, además de ser concebido y edificarse con las condiciones propicias para preparar especialistas y promover la investigación de primer nivel en ciencias naturales, biomédicas, tecnológicas y agropecuarias.
No pocos de los jóvenes que iniciaron allí el camino de la ciencia se convirtieron años después en figuras relevantes de la investigación o en directivos del sector. Baste mencionar los nombres de Rosa Elena Simeón Negrín, Ismael Clark, Gustavo Kourí Flores, José Luis Fernández Yero, Luis Herrera Martínez, Agustín Lage Dávila, Lidia Tablada, Mitchell Valdés Sosa y Pedro Valdés Sosa, Concepción Campa Huergo y Rafael Pérez Cristiá.
Más allá de haber formado hasta el presente a más de 37 500 especialistas, un total de 410 investigadores alcanzaron su título de doctores en Ciencias, a partir de su vinculación directa con la institución, perteneciente al Grupo Empresarial BioCubaFarma.
De igual modo, el CNIC sentó las bases para organizar el sistema de grados científicos que regiría en Cuba y fue el escenario en el cual se defendió en nuestro país la primera tesis de Candidato a Doctor en Ciencias, en 1969.
También fue pionero en la adquisición y uso de los primeros microscopios electrónicos de barrido que hubo en la Mayor de las Antillas, así como de los espectrómetros de masa y de resonancia nuclear magnética de alta resolución, los más avanzados para la época.
Para los historiadores del ramo, el CNIC es considerado con toda justeza el barco madre o la semilla gestora de la ciencia cubana actual, pues de sus instalaciones surgieron posteriormente otros centros investigativos prominentes, entre ellos el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, el Centro de Inmunoensayo, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Centro de Neurociencias de Cuba y el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio.