Carlos Manuel Puebla

Este 12 de julio se cumplen 28 años del fallecimiento Carlos Manuel Puebla Concha, una figura legendaria en la historia de la música contemporánea de Cuba, quien dejó de existir en La Habana a los 72 años de edad.

Carlos Puebla resultó unos de los compositores más conocido entre la gente de pueblo, por ser un cronista de la cotidianidad política de la Cuba revolucionaria en las dos primeras décadas de este proceso.

Manzanillo, tierra de trovadores y soneros,  hermosa ciudad asentada en las orillas del Golfo del Guacanayabo, en el oriente cubano, tiene el honor de ser la cuna donde naciera, el 11 de septiembre de 1917.

Se estableció en la capital del país a partir de 1952 y fue la emblemática Bodeguita del Medio uno de los sitios donde pudo encontrársele con asiduidad en esa década, acompañado de Los Tradicionales, un trío que integraron, además, Santiago Martínez y Pedro Sosa, y posteriormente Rafael Lorenzo.

Allí  no ganaban ningún salario por interpretar sus canciones pero, como el mismo Puebla solía decir: "pasaba los ratos cantando con la barriga llena y el corazón contento". Este lugar fue el escenario ideal para estrenar muchas de sus composiciones; allí compartió con otros artistas y con importantes personalidades del mundo y se le recuerda aún como parte indisoluble de aquella historia.

Piezas contextualizadas en la época en que fueron creadas, otras de un ingenio singular para mostrar la debacle de las políticas imperialistas, y la mayoría con una vigencia extraordinaria, resultan repertorio de Los Tradicionales.

Protagonista activo de la vida política y cultural de la Isla en la década de los 60 del pasado siglo, Puebla fue fundador del espacio De Cuba traigo un cantar, de la emisora Radio Liberación, el cual mantuvo durante 25 años.

Su música llegó al séptimo arte, pues fue utilizada en Estado de sitio, de Costa Gavras; y Cuba hoy, del documentalista soviético Román Karmen, entre otros.

De su paso por Chile en 1961 sobresalió recorrido que hizo junto al poeta Pablo Neruda. En ese periplo, interpretó sus propias canciones y Neruda recitó los versos de Canción de Gesta, dedicados a la Revolución cubana.

La guaracha “Y en eso llegó Fidel” marca el inicio de una etapa diferente en su creación, signada por las transformaciones que a partir del triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959 se operaron en el país.

Sus canciones fueron conformando la crónica de los acontecimientos más relevantes, en ellas figuran La Reforma Agraria, Duro con él, Ya ganamos la pelea y Son de la alfabetización.

La obra revolucionaria constituyó fuente de inspiración para este hombre de fuerte raíz popular; sus cualidades de músico y poeta, unidas a su condición de artista comprometido con su tiempo, marcaron de manera indeleble su quehacer, que combina sabiduría y gracejo popular.

La noche en que Fidel dio a conocer al pueblo la carta de despedida del Comandante Ernesto Che Guevara, Carlos Puebla no pudo conciliar el sueño, estremecido por la noticia, se fue a su estudio y no salió de allí hasta haber concluido la que es, quizás, su más conocida canción: “Hasta siempre, Comandante”. Cantada en diversos idiomas, interpretada por agrupaciones corales, orquestas sin fónicas, solistas, tríos..., se ha convertido en un himno, en un canto de amor y de esperanza.

El 12 de julio de 1989, luego de una larga enfermedad que no pudo vencer a su carácter jovial y dicharachero, fallece Carlos Puebla en La Habana. Sus restos fueron trasladados a Manzanillo, su ciudad natal, el 11 de septiembre de 1994, y allí reposan en la Necrópolis Municipal en un panteón de mármol coronado por dos versos suyos que rezan:

Yo soy esto que soy; yo siempre he sido

Un trovador que canta.