Foto: José M. Correa
El Cristo de La Habana, uno de los símbolos que identifican La Habana y la obra más emblemática de la escultora cubana, Jilma Madera fue declarado este sábado Monumento Nacional.
En la pieza de más de 20 metros de altura utilizaron más de 300 toneladas de mármol de Carrara y es una estatua con vigor, firmeza humana y con los pies en la tierra, dijo la escultora cuando se inauguró en 1958.
Para otorgar la condición de Monumento Nacional al Cristo de La Habana las autoridades de la Comisión de Monumentos tuvieron en cuenta los excepcionales valores artísticos, y como la pieza devino en un hito del paisaje de la bahía e ícono de alto arraigo popular en la identidad capitalina.
Asimismo se valoró que el Cristo está emplazado en un espacio público de gran belleza, con vistas privilegiadas de la ciudad y la calidad del proceso de restauración que le devolvió su esplendor original.